Partida Rol por web

Un extraño despertar

Escena III: El inquisidor Castillo

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20/07/2015, 19:14
Director

El sonido de un millar de cascos lo inunda todo mientras que el rechinar de los caballos parece el anuncio de una inminente batalla. Las voces y los gritos se suceden en el exterior mientras el sonido metálico de armas y armaduras inunda la noche con un estruendo ensordecedor. 

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26/07/2015, 23:13
Chambelán

El viejo chambelán irrumpe como un torbellino en la estancia, las puertas del comedor se abrieron de par en par con tanta fuerza y estruendo, que el golpe de aire producido por el girar de esta sobre sus goznes, hace volcar la copa de vino que el arcediano tiene en frente sobre la mesa. La blanca mantelería acaba mancillada en el rojo borgoña de la sangre de Cristo.

- !Mi señor, rápido se…señor!! Per…perdone mi irrupción señor. Fuera… Rápido, por favor, debe asomarse a la ventana y mi…mirar al patio de armas. Las cosas se están poniendo feas ahí abajo.

 

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26/07/2015, 23:18
Director

Os asomáis al gran ventanal que da directamente al enlonado patio de arma. Tras los cristales ahumados que te separan del gélido exterior, observas una marea de titilantes luces procedentes de decenas de antorchas que abarrotan el reducido patio de entrenamientos del castillo.

Notas como Lady Camelia y el arcediano Waleran Bigod se incorporan de sus asientos y se acercan al ventanal de tu izquierda para ver qué sucede, mientras, tus agudizados sentidos se adaptan rápidamente a las reducidas condiciones de visión permitiéndote percatarte de los acontecimientos que ocurren a tus pies.

Habrá unos veinte hombres de tu guardia defendiendo las puertas que dan acceso al ala del castillo en la que estáis situados en estos momentos. Alrededor de ellos casi un centenar de hombres fuertemente armados parecen querer romper el cerco para acceder al castillo. Aún a esta distancia puedes observar los metálicos reflejos del fuego sobre las armaduras. Un suspiro de horror surgió de los labios de Lady Camelia, que trató de disimularlo llevándose las manos a la cara.

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23/08/2015, 18:06
Clive

Todo esto se estaba volviendo cada vez más extraño, aunque en un principio no sabía que estaba ocurriendo delante de mis puertas, algo me decía a mi que Lady Camelia si que sabía algo... esperaba que no fuera demasiado tarde para averiguarlo, así pues como un resorte me levanté de mi silla y tras mirar a los que allí se encontraban:

-¿Alguién sabe algo de lo que está sucediendo ante mis puertas?- pregunté con gesto serio y algo enfadado, pues dicha información no se me debía haber negado al estar en mis territorios.

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23/08/2015, 19:35
Chambelán

El chambelán se apresuró a ponerse a vuestro lado y con su nerviosismo habitual comenzó a justificarse:

- Les intenté explicar que debían esperar a que usted tuviera a bien recibirles, ya que en estos momentos estaba ocupado en otros menesteres. Pero no han querido entrar en razón y son tan violentos como los peores bárbaros. Su líder no deja de repetir que son todo excusas y que estamos escondiendo a una…

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23/08/2015, 19:37
Lady Camelia

Un grito de horror salió de los labios de la dama mientras se llevaba las manos a la cabeza desesperada. El semblante pálido de su rostro no era nada en comparación con el pánico que reflejaban sus ojos:

- ¡Por los sietes hijos de Abraham! – el grito histérico de lady Camelia rasga profundamente el velo de la noche, haciendo enmudecer al chambelán.- ¡Es el inquisidor Castillo! ¡Viene a por mí!

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15/09/2015, 20:06
Clive

Miré desconcertado a lado y a lado viendo la reacción de Camelia y de mi Chambelán, aquello no pintaba para nada bien, ya tenía suficiente jaleo con el clero montado como que encima tenía problemas ahora con unos inquisidores, todo estaba yendo de mal en peor ¿¡Qué había hecho yo para merecer esto!?.

-Seguro que podemos llegar a entendernos, habrá sido un malentendido, además contamos con el arciano Waleran Bigod, que seguro que nos ayudará a poner calma al brazo armado de la iglesia, no nos interesa a ninguno violencia cuando estamos en la sagrada labor de levantar una iglesia a nuestro señor.

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15/09/2015, 21:29
Director

El nerviosismo reinante en el patio de armas llegó a su clímax cuando el sonido vibrante de una flecha se elevó entre una multitud que parecía haber enmudecido de repente. En el sepulcral silencio, uno de los hombres del inquisidor apareció tambaleándose entre las decenas de compañeros que se apartaban consternados, al contemplar como este se aferraba con ambas manos al asta de madera que sobresalía a la altura de su estómago.

La noche se había cobrado su primera víctima y no sería la última. El ambiente se llenó con el sonido de las espadas saliendo de sus vainas y pronto, el chocar de acero contra acero se impuso sobre el resto de sonidos nocturnos.

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18/10/2015, 21:24
Clive

La situación no pintaba nada bien, la lucha estaba claramente perdida incluso antes si quiera de haberla empezado y sinceramente no sabía ni porque había empezado, allí había más de un centenar de hombres y mi ejercito no llegaban casi ni a una veintena, estábamos en mejor posición pero la diferencia numérica era abrumadora. Solo veía tres opciones viables, huir del castillo ahora que estaba a tiempo, luchar o tratar de dialogar. La realidad es que no sabía cual de las tres tomar y todas me parecían igual de arriesgadas valoradas individualmente.

