Partida Rol por web

Una Sombra en los Sueños

Tercera parte: El final de la tormenta

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30/09/2016, 20:07
Catherine Absolom

Catherine estaba blanca por el miedo, pero intentando mostrar coraje y arrojo ante esa batalla que se avecinaba. Sabía que poco podía hacer por ayudar, pero al menos estaría allí de apoyo.

Hasta que el Marqués la miró. Dos energías opuestas parecieron confluir en esa mirada. Y el Marqués habló.

La joven niña perdió su inocencia, perdió la palidez de su piel para dar paso a la rabia y a la ira.

Abrió la boca, pero de ella no salieron insultos ni gritos. Una canción nació en sus labios, una canción con fuerza, poder y que denotaba el desprecio que sentía por el Marqués de Cavalcanti. Unió las manos, y un poderoso chorro de luz se lanzó contra el demonio que tenía allí delante...

Notas de juego

Hora de irse a combatir.

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22/10/2016, 18:03
Narrador

La magia que nació de las manos de Catherine no llegó a su destino. La oscuridad que rodeaba al Marqués poseía tal fuerza que no hizo ni el amago de desviar el ataque, se disolvió antes de llegar a su destino. La sorpresa por esa habilidad de Catherine tendría que postponerse, pues ya no había vuelta atrás.

El grupo se dividió. Inari y Leon decidieron ir a por el lobo. Era un rival fiero, pero ya habían acabado con otros dos. Sus dentelladas no tuvieron efecto en el guerrero, mientras que el arquero apuntaba con precisión a la cabeza del animal. Leon fue astuto, desviando la atención del lobuno mientras le hacía diferentes envites para descubrir sus debilidades. Y fue fácil. Decepcionantemente fácil. El corte en el lomo fue la única herida que tuvo antes de su muerte. Leon le cortó e Inari le atravesó. El lobo, con un aullido de dolor, cayó desplomado, rendido a los pies de su amo. El Marqués no le dio importancia, seguía con la sonrisa de petulancia y supremacía, esperando al primero que osara tocarle.

Y Cáliban fue derecho a por él. Desde luego, el espadachín se creía muy superior en las artes guerreras. Y la bofetada de la realidad no se hizo esperar. Cavalcanti le recibió con gusto, y sus veloces esquives bien parecían poderosas arremetidas. No fue mucho el tiempo que necesitó el Marqués para dar la vuelta a la tortilla, y hacer que fuera Cáliban quien tuviera que esquivar sus golpes. Era tal su habilidad, que no dudó ni un segundo en golpear en la mejilla a Pyros para esquivar su puñetazo, y hacer un corte profundo desde el hombro derecho hasta la cadera izquierda a Cáliban, que se mantenía en pie de milagro.

Ariadne, al ver a su protegida atacar de esa manera, se sumó al combate. Sabía que en su espada residía el poder de Seline y que, según sus palabras, ella sería la única capaz de detenerle. El Marqués esperaba a la muchacha, y su combate fue brillante. Sus espadas centelleaban en los choques, rugían pidiendo la sangre de su rival. Cavalcanti cambió su mueca de prepotencia, la preocupación se asentó en su rostro y observaba a la muchacha como una auténtica rival. La muchacha no se dejaba intimidar, pero le costaba lo suyo poder esquivar cada acometida, al tiempo que intentaba hacer retroceder al Marqués.

Y de pronto, lo vio. Cavalcanti, que luchaba con una gran elegancia, bajó la guardia unos instantes. La muchacha pareció verlo todo a cámara lenta, y aprovechó la ocasión. Como si la velocidad del rayo la poseyera, desvió la espada del Marqués y accedió hasta su hombro. Cavalcanti lo esquivó en el último segundo pero... No fue suficiente. La espada rozó su cuerpo, y lo supo. Sus ojos se abrieron, presos del pánico, y su boca dibujó una mueca de horror. Ariadne no sólo era una auténtica rival, si no que portaba un arma que podría destruirle más allá de la muerte...

