Partida Rol por web

La joven que tenéis delante no parece asustada porque la superéis en número. Ni siquiera tiene la precaución de adoptar una posición defensiva o de no daros la espalda. Por el contrario, se pasea por el jardín como si fuese su propia casa. Quizá lo había sido aquellos últimos meses. Mientras se pasea, va hablando con su voz dulce y aterciopelada, tan fina y agradable que algunos de vosotros, sobretodos los diurnos, llegáis a dudar de que haya sido la autora de los crímenes anteriores. Pero cuando empezáis a entender lo que está explicando, esa misma voz que tanto os encandilaba, termina por poneros la piel de gallina y erizaros el bello de la nuca.

Vaya... Parece que me habéis descubierto. ¿No podré seguir jugando con vuestros compañeros humanos? Es una pena... En realidad algunos eran muy divertidos. Como el chico de los extraños ojos... Se negó a gritar... Hasta el último momento. -Suelta una pequeña risotada que suena totalmente inocente... pero que lleva un matiz de cinísmo que os vuelve a hacer temblar. Estaba hablando de alguien a quien los diurnos conocíais bien... Shane.

Mientras habla, va mirando hacia las ramas de los árboles que caen sobre su cabeza, acariciando pequeñas flores. Incluso llega a coger una de las rosas que con tanto cariño ha cuidado el director del internado.

Finalmente da una vuelta sobre sí misma, haciendo que el volante de su vestido baile a su alrededor, y se queda de frente a vosotros, con los ojos cerrados.

Bueno... fue divertido mientras duró.

Hace una reverencia completa hacia vosotros, levantando el vestido con la punta de sus dedos pero sin que lleguen a verse sus pies ni siquiera así.

Mi nombre es Claire Lugosi. -Pronuncia el nombre en un perfecto francés y vuelve a incorporarse- Y estaré encantada de jugar con vosotros.

Su mirada se posa ahora en los nocturnos, recorriendo con sus rojas pupilas, sedientas de sangre, a todos y cada uno de ellos.

¿A alguno de vosotros le gustaría jugar en mi equipo?

Era una oferta clara. Ella iría a por los diurnos. Y acabaría con los nocturnos que se interpusieran... Pero daba a los nocturnos la oportunidad de unirse a su bando y no ser dañados.

Claire Lugosi. Ese era su nombre. Pero había algo extraño... Estáis seguros de que el pañuelo que encontrasteis en el suelo era suyo. Su olor así lo corrobora. Sin embargo, las iniciales no concuerdan. ¿Se os escapa algo?

DIURNOS:

Algo raro está pasando. Siempre habíais sospechado que los nocturnos eran raros, pero... Aquella chica no era humana. Y hablaba con ellos como si fueran como ella. ¿Tampoco eran humanos vuestros compañeros de instituto?

NOCTURNOS:

Sus gestos, sus palabras, su voz... Todo lo que hay en ella la delata como una de las más antiguas vampiras que hayáis podido conocer jamás. Y todos sabéis cómo se intensifican los poderes de un vampiro con el tiempo... Y esa confianza que tiene en sí misma... Sabe que podría ganar la batalla aunque todos os uniérais contra ella. Aunque quizá no fuera necesario jugarse vuestra "vida eterna" por un grupo de cuatro niñas humanas, ¿no? Ahora os toca elegir.

Natasha frunció el ceño escuchándola... cerró el puño y se puso delante de las otras tres, soltando la mano de Erika y poniéndola detrás de ella. Estaba claro que si iba a hacerles algo a ellas, tendría que pasar primero por encima de la morena. Aunque sabía que eso no sería demasiado difícil.

El corazón le latía rápido. Y estaba asustada. Muy asustada. Pero no iba a permitir que nadie se diera cuenta... quizás Erika, que podía sentir como Natasha temblaba levemente, pero no se iba a mover.

Miró a los nocturnos, ella ya sabía lo "qué les pasaba", porque uno de ellos se lo había contado. Esperó que alguno se pasara a su "equipo"... realmente no tenía la confianza de que ellas, aquellas "simples humanas", fueran tan importantes para sus compañeros noctámbulos.

