Partida Rol por web

-¡Qui...qui...quieto! ¡No...no...se acerque!- dijo alejándose de la mano que le tendía el investigador.

-Llamaré a la policía. Además...soy cinturón negro de kárate- añadió con la intención de asustar a sus supuestos atacantes mientras hacía extraños movimientos con las manos.

-Joder encima retrasado. -Bufó totalmente harto. Resuelto a solucionar aquello antes de que pasara a mayores se dirigió a el mientras le enseñaba la placa.

-Buenas noches, soy el detective Robert Graves de la policía metropolitana de Arkham. -Tras guardar la placa se le ocurrió una idea. -¿Ahora podría usted identificarse por favor?

- Haya paz - grita Phil al guarda al verle ponerse nervioso - Señor Graves, está claro que es el vigilante del que nos habló el señor Oubrey. Y usted, déjese de juegos de manos por Dios. Que se va a hacer daño. 

Por un momento el periodista parece olvidarse de la escena que acababa de vivir unos minutos atrás. 

El detective levantó nuevamente la mano como pidiéndole paciencia.

-Por favor podría identificarse. Su nombre y apellido -Aclaró nuevamente.

Al ver la placa de Graves el vigilante se relajó, estaba claro que haberse librado de tener que demostrar su dominio del kárate le tranquilizaba.

-William, me llamo William Parker, peto todo el mundo me llama Billy. Supongo que ustedes son los investigadores que el director Oubrey me pidió que fuese a buscar... Me quedé mirando estos cuadros y se me fue de la cabeza...- se disculpó mirando hacia las pinturas que tenía a la espalda.

-Da hambre sólo de mirarlos verdad?- preguntó con una sonrisa.

-Da hambre sólo de mirarlos verdad?

¿Hambre? - Phil no hizo siquiera amago de mirar los cuadros. Prácticamente evitaba el contacto visual. 

- Bien Billy. Discúlpeme por mi exabrupto de antes. Estoy algo nervioso. Le llamaré Billy si usted lo prefiere, aunque William me parece un nombre con mucha clase. Mi abuelo se llamaba así ¿sabe?. - Phil tendía a dar circunloquios y hablar de más cuando salía de su zona de confort. - Si, el señor Oubrey nos dejó libertad de movimiento por el museo.
Tengo entendido que usted estuvo aquí anoche durante el... allanamiento. ¿Tiene quizás algo que compartir con nosotros? Es extraño que no robasen nada... ¿quizás les asustó usted con sus movimientos asiáticos?

John tuvo que reprimir una sonora carcajada al escuchar al periodista referirse a "sus movimientos asiáticos". Además, era bastante difícil imaginar que un tipo del tamaño de William pudiese realizar ese tipo de movimientos. 

-¿Serías tan amable, Billy, de contarnos todo lo que sepas del suceso que acaeció la otra noche y por el que estamos aquí reunidos? Como habrás podido comprobar no todos los aquí presentes tenemos la misma paciencia, así que no me andaría con muchas tonterías.

Digamos una cosa de Billy, no era muy rápido mentalmente, pero desde luego no era estúpido. Era mucho más grande que Finder, pero ellos eran cuatro y, hasta él sabía que cuatro contra uno no podía augurar nada bueno.

-La verdad... Bueno... Lo cierto es...- se ruborizó -No se lo digan al director Oubrey por favor...- dijo mientras se miraba la punta de los pies.

-¿Conocen ese restaurante mexicano en la 23 con Bradbury? ¡Comida mexicana! Aquí, en Arkham, ¿se imaginan?- decía emocionadísimo.

Serenó un poco el ánimo y continuó.

-Verán, era la inauguración del restaurante, había una oferta genial de tacos y burritos picantes y... Bueno, digamos que no me sentaron bien... Me pasé gran parte de la noche en el aseo-.

Ante aquellas declaraciones Robert se quedó lívido. Aquella enorme mole no más que un necio inofensivo que hacía más mal que bien con su incompetencia. Tras unos breves instantes para procesar lo que aquella mole decía... Tenía claro que aquello no estaba en el informe, aquella confesión era algo nuevo.