Esquivó en el momento justo a Pyros, pero no pudo evitar a Cáliban, que le atravesó por detrás. La espada del guerrero asomó por el estómago del Marqués, saludando a Ariadne. Cuando extrajo el arma, Cavalcanti debía haber caído. Ningún ser humano podría haber soportado semejante acometida... Pero el Marqués no debía ser lo que se llamaba humano.

Una sombra negra pareció rodearle y era aún más negra en torno a la herida provocada por Cáliban. El grupo no tuvo tiempo de huir antes de que una energía de poder oscuro procediente del Marqués les golpeara y les tirara al suelo.

No tardaron mucho en incorporarse y pudieron ver cómo Cavalcanti caminaba, más muerto que vivo, hacia Ariadne. Ella tendría que ser su víctima antes de morir. Cáliban volvió a embestir, seguido muy de cerca por Leon. Aunque ambos ataques fueron certeros y la defensa del Marqués parecía inexistente, consiguió permanecer en pie y seguir caminando hacia la muchacha, que no esperó a que llegara. Ágil como un gato, se lanzó a por Cavalcanti, y su cuerpo se vio atravesado por el arma de la muchacha.

El silencio se apoderó de la sala durante unos segundos eternos. Tras ellos, el cuerpo del Marqués se alzó ligeramente en el aire mientras relámagos y truenos estallaron e iluminaron la estancia a través del techo de cristal. Súbitamente su cuerpo se convirtió en cenizas y, con una enorme explosión, envió lejos de nuevo a todo el grupo.

Al alzar la mirada, una criatura apareció allí donde estaba el cuerpo de Cavalcanti. Una criatura de unos tres metros y medio con la piel completamente negra, un rostro cadavérico y los ojos inyectados en sangre les devolvía la mirada. Tiene la espalda llena de aristas afiladas, varias patas insectoides similares a las de una araña y en los brazos porta una descomunal guadaña oscura.

¡NECIOS¡ grita la pesadilla viviente, llena de ira NO CREÁIS QUE HABÉIS VENCIDO... ¡SUFRID EL INFIERNO QUE VOSOTROS MISMOS HABÉIS DESENCADENADO!

Notas de juego

Todos hacedme una tirada de 1d100, es un control de frialdad. Si no sabéis qué tenéis en Frialdad, ya lo busco y lo sumo yo.

Por cierto, volvemos a la zona de combate :P

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11/11/2016, 20:34
Narrador

Sin temor a que la sombra fuera intangible, el grupo se lanzó desafiante hacia Galael. No se habían parado a pensar si era un demonio o un dios. Sólo querían luchar por sus vidas y, por muy tenebroso que fuera, lucharían hasta el final.

Cáliban rompió la quietud, y su gran espada fue la primera que se enfrentó a la guadaña de Galael. El demonio, aunque algo temeroso por haber tenido que revelar su verdadera identidad, no le preocupó el combate. Se defendió a duras penas de Cáliban, hasta que consiguió superar sus defensas y atravesar la piel de sombra de Galael. Pero sacó la espada de su cuerpo limpia. La herida no se cerró, pero no había sido tan contundente como él había pensado.

Catherine había despertado su verdadero poder al enfrentarse al Marqués, y lo volvía a demostrar. Sus manos volvieron a unirse mientras ella cantaba una canción de guerra, y dos haces de luz, llenos de fuerza y energía, impactaron de lleno en el cuerpo de Galael. Aunque sin sangre, ese golpe sí que había sido realmente efectivo, y la sombra gruñó con rabia.

Tanto Pyros como Inari aprovecharon el destello de luz para preparar su ataque. Pyros salió corriendo hacia Galael y, en el último instante, saltó. Tras él, estaba Inari, y su flecha pilló desprevenido a la pesadilla, aunque tampoco hizo nada por desviarla. Pyros cayó sobre Galael, pero su ataque pareció atravesarlo, sin hacerle demasiado daño.

