Partida Rol por web

- si… algo sé de curar heridas… y cuidar enfermos…- le sonrió a Eric, ante su comentario, realmente, había consagrado su vida a esa misión, en medida que encontrar respuestas a su ser. De reojo, seguía los pasos del mago elfo, la verdad, es que pocas palabras habían cruzado, y ni recordaba en que momento se les había unido. La verdad es que parecía ser un ser algo huraño, escueto, pero seguramente deberías ser confiable, por lo menos contaba con la confianza inicial de Léonore como todos los demás. De todas formas, se fijo en él, unos instantes, entrecerrando sus ojos, cuando se quedó mirando el letrero.

Win se expresaba concierta gracia de los dioses, su ambivalencia le causó gracia a Léonore como si fuera una veleta, a donde fuera el viento, iría su fé o sus oraciones. AL final, no importaba a quién le rezaras si el objetivo de estas oraciones eran la bondad, por lo menos eso pensaba Léonore. Suspiró y ató su cabello con más fuerza, el listón rojo estaba soltándose y liberando sus largos rizos color castaños.

-¿ y no ves nada más Eric?- preguntó, abstrayéndose de lo que decía Win, a quien sólo regaló una complaciente sonrisa.

- bueno… si piensas que es lo mejor.. vamos… de todas formas, no tenemos nada que perder… la lluvia ya se viene… y mejor estar abajo resguardo…- comentó, con un tono de voz que no perdía para nada su vitalidad y ese sonsonete algo infantil, como un candor inocente.

El grupo se adelanta en el sendero. No tardan mas de media hora en llegar al bosquecillo...

Pueden ver lo que fueron cobertizos grandes, ahora la mayoria en ruinas. Tambien hay herramientas y tablones por doquier, cubiertos de hierbas y polvo. En medio, de todo esto, se nota un espacio bien limpio y cuidado, donde se alza una casa-posada de aspecto acojedor...

El ambiente huele a carne asada y pan caliente.

Aramil emerge de sus pensamientos para centrarse en su entorno. El cartel al borde del camino no le trasmitió buenas sensaciones. Y al ver la apariencia deteriorada del campamento algo en su interior lo hace inquietarse. El elfo agudiza todos sus sentidos con la intención de percibir algo que llame su atención.

Escuchas el sonido de alguien tarareando dentro de la casa, pero no identificas que canta. El ambiente esta tranquilo y suave, no ves nada fuera de lo comun. Todo, salvo la casa, tiene un aspecto descuidado y abandonado.

Me sorprende el lugar en el que se encuentra el mesón. Todo parece bastante abandonado, salvo el meson en sí. Observo con detenimiento el lugar, nunca sabes que puede pasar en estos sitios desconocidos.

El olor a comida hace que mi estomago vuelva a rugir. ¿Entramos? Lentamente, atenta a lo que pueda pasar a mi alrededor, me voy acercando a la puerta del meson.

- Si, pienso que entrar va a ser nuestra mejor opción. Además viendo la actividad del campamento no creo que tengan muchos clientes, así que se alegraran de vernos. Y por supuesto siempre es mejor que la lluvia te coja resguardado. Recobraremos fuerzas y ánimos. No obstante cubríos las espaldas, podría ser alguna razón oculta el porqué sobrevive un negocio en este lugar.-  El olor de la comida en el ambiente no le ayudaba a buscar muchas respuestas, si podía comer un bocado y hacer noche tranquilo tampoco es que quisiera saberlas. Aramil se acerca a la entrada junto a Irina, la justiciera de Tyr. – Espero que puedan ofrecer camas suficientes para tan pintoresco grupo – sonrió cómplicemente el elfo.- ¿Escuchas? Se oye cantar… ¿se puede?¿hay alguien ahí?- Preguntó alzando la voz y buscando respuesta asomándose desde la entrada.

Este sitio me produce malas vibraciones, pero necesitamos resguardarnos y comer, y de todas formas si hay problemas nos las arreglaremos.
Me sitúo junto a Aramil e Irina y golpeo la puerta con los nudillos toc toc!. Disculpen, somos viajeros y necesitamos refugio y algo de comida.
Hay alguien?

Sonrio a Aramil ante su comentario. El elfo parece buena gente, algo reservado, pero eso nunca es un problema, todo el mundo debería saber apreciar el silencio.

¿Escuchas? Se oye cantar… ¿se puede?¿hay alguien ahí?

Yo no oigo nada Aramil. Pongo más atención en lo que se pueda escuchar desde dentro de la cabaña y espero al lado del elfo y de Eric, con las manos en la empuñadura de mi espada por lo que pueda pasar.

Escuchas el murmullo de la cancion que sesa, y luego un fuerte grito

- YA VAAAA!!!

La puerta se abre en unos segundos. El que lo hace es un hombre levemente obeso y calvo, de tez rojiza. Viste ropa comun, y un delantal ligeramente manchado. Se hace a un lado y los recibe con grandes muestras de alegria.

-Adelante, adelante! Pasen por favor!. Soy Valerio, mucho gusto, damas y caballeros.

La posada es un salon mediano, donde hay 6 largas mesas echas con tablones. En su mayoria, tambien tienen bancos largos de tablones como asiento, pero algunas tienen sillas.

El ambiente es acogedor y calido. Hay una sola persona dentro, ademas de Valerio... Recostado en el tablon del fondo, se distingue un guerrero por su armadura, una cota de escamas. El aire huele a carne asada y se os hace agua la boca...

