Partida Rol por web

Underreality. El despertar.

Capítulo 3. Horizontes patrióticos. 1963

Cargando editor
31/08/2020, 16:15
Samuel Johnson

Samuel había apostado por confiar en Ámber al mostrarle su poder sin reservas, conduciéndola a un lugar paradisíaco al cual solo había ido una vez de pequeño junto a sus padres y del que a penas ya tenía recuerdos en su mente. Al llegar a la playa a aquella playa idílica donde recordaba haber construido castillos de arena y aprendido a nadar, jamás se había percatado de la belleza del lugar al ser nada más que un crío, pero ahora de joven y acompañado de una preciosidad como la joven Wright, aquel mismo paraje había ganado muchísimos enteros. Era sumamente increíble, prácticamente un sueño.

También a Ámber parecía haberse asombrado sobremanera del lugar, estando ambos mirando fascinados aquellas cristalinas aguas, la vegetación virgen que crecía verde, frondosa y exuberante y las rocas calizas de bellas formas y coloraciones. Realmente estaban en un paraíso, los dos solos y en la intimidad, por lo que Samuel recibió con agrado aquellos besos cómplices, cálidos y húmedos entre sonrisas, abrazando junto a sí a la hermosa dama. 

- En verdad es un sitio increíble, igual que tú... - le expresó con sinceridad, completamente encandilado por la atmosfera que se había creado entre ambos, compartiendo confidencias y afectos - y agradezco que hayas confiado en mí para enseñarte mi poder y acompañarme hasta este lugar. ¿Sabías que a penas tenía un vago recuerdo de este lugar, al haber venido aquí cuando era muy pequeño con mis padres? Creo que son las islas Seyseles... En verdad no sabía si funcionaría cuando me mentalicé para encontrar un sitio hermoso para los dos, pero creo que el resultado es más que satisfactorio, ¿no te parece?

El joven Johnson tomó de la mano a Ámber y ambos anduvieron por la playa cual pareja de enamorados o recién casados, fascinándose por cada detalle que veían a cada pocos pasos, entre risas y besos robados. Tenían tanto por descubrir el uno en el otro, tantas confidencias y secretos, que Samuel no sabía por donde empezar.

- En verdad no tenía intención de sobrepasarme con el policía, pero la situación fue complicándose y reconozco que no estuvieron bien mis acciones, aunque en cierta medida estuvieran justificadas. Es probable que mi carácter orgulloso tuviese mucho que ver, pero lo de los besos que te di al detener el tiempo fue porque no me pude resistir a la tentación... - y con una sonrisa, volvió a acortar la distancia que les separaba tomándola por la cintura para juguetear con sus labios hasta que sus bocas se entreabrieron y sus lenguas bailaron - ¿De veras fuiste consciente ambas veces? Jaja, ¡pues te mantuviste allí quieta fingiendo estar paralizada perfectamente! ¿A caso no logré un buen efecto en ti con mis besos robados? No se como sentirme... - bromeó fingiendo estar dolido con una mirada triste, para rápidamente reír divertido y seguir andando por aquellas inmaculadas arenas blancas. Entonces tienes un poder muy similar al mío de poder detener el tiempo, francamente curioso. ¿Cuánto tiempo hace que sabes de tu poder y aprendiste a controlarlo? - y entonces recordó que había fallado en su intento anterior en el jardín, por lo que le guiñó el ojo divertido - Bueno, lo de controlarlo no se yo...

LLegados cerca de las rocas, Samuel no pudo evitar dejarse llevar, deseando fundirse con Ámber dentro del agua entre besos y abrazos, por lo que no tardó en retirarse la ropa y dejarla allí de cualquier forma, quedando solo en calzoncillos. Apremió a la joven a perder la vergüenza y hacer lo mismo, para entrar ambos y disfrutar del agua fresquita.

- ¡Vamos, no te lo pienses! Estoy seguro que el agua va a estar genial, y no podemos irnos de aquí sin tomar el baño... ¡Los dioses no nos perdonarían! - y entre risas tiró de la joven mar adentro cuando al fin se dejó llevar y se quitó sus prendas hasta quedar en ropa interior, sumergiéndose hasta que el agua les llegó por los hombros. ¿Está genial o no está genial? - Y nuevamente, como si fuese un imán del que no es posible liberarse por su fuerte atracción, juntó su cuerpo al de ella y la besó con intensidad, con la diferencia de que esta vez no pudo evitar ocultar su prominencia al juntar los cuerpos y rozarse sutilmente una y otra vez entre risas divertidas. El joven Johnson la abrazó con una ternura y delicadeza inusitadas, permitiendo que ella se enroscase con las piernas alrededor de su cintura, a lo que Samuel no pudo evitar sincerarse. Eres increíble y me tienes enamorado... Y ahora mismo, te deseo Ámber...