Galael se movió tan rápido contra Cáliban que apenas tuvo tiempo de reaccionar. Su capacidad de respuesta era alta, y Cáliban tuvo el tiempo justo para desviar la guadaña. Pero la acometida fue tal que no consiguió devolverle el ataque, aunque se había quedado con la guardia baja. Pero sí lo hicieron Leon y Ariadne que, aunque atrasados, sabían como atacar con fuerza. La estocada conjunta de ambos debería haber vencido a cualquier enemigo... Pero estaba claro que Galael no era un enemigo más.

Pyros no dudó en volver a la carga, quería resarcirse. Con rápidas volteretas en el aire, se colocó de nuevo al lado de Galael, y sus puñetazos iban tan veloces que costaba seguirlos. La sombra estaba magullada, pero sonrió con petulancia. Y, antes de que se diera cuenta, Galael giró con determinación su guadaña y le hizo un feo corte en el cuello a Cáliban. La guadaña de la pesadilla quizá tenía algo extraño, pues parecía que la sangre del guerrero brotaba negra en vez del color rojizo natural. Catherine seguía entonando su canción guerrera, y de nuevo la luz impactó en el cuerpo de la sombra, que le llevó varios pasos hacia atrás por el impacto. 

Leon, en su torpeza, buscando defender a Cáliban, quiso sustituirle para que el guerrero descansara. Pero no era tan diestro con el arma, y sus acometidas no tuvieron un buen final. Galael se anticipaba a sus movimientos, y lo que era un juego ofensivo para Leon, pronto se convirtió en defensivo, y tuvo que luchar para que no fuera su cabeza la cercenada. 

Inari se movía alejado del combate, con la flecha preparada para ser disparada. La saeta era rápida, pero poco efectiva. Para la sombra parecía como si se tratara del picotazo de un mosquito. Por otro lado, el arma de Ariadne aún conservaba la sangre de Seline, y su doble ataque a Galael, que estaba distraído atacando a Leon, hizo que sus heridas parecieran más profundas que cualquier otra.

La sombra se iba debilitando, y su mirada agónica y de miedo lo evidenciaban. Pyros esta vez decidió utilizar otra estrategia. Esperó a que Catherine, con voz en grito, volviera a lanzar sus rayos. El guerrero saltó en el aire y cayó sobre la descarga de luz. Muy lejos de herirle, parecía propulsarlo contra la criatura, que recibió ambos golpes casi a la par. Galael volvió a retroceder, cada vez más herido y cegado. Y después, la combinación de los restantes parecía dejar el trabajo hecho. Leon, desde el suelo, saltó y atravesó el cuerpo de Galael con su espada. Inari apareció de la nada nuevamente y su flecha se clavó en el cuello de la sombra. Cáliban, malherido y apunto de acabar con su reservas de energía, volvió a cargar contra él. La pesadilla parecía tenerle inquina, y se enzarzó en un combate breve contra él. Cáliban pudo superar sus defensas con facilidad, y la acometida de la sombra no sirvió para nada.

El plato final vino de la mano de Ariadne y nuevamente Cáliban. La joven ensartó a la sombra por la espalda, levantando el cuerpo de Galael a la fuerza. Y fue Cáliban el que terminó con la pesadilla de una tajada en el cuello.

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11/11/2016, 21:05
Narrador

El cuerpo de Galael ascendió, ignorando la espada de Ariadne. La sombra comenzó a gemir con decenas de voces al unísono y a resquebrajarse, mientras hirientes destellos luminosos parecen destrozarlo desde dentro. Entonces, en un espectáculo dantesco, centenares de brazos espectrales salieron de su cuerpo y empezaron a arrastrarlo hacia la oscuridad: los de las propias almas atormentadas de las que se había estado alimentando...

