Partida Rol por web

La bola de energía sale directamente de las palmas de Gabriel mientras todos los niños que aún están en el pabellón lo miran con la cara abierta y la boca en forma de o.

-¿Eres un superhéroe?- pregunta Mike cuando ve que lo que sostenía al doctor lo deja caer al suelo. Luego se abren las puertas del pabellón y algo sale disparado, aunque el pobre muchacho no ve más que aire. Entonces se siente el grito de una enfermera que viene por el pasillo.

-¿Niños, qué pasa? ¿Qué sucede?

Mike toma la manga de Gabriel y lo tironea llevándolo hacia un cuarto en donde se guardan los trastos de limpieza.

-Debes esconderte, porque van a pensar que fuiste tú. Nadie ve al monstruo...

 Acepté esconderme y le pregunté, susurrando:

 - ¿Que puedes decirme del monstruo?. ¿Sabes por qué no puedo verlo?.

Mel se sintió aliviada y un tanto excitada al saber que los vampiros eran más parecidos a los descriptos por Bram Stoker que los que Meyer y sus sucesores estaban imponiendo entre los chicos de su edad. Pero la emoción le duró poco al entender las implicancias de lo que allí se le estaba comunicando.

Por más vueltas que le diera, la chica había sido elegida para enfrentarse a esos monstruos y no podía eludir esa responsabilidad. Saber de su existencia, el hecho de que podían dañar a su madre o a Gabriel, incluso al torpe pero simpático Xander... No, su código moral le impedía darle la espalda a su nuevo destino.

-Gracias Andrew por comprenderme y disculpa que haya actuado como una tonta. Es que todo esto... esto es de fábula, es difícil aceptar que sea real y sin embargo lo he visto y algo dentro mío lo cree fervientemente... Debo empezar cuanto antes ¿verdad? Dime como sigue la historia.

Sí, me puede salvar la vida de vampiros, está claro dijo Darla mientras meditaba. La hubiera gustado que el escudo durara más, después de todo lo que le había costado...

¿Puedo usar mi magia cada vez que yo quiera?

Andrew tenía que contemplar ahora el decirle lo demás que conocía: que ella era la Elegida, que una joven en cada generación asumía el rol de la Cazadora y debe cumplirlo mientras viva, que los vampiros no eran los únicos monstruos a los que enfrentar y que él mismo era un Vigilante nuevo pero que el Consejo sabía, vaya a saber por qué, que él era el mejor para este trabajo.

Melissa estaba ahora convencida de que el mundo era mucho más amplio de lo que suponía, y que le guste o no se le había otorgado algo distinto, junto con unas habilidades increíbles, las cuales solo estaban apareciendo.

Lo cierto es que por ahora a Andrew le tocaba investigar más sobre El Maestro para informarle a su aprendiz quién era su enemigo, y hasta el anochecer no podrían ir al cementerio a entrenar de verdad. Pero mientras tanto no estaría mal proveerse de unas estacas y otros objetos.

Andrew conocía un sitio en donde se vendían esas cosas: se llamaba "La Caja Mágica" y estaba abierto hasta las diez casi siempre. Siendo las tres de la tarde podrían pasarse por allí.

O quedarse en la biblioteca e investigar más. Por otro lado, cierto era que Melissa también tendría que volver a casa o su madre se preocuparía bastante.

-No.

Dijo Amy y aquí se puso seria.

-La verdad es que puedes usar este hechizo dos o tres veces en una hora, pero luego debes descansar unas tres horas hasta volverlo a utilizar. Con el tiempo quizás puedas usarlo unas cuatro veces. Igual no te angusties. En realidad la mayoría de los hechizos que una hace se usan una vez y luego se deben volver a generar.

Amy le dio sus cosas a Darla, la estaba despidiendo.

-Sobre todo la magia poderosa, esa no debe ser tomada en vano. Ni nunca, pero nunca de los nuncas, debes abusar de la magia. Blah, a mí me gusta a veces hacer algún truco estúpido y dejar a todo el mundo con cara de WTF pero no es lo correspondiente. En fin... debes irte. Nos vemos esta noche en la puerta del cementerio a las ocho, es que mi madre ha llegado y no conviene estar aquí con ella.

