Partida Rol por web

Escena clan Ventrue

Ambos recibís aviso a primera hora de la noche para acudir el despacho de la Príncipe la noche siguiente a las presentaciones. 

Clayton acudió puntual a la cita en el despacho de la Príncipe. Había salido del Elíseo para hablar con uno de sus ghouls, tenía asuntos que atender, pero era hora de volver. Tenía ganas de conocer al otro Ventrue del que le habían hablado. Y sobre todo, tenía ganas de escuchar muchas cosas que la Príncipe tenía que decir. Él ya había expuesto algunos puntos a debatir, y ahora sólo quedaba esperar.

Indicó a su chófer que esperara en el vehículo relativamente cerca de la puerta del local “La Perla Negra”, pero sin estar aparcado justo delante. El local escort era un lugar poco apropiado para ejercer como centro neurálgico cainita de la ciudad, al menos a criterio de Clayton. Pero de nuevo, él no era el Príncipe.

Hasta el despacho, Clayton acudió sólo, una vez allí esperó pacientemente a que se le hiciera llamar.

La puerta del despacho esta entreabierta, la Príncipe os invita a entrar en cuanto os acercáis al lugar y pide al último en llegar que cierre la puerta. 

- Caballeros... pónganse cómodos por favor. 

En esta ocasión sobre la mesita central a su teléfono móvil acompaña un ¿cuaderno o agenda?, un plano de la ciudad a medio desplegar y una pluma estilográfica. 

- En dos horas tendremos que estar en el raval - citando uno de los barrios de la ciudad - he citado al resto de vástagos allí a medianoche, nos reuniremos en uno de sus locales. 

Se inclina hacia la mesa y toma el cuaderno 

- ¿Tienen alguna inquietud por lo pronto o puedo empezar? - dándoles opción a pronunciarse antes de empezar con el "discurso"

Clayton se limitó a negar levemente con la cabeza. Prefería esperar a que la Príncipe les dijera todo lo que creyera que necesitaban saber. Y ella ya conocía la principal inquietud del joven Ventrue. Por el momento era mejor que Clayton no preguntara nada.

Observó al otro vástago. Le había visto la noche anterior en el Elíseo y decidió presentarse ya que en el Elíseo no habían tenido oportunidad. Asintió en su dirección.

- No habíamos sido presentados formalmente pero nos vimos ayer. Soy Michael Clayton. – Obvió el clan ya que dada la naturaleza de la reunión quedaba claro. – Es un placer. – Comentó con una máscara de sinceridad imperturbable.

- Por mi parte no tengo nada más que decir por ahora. – Añadió mirando a la mujer de nuevo. Dejó que el otro vástago indicara si quería decir algo o no, y esperó con ganas a que la mujer continuara hablando.

John llega puntual a la cita. La ciudad, como había sido tomada y sus habitantes ofrecían innumerables preguntas, y tiene la esperanza de que la reunión aclarase algunas de ellas. Indica a Mitch que espere fuera. “Hoy mejor que estés centrado, ya habrá tiempo de disfrutar”.

Esquiva con una socarrona sonrisa la concurrencia del Eliseo en elegantes trajes de noche que mostraban más que ocultaban, o directamente en paños menores. La Princeps realmente sabía cómo mantener un rebaño. ¿Para qué aburridas y burocráticas oficinas? Pero como le había dicho a su ghoul, era la hora de trabajar.

Entra tras la invitación de “La mujer” con el otro Ventrue. Tiene curiosidad para ver de qué pie calza. El otro vástago se presentó educadamente, y John hace lo mismo.

-Encantado, señor Clayton. Yo soy John Hampton. Intuyo que tenemos una titánica tarea por delante.

Tras la presentación, saluda a “La mujer” con una inclinación de cabeza a la mujer, quien parece ir directa al grano.

-Por mi parte tampoco, estoy seguro que muchas de las dudas se aclararán solas.- responde  echando una ojeada al mapa que hay sobre la mesa. Sonríe cortésmente y añade: - y las que no lo hagan, si le parece bien, podremos aclararlas luego.

- Muy bien... - abre su cuaderno, y toma también la pluma - ante la inapropiada conducta políticamente hablando del señor Hampton, y que él mismo ya anunciaba su nulo interés en cargos de esa lid, la primogenitura del clan Ventrue recaerá sobre el señor Clayton. 

