Golpeas la puerta asi. Sientes de pronto el ruido de alguien descorriendo algo tras la puerta. Mira hacia ti, es un tipo de unos cuarenta y tantos, de cabello castaño claro, barba y mirada seria. Te dice:
-Entren rapido.
*Entro y jalo a Aileén conmigo*
(lo reconozco? recuerda la cantidad de qualities de motorizado que tengo o.o)
Dire: Reconoces que es un motoquero: un tipo que seguro ha vivido mas su vida en la ruta que en una casa fija pero no le conoces de otra cosa.
El tipo cierra la puerta con llave y ademas vuelve a correr una mesa de billar contra la misma.
-Es un milagro o es que tome demasiado, ¿quiénes sois?
Harvey. La pequeña es una acompañante del camino -
*Reviso a Aileén, me hinco frente a ella y acaricio su mejilla, ignorando por un momento al hombre*
- Dejame buscar unas cosas un segundo... no te vayas a mover muy lejos preciosa... -
*Me volteo de nuevo y miro al hombre de arriba a abajo. Era mayor que yo pero no lograba reconocerlo... que oxidado estaba para estos trotes. Extendí mi mano para dársela*
- Craven... pensé que ya no quedaba nadie en esta ciudad... -
-Mack, vengo de Arizona... allí realmente no hay nadie -mirando a la niña -es tu hija? Tienes suerte, yo perdí a la mía. Si quieren tomar algo hay agua potable y alcohol, y algunas gaseosas. No tengo mucha comida disponible, eso si. Pero lo poco que hay se puede compartir.
- Sí ,es mi hija -
*dije casi inconscientemente. Su mirada me hacía recordar a Verónica... tal vez era eso lo que me hacía sentirme tan apegada a ella. La miro y le pregunto*
- Quieres agua? -
La chiquilla asiente, Mack les trae un vaso a ambos.
-Esta natural, pero bueno.., nada eléctrico funciona aquí.
Se dan cuenta de que la luz proviene de una lámpara de gas que hay colocada en el centro de la habitacion
*recibí el vaso y me senté a hablar*
- Sí, en muchos kilómetros a la redonda parece no haber electricidad. Yo llegué hoy aquí a la ciudad, ya en m icasa no quedaba nada... -
*me quedo mirando al sitio*"en un rato lo registro a ver que queda..." *vuelvo a mirar a Mack mientras conversamos*
- ¿Que te trajo a esta ciudad? pensé que lo mejor era escapar de las urbes... y mis condolencias por tu hija... yo perdí a mi esposa
-Una promesa. Estuve con varios sobrevivientes antes de llegar aqui. Entre ellos había un tal Golden, golden era un cientifico que supuestamente salio de los laboratorios Genotech o como mier...- el hombre ve a la pequeña y cambia el insulto -como sea que se llamen. Decia que estaba la cura, en medio de ese caos, de la zona Cero.
- mmm... entiendo... yo vengo de allá. Estaba buscando algo de comida -
*reviso el bolso y saco una bolsa de papas y se la lanzo*
- Si quieres come, es lo único que pude conseguir antes de que los Zombies me cubrieran y tuviese que dejar mi moto aparcada... -
El hombre te agradece con la mirada.
-Vienes de ahi? Es verdad lo de la cura?
- Sinceramente no tengo ni idea... yo quedé a un par de cuadras del borde de la cuarentena. Y sinceramente, como estan las cosas, no creo que haya una cura... a veces creo que solo experimentan con nosotros y quienes lo hacen estan bebiendo vino y viendonos morir -
Mack come unas papas y luego guarda la bolsa.-
-No sé a dónde ir...
-no queda lugar..
- ¿Confias en las palabras de ese tipo? ¿el tal Golden? porque algo debió mostrarte para que quieras cumplir esa promesa con tanta determinación como para meterte en esta trampa para ratones -
-Golden me mostró un documento. Es una orden presidencial de acabar con la orden T45, de aniquilar todo ser infectado con el virus... uno que no me acuerdo el nombre pero está en el papel.
Dice Mack, y te muestra unos papeles amarillentos. En esos no solo se dice el nombre del virus sino que por sus características, muy bien podría tratarse de lo que ves día a día por las calles.
- mmm... interesante -
*los leo con detenimiento. Era claro que al parecer no estaba yo tan errado con mis pensamientos conspirativos. Sentía como la aventura mellamaba para esas cosas; tantos años alejado de la carretera no habian matado ni siquiera una décima de mi amor al riesgo... sin embargo, ahora estaba Aileén conmigo... y era un riesgo muy grande. La miré a los ojos y luego volví la mirada hacia Mack*
- entonces es ir hacia donde queda mi casa, atravesarnos un par de zombies y meternos en la boca del lobo... ¿sencillo no? -
Mack sonríe, como siempre es una sonrisa triste.
-Es que aquí, en estos papeles, se habla de una vacuna o de una cura, o de un antivirus... parece que a un tipo del laboratorio se le ordenó guardarla en la parte de los refrigeradores, antes de destruir todo. Sé que es una esperanza estúpida, amigo. Pero no tengo otra esperanza, así que si me preguntas si el plan es meterse en la maldita boca del lobo, te contesto que sí. Es el único plan...
*miro una vez mas a Aileén, si me movía de aquí no la dejaría en ningun momento. caminé hacia ella y la miré a los ojos*
- Pequeña, volveremos por donde veniamos... ¿Quieres venir conmigo? vamos a buscar una cura para la enfermedad -
La niña simplemente asiente con la cabeza, porque no puede sostener la idea de vivir en un mundo sin tí.
*me muevo de nuevo hacia Mack para volver a hablarle*
- Bueno, ya tienes otro compañero para el viaje. Pero lo haremos en el día; las cosas no estan tan bien como para movernos de noche. Ademas, yo apenas y cargo un par de cartuchos de escopeta encima y mi moto anda en otra calle. Necesitaría moverme con ella o conseguir un buen vehículo para movernos; tal vez un camión funcionaría para ahorrarnos algunas balas -
*me siento en uno de los bancos mientras hablábamos*
- Lo mejor es contar con fuerza bruta mas que con pólvora -