Partida Rol por web

— 混蛋

— Oh, ¿pero él se queda? —lamenta en alto, yendo hacia la furgoneta para no quedarse sin sitio. — ¡Hasta luego guapetón!

— Esperad, ¿vamos a dejar a Mako aquí sólo esperando la grúa? —frunzo el cejo, mirando las chicas, sobre todo a Kala — Yo qué sé, a mi no me molaría una mierda que me dejaran aquí cuando estaba haciendo un favor a mi hermana y sus amigas…

Mako se queda algo parado con la despedida que le hace Joe, totalmente despistado en ese frente, pero le dice adiós con la mano igual. Luego sonríe a Diana, poniéndole una mano en la cabeza.

— Sigues siendo una monada, Di. Y no, no pasa nada: me meto con los cascos dentro y ya vendrá la grúa. Aún vais a llegar tarde a vuestra macro fiesta de tres días.

Miro a mi hermano con los brazos cruzados, incrédula. De bonachón es que es gilipollas, en serio.

— Si no va a tardar mucho podemos esperar todos...

— Claro —responde Victor a la pregunta de Yui. — Además tenemos anclajes en la parte trasera. Puede ir ahí bien sujeta. Tenemos hasta un pulpo y cordaje. No se caerá por el camino, tranquila. Lex hace unos nudos de boyscout buenísimos. —sonríe maliciosamente, devolviéndole la “medallita” de experto en mecánica. — No se soltará ni con un terremoto. —le asegura, mientras ayuda a Diana con su equipaje.

— Diana tiene razón. Será mejor que vengas con nosotros. —le dice a Mako, esta vez con más convicción y menos timidez. — Puedes darle la posición por teléfono y cuando vengan a buscarlo te podemos acercar para que les acompañes. Siempre avisan antes de llegar… —sí, Victor y su primo Lester habían vivido algunas de esas tiradas monumentales.

— Bua, genial. —digo, ya con la bici en mano. — ¿Lo de los nudos es en serio? —miro escéptica a Lester, pero supongo que más experiencia que yo tendrá, ya que es rara la vez que monto la bici en algún coche. — Anda, ayúdame en esto. —miro a Lester y luego al hermano de Kala. — Es mejor que esperemos contigo, si. Por mucho que te digas que te da igual, después de hacernos el favor de acercarnos... No estaría guay dejarte de lado.

Lester le lanza una mirada asesina al capullo de su primo pero como para decirle que no a Yui y quedar como un imbécil. Así que aunque no tiene ni puta idea de hacer nudos profesionales, él sonríe y deja en claro que es el mejor .

— ¡Hago unos nudos...!

Y con una última mirada asesina hacia la espalda de Victor, asegura la bici de Yui.

Iba a decir algo pero me llama mucho la atención como Victor coge mi maleta y se la lleva a la furgo. Pesaba, os lo aseguro, pero le veo tan dispuesto que prefiero no decir nada; si quiere ser un caballero delante de su primo y sus amigotes, al menos no va gritando por ahí “comedme el rabo” y/o “comedme to lo gordo” como Alex.

Aunque he estado muy tentada de provocarle diciéndole que no tenía que hacer eso, que vamos a follar igualmente, me callo a tiempo. Sólo faltaba provocar al personal si vamos a ir todos embutidos en la furgoneta de Lester.

— Ven con nosotros, Mako —le hago un gesto. — Seguro que la grúa tarda en llegar hasta aquí, y aún no la has llamado... —me giro para caminar hacia la furgoneta. A ver cómo demonios entramos todos...

¿Y a Victor qué le pasa? ¡Si esa maleta pesa más que él! Es la de Diana, ya lo sé, pero dudo mucho que haya dejado a Alex para salir con otro que vaya cargando con sus pesos. Entre este, y la otra con su preciada bici... Suspiro y saco el resto de cosas del maletero. No creo que Mako insista más.

Mako recoge también sus cosas de la guantera, ya que no ve que haya otra opción. Y no nos vamos a engañar, la carretera esta da mal yuyu.