Levanta la mirada hacia Hampton

- Si quiere conocer en que punto se encuentran mis relaciones personales con otros vástagos, le recomiendo que desista de su curiosidad o trate de preguntarme directamente. Meter el dedo en la yaga no le resultará muy sano, en esta ocasión me molesto en advertirle... quizá no en otras.

Vuelve la mirada al cuaderno

- A medianoche nos reuniremos en el Llantiol, un local del Raval, con el resto de vástagos presentados. Lo mejor será que cada uno acuda por su cuenta y no deduzcan nada con respecto a nuestra reunión previa, los tratos de favor nunca gustan a aquellos que no salen beneficiados. Asignaré nuevos cargos y dominios, lo imprescindible... el dominio de clan se encontrará al norte de la ciudad sin lugar a dudas, de Pedralbes a Sant Gervasi ¿requerirán de dominios personales? ¿Quizá para sus negocios? ¿o no sería imprescindible?

Tras las duras palabras de la Príncipe, John se limita a inclinar humildemente la cabeza, y asentir cuando sugiere que le pregunte a ella misma sobre sus relaciones con otros vástagos... o, como John interpreta, la política del dominio. Ha dejado claro que no es una advenediza cualquiera, y que deberá hacer las paces con ella cuanto antes.

Cuando les pregunta por si requirieren dominios personales, por un momento duda. Los necesitará, por supuesto, pero pensaba conseguírselos él mismo. Tras la reprobación no se siente cómodo pidiendo favores. Pero probablemente solo requiera que le pidan permiso para establecerlos, así que se relaja.

Mira no sin cierta admiración a Clayton. Con su aire imperturbable parece bien dotado para política. Ya vera como es el trato con él y cómo reacciona a la propuesta que tiene en mente para el clan.

Como felicitarlo después de que “La Mujer” haya preguntado otra cosa le parece inadecuado, se limita a esperar respetuosamente a que hable.

Clayton negó con la cabeza tras escuchar las palabras de "La Mujer". 

- Por ahora será suficiente. - Respondió. - Más adelante me gustaría retomar este tema pues es más que posible que necesitemos algún dominio personal para los negocios... pero lo primero es ubicarnos bien en la ciudad y conseguir que éste sea un dominio estable para la Camarilla y los nuestros. -

Sonrió, recordaba las palabras de la Príncipe la noche anterior en su presentación. - Tenemos mucho trabajo por delante. -

No dijo más esperando a que su Majestad continuara, pues sabía que tenía mucho que contarles. Si tenía preguntas se las guardaría para el final, por si ella no hubiera respondido ya a todo. Era inútil adelantar los acontecimientos o preguntar cosas que ella ya tuviera en mente contarles.

John escucha las palabras de Clayton y asiente. Sera mejor dejar los tecnicismos para otra noche. Asi que en tono respetuoso me dirijo a “La Mujer”.

-En primer lugar me gustaría disculparme por mi inapropiado comportamiento de anoche. Fue totalmente inexcusable y no volverá a suceder. Yo tampoco preciso por el momento de dominios, por el momento. También acabo de llegar y lo primero será establecerme.

Tras ello se dirijo a Michael Clayton.

-Mi más sincera enhorabuena. Quedo a su disposición para lo que necesite. Realmente hay mucho trabajo por delante y estaré encantado de entrar en más detalle cuando le parezca.

Tras sus palabras queda a la espera de las palabras de “La Mujer”.

- Señor Hampton, no espero causarles más molestias de las estrictamente necesarias ni abusar de mi autoridad, pero si la socava... socava la del Clan. Recuerde que mi influencia es la suya. No necesitamos que le recuerde a nadie asuntos de los que no deseamos que se hable - tranquiliza, apreciando la disculpa del Ventrue

Deja su cuaderno sobre la mesa, ninguno de sus compañeros ha requerido del mapa para ubicar los dominios del clan por lo que presupone que ya conoceran la ciudad o que la conocen tan poco que no serían capaces de situarse por ahora.

- Y ahora, hablemos de asuntos más serios: si bien en la reunión haré referencia a posibles problemas futuros con el Sabbat para no crear un pánico excesivo aquí vamos a dejarnos de paños calientes. El Sabbat volverá, tengo la total certeza de que así será y una fecha máxima a seis meses vista. Estimo que nos darán unas navidades de lo más agradables y espero no estar siendo demasiado positiva en cuanto al tiempo de retorno de esas bestias, pero la noche de todos los santos es también otra noche de máxima alarma por lo poco que se de sus costumbres. Va a ser totalmente imprescindible contar con medios para repelerlos, y va a ser totalmente imprescindible poder ocultar roturas de Mascarada si no queremos tener aquí a la mismísima inquisición. ¿Puedo contar con alguno de vosotros en el Consejo de Seguridad? Sobra decir que sería necesaria la capacidad de manipular los recuerdos de los mortales...