Rechacé la opción de luchar, pues hacerlo sin mostrar mis habilidades vampíricas sería realmente difícil. Así que opté por la última, tratar de dialogar, igual con algo de suerte pudiéramos escapar vivos de allí. 

Tomé las escaleras hacía donde se producía la batalla y al llegar a esta grité:

-¡PAREN LA LUCHA! ¡QUIERO EVITAR MÁS DERRAMAMIENTO DE SANGRE INOCENTE! ¡ HABLARÉ CON SUMO GUSTO CON SU LIDER!

La suerte estaba echada

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20/10/2015, 20:25
Director

El fragor de la batalla es terrible e incesante, el sonido del entrechocar de las armas resuena como los aullidos de mil engendros sedientos de muerte y destrucción. El caos reina por doquier y el color rojo de la sangre ya tiñe por completo cada rincón del patio de armas. En mitad de aquella pesadilla infernal ninguno de aquellos hombres cegados por el fanatismo y la ira parece escuchar tus palabras y mucho menos os veis capaz de distinguir quien de todos ellos es quien lidera la carnicería

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20/10/2015, 20:36
Lady Camelia

La desesperación no ha dejado de reinar en el rostro de Lady Camila por eso no os sorprende cuando tira de vuestros ropajes obligándoos a mirarla a los ojos, unos ojos tan hermosos y que ahora reflejan el temor por ver la muerte frente a ellos. 

- Tenemos que casarnos. - No hay el más mínimo asomo de duda en sus palabras. - Es la única forma, Castillo no puede apresar a un miembro de la alta nobleza. Si fuera vuestra esposa, si me convirtiera en condesa, para él sería intocable.- Sus dedos se aferran con tanta fuerza a vuestras ropas que han adquirido una palidez mortecina. Sus ojos pasan rápidamente de vos al sacerdote.- !Pero hay que hacerlo ahora!

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11/11/2015, 21:24
Director

La superioridad de las fuerzas del inquisidor Castillo es abrumadora. La sangre de tus hombres no tarda en derramarse sobre el patio de armas. Los pocos que quedan en pie portando las armaduras con el escudo del condado son derribados y destrozados por decenas de espadas con sed de venganza. No pasa mucho tiempo hasta que un centenar de miradas fanáticas centra sus ojos en un nuevo objetivo. Las puertas de tu castillo.

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03/12/2015, 22:11
Clive

Tras todo aquel clima de batalla y guerra, parecía como si esta situación estuviera a punto de superarme y dejarme llevar por las palabras de tan bella mujer, pero en aquel momento creí ver otras historia, otra posible historia más oscura y oculta tras esto, ¿Y si realmente estuviera pactado, pretendiera casarse conmigo para tras esto asesinarme y heredar todas mis tierras? Tenía serias dudas al respecto pero no me acababa de gustar lo más mínimo de tomar una decisión de esa embergadura de forma precipitada.

-No tomaré una decisión así de forma repentina. Salga usted a hablar con ellos- le dije a la curia, con la esperanza de que frenara a los templarios.

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03/12/2015, 23:35
Director

Unos golpes fuertes y rudos resonaron por toda la fortaleza haciendo temblar sus muros hasta los cimientos. El Cardenal y sus hombres están intentando acceder hasta vuestra posición y parecen haber improvisado un rudimentario ariete con el que están tratando de echar abajo la puerta que les impide el paso.

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03/12/2015, 23:37
Waleran Bigod

El sacerdote parecía totalmente consternado y superado por la situación y tu propuesta de hacerle salir a pleno campo de batalla era algo que no cabía en la mente de aquel hombre.

- Yo... pero ¿Qué queréis que les diga? - Entonces sus ojos se posaron en la mujer. - Si es a ella a quien buscan entregádsela.

A nadie en la sala le pasó desapercibido el deje de desesperación en su voz.

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03/12/2015, 23:40
Lady Camelia

Cada vez que la fortaleza temblaba bajo los tremendos impactos del ariete el rostro de Lady Camelia palidecía más y más.

- Por favor, os lo suplico, es la única manera... Tenemos que darnos prisa o será demasiado tarde.

Nunca en vuestros largos años de existencia habíais sido testigo del horror absoluto en tan hermosa criatura.

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26/12/2015, 15:49
Clive

Finalmente decidí cortar aquello por lo sano, puede ser que con toda seguridad fuera una trampa demasiado premeditada sin embargo ya me daba igual habían matado a la mayoría de mis seguidores y pronto reinaría un montón de cadáveres putrefactos, así que decidí hacer caso a aquella mujer:

-No me convence demasiado sin embargo me casaré con vos si así consigo salvar mi reino- añadí con dudas respecto a la acción que iba a tomar.

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27/12/2015, 22:49
Lady Camelia

Una inmensa felicidad y un profundo alivio inundaron los ojos de Lady Camelia al escuchar vuestra palabras. Acto seguido su rostro se volvió hacia el sacerdote y con una mirada autoritaria pero serena no dudó en ordenarle:

- Ya habéis escuchado al Conde, dad comienzo a la ceremonia. 

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27/12/2015, 22:54
Waleran Bigod

La sombra de la duda y el temor se extendió por el rostro del sacerdote, todo aquel caos, la batalla campal y la terrible sensación  de estar sirviendo de ayuda a alguien perseguida por la Inquisición no hacía si no hacerle palidecer por momentos. Por lo que de sus labios acabó saliendo en un hilo de voz las últimas palabras que Lady Camelia habría querido escuchar:

- No puedo hacerlo...

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06/01/2016, 17:18
Director

Un estruendo atronador se extiende por los muros de todo el castillo cada vez que el ariete golpe sin piedad las imponentes puertas de madera, tratando de hacerlas añicos.