-La verdad es que me han hablado muy bien de la comida mexicana. –Añadió para intentar conseguir la complicidad de su interlocutor. -Sólo una cosa, ¿entonces si usted no vio a ninguno de los intrusos? ¿Quién los vio? ¿Quién los hizo huir?

-Ver, nadie vio nada. Cuando me encontraba... indispuesto... oí pasos y voces en la sala de Pintores Americanos, pero cuando por fin pude acudir... Bueno, allí no había nadie... Ni faltaba nada. ¿No les parece extraño?- preguntó como quien pregunta cualquier curiosidad de una revista.

- Pero... pero esto es inaudito. ¿Me está diciendo que se ha abierto una investigación porque usted ha escuchado pasos? Porque si no se robó nada, si no hay muestras de allanamiento. Si no se vio a nadie.... ¿Todas las preocupaciones del señor Oubrey se basan en que usted, atrapado en el retrete, escuchó pasos y voces en la sala de pintores americanos?

Te están ocultando información Phileas, no quieren que lo sepas todo... Y algo más hay. Algo más hay en esa sala. 

-Bueno está claro que no hay caso. -Repitió recalcando la obviedad. -Menuda forma de desperdiciar el dinero de los impuestos. Haré que conste eso en el informe.
-¡Buena suerte! –De despidió del grupo está vez parecía que de manera definitiva

-Bueno, mantengamos la calma. Ya que parece que lo que fuese ocurrió en la sala de los pintores americanos ¿Qué le parece si empezamos por ir a dicha sala? ¿Quizás una vez allí nuestro amigo William recuerde algo más? -Y así podré echar otro vistazo a ese cuadro-. Dijo para sus adentros a la vez que le recorría un escalofrío por la columna vertebral.

-No se precipite Sr. Graves... Vayamos a esa sala y si allí no descubrimos nada nuevo se va y listo. ¿Hecho?

Mientras discutían entre ellos y con William, un fuerte ruido llegó a ellos desde la sala de Pintores Americanos.

Un sonido similar al de un peso cayendo al suelo desde cierta altura y cristales rotos.

-Cielos!!! ¿Qué ha sido eso?

Exclamó John mientras salía corriendo hacia la sala de la que había venido el estruendo. Sólo esperaba que sus acompañantes le siguieran y no le dejasen solo.

- Pero señor Finder, aténgase a razones. ¿No ve que esto es todo una sobrepreocupación del señor Oubrey? Bien pudo ser una rata lo que escuchó este buen hombre. O sus propias tripas pidiendo clemencia tras intentar digerir esas comidas sureñas del demonio.....

-No se precipite Sr. Graves... Vayamos a esa sala y si allí no descubrimos nada nuevo se va y listo. ¿Hecho?

Se acerca al señor Finder e intenta hablar más bajo, pero su nerviosismo hace que le pueda oir cualquiera. 

_{- ¿De verdad quiere volver ahí? Si ha visto lo mismo que yo....}

De repente, un estruendo le interrumpe. La cara de Phil palidece pero no puede evitar correr detrás del detective. 

Sin mediar palabra el detective se dirigió raudo al origen de aquel estrépito, antes de abrir la puerta que daba a la habitación anexa quitó el cierre de su pistolera y tomó el arma. 

-Más vale estar prevenidos. -Fueron sus únicos pensamientos antes de enfrentarse a lo desconocido.

El grupo salió corriendo hacia la sala principal, donde se exponía la colección de Pintores Americanos. Incluso William, que agarró del brazo al profesor Diehl, que una vez más se encontraba alelado.

Cuando el grupo llegó a la sala se encontró con una escena completamente inesperada: una de las enormes ventanas estaba completamente destrozada, pero eso no era lo más llamativo. Bajo el cuadro "Un paraje junto al mar" se hallaba el cuerpo inerte de un hombre.

El detective se dirigió al cuerpo intentando detectar su estado, sin embargo por los nervios se vio incapaz de localizar su carótida.

-¿Alguien sabe primeros auxilios? -Preguntó al grupo. -Voy a llamar a una ambulancia. Habrá un teléfono en el despacho del señor Outney. -Resolvió mientras se dirigía con grandes zancadas