Lo último que se llega a ver es la cara del padre Scott dedicándole una dulce sonrisa a su Catherine, antes de desaparecer para siempre.

La habitación se sumió en un silencio sobrenatural, roto únicamente por los sollozos de Catherine provocados por la visión del padre Scott. Y de pronto, en el lugar donde Galael había desaparecido, el Flauros, la fuente de su poder, cayó pesadamente al suelo como un simple bloque de metal.

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14/11/2016, 16:46
Pyros Sedrith

Pyros miró el flauros al tiempo que él se dirigía a consolar a Catherine. Habían tenido malos entendidos desde que se habían conocido, pero a la hora de la verdad habían luchado en equipo y como un solo ser. Además, de no haber sido por ella, no habrían salido vivos de aquellos dos terribles encuentros. Mientras tenía abrazada a la mágica, hizo un gesto a la pelirrosa para que tomara el flauros. Ese objeto sería el origen y el problema de todo lo que había estado pasando. Ahora ya todo se había liberado. Así que prono saldrían de ese extraño plano paralelo en el que se habían metido. O eso es lo que al menos esperaba.

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15/11/2016, 18:22
Ariadne Briaero

El primer impulso de Ariadne fue acudir a consolar a Catherine. Sin embargo, el cansancio del combate sumado a la impresión del final del monstruo dejaron a la joven mucho más lenta de reflejos que el siempre ágil Pyros, que le indicó que recogiese lo que parecía el Flauros.

Con no poca curiosidad, la joven se agacho a observar el objeto por el que se habían enfrentado al marqués con un torbellino de preguntas en la cabeza. Recordando lo que había leído sobre él, se preguntó que función estaría haciendo en ese momento y qué pasaría cuando se lo entregasen a la niña. Había decidido que lo haría igualmente ya que se habían comprometido a ello, pero no sabía si sería una opción de la que se arrepentirían en el futuro. Asegurandose de que no fuera peligroso (de que no estuviera configurado para desintegrar al primero que lo tocara, por ejemplo) recogió el artefacto del suelo cautelosamente. - Tanto lío por esto... - dijo con sencillez una vez lo tuvo alzado, dispuesta a llevarselo a la catedral tan pronto como el resto se hubiera recompuesto. Posiblemente Catherine necesitaría un rato para calmarse y alguno de los heridos parecía necesitar asistencia con urgencia.

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18/11/2016, 23:26
Narrador

El flauros tenía su presencia original, la de la tabla de planchar. Con los apuntes que habían leído en el barco, podrían ellos mismos cambiarlo si quisieran:

- Posición Primera o Chronos: Toma la forma de un cubo de metal. Obtiene la capacidad de robar energía oscura de las criaturas cuya sangre se hubiera vertido sobre él, o que se encuentren muy cerca físicamente

- Posición Segunda o Andrael: Toma la forma de una pirámide. Tiene la capacidad de abrir puertas a otros mundos y manifestar en la realidad seres y entidades de la Vigilia.

- Posición Tercera o Bhelphegor: Toma la forma de una esfera con cuatro grandes agujas de reloj. Su facultad en esta forma es la de sellar y contener, creando potentes barreras invisibles con la energía que ha absorbido de otros seres.

Al acercarse a recogerlo, todos escucharon algo; una especie de gemido infantil, seguido de la voz de Seline, que resonó en la estancia

No... No ha acabado aún. Algo se acerca desde el exterior... algo mucho más viejo y poderoso que Galael. ¡Rápido, necesito el...! la frase no llegó a su fin.

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19/11/2016, 12:14
Pyros Sedrith

Pyros soltó a Catherine. No era tiempo de lamentaciones ni preocupaciones, Pyros pensaba que ya había terminado todo. Que por fin podrían ser libres y que ya no había nada más que preocuparse, salvo por el hecho de poder escapar de ese plano de existencia y de dejar que todas las almas que estaban ahí atrapadas pudieran escapar.