Amy de pronto parecía algo asustada.

Mike no pudo contestar nada de lo que Gabriel había preguntado porque justo en ese momento alguien le puso una mano en el hombro. El chico gritó pero luego se río al comprobar que solo era una chica, era Willow. De todas formas Mike salió corriendo sin decir más y directo a su pabellón.

-¿Qué haces escondido aquí?- preguntó la pelirroja. -Casi me preocupo de que esa cosa te había atrapado. En resumen me dijo el doctor que la contusión es menor, que no hay problema.

La bruja miró a Gabriel y, con ojos serios, dijo:

-Ahora tenemos que prepararnos. Esta noche te encontraré en la puerta del Cementerio de Sunnydale, la Cazadora tendrá su primer entrenamiento y es hora de formar el grupo. ¿Entiendes? No debemos faltar, ella nos necesita. Solo que aun no lo sabe.

 - Espera, tenemos otro problema. Aquí hay una cosa invisible que está atacando a los niños y solo ellos, al parecer, pueden verla. ¿Conoces algún conjuro que permita ver lo invisible o algo así?... - Apto seguido le expliqué con pelos y señales el encuentro que tuve.

Entiendo tu situación, Melissa. Yo me siento casi tan confuso como tú, y para colmo yo soy tu guía. Yo soy a quien le han destinado hacerse cargo de ti, y si hay algo más duro que proteger al mundo, es proteger a la persona que debe protegerlo.

Créeme que la presión es enorme, por eso debes aprender deprisa y trabajar rápido. De momento deberíamos ir a visitar una pequeña tiendecita que hay en un callejón unas cuantas calles más alla de la escuela. No tardaremos mucho, se llama la Caja Mágica. No sé si la habrás visto ya o no, pero de camino podría contarte algunas cosas más que deberías saber.

Pero de momento, ¿has tomado alguna estaca ya? No vaya a ser que nos encontremos sorpresas por el camino.

Melissa escuchó con atención y ante la mención de la estaca, salió disparada hacia la silla rota. Aún no se acostumbraba a la idea de que debería ir armada todo el tiempo, que su misión había comenzado ya y que debía alistarse lo antes posible o sería pasto para los gusanos antes de caer la noche.

-Lo siento, es todo demasiado nuevo para mí... ¿Crees que esto servirá?- levantó una de las patas astilladas, cuyo borde se había seccionado en forma bastante cercana a una cuña. -Creo que es lo mejor que puedo sacar del mobiliario de la escuela... no me gustaría tener que romper alguna otra cosa hoy.

Tomó su mochila y guardó la pata lo mejor que pudo, de manera que permaneciera oculta en casi su totalidad, pero con un extremo apenas asomando, cosa de poder sacarla con celeridad si se daba el caso.

-Después de pasar por esa tienda tendría que aparecer por casa. Soy nueva en el pueblo, es el primer día de clases, no quiero preocupar a mi madre. Y si vamos a ir a entrenar al cementerio, mejor que me invente una buena excusa para que me den permiso de salir.

En fin, creo que ya no tenemos más nada que hacer por aquí el día de hoy. Vamos Andrew... ¿puedo llamarte así? Es que eres muy joven para estar diciéndote "sr. Fullen" todo el tiempo- con picardía, Mel sonrió. A pesar de los líos en los que su vida comenzaba a meterse, no dejaba de ser una adolescente y como tal, la vida le parecía un juego.

Andrew se sintió un tanto extraño ante la sonrisa pícara de la cazadora. No tenía muy claro que quería decir eso, pero antes de que las cosas se complicasen se la devolvió pero luego se mostró serio con ella.

Prefiero que me llames Sr. Fullen, no dejo de ser un profesor en esta escuela y me gustaría que la gente no pensara que tenemos ningún tipo de relación. Como bien dices soy muy joven para ser profesor, apenas acabao de licenciarme, pero por eso mismo, creo que nos sentiríamos todos menos incómodos si continuáramos tratandome como tal.

