Partida Rol por web

Un paraje junto al mar

Capítulo Final - Viaje al otro lado

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08/09/2016, 22:39
Phil McReel

Cerró rápidamente la puerta tras atravesarla como si eso le fuera a separar de alguna manera del ser indescriptible. Se giró y miró la luz del faro como una mosca atraída por una bombilla incandescente. 

- Necesitamos su cámara para revisar una cosilla, un detalle menor. Pronto podrás seguir con su rutina.

Frases empezaron a sonar en su cabeza. No era su conciencia, no era esa voz que le ofrecía un trato. No era su madre, no era Marie. 

-Evidentemente su trabajo será remunerado... Digamos 5 dólares la noche. ¿Que les parece?

Parecía que hubiesen pasado veinte años desde que, ¿por azar? acabaron involucrados en una investigación que claramente les sobrepasaba.

- Tiene usted muy buen ojo Sr. McReel, sin duda puede que sea la obra más peculiar de la exposición. 

La luz del faro le cegaba más si caso eso era posible, pero visiones venían a su encuentro. El primer vistazo al cuadro. El cadáver mojado. Billy, el vigilante de seguridad... Todos esos momentos le venían como fogonazos a la mente.

Y John Finder, y Charles Diehl, y Robert Graves. Todos muertos. ¿Te vas a salvar tú Phileas? ¿Tú? Botarate. ¿Mereces salvarte?

- No.... - comenzó a hablar en alto - nuestro destino debería ser el mismo... Pero.... - miró hacia la puerta y apuntó con su revolver bajo su mandíbula. La mano le temblaba. Incapaz de dar el paso - .... no puedo...sí. Sí. Puedo escapar. ¡Puedo escapar! ¡Debo!

Y tras bajar el revolver, levantó el amuleto y se acercó a la luz del faro a paso decidido. 

 

 

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08/09/2016, 23:51
El Guardián de los Arcanos

La luz inundó todo su mundo con un fulgor que se clavaba en los ojos como dardos ardientes. Todos sus sentidos quedaron embotados y una sensación de vértigo se adueño de su estómago.

Sentía que su cuerpo se elevaba, que vibraba, se contraía y expandía infinitamente, y como se hacía mil pedazos para volver a reconstruirse un instante después. Esto fue lo que Phileas McReel, periodista del Heraldo de Bellow Falls, sintió al atravesar el portal que le devolvería a su mundo. Eso y una punzada de dolor en su espalda que le hizo gritar. Aullar de dolor en el vacío interdimensional en el que nadie podía oírle.

Abrió los ojos, ¿cuánto tiempo había pasado? ¿un segundo?¿toda una era?. Sus pupilas comenzaron a adaptarse a la luz, los contornos empezaron a definirse y a dar paso a formas y colores que le eran vagamente familiares. Dos figuras se acercaban corriendo hacia él, intentó levantarse, luchar, pero su cuerpo no le respondía, la espalda a la altura del hombro izquierdo le ardía.

Cuando aquellos que se acercaban estuvieron al alcance de la maltrecha vista de Phil, pudo distinguir los rostros del profesor Armitage y Michael Oubrey, había vuelto al museo.

Volvió el rostro hacia la pared, hacia aquel maldito cuadro que ya no brillaba bajo la luz de la luna, y sus ojos se clavaron en la mortecina luz del faro que, poco a poco se fue apagando hasta extinguirse. Después de esto, las fuerzas le abandonaron y se sumió en la blanda y acogedora oscuridad que le brindaba el descanso que merecía.

 

Phil abrió los ojos, su nublada vista se enfocó en el techo. AL principio no sabía donde se encontraba, hasta que reconoció la lámpara que le regaló su tía Gladys el día de su boda.

¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Dos meses? Y aún seguía despertando con miedo a estar de vuelta en aquel infierno, en aquella nada infinita.

Se incorporó y se sentó en la cama, se acarició el hombro, allí donde tenía la herida, una herida que jamas cicatrizaría. Se levantó dispuesto a comenzar otro anodino día de su triste existencia y se encaminó hacia el baño.

¿Qué había sido eso? No estaba seguro, pero durante un momento, en el limite de su campo visual, una túnica amarilla ondeó durante una fracción de segundo.

FIN.