Partida Rol por web

-Siento no poder ayudarle detective, pero llevo sin tener noticias de ninguno de los dos desde hace veinte años, incluso antes de la desaparición de Lawrence, me temo que no dispongo de esa información. En cuanto a lo de los hechizos... Bueno, creo que necesitaremos algo más que historias de campamento- dijo levantándose de su asiento -Acompañenme, necesito que me ayuden a buscar el hechizo que cierre los portales, ¿quién sabe? puede que incluso lleguen a salvar el mundo...-

Llegó hasta la puerta de su despacho pasando a través del grupo de hombres, luego agarró el pomo, pero no lo giró aún.

-¿Alguna pregunta más?-

El detective negó con la cabeza. Su rostro seguía siendo el de un escéptico.

El profesor tomó el silencio de los cuatro investigadores como la señal de que habían terminado la conversación en su despacho.

Abrió la puerta y salió a la sala principal que ya empezaba a recoger a los primero visitantes, giró a la derecha y entró en un cuarto que hacía las veces de antesala de la "Sala de Libros Raros" de la biblioteca. Este cuarto daba la impresión de que lo que encontrarían los visitantes al otro lado de la puerta sería un cuartucho lleno de archivos y estanterías metálicas. Algo parecido a donde almacenaban las pruebas en las comisarías, nada más lejos de la realidad.

Tras varias vueltas de llave, el profesor empujó la enorme hoja metálica que cerraba la sala y dejó el paso franco a los visitantes. Al entrar pudieron contemplar una biblioteca en miniatura, tan ricamente ornamentada como la auténtica bibilioteca que quedaba a sus espaldas, pero mucho mas pequeña.

Había infinidad de libros de todos los tamaños y colores imaginables, pero lo que más os llamó la atención al dar un ligero repaso por las estanterías es que la gran mayoría de ellos no tenían títulos en los lomos, como si quien los escribió no pensaran jamas que estarían expuestos en una biblioteca.

-Bienvenidos a la sala de libros raros. Cuna del saber oculto- anunció Armitage.

-"Magnífico"pensé
Quien lo hubiera dicho esa mañana cuando me levanté.
-"Un portal a otro mundo....hechizos...delicuentes...material muy jugoso para otra pequeña afición: escribir novelas de misterio" continué pensando.
Sin lugar a dudas teníamos que seguir investigando. El Museo había recibido un duro golpe, no podíamos....no podía dejar en la estacada a mi amigo.
-"Debemos hablar con ese tal Bannon"

-Estoy de acuerdo con usted, Charles, pero no deberían irse con las manos vacías. Ayudenme a buscar la manera de cerrar los portales que han sido abiertos, el hechizo de Símbolo Arcano. Está contenido en alguna parte de esta biblioteca y la verdad es que el tiempo apremia, por eso les pido su colaboración-.

La biblioteca ya tenía un atractivo indudable. Los tomos se apilaban unos con otros dibujando lineas de colores marrones, verdes y azules que olían a sabiduría. Phil se encontraba muy a gusto en salas como esa, pero su sensación al entrar en la sala de libros raros fue más allá. Él esperaba algún tipo de archivo desordenado y sin embargo encontró la sala que para sí quisiera en su domicilio.
Los libros sin etiquetar junto a las cuidadas estanterías exudaban carisma.

Qué maravilla.

- Claro, claro que le ayudaré profesor. No sé muy bien qué tengo que buscar. ¿Están escritos en nuestro idioma? Intentaré localizar referencias al Necronomicón, portales... ¿símbolos arcanos?. 

No podía disimular su excitación. Había pasado página del miedo que el cuadro había introducido en su cuerpo la noche anterior. Era todo un mundo el que, refrendado por las palabras del profesor, se extendía frente a él.  Empezó por la estantería junto a la puerta, libro a libro, parándose a olerles, acariciaba los lomos cuando la encuadernación así lo merecía. 

Esta piel es extraña - pensó en alguna ocasión - ¿será otro material?

Tras ojear decenas de volumenes le pareció encontrar algo relacionado con las palabras del profesor Armitage. 

- Profesor, ¿puede tener esto relación con lo que buscamos? - dijo alzando un volumen ciertamente peculiar. 

Una vez en los pasillos de la Biblioteca nos paseamos arriba y abajo buscando.....mirando.....leyendo.....hasta que finalmente pongo cara de sorprendido mientras trato de leer un viejo libro que he cogido.
-"Tal vez sea este libro o alguno cercano que esté en esta estantería o pasillo" pienso al soplar sobre la cubierta de un viejo libro sobre estrellas, símbolos y dimensiones paralelas.