¿Seline estaba en la catedral, verdad? - Dijo a modo de pregunta retórica. ¡No hay tiempo que perder! ¡Parece que está en peligro! Esto no ha terminado... ¡Maldita sea! ¿Cuando escaparemos de aquí?

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19/11/2016, 22:11
Ariadne Briaero

Al oír el mensaje de Seline, el rostro de Ariadne se ensombreció. Sujetó con fuerza el Flauros como si temiera que se le fuera a escapar de las manos en cualquier momento y asintió a Pyros. Tenían que llegar a la catedral cuanto antes.

- ¡A la catedral! - corroboró al tiempo que se ponía en marcha tan rápidamente como podía. Mientras se movía repasaba mentalmente el funcionamiento del Flauros, por si podía serles útil el poderoso artefacto...

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22/11/2016, 17:46
Inari

¡Maldita sea!, ¡esto no acaba aquí!

Ariadne, no lo sueltes ni por asomo - le gritó Inari. Yo te cubro, ¡vamos!

Antes de marcharse de aquel lugar, ayudó a Catherine a ponerse en marcha. ¡Ánimo! - le dijo en voz baja.

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22/11/2016, 20:36
Narrador

Los caballos que les habían llevado hasta la casa del Marqués estaban allí cerca. Sus movimientos eran nerviosos, como si supieran lo que se avecinaba.

Al salir de la mansión, la tormenta, lejos de haber amainado, ahora era más fuerte que nunca. Como había dicho Pyros, eso no había terminado, y estaba claro que el mundo presenciaba un final dramático.

No tuvieron más remedio que salir de allí; la mansión empezó a a deshacerse lenta pero inexorablemente.

Los aventureros cabalgaron veloces, más incluso que la anterior ocasión, deseando llegar a la catedral lo antes posible. Seline parecía en apuros, y si había algo peor que el Marqués y Galael, lo tenían muy complicado.

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22/11/2016, 20:41
Narrador

Y allí estaba la catedral. Imponente y casi derruida, sólo se mantenía el cuerpo central, una enorme construcción de metal  y mármol negro de considerable tamaño. Pero la oscuridad imperaba en aquel lugar.

Al entrar, un antiguo conocido les esperaba. Era aquél hombre que se encontraron en la Dama que había matado a toda la tripulación. Aquel hombre que con un gesto casi les había destrozado a todos, y que cogía barras de hierro como si fuera alfalfa para impedir el giro de la nave. Allí estaba Raptor.

Se encontraba en el inmenso cuerpo central de la catedral, esperando con los brazos extendidos en cruz. Flotaba entre las cristaleras, rodeado de cráneos que lloran y gimotean.

¡Oh, bienvenidos! habló con petulancia He de agradeceros vuestra increíble labor contra Cavalcanti ya era más que palpable la ironía Sin el control del Marqués sobre la barrera, he sido finalmente capaz de atravesar la cúpula de Corvinus y he podido presentarme a limpiar los... restos de basura.

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22/11/2016, 21:37
Pyros Sedrith

Pyros se quedó boquiabierto cuando vio al ser del zeppelin ahí delante. Estaba alzado con los brazos en cruz y con montones de cráneos a su alrededor. La imagen era espeluznante y aterradora. No había momento para llevarse mal con Inari. Al final, el estúpido de la Dama que había complicado las cosas, se había mantenido fiel a ellos dos desde el principio. No había flaqueado y había ido cambiando con el tiempo al ver la situación en la que se encontraban.