Andrew había leído muchos artículos en el periódico sobre jóvenes alumnas con profesores, no quería convertirse en uno de esos y mucho menos después de todo el esfuerzo que le había supuesto acabar la carrera. Además, Melissa, a pesar de lo joven y atractiva, sin lugar a dudas, no era su tipo. A Fullen le gustaban otro tipo de personas y no eran precisamente como ella.

Luego Fullen aplaudió la estaca tomada aunque revisó de nuevo la silla. Sinceramente, tomaría todas las que te fueran posible, o incluso yo debería llevar alguna por si acaso. Cuantas más lleves más protegida estarás y si tienes cualqueir colgante por casa de plata póntelo. Nos será de ayuda. Después se quedó pensando un poco más.

¡Ah! Y no olvides llevar unos cuantos ajos, también nos serán útiles. Y si quieres te llevo en el coche hasta casa, aunque a ser posible podrías ir saliendo tú y yo te recojo en la esquina que hay al otro lado de la escuela. Así no sospecharán nada. Luego te llevo a tu casa y te dejo cerca mientras hablas con tu madre.

Sin duda la actuación de Fullen había cambiado, hasta ahora parecía haberse sentido abierto y simpático con la cazadora, pero algo hizo ella que le hizo sentir incómodo, lo que provocó un cambio bastante exagerado en su personalidad, volviéndose a mostrar frío y distante. Exáctamente igual que antes del ataque del vampiro.

Willow no quiso hablar más del asunto pero le prometió a Gabriel investigar luego, sin embargo la prioridad era ir al Cementerio de Sunnydale a eso de las ocho. También Amy llevó a Darla pero, sin decirle demasiado, la dejó en la entrada y se fue en su coche.

Melissa ya estaba allí, tal como su entrenador le había indicado y, por supuesto, el Vigilante estaba allí; libro en mano esperando que el primer vampiro salga de la tumba y su Cazadora diera una batalla real.

Sabía que los neófitos, o sea los nuevos vampiros, no eran la gran cosa en poder así que debería ser más fácil para ella que con la rubia que había irrumpido en la Biblioteca.

-Hey estamos todos- dijo Willow.

Mirando a Melissa, se disculpó.

-Somos parte de tu grupo, aunque aun no lo sabes. -Acto seguido miró a Andrew para aclarar, -usted tampoco lo sabe, pero bueh... lo sabe ahora. El Consejo y el aquelarre más grande que existe han tenido ciertas visiones. En ella estamos todos nosotros. Incluso ella...

Aclaró señalando a Darla que quería por dentro patear a Amy porque se fugó dejándola con los inadaptados.

-Wow, esa tierra se está moviendo o me parece a mí?- preguntó la pelirroja y antes de que nadie pudiera decir mucho más vieron como de una tumba fresca emergía una mano crispada.

 Recordando lo que Willow me había contado sobre los vampiros, dije, con toda la naturalidad del mundo:

 - ¿Alguien tiene una estaca?.

Melissa no entendió que ocurría con Andrew. De ser un frío desconocido, había pasado a comportarse casi como un hermano mayor y ahora se subía al pedestal de "Profesor No Me Tutee". Adultos! casi sería una bendición que uno de esos murcielagos que hablan me mordiera y me evitara llegar a esa edad donde "Todo Es Complicado" y "Los Niños Son Imbéciles, Hay Que Protegerlos De Ellos Mismos". Negó un par de veces en silencio y luego tomó el resto de las patas. Aunque le disgustara el comportamiento de su mentor, lo que decía era sensato.

Salió de la escuela y aceptó el ofrecimiento que Fullen le hizo de llevarla a casa. Allí, pasó un rato con su madre e inventó una excusa para salir de noche. Por suerte, ella casi nunca la había pescado mintiendo, así que la confianza que le tenía Rosie a su hija era casi ciega. De todas maneras le recomendó que no regresara tarde.