John, como el resto de sus acompañantes, estaba maravillado con lo que tenía ante sus ojos. Había errado completamente cuando se imaginó ese lugar mientras el profesor hablaba sobre él. Los libros siempre le habían gustado y estaba acostumbrado a visitar bibliotecas, pero aquel lugar era indescriptible. Quizás fue esa fascinación la que le hizo no prestar demasiada atención a lo que hacía y saltaba de un volumen a otro sin orden ni concierto. En ese momento no iba a ser de gran ayuda y es que el ansia que le producía tener en sus manos volúmenes tan antiguos y extraños le impedía concentrarse en buscar cosas realmente importantes.

Mientras que sus compañeros se dejaban impresionar por aquel conjunto el detective, práctico como él sólo, ocupaba sus pensamientos en juzgar lo que veía.

-Otra sala más, idéntica... Llena de ejemplares "prohibidos" no sería conveniente destruirlos para que los críos no jueguen con "fuerzas ocultas".- Sus reflexiones emanaban ironía por todos sus poros más no las manifestó en alto. Su misión era la de buscar al culpable de asesinato, no la de organizar libros.

La desidia le embargaba mientras miraba los ejemplares con cierto interés. Algunos tomos parecían medievales, otros de la Época Victoriana... Él era más de Conan Doyle, no había magia eso seguro.

-Disculpe que le interrumpa, pero estaba pensando mientras miraba este ejemplar... Ehh. -Cerró el tomo para confirmar el título-. Bufff no sé leer esto.

-El caso es que habláis de magia, portales, conjuros. Discúlpeme si le turba mi escepticismo pero, una prueba, sí una prueba digamos que ayudaría a que entremos en su juego. Si no, lo lamento pero la metodología policíaca es otra.

Tras cinco largas horas de búsqueda entre los polvorientos volúmenes, tanto Phil como Charles consiguieron dar con las fórmulas necesarias para realizar el hechizo del Símbolo Arcano. Ambos encontraron en aquellas líneas apenas una partícula de conocimiento, pero fue suficiente para abrir sus mentes hacia una enormidad cósmica que eran incapaces de comprender.

Mientras, el detective Graves ojeaba un tomo redactado en sánscrito antiguo que desechó casi al momento, y se dedicaba a deambular por la sala, mirando por encima del hombro de sus compañeros o simplemente sentado en algún sillón mirando el techo.

Por su parte, John encontró un libro que aparentemente estaba escrito en un idioma completamente desconocido, los caracteres ni siquiera parecían de este mundo. No supo nunca lo que allí decía, pero una sensación de vértigo se instaló en su cabeza.

Cuando se lo comunicaron al profesor Armitage, éste les indicó que había encontrado por su parte el proceso que debían seguir para llevar a cabo el conjuro.

-El caso es que habláis de magia, portales, conjuros. Discúlpeme si le turba mi escepticismo pero, una prueba, sí una prueba digamos que ayudaría a que entremos en su juego. Si no, lo lamento pero la metodología policíaca es otra.

 -Precisamente a eso vamos detective, primero necesitamos dos objetos, he cogido estos dos amuletos, no tienen ningún valor material, pero servirán para contener el hechizo- dijo depositando sobre una mesa dos pequeños medallones con el ojo de Horus en una de sus caras. La otra cara permanecía vacía.

-Ahora, señor Diehl y señor McReel, necesito su ayuda recitando los versículos que han encontrado. Esto llevará un par de horas detectives, por favor, tengan un poco de paciencia-.

Los tres hombres se dispusieron en circulo rodeando la pequeña mesa que contenía ambos amuletos y comenzaron a salmodiar, al principio con ciertos titubeos y reparos, después con mayor soltura y convicción, los versos escritos en los tomos encontrados en la biblioteca.

Fue pasando el tiempo y, en un principio no parecía ocurrir nada, tanto era así que los investigadores empezaron a perder la paciencia.

Cuando Diehl estaba empezando a plantearse dejar aquella tontería y largarse, los medallones empezaron a brillar con un tenue resplandor rojizo, cuando acabaron el ritual, ambos colgantes se apagaron.

El profesor Armitage los recogió de la mesa y se los mostró a sus invitados. En la cara que no tenía ninguna marca había parecido un símbolo.

-Este es el Símbolo Arcano. Con esto, derrotarán al mal- sentenció Armitage.

Y con esto, concluyó el ritual para llamar al Símbolo Arcano.

Con el transcurrir del ritual, la sonrisa se dibujó en el rostro del agente de la ley. De la sorpresa y la curiosidad inicial pasó a un tono burlón viendo a aquel heterogéneo grupo de tres hombres entonar aquella letanía como si creyesen en el yeti o el hada de los dientes. De repente un tenue resplandor rojizo iluminó suavemente la mesa…

-¿Qué coñ…?- Su blasfemia murió en sus labios al haber asistido a aquello, no era algo de lo más espectacular, pero sí se trataba de algo al fin y al cabo.

