Partida Rol por web

Te despiertas en tu cama, entre tus sabanas de seda. La luz del sol entran por los orificios de tu ventana rebotando en tu rostro.
Hoy es el día de la prueba del casting para hacer películas eróticas. Te das una ducha y no dejas de pensar en tu anterior noche...

Tras una hora sales de tu casa, hacia los "estudios Fenix" donde realizaras tu casting. Coges uno de tus coches y te diriges hacia allí, tienes un pase por lo que te reconocen y entras hasta la "sala oscura" que es donde te dicen que tienes que ir. Una sala donde ves una gran cama al fondo, rodeada de focos y cámaras, además de estar llena de fotógrafos y largos cables por el suelo..

Te saludan y te preguntan si estas preparada..

-Hola..-

Se te acerca un tipo corpulento con unos papales entre sus manos. Remueve los papeles como si quisiera encontrar algo..
-Tú debes de ser Michelle ¿verdad?.. espero que no estés nerviosa, enseguida llegará tu compañero.. te mira de arriba abajo con signo de aprobación.. soy el director del casting..- Con una simpática sonrisa te tiende una de sus manos..

Me ha costado un tanto salir de la cama, pero vamos que no es tan temprano, así que me pongo algo agradable, un vestido bastante ligero, tacos altos y de camino al estudio voy pensando cómo me irá, además de, claro, la noche anterior. Una vez dentro de los estudios, un tanto nerviosa aunque ocultable aún, me dirijo a donde se me ha indicado, al ver la cama me doy cuenta que quizás no es tan fácil como creí pero también, sé que no me echaré a atrás.

Miro de arriba a abajo al director y le sonrío, no está mal, no está mal. Le extiendo mi mano también.

-Michelle Sade, sí... Y bueno, nerviosa, quizás un poco. Nunca hice un casting, no de este tipo al menos. Espero dar la talla-sonrío nuevamente pero no de nervios, sino por lo ambigo de mi respuesta.

Cliv viste unas botas de montaña color ocre con los cordones no muy apretados, unos vaqueros tradicionales, una camisa verde oscuro y una cazadora de cuero. Sus ojos fijos en una mujer de cabellos rubios, esperando...

Cuando entra y ve el montaje se alegra de haber llegado a este lugar carraspea interrumpiendo la posible conversación entre el director y la chica..

-Hola.. me han dicho que señala con un dedo hacia tras tenía que pasarme por aquí para lo del casting..-

Me giro a ver al hombre que recién ha llegado, la verdad es que tengo demasiado buena suerte esta mañana, una poca de esa misma pudo tocarme anoche que tuve que irme a la cama sola porque el idiota de mi amigo tenía cosas que hacer. Sonreí al recién llegado, ya me podían poner mil escenas con él que todas iban a ser dignas de poner en la cinta final.

-Hola, soy Michelle, creo que soy tu compañera...-estiro la mano para saludarle.

Ojalá mi padre pudiera ver esto.

Un tipo similar al director de Fenix en cuanto a las ropas se gira y ve a Clive que ha llegado algo tarde..

-Joder..¿donde estabas?..venga, venga entráis en escena, es tu turno..- El tipo la coge por el brazo suavemente y le mira sin ningún tipo de ofender ni nada..

-Mirad, aquella sala de allí es donde haréis la escena..- La sala tiene una hermosa cama tapada con unas cortinas de seda roja, su mesita de noche a ambos lados de la cama. Simula una habitación de lujo..