Después miró a la pelirrosa, los reflejos de su pelo le recordaron a la llegada a La Dama, justo cuando creían que todo iba a ser un viaje espectacular y antes de que se encontraran en los graves problemas que aquellos soldados les habían metido. La miró de arriba abajo, había compartido mucho con ella, y no solo eso, juraría haber estado con ella en otra vida, en otro momento, como si todo hubiera sido un sueño, o mejor dicho, una pesadilla, que les hubiera prevenido de todo lo que iba a ocurrir. Pero cuando vio aquel ser que exhalaba maldad tuvo claro lo que debían hacer. Respiró hondo y miró a Ariadne y después al flauros. Seline nos ha pedido eso ¿verdad? Le dijo a la chica mientras lo contemplaba. Eso tiene que ser la respuesta a todos nuestros problemas, la solución a todos nuestros males.

 Después miró a Inari y al resto del grupo, será mejor que la protejamos ¿qué te parece? Le preguntó. Tenía claro que aquel ser estaba por encima de sus posibilidades. Ya habían comprobado al principio de su viaje su poderosa fuerza y ahora que el viaje estaba llegando a su fin, dudaba mucho que su fuerza hubiera aumentado lo suficiente como para poder derrotarlo. Era un rival contra el que no estaría a la altura, pero si su sacrificio servía para darle algo de tiempo a Ariadne, para que entregase el flauros a Seline, así lo haría.

Inari, Catherine cubridla. Cáliban, León y yo le despistaremos. Y sin más, Pyros se lanzó a la carga contra la mala bestia, confiando en que de un salto podría alcanzarle con una de sus patadas, y con la confianza de que Ariadne fuera suficientemente inteligente como para entregarle el flauros a Seline y salvarles a todos. Ella era su esperanza, lo había sabido desde el momento en que la vio llegar al zepelin.

Notas de juego

Me había olvidado que no somos solo 3, que están los otros dos + catherine a modo de pnjs.

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23/11/2016, 01:12
Ariadne Briaero

Encontrarse al monstruo de la Dama fue una dura sorpresa para Ariadne. Le había visto derrotar a todo el grupo sin tomarselo en serio y sabía que ninguno de ellos tenía ninguna posibilidad de salir con vida contra él, especialmente si se lo tomaba en serio.

Pocas diferencias tenían respecto al último encuentro; tal vez el grupo fuera un poco más ducho en combate y ahora tuviera a Catherine de su lado, pero la joven dudaba de que eso pudiera desequilibrar la balanza a su favor. Las esperanzas que les quedaban eran Seline, pensó buscando con la mirada la escalera que conducía hacia ella y el Flauros. Pensó rápidamente las opciones que tenía y se dispuso a manejar el artilugio. Miró un segundo al resto y susurro un - compradme tiempo - mientras trasteaba con él poniéndolo en la posición Chronos y echaba a correr hacia las escaleras que conducían a Seline.

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26/11/2016, 12:07
Narrador

Raptor no estaba sordo, y escuchaba las conversaciones de los jóvenes que estaban allí, con el arma desenfundada, preparados para enfrentarse a él.

¡Jajajaja! ¡Miserables! ¡No tenéis poder para enfrentaros a mí! ¡Antes de que os deis cuenta, acabaréis en el suelo destripados! ¿No queréis hablar conmigo? Se volvió a reír. En ese momento, Leon no siguió los consejos del grupo. Con furia, se lanzó a por Raptor antes de que los demás le llegaran a seguir. Raptor no hizo ningún esfuerzo en su ataque. Se abalanzó sobre él con velocidad. Le desarmó sólo con tocarlo, le atravesó el pecho con su brazo y le arrancó el corazón. Se lo puso en la boca y lo lanzó por los aires, de vuelta a vosotros.

Os equivocáis. Yo no soy como Cavalcanti. Soy la Muerte... Y no se puede vencer a la Muerte.

Notas de juego

Esto es solamente una prueba de su poder, que tiene que tenerla.

En este tiempo, Ariadne ha cambiado el flauros de posición. Ahora si quiere puede salir corriendo.

Si los demás preferís atacar, os dejo la escena preparada para ello. Si preferís hablar, podéis continuar por aquí. Pero en el momento que ataque uno, se acaba la charla.
 

