Espero encontrar un poco de paz en esta ciudad, al menos por un rato. Debería encontrar un lugar donde poder dormir y lavarme -Pensé mientras contemplaba mi alrededor
Nunca me habían gustado mucho las multitudes, me sentía atosigado, me daban muchas ganas de sacar mi hacha y hacerme paso rebanando gente. Por lo que le pregunte rápida y bruscamente a Brisennya
-Hey, ¿Tu conoces este lugar? ¿Sabes donde hay una posada?
Aunque también me gustaría averiguar el valor de estas joyas... pero eso luego -Pensé mientras la gente pasaba a mi lado casi empujándome.
Con mi baso a medio tomar, lo deje en el mostrador sin terminar, me levante y lo segui - Quizas el me pueda ayudar, ya estubo alli ademas -
Recorro la plaza central, deambulando entre los puestos comerciales. Bueno, de caravanas está lleno. Podría ser cualquiera... Quizás, incluso, sólo la mencionó para fastidiarme.
Agotada por la persecución, me encamino directo hacia la taberna, la cual recordaba no muy lejana.
La tarde iba cayendo. Los tonos rojizos del atardecer le daban a Hardcastle un aire mágico y a la vez, siniestro.
Será mejor que llegue antes de que anochezca... Por si acaso.
Llegamos a la ciudad y no pude parar de enervarme por el bullicio y rejunte de las personas -He estado mucho tiempo sola, supongo- pensé mientras acariciaba a mi ratón -Lo único bueno es que no somos los únicos raros del circo y podremos pasar como si nada-.
Apenas podía distinguir la voz de Sku del ruido de la ciudad -La verdad es que no, ni sé en dónde estamos parados- dije mientras miraba a todos lados -Lo único que quiero hacer es revisar esos documentos y descansar. Si quieres hacer algo en especial o separarte de mí por fin... bueno- sonreí pícaramente.
Son muchas las carretas, rostros y mercancías. El desgaste sobre la tribulación de encontrar más de lo que buscabas pero nada que nada que llame realmente tu atención.
Puede que lo que buscas no este en el lugar o si es que esta en el lugar no lo puedes encontrar.
Llegando a la taberna te encuentras con un ambiente agradable, humanos, gnomos y medianos bebían y charlaban.
El tabernero, hombre del norte, cabello negro y tatuajes de marino en el brazo te saluda al entrar con un gesto de cabeza sin dejar de atender a los demás.
Tras acomodarte una tiefling y un semi-orco armado entran al lugar.
Son muchas las carretas, rostros y puestos de mercancías que ven antes de encontrar lo que buscan. Finalmente dan con la taberna.
Llegando a esta se encuentran con un ambiente agradable, humanos, un par de gnomos, un drow y varios medianos bebían y charlaban desperdigados por las mesas del lugar.
El tabernero, hombre del norte, cabello negro y tatuajes de marino en el brazo te saluda al entrar con un gesto de cabeza sin dejar de atender a los demás.
Se va haciendo tarde y la actividad en el mercado merma. Lugar donde al mediodía podrían haberse encontrado más de un centenar de carretas ahora apenas alcanzaban a contarse la mitad.
Al llegar al mercado para el enmascarado la situación en el lugar parece seguir igual, quizá ha atenuado la cantidad de personas comprando y vendiendo cualquier clase de objetos y se denota más aquellos que comercian al por mayor teniendo aun trabajo en descargar y cargar carretas.
La plaza del mercado se sitúa en el centro de la ciudad, al norte del castillo, con las principales rutas hacia el Este y otra al Oeste.
Guardias se emplazan en las esquinas, más preocupados en sus conversaciones que en vigilar el lugar.
Mhm, ningún tabernero que se respete daría información falsa. Quizá la caravana ya se fue, aunque sería extraño no escucharlo de la voz de la serpiente. Me dirijo al pelirrojo por primera vez en la tarde.
Es posible que lo que buscamos ya se haya ido. Creo que si nos dividimos podremos encontrar mejor información.