Este es Clive, sera tu supuesto marido. La escena empieza que tu estas en la cama Michelle, leyendo un libro con unas gafas finas bordeadas en negro. Clive llega de un día duro de trabajo, y tu estas ansiosa por esperar a que llegue.. Da una palmada..¿lo habeis entendido?..pues venga allí tenéis vuestros camerinos, quiero que os cambiéis en 5 minutos y cuando esteis me aviséis..-

Sin tiempo a mucho más, me veo encaminada hacie el camerino para cambiarme y al entrar encuentro todo tipo de ropa; me decido por un conjuntito de lencería negra que encima lleva algo muy transparente que no llega a ser un salto de cama. Vuelvo a encaminarme al lugar del rodaje, me siento en la cama, tratando de no pensar en el montón de personas que habrá allí; más bien pensando en el que hará de mi esposo. Respiro profundo, una y otra vez, pensando en lo que vendrá a continuación, imaginando cómo será. Tomo el libro que está sobre la mesilla de noche, subo ambas piernas a la cama e intento relajarme como si estuviera en la comodidad de mi casa, como si allí sólo fueramos a estar el tío bueno y yo. De pronto empieza a aparecer todo el mundo, en fin, parece que esto va a empezar.

¡Qué salga todo bien, por Dios!

-Estamos solos, ella y yo, no hay nadie más, esto va a ser un juego, no hay que temer nada. Todo va a salir genial. Es tu oportunidad, no la pierdas...- Piensa esperando detrás de la puerta previamente cambiado en el camerino tras recibir las instrucciones..

Resopla y abre la puerta, entra con su maleta de trabajo, con la chaqueta doblada en la mano y la deja encima de la silla, mientras se va aflojando la corbata va diciendo..

-Que tal el día cariño, ¿como te fue?..-

Levanto la mirada del libro en el momento en que él se dirige a mí y decido que es un buen momento para comportarse como una esposa profesional; extiendo mi mano hasta tocar la suya mientras se acerca a mí, le sonrío brevemente.

-Sólo puede mejorar ahora...-lo halo suave pero firme hacia el que hace las veces de nuestro lecho.-Tu esposa te echó de menos.

Me acerco a su boca, ganas de besarle no me faltan, sea su esposa o no. Acaricio su espalda con mis dos manos y lo miro fijamente a los ojos, con deseo, aunque este no sea precisamente actuado. Al menos he tenido la suerte de que mi primer casting sea con un hombre que me agrada lo suficiente como para hacer con esa mirada que me olvide de reflectores, personas y aparatos alrededor.

-Estás preciosa... no te había dicho nada..- Me dejo llevar por ella, notando como tira de mi mano para acercarme a su boca y como su desliza su precioso pelo por su espalda mientras mi cuerpo se ciñe mas al de ella. Aprovecho un instante para pegar una disimulada mirada hacia el director por si quiere que sea así o hay algo que no fuese correcto.. sin detenerme ni un instante para no perder la calidez que empieza a fluir de mi cuerpo me acerco a su boca y cuando todo indicaba que iba a besarla aparto los labios para dirigirme a su oído y susurrarle..

-Voy a prepararme una copa.. ¿quieres una?..- Bajo mis manos hasta buscar las suyas y enredo los dedos en ellas para plantarle un dulce pero corto beso en sus labios..

Recibo su beso con agrado y con un poco de nerviosismo y lo miro levantarse con esas espaldas anchas, miro en derredor pero nadie me dice nada, así que me levanto y voy tras él. Mientras sirve una copa, lo abrazo desde atrás y aprieto mis pechos contra él.

-Sí, me apetece...-respondo poniéndome en puntillas para besar sus hombros.

Lo suelto lentamente hasta pararme frente a él, mirándole a los ojos; creo que las piernas me tiemblan levemente pero consigo hacer que no se note. Y tomo la botella que tiene en las manos para servir la otra copa.

-¿Está todo bien?-pregunto sin saber muy bien qué carajo estoy haciendo.

Bebo un trago de aquello y es realmente licor, sonrío. Puse ambos vasos a un costado y me colgué de su cuello, quedando muy cerca mis labios de los suyos.

-¿Estás muy cansado?-esta vez el tono es sugerente y malicioso.