Me encojo de hombros y avanzo para colocarme al lado de la vampiresa

-Yo me pongo de tu parte, creo que si sobrevivo a este combate, podré aprender mucho de ti-

Lanzo una carcajada mirando a mis compañeros y a los diurnos.

Rachel por primera vez, deja de lado su neutralidad en rostro y movimientos. Se la nota tensa y preocupada de pies a cabeza. Su aparente calma termina por explotar ante la traición de Edward.

¡Edward! ¡Eres un cobarde! ¿Qué hay de la promesa que le hiciste al director? ¿Crees que te dejará con vida? Qué decepción... Eres la vergüenza de nuestra espécie...Dice bajando el tono de voz a uno con desprecio.

No lo había dicho, pero en sus ojos se veía que defendería a los nocturnos, pues incluso se ha puesto por delante de ellos, afrentando sin miedo a Edward, aunque no se pueda decir lo mismo de Claire.

Será mejor que os vayáis... Les dice a los diurnos, mirándoles de reojo. Sin embargo, la vampiresa había dejado claro que no dejaría a nadie con vida, pero si se quedaban ahí, además de que el proyecto se iba al traste, podían acabar maleridos y Rachel ya tenía bastante preocupación por sus compañeros como para también preocuparse de no hacer daño a los diurnos.

Sonrío a Rachel enseñándole los colmillos

-Tengo mis motivos para hacer lo que hago, además, los actos de un loco son siempre impredecibles, no guarda lealtad a nadie ni a nada-

Esperaba que cogiera el mensaje, pero no podía decirlo más claro.

Miré a la vampiresa de cabellos blancos, admirando su belleza y seguridad, notaba su poder

"¿Qué podremos hacer contra ella?"

Harry notaba el miedo en sus compañeros, el tambien sentia el gran poder que manaba de Claire.

Pero no pensaba unirse a ella, no pensaba herir a los humanos, no a ella... Erika, que le recordaba a aquella chica que estuvo con el en su primera epoca en el bosque y que no le tenia miedo, cuando aun era sociable, antes de convertirse en un animal mas del bosque.

Miró a Edward con desprecio-¿En serio? Pues en el bosque, el conejo que busca en el lobo proteccion contra el zorro causa la muerte de ambos- entonces volvio la mirada.

Fijó su mirada en la señorita Lugosi-Y tu... ¿Tanto tiempo como vampiresa ha hecho que te olvidaras de tu humanidad anterior?-dijo mirando fijamente a la chica de forma amenazadora, como si pudiera acabar con ella, aunque sabia que no podia ni dañarla-¿Tanto has perdido en tu vida que ya no respetas las de los demas? Es mas, ¿acabare como tu si sigo viviendo como vampiro?-ese era el miedo oculto de Harry, perder el control y atacar a humanos solo por saciar su sed.

Porque esa presencia me es tan familiar?

Me abrí paso entre los diurnos y nocturnos hasta quedar al lado de Rachel, estaba intimidado ante la presencia de Claire y a la vez cautivado por tan familiar calor que me trasmitía como si un vínculo muy fuerte nos uniera en el tiempo.

Viro la mirada hacia Rachel y lentamente me acerco a su oído para susurrarle algunas palabras.
…

Sujeto un hombro de Rachel con delicadeza, para luego soltarlo y dar un paso adelante con porte gallardo y fino armado de valor ante tremenda intimidante presencia.

Señorita Claire, me temo que usted está interfiriendo con puede que el último intento que tenemos para reintegrarnos a la sociedad. Así que como el representante de los nocturnos en esta escuela no permitiré que…

-Pauso unos segundos para dirigir la mirada sobre Edward

“escorias” entorpezca tan noble proyecto. No pretendemos luchar, pero no toleraremos otra desfachatez y nos veremos obligados a responder como es debido

Rachel, “ocúpate” de los Diurnos con hipnosis para que busquen resguardo y avisen al director de la situación o no se expongan ante el peligro, Harry y Yo trataremos de ocuparnos de la situación.

...