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27/11/2016, 11:44
Pyros Sedrith

Pyros se quedó sorprendido al ver la muerte de León. Le había matado en un abrir y cerrar de ojos y apenas les había dado tiempo a reaccionar. Miró a Ariadne, seguía convencido de que era el momento de salir corriendo, y de que debía hacer lo imposible por darle el flauros a Seline. Ella tendría que saber como utilizarlo, pero por otra parte temía lo que pudiera sucederla. Y desde luego que intentar ganar tiempo iba a ser un sacrificio automático. Parecía que Raptor quería negociar y la lucha no era una opción.

Está bien. Negociemos. Le dijo Pyros alzándose como interlocutor, y confiando en que eso sí que fuera la distracción suficiente para que Ariadne se llevara el flauros. ¿Eres la muerte? Entendido. ¿Y podemos negociar o charlar con la muerte? ¿Qué quieres de nosotros?

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28/11/2016, 19:54
Ariadne Briaero

Ver morir a Leon fue un duro golpe para Ariadne. El tímido joven le había acompañado en sus peripecias desde la Dama y había demostrado ser un valioso camarada. Lamentó profundamente su destino pero apartó por un momento la pena para reconsiderar su plan.

Mientras Pyros hablaba, Ariadne empezó a moverse disimuladamente, en un principio lentamente para no llamar la atención pero lista para salir disparada hacia la escalera que conducía a Seline si el monstruo que se autodenominaba la Muerte atacaba. En una mano, el Flauros, en la otra, el escudo, con el que intentaba disimular el artefacto...

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29/11/2016, 20:22
Inari

Inari no dio crédito a lo sucedido. ¿Qué poder tan bestial encerraba ese ser si con un solo golpe había hecho casi lo imposible?

Ariadne tenía que llevar el artefacto donde Seline, algo muy complicado, puesto que nuestro rival no sería tan estúpido como para dejarla ir.

Él, se aproximó unos metros hacia "La Muerte" y se arrodilló, poniendo su espada tumbada en el suelo y agachando levemente la cabeza sin dejar de mirarle. Le dijo:

Ante tí me postro. Soy tu fiel servidor desde este momento.

 

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30/11/2016, 22:01
Narrador

¿Negociar? ¿Pretendes negociar conmigo? ¡JUAS, JUAS, JUAS! las carcajadas de Raptor no anunciaban nada bueno, ni se contagiaban. Estaban llenas de maldad y terror. Lo único que quiero es el Flauros. ¡Claro que sí! ¿O pensáis que podéis derrotarme con él? ¡YO NO SOY COMO GALAEL!

Su grito hizo temblar la catedral. Ignorando a Inari, siguió hablando.

Galael, un espectro de tercera categoría, al que incluso vosotros, insectos, habéis podido vencer, fue capturado por los humanos. No entiendo muy bien cómo, pero logró liberarse. Y, en su atrevimiento, deseó convertirse en un señor de las sombras como su verdadero maestro, mi Amo. ¡Pero ya no está! ¡JUAS JUAS JUAS!

Mientras tanto, Ariadne llegaba al pie de las escaleras y empezaba a subir lentamente.

Es muy sencillo lo que quiero, humanos... ¡Sed unos niños buenos, entregadme el flauros y, a cambio, os prometo una muerte rápida.

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30/11/2016, 23:11
Ariadne Briaero

Tras la sufrida lucha con el Marqués, que "la Muerte" le considerase de tercera categoría daba a entender la clara diferencia de poder que había entre ellos. No tenían ninguna oportunidad contra él y las opciones de negociación que les daba no eran para nada interesantes. Ariadne imaginó que todos estarían de acuerdo en que su única opción residía en la niña atrapada arriba.

La joven empezó a subir las escaleras sin dar la espalda al monstruo. Si Seline estaba ahí arriba esperaba que estuviera lista para emplear el artefacto...