Tras escuchar las ultimas palabras de "La mujer", John asiente convencido.

-Poseo esa capacidad y puede contar conmigo para dicho Consejo. En cuanto a los medios, estoy seguro que podremos coordinarnos con el señor Clayton para conseguirlos cuanto antes posible.

Tras su breve intervención mira al recién nombrado primogénito no sin cierta curiosidad para ver que tipo de líder será.

- Bien señor Hampton, cuento con usted. Deberá trabajar junto con Tinwords, Westwood, Ortiz y la salvaje... paciencia, estoy segura de que en unas semanas incluso les coja cariño. Debemos realizar también un breve reparto entre las influencias en la sociedad mortal para evitarnos enfrentamientos futuros, ¿tienen especial interés en algún campo? 

Hospitales, policía, bomberos, periódicos, radios, televisión, discotecas... había un abanico tan amplio que se podía pensar que fueran a coincidir dos vástagos pero sin duda mucho mejor asegurarse. 

John escucha el devenir de la conversación. Cuando “La Mujer” hizo esta última pregunta cree que ha llegado el momento de su propuesta acerca de cómo coordinar esos recursos. Echa un vistazo a Clayton, recién nombrado primogénito. Parece estar jugando muy bien sus cartas sin pronunciarse en ningún momento, dejando que John vaya mostrando poco a poco las suyas. No puede evitar sonreír al primogénito en una muestra de aprobación, antes de dirigirse a ambos.

-Todo es negociable, pero me atreveré  a hacer mi propuesta, si me permiten. Como le comenté en su momento, mi especialidad son las finanzas. A través de ellas se puede controlar la industria, el comercio, los grupos mediáticos, seguridad y sanidad privadas… La otra gran rama del poder es la política. Ella es la que gobierna y controla la justicia, el poder militar y todos los servicios públicos. A menudo ambas ramas se influyen mutuamente, y también se pueden ayudar mutuamente, con lo que la colaboración sería altamente beneficiosa. ¿Le parece bien esa división, señor Clayton? – tras la pregunta John se reclina en su silla cruzando las manos esperando intrigado su respuesta.

- ¿Finanzas y política? – repitió Clayton en voz alta. Siendo dos por ahora los miembros de su clan, quitando a la Príncipe que demasiado ocupada estaría ya, no le parecía un mal reparto pero difícil de llevar a cabo. Quizá no estaría de más ser algo más concretos. – Es una división un tanto vaga… Imprecisa para ser exactos. – Continuó sin ánimo de granjearse enemigos. Sólo exponía su punto de vista.

- Si vamos a tener que tapar rupturas de la Mascarada, lo primero es hacerse con la prensa, y eso incluye radio, televisión y periódicos. ¿En qué área englobaría a la prensa? ¿Política o finanzas? A mi gusto tienen parte de ambas. Es difícil. – Clayton parecía meditar a medida que hablaba, pensaba sobre las posibilidades.

- También habría que tener en cuenta si usted ya dispone de algún área de influencia, para no pisarnos los intereses. – Comentó dirigiéndose directamente a la Príncipe. Si había tomado la ciudad al Sabbat no habría podido hacerlo sin conseguir algo de influencia en algunos sectores. Y si Clayton tuviera que apostar… - ¿No tiene ya influencia en la policía, algún hospital y puede que en algo de la prensa? – Preguntó. No sabía si había dado en el clavo, puede que a “La Mujer” no le hubiera hecho falta nada de eso… pero si él hubiera tenido que tomar la ciudad serían las tres primeras áreas que hubiera intentado abarcar.

Esperó la respuesta por si acaso, pero aun con esas tuvo a bien de explicar sus áreas de interés. – Siendo más concretos, a mí me interesaría la seguridad privada, los bomberos, algo de la prensa – ya fuera televisión, radio o periódicos, lo que no quisieran el resto – y alguno de los medios de transporte… - Alguien tendría que encargarse de gestionar y vigilar el aeropuerto, el puerto y todos los trenes y aves que salían y llegaban a Barcelona.