Cuando me dirijo al cajón de las botellas termino por quitarme la camisa y dejarla tirada en algún punto del suelo. Por un momento solo existo ella y yo tras cerrar mis ojos y notar sus cálidos dedos sobre mis hombros, se me eriza la piel con el roce de sus pechos.. -Vaya..buf..es preciosa..- Pienso mientras aun siento sus caricias..

No me da tiempo a probar ni siquiera el licor cuando mi mirada se torna traviesa. En escasos segundos la tengo entre mis labios saboreando todo el sabor que desprende ellos. Mis manos se deslizan por su espalda semidesnuda hasta llegar a sus braguitas negras y sobar ligeramente sus nalgas. La cogo entre sus piernas y hago que se enreden en mi cintura. Voy dando roces con mis labios mientras la llevo hacia una de las paredes...

Allí la empotro suavemente y mis labios se empiezan a escurrir por su mentón, por sus pechos ,moviendo mi cintura para sentir su sexo y roce.

-¿Como te encuentras?...- Susurro un instante cuando me separe para mirarla a los ojos y sonreír...

De pronto me siento levantada y llevada hasta la pared de una manera que no me esperaba, me ha levantado con suma facilidad, me he olvidado del resto y estamos solos él y yo. Respondo a sus besos con la misma intensidad y tiempo y no puedo evitar sentir excitación ante el roce de nuestros sexos.

¿Pero qué...? ¿Se supone que no debería sentir nada?

Pero no puedo seguir pensando, su voz entra por mis oídos, volviéndome a esa realidad ficticia que estabamos creando. Lo miro a los ojos, muevo mi cadera suavemente para rozarlo aún más y me dispongo a responderle, sin dejar de comerle la boca a besos.

-¿Cómo me encuentras tú, querido?-mis labios bajan por su cuello con presteza y acarician, muerden, besan, succionan la delicada piel de esa parte.

-Sihhhh......- Le indico que guarde silencio con una sonrisa y que se calme entre mi cuerpo, por un momento quiero que sea solo mía, y espero que ese momento nunca se acabe.
Mientras hacia ese gesto de silencio mis labios se acercaron a los suyos para darle un piquito ,después otro y asé mas rápido hasta que se enreden y se humedezcan ellos solos. Mis caderas se mueven ligeramente, es imposible evitar eso, y quiero sentir su sexo junto al mio.
Los labios de Michelle soban mi cuello ,tengo cosquillas y ademas me gusta, por lo que hace que arquee un poco la espalda al sentir ese contacto en mi piel..

No se el tiempo que pasa, cuando decido bajarla y que su espalda se escurra por la pared. Me despido de sus labios por su labio inferior, su mentón, sus pechos de nuevo, hasta llegar a su vientre y mordisquear su ombligo. Miro hacia arriba y mis dedos juegan con el borde de sus braguitas y no tardare mucho en bajarlas, a no ser que ella quiera otra cosa..

Lentamente siento como me baja y mi espalda resbala suave sobre lo que debería ser la pared, luego siento sus labios bajar por mi cuerpo suavemente, como si me conociera de toda la vida. Una vez que sus dedos se apoyan en el borde de mis delicadas y sugerentes braguitas negras, bajo la vista, lo miro a los ojos y pongo mis dedos sobre los suyos. Hay silencio alrededor, al menos yo no escucho nada más que nuestras respiraciones; suavemente suelto sus manos y subo un muslo a su hombro, así le será más sencillo deshacerse de la prenda. Mis nervios están a flor de piel, no siempre va a tocarme un hombre tan interesante del otro lado; es momento de ver si sabe usar ese buen cuerpo que Dios le dio. Muevo la cabeza ligeramente, asintiendo y deseando que quite ese estorbo entre nosotros dos.

¡Ojalá estuvieramos sólo tú y yo!

Me muerdo el labio inferior sutilmente y mi respiración se agita un poco, es todo tensión en espera de lo que vendrá.

Entonces llevo mis labios a su vientre y empiezo a deslizarlos por el, y rozarlo dulcemente con mi lengua. Todo mientras le voy bajando las braguitas.. no hay momento para las palabras, solo para los gemidos y roces..