-¿Qué cojones? Portales, cuerpos que aparecen empapados bajo un cuadro, hechizos. Debo conceder a esta broma del destino la suficiente credibilidad que merece.- Resolvió mientras en su rostro sólo se percibía amargura.

-Sólo unas preguntas más. –Añadió Robert con un rostro adusto y severo fruto de la preocupación que daba el conocimiento de la existencia de fuerzas más allá de su comprensión y del control de la policía de Arkham- ¿Por qué no quemar el cuadro? Sin punto de salida no hay portal que valga.- Se atrevió a especular- ¿Por qué no lo hizo usted mismo? ¿Por qué ahora? ¿Qué tiene que ver el difunto en todo esto?- No parecía cómodo con el papel de ser una herramienta del destino materializada en el profesor.

Mientras Robert formulaba sus preguntas su mente no dejaba de darle vueltas a la escena a la que acababa de asistir ¿De verdad era magia? Al menos eso parecía, pero... ¿lo era realmente? Su natural escepticismo le impedía abrirse tan fácilmente a otras realidades más elevadas cómo podían hacerlo sus compañeros.

Evidentemente aún no se creía del todo aquel asunto pero ya no se atrevía a gritar a los cuatro vientos que aquello de la magia era una tontería.

Armitage veía el rostro contraido de Robert mientras le preguntaba aquellas cosas y entendió perfectamente lo que pasaba por su cabeza. Hacía años, cuando era jóven, él mismo había sido un gran escéptico, probablemente debido a ello fue que cuando vislumbró el otro lado de la realidad se volcó en su conocimiento para intentar desentrañar aquel misterio cósmico.

-El cuadro no se puede dañar, y no me refiero a quemarlo, no se le puede hacer ni un solo rasguño. Es cierto que ha pasado las últimas dos decadas encerrado en una caja de madera, pero aún así hasta ustedes se habrán podido dar cuenta del estado de conservación de la pintura, parece que fue realizada ayer mismo, ni siquiera los estragos del tiempo le afectan. Es una de las propiedades del hechizo del que está imbuida-.

-Al finado no le conozco, lo siento, como le he dicho al señor Finder nunca he estado en esa dimensión, por lo que desconozco su naturaleza y habitantes, pero sí, el hombre salió del cuadro-.

John cada vez entendía menos todo lo que estaba pasando. Nunca se había encontrado como estaba ahora mismo... desubicado, tenso, perdido, y por qué no decirlo, empezaba a sentirse aterrado. El recuerdo de lo que había visto en el cuadro le mordía por dentro, y más después de haber presenciado los últimos acontecimientos en la biblioteca. Se daba cuenta de que esto no era un juego, y que iban a luchar contra cosas que no entendían. Incluso contar con la guía del profesor Armitage no le daba ninguna esperanza.

-Profesor, ¿Hay alguna manera de luchar contra todo esto? Quiero decir... ¿Tenemos alguna esperanza?- John no quería sonar derrotista, pero ahora mismo le faltaba el valor del que había hecho gala en el pasado.

Phil estaba entusiasmado con lo que estaba pasando. Nunca había sido seguidor de supersticiones u otras charlatanerías pero todo era nuevo y excitante. Tanto que llegaba a tapar el miedo que le daba plantearse seriamente en lo que se estaba metiendo. 

- Profesor... respecto a esa otra... dimensión. Dice que ese hombre salió del cuadro. ¿Cree que pudo salir.... algo más con él? 

El periodista describió las dimensiones del destrozo que encontraron en la ventana del museo, con la esperanza de que el señor Armitage pudiese compartir algo más de información sobre qué podía encontrarse en esa otra realidad. 

-¿Maneras de luchar? Lo dudo- negó con la cabeza -El poder del Necronomicón podría acabar con cualquiera de nosotros en un instante. Pero podemos deshacer el hechizo, que no es poca cosa. Eso sí, para ello necesitamos ambos cuadros, si destruimos ambos portales la propia realidad que comunican colapsará. ¿Tienen alguna idea de donde podría estar "Una mansión"?- preguntó a los investigadores que parecían estar sobre la pista de algo.

-Y si, señor McReel, el portal no está sometido a las leyes físicas convencionales, por él podría salir cualquier ente de las dimensiones que me comenta- confirmó los temores del periodista.

-Ente... -El detective se rascó la coronilla mientras cambió su sombrero de mano.

-Joder.- Maldijo para sus adentros. Ya no sabía en qué creer, qué pensar. Por el momento seguía a aquel grupo de locos aparentemente inofensivos que como siguiesen por esos derroteros eran capaces de asesinar a cualquier inocente asegurando que era la reencarnación de Belcebú.