 

Cargando editor
03/10/2020, 23:05
Ámber

Ámber se quedó mirando a Samuel cuando ambos aparecieron en una playa con aspecto paradisíaco, las aguas lucían cristalinas, habían plantas en la zona más retirada del litoral y la arena blanca era tan fina que no quedaría mucho tiempo impregnada en la piel en caso de contacto.

- ¿Tu poder es teletransportarte?.... Pensé que era parar el tiempo... ¿Tienes dos poderes?....- fue su primera idea, y es que ella no tenía claro de fuera posible hacer viajes temporales, al menos en su experiencia, nunca sucedió así.

El halago del hombre provocó en la pelirroja una sonrisa -...Yo no soy tan increíble, Samuel, hay muchas chicas como yo... - parecía explicar el punto de vista desde el poder que portaba -...Ahora, sí debo darte la razón en que este sitio es increíble, jamás hubiera imaginado que existiera un lugar así... Es más mágico estar que lo que te muestran las portadas de las revistas... - acordó la joven  agachándose para tocar la arena, completamente curiosa.

Tras unos instantes de reflexión interna, Johnson cogió l mano de la muchacha y le instó a levantarse para comenzar a caminar, como si fueran una pareja de enamorados que se dejaban llevar por la magia que surgía entre ellos. Besos, caricias, algún mordisquito adicional de Ámber sobre el hombro de su acompañante y sobre todo risas, dejando las confidencias para un momento posterior cuando el ímpetu inicial se relajara.

- Sí que te pasaste con el policía, no es que tenga cara de simpático pero..., bueno, Kabulski es uno como nosotros, y quizás debiéramos cuidar a las personas que tienen poderes. Mi abuelo cree firmemente en que debemos ayudarnos para que nadie se deje llevar por los malos instintos... Es algo que teme... Que alguien con poder haga cosas indebidas y que a todos se nos juzgue por el mismo rasero... - explicó -... Y sí, ambas veces me di cuenta de todo, pero si me movía no podría cotillear las cosas que hacías, así que... sufrí que me besaras... - dijo en tono jocoso, dejándose coger de la cintura y jugueteando cuando el varón hacía lo propio.

Tras separarse, aun quedando lo suficientemente próximos como para que se sintiera la tensión entre ambos, continuó la conversación sobre los poderes de ella, siendo Ámber un libro abierto narrando mucho sobre sí.

- Con cinco años me di cuenta de lo que podía hacer.... Pasaba los fines de semana en casa de mi abuela, y me gustaba colarme en su habitación, una vez que lo hice cogí su joyero, es una caja de música con bailarinas dentro, una pieza preciosa que adoro... Se me resbaló de las manos y no cayó al suelo porque no deseaba que se rompiese.... La pude recuperar... - dijo sonriendo, rememorando el pasado -... No siempre controlo el poder...Es cierto que cuando estoy muy desesperada lo hago mejor que cuando ando relajada, no sé, quizás el estrés me beneficie en ese aspecto... - dijo encogiéndose de hombros, aceptando que no siempre conseguía lo que se proponía.

Samuel llegó a una zona de rocas y se quitó las prendas sin pudor alguno. Ámber por su parte se lo pensó más de dos veces antes de proceder y es que no solía hacer ese tipo de cosas, ahora sí, cuando pensó que era lo mismo que quedar en bikini se animó a hacerlo, quedando en ropa interior e intentando meterse en el agua que, aunque estaba buena, la muchacha tardó más de lo que Johnson tenía estimado, y es que la joven era friolera.

- ¡Está helada!.... - estaba claro que el tema de la temperatura podía ser un conflicto entre ambos, para Samuel todo era calidez, pero para Ámber el cambio de estar paseando e incluso sudar durante aquella caminata con el hecho de meterse en el agua, provocaron que su piel se erizase y algunas partes de su cuerpo reaccionaran -...Fría, fría, fría..., muy fría... - dijo mientras se adentraba en el mar, contrayendo el estómago hacia adentro, como si aquello le ayudara a superar el malestar, una reacción absurda que al fin y al cabo hacía siempre que tenía frescor en la piel.

Cuando alcanzó a Samuel y le abrazó, notó como cierta parte de la anatomía masculina del joven se enervaba, provocando que sintiera cierto grado de pudor removiéndose algo incómoda, y más cuando el joven le dijo que estaba enamorado -... Samuel..., yo..., tú..., me gustas..., mucho a decir verdad... - dijo ella con sinceridad -... Pero..., nos acabamos de conocer..., ¿no es demasiado rápido?.... No suelo acostarme con tíos al día siguiente de conocerlos, y.... aunque tú me gustas y mucho... - le miró a los ojos, preocupada de su reacción -...Yo no uso píldoras anticonceptivas, y joder estamos en el agua..., si me dices que tienes condones  subacuáticos flipo.... - sonrió divertida -....Oye..., tengo una idea... ¿por qué no nos conocemos mejor antes?... - le da un suave beso en el cuello, sus formas eran muy dulces, tanto que a lo mejor él querría tomarla en ese instante o por el contrario, hacerla suya para toda la vida.