Lo último de felicidad que pueda disfrutar está en que este proyecto finalice y no pienso abandonarlo, Y pierde cuidado… yo no les traicionare.

Erika se queda encandilada con la presencia de la extraña. En más de un momento hace ademán de acercarse a ella. Esa mujer, esa dama, era todo lo que siempre había querido ser... pero la mano de Natasha la hace despertar de su ensueño. Si... desde el momento en que había conocido a la morena, había cambiado por completo su objetivo a seguir. Había quedado impresionada por la fuerza que transmitía la morena en tan diminuta masa corporal.

Sacude la cabeza, haciendo que los rubios mechones de pelo dancen a lado y lado de su rostro, y luego coge el brazo de Natasha para tirar de ella hacia atrás. No quería que se hiciera daño. De hecho, no quería que nadie sufiera daño alguno.

¿Porqué nos quiere hacer daño?

Pregunta en voz alta, con su dulce e inocente voz. La pregunta no va dirigida a nadie en concreto... simplemente la deja en el aire.

Yo... no quiero que nadie se haga daño...

Murmura finalmente clavando sus pupilas temblorosas por el miedo, al igual que el resto de su cuerpo, en Claire.

Asustada, Zoe se abraza a su amiga Shary. La luz empieza a hacerse en su hasta ahora ignorante mente. Empieza a comprender lo que está ocurriendo, y ese conocimiento la está asustando todavía más.

Ahora cree poder poner nombre a esas criaturas. Mas bien ahora empieza a entender por qué los nocturnos solamente eran vistos de noche. Y por si tenía alguna duda, la visión de los colmillos de uno de ellos le ayudan a reafirmar sus sospechas. En su mente, como si de un letrero luminoso se tratara, aparece escrita la palabra VAMPIRO... No puede ser, no existen!! Se dice la joven mientras lágrimas empiezan a surcar sus tersas mejillas. Pero para muestras un botón, y allí están, delante de ellas sacando colmillos y a punto de enfrentarse.

Instintivamente se lleva la mano a la cruz que cuelga de su cuello. Dicen que temen las cruces, pero eso son leyendas... El recuerdo de su madre se hace vivo... En estos momentos en los que teme por su vida, pensar en su madre la ayudan a calmarse. Recuerda el día en que le regaló ese colgante. Ella la miraba con una dulce sonrisa, y le dijo que siempre estaría a su lado, que nunca se quedaría sola... Mami... Susurra ahora ya mas calmada... Chicas, intentemos salir de aquí... Les dice a sus compañeras diurnas, esperando que los nocturnos les den tiempo a intentar escapar. Ayudando a Shary, da media vuelta e intenta volver hacia el colegio.

La atracción que sentía hacia Claire era tan fuerte que casi no podía resistirme, quería acercarme a ella, unirme a "su equipo" como ella había dicho. Sin darme cuenta había dado un par de pasos en su dirección cuando de repente me fijé en las alumnas diurnas y me detuve en seco. Al verlas recordé a todos mis amigos y a mis padres, ellos eran humanos y todavía seguian vivos asi que no podía unirme a una persona que podría toparse con ellos en un futuro y matarlos.

Una vez que recuperé mi control, me coloqué entre Claire y las diurnas preparado para defenderlas. Giré mi cabeza para volver a mirarlas y al ver que estaban tan asustadas intenté tranquilizarlas con una sonrisa - Tranquilas, os protegeremos.

Congelada en el sitio contemplé el intercambio de palabras entre los nocturnos con los oídos aún zumbándome por el tortazo que había recibido. El extraño comportamiento de aquellos alumnos, el aura de poder y peligro que emanaba de aquel ser,...el extraño parecido entre todos...los colmilllos. Todo, a pesar de mi aturdimiento, encajó de repende en mi mente y la verdad me golpeó tan fuerte que me tambaleé y me tuve que apoyar en el hombro de Zoe para no caer.

-Kasha...-murmuré recordando la palabra japonesa para aquellos seres al tiempo que un miedo visceral incontrolable se instalaba en mi interior. Temblando tanto que tuve que apretar la mandíbula para que no me castañearan los dientes asentí ante el susurro de Zoe.-Si...si...vá...vamonos.-incapaz de dar la espalda a lo que estaba a punto de suceder comencé a retroceder.