— Oye, ¿pero no íbais en la furgo ciento y la madre? ¿Qué tenéis allí, una cuarta dimensión?

— No… —resopla tras cargar la maleta de Diana —Es una… Tardis —bromeo y sigue hasta la furgoneta, donde encaja el equipaje donde puede en la parte de atrás. Recupera la respiración como buenamente puede el pobre.

— Di… ana. Delante... —señala la parte delantera del vehículo. —...sentarte… —bufa, exasperado con su mierda de físico. ¿Que lleva ahí, un cadáver troceado?

Al ver que Diana y Kala recogen su maleta (la primera dándosela a su amorcin, lo cual hace que deje escapar una sonrisilla pícara), me acuerdo de que, eh, yo también tengo equipaje, así que recojo mi maleta y la cargo en el maletero de la furgo. No pongo demasiado cuidado en meter mi equipaje, ahí donde coge, allí va.

— Hazle caso. —le digo a Diana. — Para poder entrar hace falta saber jugar al tetris y seguro segurísimo que Victor sabe, ¿a que si? —le echo una última mirada a Shimano, para asegurarme de que está bien sujeta y me coloco cerca de la puerta. — ¿Quién me deja hueco?

Ay, míralo, ahogado por cargar con mi maleta. Si es que es un cabezota… Si ya habíamos hablado que él ponía el cerebro y yo el cuerpo, pero supongo que eso no cuenta delante de sus amigos.

— ¿Delante? Vale —le abrazo por el cuello y le dejo un beso en la mejilla antes de dirigirme al asiento que me ha especificado como ha podido. Al menos iré delante con Lex y él, no sé si iba a ser un poco raro meterme es esas hileras traseras llenas. Espero que Kala y Yui no vayan muy incómodas de todas maneras.

— Hola, Lex —saludo al ponerme en medio para dejarle a Victor la entrada libre, y me giro hacia el resto. — ¿Todo bien por ahí detrás? Vamos a tope, ¿eh? —bromeo.

A tope es poco, en serio. Mako no es pequeño, y Joe parece encantadísimo de tenerle casi encima, y yo... acabo fuera con Yui, mirándonos los espacios en los que encajarnos.

— Si alguien más se encarama encima de alguien creo que puedo sentarme encima de Yui —río un poquito.

Sonríe aliviado y satisfecho por el premio recibido. Acaba de ayudar a Yui, Kala y Mako a recolocar sus cosas entre las de ellos. Que se podía quejar del peso de la maleta de Diana, pero aquí el Club de Rol llevaba más cosas que complementos tiene la muñeca Barbie. Cuando ya todo está guardado y fijado con un mínimo de seguridad, cerró el maletero, con la bici atada. Se dirigió hacia la parte delantera y se subió. Se colocó como pudo en el espacio dejado por su primo y Diana. Esperaba que al menos el haber dejado que se sentara Di a su lado les reconciliara por la “batallita” encubierta de hace un momento. Mira hacia atrás y sonríe satisfecho. Al menos el conductor se queda, Joe será feliz. Je,je.

Apretados como en una lata de sardinas, nuestra Lexwagon arranca de camino hacia el fin de semana de jolgorio total. Victor reza por no haberse equivocado en “convencer” a todos de liarse en esta excursión…

Ahí apretados como sardinas íbamos. De lo malo, no me había tocado lo peor porque al final para poder coger todos, unos tuvimos que sentarnos encima de otros y bueno, que así como quien no quiere la cosa Kala estaba en mi regazo. Tampoco le iba a hacer ascos a eso. Pero EH con respeto. Babear lo justo.

— ¿Cuántas habitaciones hay? —porque ya que veíamos que ahí andábamos faltos de espacio, igual también tendríamos que andar haciendo apaños en el refugio.

[Viernes 13 de junio de 2018 - 18:58]

El grupo del Lexmóvil llega finalmente al final del camino y menos mal, porque nadie aguantaba ni un minuto más después de que alguien se tirara un pedo. Como en el típico número de circo en el que un montón de payasos salen de un coche diminuto, vais bajando uno a uno y cogéis vuestro equipaje.

