Partida Rol por web

Sonrió ante las palabras de Alice – Deja A Armand de lado por esta noche y enrédate en los brazos de la noche y disfruta de su amante la luna que te seguirá como una esclava en aquello que hagas – paso a su lado rosando su cintura con una de sus manos.

Danza al compas del viento como aquel día en que juraste volver a verme….. con tus ojos azules Le susurro al oído Déjate lleva runa vez más por el éxtasis que tiempo atrás perdimos y ahora recobramos…. Tú hiciste volver al viejo Joska ahora quiere ver a esa Alice con quien compartí esa noche inolvidable….

Descruzo mis piernas dejandolas abiertas, pero sin dejar nada a la vista, aprovechando el vuelo de la falda... Me incline levemente y mire al ravnos con una sonrisa.

Tras de el salio un pequeño tentaculo de sobras que entro por la parte de atras de su camisa, acariciando su espalda de forma suave, mientras mi ojos azules no se separaban de el y mi sonrisa se ampliaba - Desde que entre por esa puerta todo quedo atras...

Hay un privado en la parte de atras.- dijo Andreas viendo por donde avanzaba la situacion.- Teneis tiempo hasta que el resto aparezca.

Sintió aquella caricia fría como el mismo beso de la muerte, escucho las palabras de Andreas mientras sin importar su entorno, su mirada se perdía en aquel océano de recuerdos que podía ver en los ojos color mar de Alice. Sus manos se encontraban a un lado de los muslos de la joven Princesa mientras cara a cara se encontraban en un juego del gato y el ratón que les traía recuerdos…. O solo a Joska que se sumergía en ellos como si fueran a tomar vida propia gracias al arte de las ilusiones.

Que dices si esperamos más cómodos…. Tu y yo…. Dijo en voz baja casi en un susurro estirándose para llegar al oído….

Sonrei de forma mas amplia enseñandole mis colmillos, dejando claro que me apetecia muchisimo empezar mi evasion alli y ahora...

- Jos... No me pareceria de buena educacion apartar a nuestro pequeño principe Toreador... - comento guiñandole un ojos a Christian - Siempre podemos calentar hasta que lleguen el resto de jugadores... - Comento sonriendo divertida, recordando la noche pasada, en la que aquellos hombres fueron los primeros en ver a la mujer que habia en mi, ver la mujer que solo habia tomado Armand.

Movi suavemente mis piernas para rozarlas contra las manos del Ravnos mientras el frio tentaculo se entrelazaba por su cuerpo hasta tocar su abdomen.

Una mirada de fuego en aquellos ojos distintos que la observaba, no recordaba que gustara de doble compañía pero si es una noche sin reglas porque acapararlas ahora o pensar en ellas, sintió el roce de sus manos y no puedo evitar acariciar sus piernas con la yema de los dedos mientras sentía el roce frio de aquel tentáculo enredar su cuerpo.. Los viejos tiempos traen esos recuerdos que alguna vez vivimos, recobremos el tiempo perdido antes que volvamos a desaparecer…. sus manos llegaron hasta la cintura de Alice y de un pequeño empujoncito la levanto de su silla improvisada que era la barra….

Pon algo de música Andreas…. Recordemos ese día……

Esto es lo mas suave que tengo, despues tengo algo mas... gotico y de eso ya pasa al heavy.- dijo Andreas colocando un cd.- aunque si pedeis algo en especial podria conseguirlo.

Me dejo bajar de la barra recordando secuelas de la noche en Lisboa por momentos, pequeños flashes que me recuerdan escenas deliciosas, como el pequeño angel toreador disfrutaba usando mi piel blanca como lienzo y nuestra sangre como pintura... Como las ilusiones del mas que "travieso" ravnos hacian que cualquier lugar, cualquier escena fueran posibles, complaciendo todas las fantasias de una chiquilla...

Me acerco a el ya en el suelo escuchando la musica, sonriendole - Como en todos los bailes, el hombre es el que guia a la dama...

La puerta se abrio.

Alice bailaba muy pegada al Ravnos una balada heavy algo romantica mientras el toreador antitrubu disfrutaba de una copa.