Buenas Valerio, espero que recibas la bendición de tus dioses por mantener un refugio en este lugar, al menos Shóndakul estará contento contigo. Para nosotros eres la solución a nuestros problemas, venimos buscando evitar la lluvia y conseguir un apacible descanso, no sin antes llenar nuestros estómagos. ¿Sería esto posible buen hombre? – Aramil habla con el humano, no confía aun en él pero trata sutilmente de analizarlo. Mientras visualiza el lugar, buscando un sitio donde acomodar su equipaje de manera que pueda tenerlo vigilado y a mano.

Al ver a Valerio salir a recibirnos, dejo de agarrar la empuñadura de mi espada, parece un hombre cordial.

Buenas Valerio, el gusto es nuestro. Sonrio levemente al posadero.

Entro tras Aramil en el meson. Mientras éste habla con Valerio observo cuidadosamente el lugar, deteniendo la mirada en el hombre que se ve al fondo.

El hombre parece sentado contra la pared, con las piernas sobre el banco y os mira. No ves mucho mas por la mala iluminacion de ese lugar, esta algo en sombras. (para que te ubiques en el mapa, esta en la mesa de la esquina superior derecha)

Este mensaje es solo para ti, luego contestare generalmente

Será posible? Aramil no dice ni mu en todo el camino y ahora con el posadero de cháchara cordial... estos magos son muy raros...
Eh? Un guerrero? con semejante armadura seguro que se le oye en unas cuantas millas a la redonda...

Entro tras Irina y con un gesto de cabeza indico a Wim y Léonore que pueden pasar.

Hola Valerio, mesa para cinco? Mmmm, que hay para comer?

Entro en la posada frotandome las manos agradecid por el calor del lugar. Observo los rincones desde mi posición de espera. Observo los detalles e decración y calquier adorno que muestre algo lamativo.

-Encatado Valerio, mi nombre es Wim y sin duda es un placer pisar tu suelo.

Mi amplia sonrisa y mi pequeña mano estendida hacia arriba en acitud de saludo suelen resultar extrañas para alguien que no trata con medianos, pero no por eso dejo de hacerlo.

-Lo cierto es que tu mesón nos viene muy bien ¿sabes las nuves amenazadoras que hay ahi fuera? No son nada agradables. Si necesitas madera para la lumbre meteré un buen montón aquí dentro antes de que se te empape y arda peor.

Un lugar calentito, amabilidad, buena conducta y cooperación son los ingredientes para una cena gratis...o tal vez un rinconcito cerca del fuego.

-Sientensen donde gusten! +proclama el posadero, una vez estan todos adentro. Señala especialmente la mesa frente al fuego, junto a la puerta+ El fuego esta bien provisto y esas nubes no tardaran en llegar, asi que este es el mejor lugar donde quedarse!

Luego se limpia las manos en el delantal y sonrrie

-Tengo un jugoso asado en la parrilla desde esta mañana y estoy amasando pan. Les apetece? Me temo que solo tengo una sopa de cebollas sino... Tambien hay cerveza y agua fresca.

Duele un poco...

Hasta ahora todo habia ido bien. Te fuiste de casa y hcer de espada de alquiler pagaba los gastos. Si querias ibas con una caravana, sino no. No son comunes los viajeros solitarios, los caminos nunca fueron seguros, pero sabias arreglartelas... hasta que aparrecio ese maldito lobo de quien sabe donde, cuando caminabas a solas desde Puerta de Baldur a Vado de la Daga. Claro que lo pago y literalmente "perdio la cabeza" despues de morderte, pero ya te tenia sangrando profusamente. Esos dientes de hierro te habrian arrancado un buen cacho de pierna. Rengueando, seguiste, no te quedaba otra, pero sabias que no lo ibas a lograr si no encontrabas ayuda. Y todavia faltaban 2 dias para el pueblo.

El cartel que decia "Al campamento maderero y al Meson del Tronco", fue como palabra santa. Cuando, una hora despues por tu cojera y debilidad, llegaste a las ruinas del campamento, casi te vienes abajo de frustracion... todo abandonado. Mas Timora no te abandono, el meson estaba abierto y habitado... Alli un tipo amable, Valerio, te vendo lo mejor que pudo. Ahora estas descansando, tomando agua y comiendo algo de carne mientras hace el almuerzo, reponiendote. Parece que otra vez, la haz librado bien

Cuando el mediodia esta pronto y nublado, se rompe el silencio, y golpean a la puerta. Es un grupito heterogeneo, una mujer con aspecto guerrero, otra con ropas de clerigo, un mago elfo, un explorador y un mediano. Hablan con Valerio y la mujer guerrera te mira, mientras este los invita a sentarse junto al fuego, al otro lado de la taberna, para que no te molesten.

Al notar la clériga me acomodo la pierna adelante, luciendo mi herida. Pero obviamente no demostrando dolor. *Esta clériga me vendría de perlas para curar mi herida, seguro que tiene algo más de práctica con las vendas que este generoso posadero.*

Me pongo a inspeccionar como están equipados, como se mueven, y ver si se distingue alguien que los lidere. Ahora que lo pienso, tendría que empezar con algo de amabilidad de mi parte y saludar.

Me inclino lo que puedo en forma de saludo hacia la guerrera y después hacia el grupo.