Alexis, con un leve gesto de contrariedad, llevó un dedo a los labios, dándose pequeños golpecitos mientras meditaba; sus ojos azul cobalto se mantenían fijos en los de la Srta Lugosi, si es que ese era su nombre.

Claire observa todas y cada unas de vuestras reacciones. Tanto de diurnos como de nocturnos. Mira a Edward de forma satisfecha, con una mano en el delicado mentón, al menos hasta que clava su mirada en él... Una mirada que penetra por sus pupilas y recorre todo el cuerpo del alumno nocturno. Y es en ese momento cuando él se da cuenta de algo. El mismo momento en que se percata de que no puede moverse y el mismo momento en que ella se echa a reír.

¿De verdad creíais que me engañarías?

Pregunta volviendo a ponerse seria al instante. Alarga un brazo con un ademán elegante hacia él, y con la misma elegancia hace un gesto para que se acerque... un gesto al que él no puede negarse. Bueno... en realidad es su cuerpo el que no puede negarse a obedecer.

Ahora ya conocíais dos de sus habilidades: Hipnosis y Telepatía. Había leído sin problemas las auténticas intenciones de Edward desde la sinceridad de su propia cabeza. Y ahora lo había hipnotizado. ¿Cuantas habilidades más podrá tener un ser tan antiguo?

Con el mismo brazo alargado, apoya esa fina y fría mano sobre la mejilla de vuestro compañero y lo atrae hacia sus labios, sin apartar la mirada penetrante de la de él.

Habéis intentado engañarme, señor... ¿Sabeis? Eso es lo que más odio de la raza humana. Las mentiras... y las traiciones. Ahora, mi pequeño... -Acaricia suavemente su mejilla con el dedo pulgar de la mano y con la otra mano aparta su pelo de la cara, para darle un suave beso en la frente, tan cariñoso y tan cálido que casi podría parecer el beso de un amante. Casi.- Seréis castigado con la peor de las agonías. Ver cómo vuestros compañeros mueren uno a uno sin poder hacer nada.

Vuelve a soltar una nueva carcajada mientras avanza un paso para quedar un metro por delante de él, suficientemente segura de su capacidad como para darle la espalda y enfrentarse a vosotros... que ahora, sois uno menos.

Pero antes de que ninguno podáis hacer nada, un sonido os hace giraros a todos, unos antes que otros. Unos pasos se acercan hacia vuestra posición con urgencia. Los más perceptivos podéis distinguir tres personas entre ellos...

Claire chasquea la lengua fastidiada y mira hacia la dirección de la que provienen los pasos, y antes de que nadie llegue a aparecer a la tenue luz de la Luna, la vampira saluda.

¿Por fin me habéis descubierto... señor Murray?

En ese instante, hace aparición Jake Murray, el director del internado, con el teléfono movil en la mano, seguido de cerca por los guardianes, Jane y Matt.

Los segundos miran directamente a la ancestral vampiresa, clavando sus miradas hostiles en ella en una perfecta posición defensiva. Sin embargo, Jake, lo primero que hace es mirar a las diurnas, preocupado. En cuanto su mirada se cruza con la de Natasha, sus manos dejan de temblar y suelta el aire de sus pulmones en un suspiro. Pero no es hasta que se asegura de que todas están bien, que su aura no vuelve a ser la tranquila y madura que suele lucir frente a sus alumnos. No es necesario decir lo mucho que el director se preocupa por ellos... y lo mal que lo ha debido pasar durante todo este tiempo. Todo por ella.

Enfrenta directamente con su mirada a Claire y da un par de pasos al frente, haciendo un gesto a los guardianes para que se queden atrás... protegiendo a la totalidad de los alumnos.

- Debí saber que eras tú. No hay nadie capaz de entrar y salir de este internado. Debí pensar en el poder que sólo unos pocos inmortales privilegiados poseen... el de convertir su cuerpo sólido en humo incorpóreo. -Una habilidad más.