Andreas te recibio con una reverencia.- Bienvenido seas ¿Que tal el viaje?

Se aferro a ella comenzando a moverse en círculos lentamente sus labios cerca de su oído le susurro – Donde quieres ir esta noche? – para sacar a relucir su magia e ilusiones.

pero fue alli que la puerta se abrio...... una mirada de salio despedida hacia alli..... el momento se corto como si una katana cortara una fruta.....

Sonrei ante las palabras de Joska, y justo cuando iba a contestarle nuestros rostros se giraron hacia la puerta, causando un leve roce entre ellos - Mi joven compañero de clan... - Murmure casi apra mi, pues la verdad era del unico que al terminar la noche de Lisboa me hizo sentir la breve inseguridad de que Armand pudiera enterarse de lo sucedido.

- Buenas noches Alex - Le dije saludadnole con una sonrisa sin dejar de bailar.

Finalmente volvi a girarme hacia Joska para se esta vez yo la que susurrase a su oido - Fue una pena que no me buscaras estos años Jos... casi ningun hombre puede hacerme esa pregunta... y muy pocos conocen la respuesta..

La sonrisa de oreja a oreja de Alex parecía que intentaba iluminar el lugar con su blancura, extiende los brazos de para en par con las palmas abiertas y estas mirando hacia arriba.

-Mis buenos amigos

Su tono de voz era cálido y sincero, le devuelve la reverencia a Andreas.

-Mejor imposible, me hace recordar a los fríos y crudos inviernos de mi tierra...

Sigue caminando y pasa al lado de la pareja sin intenciones de entorpecerles el baile

-Joska, Alice me encanta ver que se llevan tan bien como la ultima vez que nos vimos

Sigue caminando y se para a un lado del Toreador

-Christian, como te a tratado esta fría y cruel no vida?

La amonestación de Anreas me hizo recular.

- ¿Ley? ¿Su ley? Sólo de escuchar esa palabra me ahogo... Vuelve el peso... No, debo mantenerme así, en estado de gracia... esta noche debo ser libre... me lo merezco...

Sonreí a mi anfitrión y observé a mis dos amigos flirtear como hace dos siglos. Mi actitud era más tranquila, una pequeña parte de mi masivo autocontrol había vuelto... pero podía desaparecer en cualquier momento. Me sentía como una bomba de relojería a punto de estallar. Entonces entró Alex. El cuarto. Por fin. Volví a la fase maníaca.

- ¡Amsel! ¡Grandísismo hijo de perra! Casi te he echado de menos. Mis días han sido aburridos y se han convertido en años. Los años han sido grises y se han transformado en décadas. Las décadas... me han llevado hasta aquí. Ya sabes... Siempre el mismo; el más aburrido de entre todos los divertidos, el más divertido entre los aburridos. Como un funambulista diplomático que... ¡Mierda! No pienso contarte las cosas que me han pasado; entrarías en un sopor que duraría trescientos años.

Di una palmada en el hombro de su amigo, sintiendo cómo toda mi destructiva jovialidad volvía a fluir por mis venas. Me volví hacia nuestro anfitrión.

- Perdona, Andreas... sólo son un par de vasos rotos. He dejado en paz a tus sirvientes. Pero, si queires, guardo mi instinto destructivo para el mundo exterior. Por casualidad... ¿No tendrás un piano en este garito?

-No te preocupes por los vasos, mi preocupacion es que descontrolaras y me aruinaras el local.- dijo con voz suave.- Te comprendo, demasiada represion puede volver loco a cualquiera pero ten paciencia, pronto llegaran los demas y comenzara la diversion. ¿Un piano?No... es un local de rock, toda la musica es enlatada aqui. Lo siento.

La puerta se abrio y dos nuevos miembros del grupo entraron.

El ravnos bailaba con la lasombra, tal vez demasiado pegados, mientras los demas hablaban y bebian de forma amistosa

Un chicle se entrelazaba con la lengua y dientes de la primogenita, una capucha cubria su rostro, pero era una sudadera que mas bien no tapaba demasiado. Con su abdomen al descubierto y un piercing en su omblgo, llevaba la sudadera de manga larga sobre su cuerpo, y unos vaqueros que dejaban ver su ropa interior con cadenas colgando, y unas botas militares que habia destrozado los bajos de los pantalones acampanados. 