A partir de aquí hay que ir a pie.

Pasáis una pequeña verja donde se puede leer "Propiedad Privada, Prohibido el paso" y os adentráis en un camino de montaña que os lleva a una gran explanada con un puesto de control y un teleférico esperando, en el que no cabéis todos juntos y tenéis que subir en dos grupos en un viaje de cinco minutos ida y cinco de vuelta.

El teleférico sube hasta arriba de la montaña, donde todo está nevado y hace un frío invernal. ¿Os habéis traído todos ropa de abrigo? Porque Major lo había avisado.

Una vez en el puesto de control de arriba de la montaña, veis un mapa que indica cómo llegar a la Cabaña Principal.

[Viernes 13 de junio - 19:32]

Finalmente el grupo llega al frente de la casa y lo que ven es lo bastante impresionante como para que un mismo pensamiento esté en la cabeza de todos, a excepción de Jackie Pickles que está flipando con todo en general: "¿Pero cuánta pasta tiene la familia de Major?".

Una cabaña de madera y piedra, de dos pisos y por suerte para Yui, tan grande que parece uno de esos hoteles de estaciones de esquí. No van a tener problemas de espacio, se ve.

Al llegar al porche ven a través de los ventanales que la gran mayoría ya está dentro, organizando sus cosas, bebidas y comidas.

¿Veis por qué no quería ir en la furgoneta? Seguro que ese no es el único pedo del viaje… Y por suerte, las chicas y yo nos hemos librado del resto.

Contenta de poder estirarme, me apuro en coger mis cosas, más animada…aunque se me baja un poco (el entusiasmo, que os escucho pensar) cuando veo todo lo que hay que caminar y hacer para llegar a la maldita… MANSIÓN. A ver, no es una mansión en uso pero es una puta cabaña impresionante.

Río, alzando los brazos, y sintiendo cómo se me levanta (sigo hablando del entusiasmo) de nuevo. Ya se escucha la música y casi puedo oler el alcohol.

— ¡Fiestaca, señores! —exclamo, y cojo a Kala y Yui de los hombros. — ¿Buscamos una habitación para dejar nuestras cosas? Luego ya…que cada una duerma en la cama que quiera —carcajeo y busco un momento a Victor con la mirada para guiñarle un ojo. Aunque sólo eso, porque sigo tirando de ellas dos hacia dentro de la cabaña.

He tenido que SUPLICAR que alguien abra la ventanilla, ¿eh? ¿Por qué los tíos están todos podridos por dentro? Qué ascazo, mierda... Y mira, he acabado enfriándome un poco pero ha valido la pena, y como me he podido acurrucar contra Yui ni tan mal.

El Refugio es la manera chachi que tienen los Gordon de llamar a su Mansionaca De La Montaña, que más parece un resort de estos de Aspen que ves en las pelis. Llegamos elegantemente tarde, porque después del paseíto hasta allí ya se oye la música.

Diana nos atrapa, y mira, yo no me resisto hasta que dice eso de dormir en cualquier otra cama y mira a su chico. Ay, que duro.

— ¿Entonces nos parapetamos en una misma habitación y nos dispersamos? Porque yo también tengo pensado hacer excursiones nocturnas... —me relamo.

“Cagón to…” se lamenta mentalmente Victor al ver el peazo chalé que se gasta el soplapollas de Alex. “Que ascazo de tío”. Ser pobre es muy duro. Suspirando con resignación y cruzando miradas con Cornell y con Lester, recoge su mochila y su abrigo (no tiene otro, le tendrá que valer). Espera que todo el mundo coja sus cosas e inicia el ascenso con ambos, tras cerrar la furgo.

— Espero que podamos probar nuestro proyecto dron… —hace una mueca de disgusto. Tenía la triste esperanza de que en algún momento del fin de semana iba a poder poner a prueba el dron que acababan de reconstruir Lex y él. Aunque claro, si todos ligaban, igual le dejaban en paz con Diana y… Su cara se enciende como un semáforo en rojo nada más de pensar en eso.