Una vez fuera, decidió caminar. Aunque el skate la llevaría mucho más rápido hasta el cementerio, prefería estirar las piernas y meditar en todo lo que le había ocurrido hasta el momento. Al llegar allí, vio que su mentor la estaba esperando y se acercó hasta él y lo saludó manteniendo la distancia.

-Profesor Fullen- con un gesto de cabeza a modo de saludo, la chica reconoció a Andrew y se dispuso a esperar por su primera lección.

Habíamos llegado por fin al cementerio, pero donde pensaba que estaríamos solos y podríamos practicar juntos, parecía haberse formado un extraño grupo.

Después una extraña pelirroja se acercó a él haciéndose pasar como parte de su grupo. ¿Grupo? ¿Acaso había un grupo en todo aquello?

Recordaba que le habían hablado de "La Cazadora" y de "El Vigilante". Pero no recordaba nada de que lo hablaran de ningún grupo ni nada.

¡Un momento Melissa! No vayas. ¿Acaso conoces a alguno de estos adolescentes? ¿O podrían ser también vampiros? ¿Estás preparada?

 Miré al vigilante con cara de pocos amigos, entre lo que nos había dicho y lo que sabía de su organización, que se dedicaba a obligar a chicas a luchar a muerte contra demonios, no es que fuera ahora mismo mi persona favorita:

 - ¿Me has llamado vampiro, explotador infantil?. Mira, como vuelvas a soltar otra chorrada, te pego un viaje que no te llega el desierto para hacer maniobras, ¿entendido?. ¿Y donde está esa estaca?. Que este no espera...

Lo último lo dije señalando al vampiro, que estaba saliendo del suelo...

-Tranquilo profe, los conozco. Están en mis clases- Mel respondió calmadamente aunque por dentro no se sentía nada segura. Allí estaba Gabriel, al parecer él también estaba implicado en toda esta trama, aunque no sabía qué papel jugaba él. También se encontraba Darla, la desagradable niña con aires de autosuficiencia. ¿Qué demonios pintaba ella en todo aquello? Era demasiado bueno para ser verdad no? no solo debo matar vampiros y evitar que me perforen la garganta en el proceso. No, también tengo que aguantar a esta estirada y trabajar junto a ella!!! Menos mal que al menos está Gabriel... Ellos también serán cazadores?.

Miró a la pelirroja que se había cruzado en la biblioteca y la saludó. Ella al menos parecía estar segura de que todos formaban un equipo y por lo visto iba a ayudarlos en el proceso de integración. Todo esto no le tomó más de unos segundos a la nueva cazadora, pues al momento en que la mano comenzaba a emerger, sus ojos no la habían perdido de vista.

-Atrás amigos! yo me encargo de éste- tomó una de las estacas improvisadas de su mochila, rozó la cruz de plata que llevaba al cuello y esperó en posición de ataque, aguardando a que el enemigo estuviera un poco más descubierto para atacarlo sin más.

Melissa saludó a Willow e intervino explicándole a Andrew que ella conocía a los chicos. Gabriel se enfadó con que lo comparasen con un vampiro e hizo notar que una mano estaba saliendo debajo de la tierra.

La Cazadora se preparó, estaca en mano, era su primer combate. Gabriel y Darla estaban cerca físicamente hablando pues Willow había obligado a la morena a acercarse.

-Estás en peligro sino estamos juntos. Soy compañera de Amy, sé del aquelarre y de tu papel en esto. Todos tenéis un papel en esto... preparáos.

-¡Mi primer cena!- dijo el chico que se empezó a acercar con su cara ya transformada. -Qué bien, ya tenía hambre.

-Hey la de la estaca es muy flaquita, creo que voy a comerme luego a la negra y por último a los ojitos. Los otros solo los mataré... disculpen no es nada personal. No tengo tanta hambre...

Andrew tenía el libro encima para consultar cualquier cosa, Gabriel su unguento y Darla el conocimiento de su escudo. Ahora... la pelea empezaba, quisieran o no.

 Mientras los demás estaban ocupados mirando al vampiro charlatán, yo aproveché ese momento para echarme el ungüento en las manos y prepararme, en caso de que fuera necesario, para dar lo suyo al vampiro...