Sonrie en la oscuridad de su capucha, no era la unica que se encontraba en el lugar de su especie. Bueno a verdad poco le importaba y se acerca a Andreas sentandose en la barra, con el auricular aun en su oido izquierdo, el derecho siempre lo llevaba sin auricular.

-Buenas noches sean, Andreas, parece que la luna brilla hoy mas de lo acontecido.

Sus palabras caian de su boca con desgana.

Sonreí a Andreas, dándole a enteder que comprendía su punto.

- Tranquilo... sabes que me pongo eufórico muy rápido, pero no voy a quemarte el local; estoy más que acostumbrado a controlarme. Una lástima que no tengas piano... ya encontraré alguno por ahí.

Luego entraron los otros dos...

- Ahora es cuando esto se pone peligroso. Son buenos tipos, Rose es una cachonda de cuidado y Vasiliev es un crápula de cuidado pero... son Camarilla. Si bien antes esto podía ser una reunión inocente y casual, ahora estamos pringados hasta el cuello. Ahora empieza el peligro real... me gusta.

Di otra vuelta sobre mi mismo y serví otros diez chupitos de Jack Daniel's, que iban acumulándose en la barra.

- Bienvenidos, damas y caballeros. Cuelguen sus abrigos en el ropero y dejen sus modales en la calle. El único respeto que nos debemos esta noche es el de pasarlo en grande.

Volví a saltar la barra con su habitual agilidad, y me postré de rodillas ante Rose.

- Señorita... sólo de verla se me llena el corazón de sentimientos impuros. Su mera presencia es una patada a mi sentido de la decencia.

 Rose mira hacia el lado enq ue le Christian se habia postrado y se quita la capucha dejando ver sus multitud de piercings, que le quedaban realmente bien.

-Vaya...si es el joven Christian, no sabia que estarias por aqui, pense.....que quizas ya estariais muerto, pero es un agradao saber que la no vida aun os sigue atormentando

Sonrie ampliamente.

-Dame uno de esos, necesito un buen trago...mi cabeza empieza a dolerme, y....

Queda como autista esperando el vaso.

El ruso entró en el local. Echó un vistazo alrededor y lanzó la colilla que sostenía en los labios al suelo para luego aplastarla con la suela de su bota. Todavía no sabía por qué había cogido esa estúpida costumbre de llevarse un cigaro a la boca. Manías, suponía él...

Todavía no habían llegado todos pero algunos ya estaban allí. Sabía que iba a haber tensión, y no sólo porque ya de por si soliera causar ese efecto cuando llega a un sitio. Cada uno pertenecía a un bando distinto, los había allí incluso que no pertenecían a ninguno... pero aquel era momento de olvidarlo todo por una noche. Ah! olvidarlo todo, ya iba tocando después de los alborotos de las últimas décadas. Si no se relajaba un poco acumularía tanta tensión en los músculos de su cuello que ningún jodido vampiro podría soportarlo por muy inmortal que fuera.

Se quitó la cazadora de cuerpo y se la colgó bajo el brazo. Dio unos pasos echando un vistazo a unos y a otros, sin decir nada, en absoluto y solemne silencio. Cogió un taburete y se sentó mientras los demás saludaban a la recién llegada. Luego llegó su turno.

- Me han dicho que esta noche toca ser malos, malos ... ¿no? - tanta sanguijuela junta no podía significar nada bueno, pero él no era precisamente el boy scout de toda esa panda de chupópteros. - Bueno, sabéis que no soy muy dado a formalidades, así que buenas noches a todos... ¿aquí dónde se bebe?

- Pedir y se os dara.- dijo el setita señalando la barra, bien surtida de todo tipo de licores.- Esta noche toca ser libres... si malos o buenos decidirlo vosotros. Sabeis que para mi gente la linea entre bien y mal no se marca en los mismos puntos que para vosotros.

Detroit esta sin govierno esta noche, pense que podiais disfrutar de ello, por eso os llame.