Partida Rol por web

Denis, aún hay que reclutar a un criado para que atienda el campamento, compare. Sabes de alguno de fiar?

Dijo rauda la elvariel. Ays, por qué le tocaba a ella organizar si no era lo suyo... Bueno, porque era divertido ir creando su corte de sirvientes. Toda princesa sueña con ser servida debidamente, no? Pues la fantasía estaba ganando terreno poco a poco.

Alé estaba encantada con la treta que había urdido la bruja. Con un portaantorchas semejantes jamás estarían a oscuras.

- Bienvenido Denis.- En seguida se cogió la confianza de tomarlo del brazo.- Pero no será un camino fácil, no te creas.- Se puso a hablar animadamente con él, para irse conociendo un poco mejor.

Atalulfo se sentó en el suelo, porque había estando cargando sandías todo el santo día y estaba algo fatigado.

Vale, portaantorchas, me parece fatal. ¿Y el cuda-mulas? ¿Hay una cola fuera de aspirantes?

El grupo se quedo charlando un poco más antes de descansar para partir mañana. Nadie más acudió esa noche a la casa de la bruja, sin duda, malos augurios la llenaban.

Por la mañana no fue dificil contratar por unas pocas monedas a un jovenzuelo para que estuviera pendiente de los animales. Así el grupo partió hacia el norte, de vuelta a la fortaleza que habían encontrado. Desde allí, hacia las minas de los Kobolds a rescatar a la hermana de Nehifile.

Compares, habrá que darse el piro de aquí de una vez e ir a por mi hermana. No vamos a estar de apalanque otro día, no?

Dijo la enérgica elvariel revoloteando por toda la casa de Thessaly, donde se habían autoinvitado desde noche. Tenían equipo nuevo, nuevos sirvientes, un compañero cachas y más experiencia. Esos koboldos se iban a ir por la pata abajo sin enterarse hasta que fuera demasiado tarde. 

¡Adelante! Dice, entusiasta, Atalulfo, o como se llame. ¡Vamos para atrás!

Se asegura de que Cuchufleta haya comido y bebido bien, de que tiene todo su equipo en regla, y ya está listo para partir hacia el límpido horizonte y todas esas cosas.

El grupo partió hacia el norte. A medio día pararon en la posada de Joe el loco para comer y descansar un poco. Allí pudieron ver a cazadores frustrados que no habían conseguido dar caza a un oso devora hombres.

Siguieron su camino hasta llegar a Gabros, otra vez de paso en esa pequeña ciudad. En contraste con Aglate, sus calles sin empedrar y edificios de madera deja claro que no lleva muchos meses levantada. Allí pudieron ver tiendas de soldados donde forjas incesantes trabajaban sin descanso para producir armas y armaduras hacia la guerra que se cierne.

La noche trascurrió tranquila. A la mañana siguiente partieron de nuevo hacia el norte, hacia la fortaleza que recuperaron, ahora el camino estaba marcado por el paso de numerosas personas, bestias y carros pudiendo llegar comodamente antes del anochecer.

Allí les estaba esperando Lekion, les llevo a una sala retirada en la torre media para poder hablar a todos.

Lo que os pido es sencillo. Toda la información que podais obtener de los Kobolds que hay al norte, cuantos son, donde están sus asetamientos, ejercito que tengan. Dependiendo de la información se os recompensará en consonancia, incluso llegando a otorgar la ciudadania.

Tras una pequeña pausa, Lekion estendió sobre la mesa un papel donde se esbozaba a grandes rasgos la posición de la fortaleza, algunos asentamientos kobolds al oeste y la mina que comentó Nehifile.

Nuestros oteadores fueron al norte para espiar el monte que nos dijistes, en efecto, tienen a varios prisioneros y extraen algo de la mina. Por desgracia, fueron descubiertos y tuvieron que huir, perdimos a dos de los cuatro que fueron.

Para llegar podeis ir rectos, campo a traves, forzando un poco la marcha podreis llegar al anochecer, pero seguramente habrán aumentado las patrullas por esa zona.