Una sonrisa de medio lado, de suficiencia, se presenta en sus labios mientras sigue avanzando. ¿Cómo podía estar tan seguro de sí mismo si es un "simple" humano?. Quizá años de práctica en el trato con inmortales... o simplemente la satisfacción de saber que el sufrimiento de estas últimas semanas iba a acabar de una vez por todas. Para bien o para mal.

- Debo daos la razón en ese punto. A decir verdad, me habéis decepcionado... Esperaba mucho más del famoso doctor Murray... Quizá demasiado. -Sonríe de forma maligna al nombrar la incapacidad del director por defender a sus estudiantes.

- ¿Ya habías oído hablar de mí, Claire Lugosi? ¿O debería decir... condesa Ersébet Báthory?*

Él no se había inmutado por la maldad de la vampiresa... pero ella sí había mostrado una punzada de debilidad al escuchar su verdadero nombre. Jake aprovecha y avanza un paso más hacia ella, satisfecho con los resultados.

- La pista final me la dió el pañuelo que encontraron mis chicos. -Hace un gesto con la mano señalando a los nocturnos, sonriendo enorgullecido... pero vuelve a ponerse serio al instante, a sabiendas de la importancia del asunto que va a tratar a continuación.

- Pero sigo sin entender algo... -Empieza a explicar sin dejar respiro para que la condesa se reponga- ¿Cómo puede odiar tanto a la raza humana una mujer que llegó a amarla con locura? Esa pregunta os desconcierta. Tampoco teníais una respuesta para ella... pero Jake parece que sí. Y Ersébeth no se molesta siquiera en disimular el dolor que están sacando a flote las palabras del director. Sus puños se cierran, temblando, y los músculos de su delicada mandíbula se marcan, muestra de que está haciendo fuerza con ellos, aguantando el dolor. Tú, que amaste a un "simple mortal" como los llamas ahora. Tú, que tenías incontables amistades entre la raza humana. Tú que los defendías ante otros vampiros, dándoles protección... y matando tan solo a las espías que enviaban a tu propia casa quienes fueron tus mentores. ¿Cómo has podido llegar a esta situación?

A estas alturas, el director está a tan sólo 3 metros de ella... Y antes de que ella mueva un sólo músculo, él ya sabe que ha metido la pata. Abre los ojos sorprendido durante sólo un segundo. Se había equivocado. Sí había una gran razón por la que volverse al otro bando. Ella la tenía... y por eso reaccionó cómo lo hizo después...

- ¡¿¿¿Qué sabréis vos???! ¿¿Qué sabréis vos de lo que es el amor verdadero?? ¿De lo que es amar a alguien incondicionalmente? ¿De lo que es... que alguien te ame con toda su alma y te entregue su vida... sabiendo que... eres un monstruo? ¿Qué sabréis vos... del dolor que provoca ver que las personas a las que defendíais... terminan con la vida de la única persona que hace que la tuya valga la pena...?

Si hubiera sido humana, sus mejillas se habrían sonrojado y habría empezado a derramar lágrimas. Pero no lo era... y sólo la fúria llegó a alcanzar su corazón. Parecía que la reacción iba a quedarse aquí... pero no fue así.

- ¡¡¡NADA!!! ¡¡¡NO SABÉIS NADA!!!

Con ese último grito, acompañado de un paso hacia atrás de Jake, la vampiresa se precipita sobre él a una velocidad increíble y lo abofetea. Pero antes de poder siquiera alcanzar su cuerpo, los dos guardianes se habían plantado delante de ella, recibiendo Matt el impacto de lleno... y saliendo despedidos los tres hasta llegar a la valla más cercana del jardín. Aquí teníais otras dos de sus habilidades: Supervelocidad y superfuerza.

En unos segundos, habéis pasado de la ignorancia y la tensión, a una situación totalmente desbocada. Claire está ahora desbocada, su mirada no muestra más que ansias de sangre y venganza. Jake y los dos guardianes están tirados en el suelo, inconscientes... Y ahora, todos dependéis de vosotros mismos.