Partida Rol por web

El ave estaba a punto de caramelo, pero el pulso empezaba a temblarle. El viaje había sido largo y revolotear gastaba mucha energía. 

Mierda! Exclamó como quien falla en un juego de feria. 

Kitsu no se lo piensa. Girando rapidamente el wakizashi de su mano derecha lo clava sin ningun reparo en el ave caida. Mientras lanza una mandoble de su katana al otro ave. Kitsu se regodea al sentir el wakizashi clavarse en el cuerpo del enorme y extraño pajaro.

Thessaly se lanza hacia el ave que tenía más cercano con los ojos llenos de furia.

¡Dioses! ¡Traednos un reto digno, no escoria!

Con su daga corta levemente al ave.

Lekion se lanza seguido de sus compañeros al interior del edificio y asesta, por fin un tajo enorme al pajaro.

Bohemundo y Karpat son los últimos en entrar y toman posiciones pero ya no es necesario su intervención. Los flechazos de Neheile y el golpe de Kitsu consiguen derribar a la criatura antes de que esta pueda reaccionar a la herida de su pierna. Lekion hunde facilmente su espada mientras cae y por si acaso, Thessaly remata al pajaro.

El sonido del combate se apagua dejando solo la leve brisa meciendo la puerta del edificio

Estos pajarracos me han roto la armadura.

Comenta Bohemundo mientras se quita los grandes jirones que quedan de su antigua armadura de cuero.

Nehifile da la vuelta volando con sorprendente rapidez y entra por la puerta. Sin decir una palabra empieza a registrarlo todo en busca de algo de valor. 

Los bichos no se comerán las cosas de metal, verdad?

Thessaly coge la daga, arranca unas cuantas plumas de las aves y empieza a trepanar la cabeza de una de ellas.

Puede ser un sacrificio aceptable. Incluso puede que impresione a alguien en la ciudad. Siempre es bueno respetar a los enemigos llevándose parte de ellos...

La bruja continúa con la amputación.

Cuando termina, sosteniendo aún la cabeza goteando de sangre y con las manos encharcadas por ella, se dirige a Lekion.

¿Y bien? ¿Esto es todo? ¿Para esto nos necesitabas? ¿Para matar unos estúpidos pájaros? En ese caso será mejor quemar sus cadáveres para contentar a los espíritus. Eso puede que les calme... un poco.

Quemar? Dijo ante la posibilidad de perder semejantes muslitos. Querrás decir, tostar. Toda esa carne quemada es como tirar diamantes a los perrocerdos: un desperdicio.

Tienes razón, hay que aprovechar la carne, pero una de las criaturas debe ser sacrificada o alguien podría morir en un futuro cercano... o peor.

El tono de Thessaly no es amenazante, es serio. Ella narra esto como lo que piensa que es. No una advertencia, amenaza o una probabilidad. Lo narra como un hecho.

Acción. Reacción. Un hecho.

Nehifile pensó en cuanta carne podría comer de una sentada. Uhmm! Bueno, pero una pata es mía. Al fin y al cabo era demasiada carne. Podría ponerse mala antes de que se acabaran uno de los dos pajarracos. Además, cuando se ponía la bruja así, daba un poco de grima. Mejor no llevarle la contraria. 

Esto es raro. Estos pajarracos no son gran cosa y aquí habia varios hombres fuertes. Los espantarían facilmente.

Lekion limpia su espada mientras se queda en el centro del edificio pensativo.

Bohemundo señala con su lanza hacia la estufa.

Esa estufa esta de una manera extraña, algo o alguien la ha girado.

La estufa? A ver... Dijo interesada. Las tribulaciones de Lekion pasaban a un segundo plano para ella. Se puso a tantearla, moverla, mirar dentro, buscar debajo... Aunque era una ladrona, no parecía muy experta en eso de buscar trampillas, trampas o puertas secretas. Pero era insistente. Al menos tenía una buena vista.

Kitsu recorre la sala mientras limpia sus armas. No parece haber nada de valor sin embargo se fija en la apreciacion respecto a la estufa.

Solo pajaros. Muy raro, ¿cual es el enemigo? solo son animales, instintivos, grandes y fuertes pero solo animales.

Las palabras de Kitsu tienen una cierta tonalidad extraña, es como si estuviese recitando más que hablando. Es un tanto desconcertante.

Despúes de revisar la habitación por encima, viendo que no hay nada interesante en los camastros, en un armario y ni siquiera en un par de baules más que ropa. Nehifile, la más activa del grupo se acerca hacia la estufa y empieza a observarla con detenimiento, buscando hilos invisibles, pasadores y demás, lo que hizo que no se percatara que detras de ella una losa grande había sido quitada del suelo dando paso hacia una cavidad subterranea.

Cuando parte del cuerpo de Nehifile se puso al descubierto una lanza salió disparada y la golpeó en el hombro derecho para luego volver al agujero del que había salido, unos pasos cada vez más amortiguados se oyen tras el ataque.

Nehifile recibió la punzada de la lanza con más sorpresa que dolor, aunque desde luego le había hecho una buena herida. 

Cagüen su mala madre...! Se escapa, por el agujero! Dijo mientras montaba en su arco una flecha. Se disponía a bajar.

NO TE PRECIPITES grita Lekion mientras ve desaparecer a Nehifile detrás de la estufa.