Te diré algo: tú ve al oeste y pregunta a la gente y los guardias sobre una caravana de mercenarios y aventureros, yo haré lo mismo en el Este, y a medianoche nos encontramos en la taberna donde nos conocimos.
Espero respuesta de Shawn y si esta de acuerdo voy hacia el este
Hay enanos aquí.. espero no estén al tanto de lo que paso en la ciudad -Pensé sin saber distinguir los Gnomos de otras criaturas de baja estatura.
-Bueno, yo iré a preguntar donde puedo lavarme, puede nos veamos luego. Dije a Brisennya, hice un gesto de despedida con la cabeza y me senté en la barra esperando poder hablar con el tabernero
Estaría bien beber un poco antes de ir a descansar -Pensé mucho mas relajado que los días anteriores, al fin tenia una pizca de paz y no había mejor manera de disfrutarlo que bebiendo
Acepte la propuesta del mediano enmascarado con un gesto con la cabeza - Veré que encuentro en el Este - pero antes de partir le pregunte - ¿Como debería llamarte? - espere su respuesta para luego irme.
Luego de un no muy largo trayecto, llego a la taberna y abro la desvencijada puerta de madera.
Se veía tal cual la recordaba. Variada y alegre clientela, música de fondo, conversaciones indescifrables y el mismo tabernero de aquella época. Enorme, intimidante, pero sonriente.
Le hago una especie de venia al entrar, a la cual responde con un movimiento de cabeza. No me presta mayor atención, atareado en sus quehaceres.
Me dirijo directamente a la barra, con la intención de una buena cena y algo de beber. Y, en lo posible, una habitación disponible en la posada para descansar del viaje.
Sin prestar atención a las miradas curiosas, esquivo algún que otro gnomo y llego directo a la barra.
Veo al tabernero comenzar a acercarse para atenderme pero, antes de llegar hasta mi, se distrae nuevamente con la puerta al abrirse. Lo observo unos segundos y giro hacia la puerta.
Un semi-orco seguido de una tiefling ingresan haciendo algo de alboroto y, por un instante, todos quedan en silencio.
Rápidamente, el ambiente vuelve a su estado normal, alegre y distendido.
-¡Ja! Y yo que pensaba que sería la criatura más extraña que se podría encontrar en un lugar como este... -le digo al tabernero, sonriendo.
Señor Tiniebla es como me llaman, digo en un susurro, y en una sonrisa invisible agrego sólo Tiniebla es suficiente.
Sabiendo que se confundió el plan, ya que yo había indicado que vaya al Oeste, desconfío de su capacidad de atención, y me dirijo al Oeste en su lugar.
Antes de que siquiera pueda responder, me aventuro al Oeste, en búsqueda de la caravana.
-Y yo que pensaba seria un día para nada extraño...- Dice en un tono neutro, no se jacta, puede que tres seres relacionados con la destrucción, los demonios y la oscuridad sentados en la barra de su taberna no sea una situación de lo más jovial.
El semiorco se acerca a preguntar por una cama, comida y donde poder lavarse, parece tener sangre reseca en sus vestiduras.
-Aquí, 6 piezas de oro, cena, cama y un baño.- Contando cada cosa que menciona con los dedos firmes en el aire, sospechas que le esta cobrando alguna moneda de más...
-Por esa puerta puedes ir a lavarte, esa sangre en tu ropa llamara a los guardias...- Dice mientras le da indicaciones hacia una de las habitaciones.
El tabernero atiende a Durakthan, contestando sus preguntas
-Aquí, 6 piezas de oro, cena, cama y un baño.- Contando cada cosa que menciona con los dedos firmes en el aire, habla en un tono neutro, no se jacta, puede que tres seres relacionados con la destrucción, los demonios y la oscuridad sentados en la barra de su taberna no sea una situación de lo más jovial.
-Por esa puerta puedes ir a lavarte, esa sangre en tu ropa llamara a los guardias...- Dice mientras le da indicaciones hacia una de las habitaciones.