Podríais ir bordeando el mar del Este para luego torcer al Oeste, una ruta más larga pero seguro

Tambien podrías intentar acercaros desde el Oeste. Desde luego os cruzariais con algunas patrullas kobolds y con suerte, con algún asentamiento, esa es la información que necesitamos. Vosotros vereis.

Iremos rectos, Lekion. Vamos a rescatar a la hermana de Nehifile, no a obtener información de unos estúpidos koboldos para que tus superiores te feliciten y puedas dormir tranquilo. Es más, que nos des la opción de tardar más tiempo y arriesgar la vida de su hermana señala a Nehifile sólo demuestra lo egoista que sois tú y tus jefes.

La bruja estaba realmente enfadada. Nunca le había gustado Lekion y menos que le diera órdenes, pero esta vez el soldado había mostrado claramente sus cartas y Thessaly vio la oportunidad de enseñarle a sus compañeros los verdaderos colores de este "líder" de pacotilla.

Doy por sentado que todos mis compañeros están conmigo. Es más importante la vida de su hermana que recopilar información militar para que tus soldaditos no acaban tirados por el suelo cada vez que se equivocan de camino. Nosotros tenemos un vida que salvar, Lekion, no tenemos tiempo para tus estúpidos juegos de titiritero militar.

En otro momento Alé hubiera defendido a Lekion del ataque lanzado por Thessaly, pero  ahora se limitó a suavizar las palabras de la bruja. 

- La hermana de Nehifile es prioridad, pero haremos lo posible por reunir la información sobre los kobolds. - Reflexionó sobre la conversación que había tenido con Markel.- Pero es cierto que no nos podéis tratar como a burros poniéndonos constantemente la zanahoria de la ciudadanía delante del hocico para que  os sigamos a ciegas arriesgando nuestras vidas. Esto tiene que tener un fin. - Se giró hacia Thessaly.-Nos ganaremos la ciudadanía en esta misión y así no tendrás que volver a verlo.- Sentenció la Pitonisa, no tanto  como una amenaza, sino segura de que obtendrían la información que pedía Lekion. Para eso estaba ella allí.

Nehifile no era muy ducha en estrategias. Así que no podía opinar mucho, pero tampoco le gustaba, como a Thessaly, que le mandaran. Aunque Lekion no le caía mal. 

Bueno, jefe, confíe en nosotros. Algo nos pisparemos. Prefiero llegar lo antes posible, compares. Así que vamos por "enrecto", vale? A la vuelta, me da igual por donde volver. 

Atalulfo se quedó un tanto parado. Aunque eso de la ciudadanía le parecía deseable, por alguna oscura razón en este momento se encontraba satisfecho, ya que intuía que habría oportunidad de destrozar cabezas, cosa que le relajaba mucho.

Yo por mi parte, estoy muy cabreado, dijo sonriendo afablemente. He dicho.

El grupo aprovecho la poca hospitalidad que le quedaba a Lekion para dormir en la fortaleza y partir al alba en dirección al norte.

Por fortuna, a lo lejos, se llevaba a ver un pequeño resalto en la silueta del horizonte que bien podría ser el monte de la mina.

A los aventureros les quedaba un arduo camino a traves de un bosque desconocido.

Nehifile se adelantó al grupo y no dejaba que se acercara nadie. Prefería explorar sin los ruidos ensordecedores de los demás. Iba despacio, a velocidad de revoloteo y en posición tumbada en el aire, como si flotara. En sus manos portaba dos de las dagas viejas. Si las tenía que lanzar, no quería perder una de las de calidad. 

El sonido de los bichos varios del bosque eran ignorados por la elvariel. Pero estaba atenta a los que no fueran naturales. Cuando se adelantaba demasiado, mientras esperaba, se escondía y escuchaba en silencio. Quizá posada en una rama. Su vista aguda era una ventaja. Mejor ver antes que ser vista. 

Atalulfo iba a continuación, tranquilamente. Llevaba su martillo de lucerna, obviamente, y un par de dagas en la otra mano, dispuestas para lanzar. Miraba a un lado y a otro del camino, luego adelante y, de vez en cuando, atrás.

Cuchufleta, su mula, iba detrás de él.