Partida Rol por web

¡Hola Melissa! ¿Dices que te han dicho que aquí había algún libro para ti?

Aquí hay muchos libros, como puedes comprobar. ¿Te han especificado el tipo de libro que era? ¿Te han dado algún nombre o algún dato sobre él? ¿Quién te lo ha dicho?

Andrew observaba de arriba a abajo a la chica recién llegada, debía saber si aquella niña era la actual cazadora de la que le habían hablado, pero por si acaso no debía meter la pata y desvelar todos los datos a una desconocida. Le habían dicho que se llevase por su instinto, pero hasta ahora, aquella niña no parecía muy distinta a las demás. No creía que ella fuera precisamente muy especial...

 Con una cara que parecía la de un condenado a un pelotón de ejecución, le respondí a la profesora, no queriendo causarle molestias, ya que me parecía una persona muy agradable:

 - Si no hay más remedio... Lo haré, profesora.... Aunque Cordelia y ella son muy amigas, estoy seguro de que ella estaría encantado de pasárselos...

 Esperaba que accediera, estaba hasta las narices de la pija, aunque si no había más remedio, me apresuraría a buscarla para dárselos y salirme del marrón cuanto antes...

Darla miró como esa animadora decía cosas extrañas. Pero no podía reírse de ella. ¡Era animadora! Si quería entrar en ese club selecto, tendría que saber tratar a la gente... Lo mejor sería seguirla la corriente y después hablar con Cordelia.

¿De que quizá pueda qué? susurró a Amy. Cosas extrañas pasan, ¿o no te has enterado de la muerte de ese chico?

Cordelia sonrió con la propuesta mostrando una luminosa hilera de dientes perfectos. Jenny entonces le acercó los papeles y preguntó:

-¿También se los pasarás a Melissa?, -a lo que la morocha respondió con asco, -yaick señorita Calendar, claro que no. Ella y yo... verá estoy segura de que Gabriel lo hará mucho mejor. Pero me aseguraré de que Darla sí reciba éstos.

-Gracias, clase podéis retiraos, Gabriel, estos son para Ella. Asegúrate de que los lea- contestó la docente y repartió al chico otros apuntes para Melissa. Comenzó a borrar el pizarrón y Gabriel se paró para retirarse, como los otros alumnos cuando divisó, una cara familiar esperándolo fuera del aula: era Willow.

 Le dediqué una gran sonrisa a mi pelirroja favorita, feliz de verla:

 - Hola, Will, ¿como te va?.

Melissa no supo como reaccionar ante la pregunta del bibliotecario. Apenas conocía a nadie en aquel lugar, pero estaba claro que quien la había mandado a llamar tenía que conocerla y conocer también al encargado de la biblioteca y, por lo que ella había entendido, haberle hecho de recadero.

-Lo... siento... No comprendo. Me han dejado salir de clases porque alguien le fue con un recado a la profesora Candelar diciendo que había llegado un libro para mí y que tenía que dirigirme hacia este lugar. Pero yo no he pedido nada, ni estaba al tanto de que debían proveerme bibliografía en particular.

Si aquello se trataba de una broma, realmente estaba resultando de muy mal gusto.

Amy se dejó llevar por el momento, sentía que con esa chica se había producido una comunicación diferente, una conección especial y quiso aprovechar el momento.

-Sí, sé lo del chico. Cosas así pasan en Sunnydale todo el tiempo. Digo, cosas raras. 

Betty terminó de examinar a ambas chicas y viendo que ya eran las dos de la tarde les dio el visto bueno para volver a sus casas.

-Ok, bueno... Darla si alguna vez quieres venir a casa creo que, que nos llevaríamos mejor de lo que tú crees. Toma mi número de teléfono. ¿Okay?

Amy escribió el número en un papel y cuando Darla lo tomó tuvo una repentina visión. De nuevo Melissa pero esta vez ella no estaba sola sino que junto a la chica se encontraban Gabriel, Cordelia, Xander, un hombre de unos veintitantos y ella misma. Estaban sobre un círculo dibujado en el suelo y tomándose de las manos. Algo importante pasaba, algo que necesitaba de su fuerza. De alguna manera entendió que el roce con el papel de Amy provocó la visión, tal vez sí había algo especial en Sunnydale.

Sus ojos verdes centellaron divertidos con el comentario de Gabriel. Algo se tenía entre manos, el chico sabía bien que esa mirada en Rosenberg no era debido a nada.