Pasan gran parte de la mañana en la plaza del mercado.
El corazón de Hardcastle, ya que este fue construido para poder ser un centro comercial para todas aquellas caravanas que transportaban sus mercancía hacia las ciudades.
Más de un centenar de carretas pudieron contar en el lugar. Puestos de venta de todo lo que puedas imaginar.
Comercio al por mayor, hombres arriando animales de carga y grandes cargamentos siendo movidos de una carreta a la otra.
Guardias de la ciudad estaban dispuestos en las esquinas del lugar en parejas, en el centro sobre una pisoteada plazoleta apenas marcada por unos canteros atendiendo los reclamos de todos, por todo.
Al hacerse tarde la actividad en el mercado merma. Lugar donde al mediodía podrían haberse encontrado más de un centenar de carretas ahora apenas alcanzaban a contarse la mitad aunque las calles y callejones siguen atosigadas de mercaderes, comprando y vendiendo.
Ya conocen un poco el lugar. Sabes que pueden encontrarte de todo, humanos y gnomos, algunos medianos, incluso individuos de otras razas que pasan entre los demás sin llamar la atención. Hasta goblins.
Hora los guardias se emplazan en las esquinas, más preocupados en sus conversaciones que en vigilar el lugar.
La tarde da un tono anaranjado a todo el lugar, y aquellas pequeñas cosas colgadas de los palos que sostienen los toldos de los puestos proyectan largas figuras en el suelo con su sombra.
-Bueno, ten las piezas de oro, y prepararme una bebida fuerte para cuando termine de lavarme Dije bastante serio y acto seguido fui a lavarme donde me indico previamente llevándome conmigo todas mis pertenencias.
Por mas que este acostumbrado, COMO ODIO LA SANGRE SECA PEGADA AL CUERPO! -Pensé enojandome un poco, estaba desperdiciando la tranquilidad que tenia en ese momento.
-Bueno, ten las piezas de oro, y prepararme una bebida fuerte para cuando termine de lavarme.- Contesto el semiorco bastante serio y acto seguido fue a lavarse donde le indico el posadero.
El semiorco con un gesto se despide de la semidemonio, la tiefling, cual queda parada a un costado de la entrada.
Desde que entré a la taberna estaba absorta por tanta diversidad a mi alrededor -Me fascina este lugar...
Reciben tan bien a los que no son de los "suyos"-.
Apenas pude prestarle atención a lo que me decía Sku, estaba más al tanto al hecho de que un Drow estaba entre nosotros. Inconscientemente apreté los puños y busqué sentarme en el sitio más alejado posible de él -No es buen momento ni lugar para dejar llevarme por impulsos. Mejor espero a que el grandote salga de bañarse para hacer algo-.
Tras rondar por las calles cerca el mercado algunas indicaciones los lleva a reencontrarse, algunos comentarios hablan de varías caravanas en las que viajan aventureros, mercenarios o cualquiera que preste su espada para defenderla a cambio de un lugar en esta en su viaje.
Fue un enano al que le preguntaron, cual confundieron por un ostentoso guerrero por su fina tunica de mithril bordada en oro él que les indico donde podrían encontrar el tipo de personas que buscan.
Logran llegar hasta un grupo de carretas y detrás de una galera negra esta este carromato carmesí que el enano les indico. Un hogar sobre ruedas, la decoración lo hace sentir.
Dentro del baño deje mis cosas en un lugar donde no pudieran mojarse y comencé a lavarme la sangre rápidamente
La sangre de los conejos que cazaba hace años tiene aun mejor olor que la sangre de ese enano desagradable -Pensé un poco enojado al recordar esa situación
Termine de lavarme, me seque rápidamente como pude, agarre mis cosas y salí del baño aun a medio vestir, fui hacia el tabernero y medio gritando le dije
¿Esta listo el trago que pedí!?
Me senté mientras aun terminaba de vestirme y esperaba la respuesta del tabernero.