-Vamos a la Caja Mágica. He encontrado algo que te interesará.

Sonrío de nuevo y saludó a Xander con la mano. Era la primera vez que veía al chico en realidad, porque era un novato y Willow ya estaba en tercero. Pero algo le llamó la atención sobre él o quizás es que había química. No en un sentido amoroso, Willow jugaba en otra liga.

-Hey, hola soy Xander.

-Willow.

Fue un saludo de un momento y luego Xander salió del aula cuando vio pasar a una chica rubia realmente impactante, pero Will no evitó comentar.

-Interesante, ¿amigo tuyo?

 Negué con la cabeza, mientras sonreía divertido:

 - No, acabo de conocerle, pero se lo suficiente de él como para saber que babea por todo lo que tienen faldas. ¿Te importa si antes vamos a la biblioteca, por favor?. Tengo que dar los apuntes a una chica nueva y espero pillarla antes de que se marche...

Gra-gracias, Amy, me dejas intrigada soltó sin poder evitarlo, tras recibir la visión. ¿Qué demonios hacía Cordelia con esos payasos? No podía creerse que Cordelia fuera de "guay" y fuera una pringada más. Quizá sí que era bueno tener varias amistades por la escuela, por si acaso...

¿Por qué no vamos a tu casa ahora y me cuentas?

Willow miró a Gabriel y sonrió con esa sonrisa amplia llena de dientes de perlas. Puso una mano sobre su hombro derecho y le dijo:

-No es el momento, la verás luego. Te lo prometo. Hay algo que ella tiene que hacer sola ahora.

Entendió que sus palabras sonarían confusas así que quiso explicarse.

-Ven a la Caja Mágica, luego entenderás mejor las cosas. ¿Bien?

 Suspiré, quería librarme del asunto de los apuntos cuanto antes, pero lo que quisiera decirme Willow parecía urgente. Además, con suerte, vería a Melissa luego en el Bronze:

 - Está bien, vamos a La caja...

-Bien vamos entonces.

Dijo Amy y salieron de la secundaria entre un bullicio de estudiantes que parten de su primer día de clases. Los de primer año eran los más llamativos pero Darla no se dejaba intimidar por ser también una de ellos, se sabía a la vista que no era tan patética.

-Vivo con mi madre, ella igual no se encuentra en casa. Está de vacaciones. ¿Vamos en tu carro o en el mío? No puedo evitar el haberlo notado, ¿es el coche rojo, verdad?

-Hey, Heyyy!!!

Gritó una voz conocida por detrás. Era Cordelia que se acercaba con unos papeles.

-Hola Amy, ¿tratando de ser la mejor animadora este año? Toma Darla, esto te lo dejó la profesora de computación. Iba a dártelo Gabriel pero se arrugó todo como una pasa y me lo pidió a mí. ¿A qué has intimidado al crío?

Cordelia se río de su propio comentario y se iba a retirar cuando recordó algo.

-Esta noche en el Bronze, recuerda. Es el lugar de moda, si no estás ahí, no estás... Ciaooo!!

Amy no respondió su saludo. Aunque las dos eran populares había una competencia por ver quién era la mejor.

-Bien, ¿tu auto o el mío?- Repitió la rubia.

Melissa no entendía bien qué era ese libro que tenía que ir a buscar. Y Andrew quería asegurarse de que era la chica. En  ese  momento vio pasar por las puertas dobles de la biblioteca, aunque sin entrar, a su mentor: Edward. Él se detuvo solo un momento, su cabeza se perfilaba por uno de los vidrios redondos de la puerta.

Asintió con la cabeza y siguió de largo. Parece que Andrew tendría que apañárselas solo para demostrar a Melissa que ella era la elegida. Tenía que juntar fuerzas.

Entonces alguien dio un portazo a la puerta, una chica con una falda corta y muy hermosa pero con un ineludible aire de peligro.

-Hola, ¿has llegado ya? Oh que aburrida eres, esperaba otra cosa.

Sonrió... y el hecho de que la luz solar no entrara a la biblioteca que solo se iluminaba por sus muchas lámparas hizo de este gesto algo mucho más siniestro.

-Cazadora...

La Caja Mágica era una tienda en donde se vendían cosas mágicas. Mucha gente no lo sabía pero realmente los objetos, hierbas y libros que allí se ofrecían eran algo serio. No que no se mezclaran con algunas chucherías pero estaba lo auténtico. Las cosas peligrosas, cosas con las que solo los poderosos podrían trabajar, se mantenían a resguardo de los clientes en el cuarto trasero.

Willow entró junto con Gabriel, la cajera del turno anterior seguía charlando con algunos clientes. Era una estudiante de nombre Anya que era muy simpática pero demasiado literal.

-Hola Anya.

-Hey Willow, wow que cosa linda has traído hoy. No no digo tu pendiente sino el chico.

Willow sonrió y le dijo a Anya que estaría en el cuarto trasero con Gabriel lo que suscitó otra serie de comentarios impropios. La pelirroja no le dio importancia y cuando traspasaron la cortina y bajaron una escalera le digo algo a Gabriel, algo importante.

-¿Qué sabes de esa chica, Melissa? Díme, es importante...

 Me encogí de hombros:

 - Pues no mucho, solo sé que es simpática, viene de los Ángeles y es aficionada al Skateboarding, y poco más, ¿por qué lo preguntas?.

Antes de poder contestar a Amy, Cordelia llegó dándome unos apuntes de la clase de computación.

Muchas gracias por traermelo tu, Cordelia. No aguanto a ese estúpido de Gabriel, va de buenecito pero oculta algo, estoy segura. dijo guardando las cosas.

Nos vemos esta noche allí, te lo aseguro añadió con una gran sonrisa. Espero a que se fuera para responder a Amy.

Vamos en el mío. Si te has fijado, seguro que te gusta mi descapotable. ¡Ya verás como mola! dijo montándose en su coche.

Andrew Fullen notó la mirada de su maestro penetrarle en su interior. Sabía que había llegado el momento, era muy probable que aquella chica que acaba de llegar fuera la cazador. Pero entonces, otra mujer llegó al interior de la biblioteca pronunciando unas palabras que le inquietaron.

Un momento, señoritas. ¿Usted quién es? Dijo dirigiéndose hacia la última en llegar. Dígame, Melissa, últimamente ha pasado algo en su vida. ¿Algo extraño? Algo fuera de lo normal o lo habitual.

¿Y en la suya? Dijo mirando a Darla, por cierto, cómo se llama, mi nombre es Andrew Fullen, soy el nuevo bibliotecario. Dijo presentándose a la nueva chica, tras darse cuenta que había sido un mal educado y la había acosado con preguntas si tan siquiera decir quién era él.

Por si no hubiera sido suficiente su confusión, ahí aparecía otra chica, totalmente altanera y con algo de siniestra, señalándola como si la conociera. ¿Otra vez?, pensó Mel. Era la segunda vez en el día que escuchaba que se referían a ella como "cazadora" aunque la primera solo hubiera transcurrido en un sueño. La casualidad no dejaba de ser inquietante.

-Y tú quién eres y por qué me dices aburrida?- su tono era tajante. Se había cansado de estar metida en un puzzle sin que nadie le diera respuestas y aquella engreída era la bolsa de arena perfecta sobre la cual descargar su frustración. -Me pareces demasiado pretenciosa para ser que me conoces y yo a ti no. Tan popular no debes ser.

Luego miró al bibliotecario. El tipo parecía más perdido que ella en toda aquella situación. -Todo esto le parece normal, sr. Fullen? porque a mí me frikea bastante. Y si no es a este tipo de cosas a la que se refiere, no tengo idea de lo que habla... soy una maldita alumna de secundaria, no un personaje de serie de televisión.

-Conozco un aquelarre que dice que es otra cosa. Y no sólo eso, me han dicho que tú también eres otra cosa. Que debo entrenarte en la magia. No porque sea una afición, aunque sé que te gusta y quieres aprenderlo sino porque eres parte del círculo de la cazadora. Uffff... Sé que es mucho para digerir todo junto, así que iremos de a pasos, ¿te parece?

Willow se pone a revisar unas estanterías de este sector de la Caja, vedado al ojo de cualquier cliente. Saca un tomo de tapa azulada con unos garabatos dorados dibujados en su portada.

-Toma, este es tu primer libro de hechizos. Empezaremos a practicar hoy a la noche, ¿puedes encontrar alguna forma de venir aquí a eso de las ocho? Otra cosa, no hables con nadie de esto. Nadie. Y cuando vuelvas, ya será de noche, ten cuidado. Hay cosas malas en Sunnydale, sobre todo al caer el sol.