Dejo que levante un pie, después el otro y con sus bragas en mi mano las dejo caer en algún punto del suelo. Pongo sus piernas encima de mis hombros para comerme su sexo bien comido donde mi lengua al principio va lenta pero luego empieza a coger velocidades insospechadas mientras voy mordisqueando su clítoris... -Ven...- Para unos instantes, demasiado largos para mi gusto y le llevo hasta la cama donde la dejo caer y empiezo a besarla, a sus labios, a su cuello,hasta llegar a sus piernas para escurrir mis labios por su ingle y sus muslos..

-Si quieres que pare dímelo..- Empiezo a pasar mi lengua de nuevo por sus labios mientras los abro con dos dedos, mi lengua sube y baja rápidamente y le voy mordisqueando el clítoris con pequeñas succiones..

Todo se volvió un montón de sensaciones cuando de pronto estaba en la cama, con aquel hombre desconocido, tomándome con su lengua. Los gemidos eran cada vez más fuerte y con cada toque de la punta de su lengua a mi clitoris, me arrancaba un grueso jadeo. Enredé mis manos en su cabello y dejé que hiciera lo que estaba haciendo tan bien; a veces cerraba los ojos, otras, simplemente me acariciaba los pechos y los pezones por encima de la minima ropa que traía encima. Sus dedos en mí me hacían temblar cada vez un poco más y aunque sabía que bien poco de eso era actuación, trataba de concentrarme en que lo era porque su lengua me estaba poniendo muy mal.

-Mmmm... Ni siquiera lo pienses-dije entre jadeos y moví mis caderas para que llegara con más fácilidad a mí.

Quizá no este dando todo de mi, me siento un poco incómodo con tanta cámara, pero gracias a ella empiezo a sentirme cada vez mas cómodo...
Siento sus jadeos como van a mas mientras mueve su cintura desesperada y excitada, sigo lamiendo hasta que ella me ordene y me diga que pare. Cuando esto ocurre me despido del clítoris con un mordisquin...

-Mmmmmmmmmmmm...........-

Subo hasta que mis labios estén a la altura de los suyos, mi miembro, empieza a crecer por debajo de mis pantalones y hago pequeños vaivenes para que lo note. Mis brazos están completamente estirados para no apoyar todo el peso encima de ella y observo unos instantes lo preciosa que es..

-Venga tío, es solo una actriz, cuando salgamos de aquí, no creo que quiera nada contigo..-
Mis labios terminan por juntarse con los suyos y voy dando besitos cortos con lengua.. -Será mejor que no hagamos mucho ruido... podrían oírnos los vecinos..- A pesar de la incandescente situación aún tengo tiempo para las bromas...

Los jadeos ceden levemente cuando empieza a subir pero sólo unos instantes pues casi enseguida puedo sentir su sexo muy cerca del mío, amenazando con salirse solo de los pantalones. Mientras me besa, con ambas manos desabrocho su pantalón con pericia y sin dejar de besarlo. Lo escucho mencionar a los vecinos y realmente en ese momento, hay vecinos para mí y él es el hombre con el que comparto la cama todos los días a la semana. Le sonrío por dos cosas: por lo de los vecinos y porque acabo de empezar a bajar su pantalón.

-Tendrás que callarme, amor...-dije respirando muy cerca de su boca.

Con su ayuda logré bajar del todo el pantalón, los interiores y lo sujeté de las caderas para atraerlo hacia mí, sin dejar de besarlo, saborearlo. Volví a meter la mano entre nosotros para sujetar con suavidad su sexo.

-Creo que esto me pertenece-sonreí, le guiñé un ojo y volví a besarlo, subiendo una de mis largas piernas a su cintura.

Saqué mi mano de entre nosotros pero ya con los sexos encaminados casi por completo, aunque faltaba una cosa, una en la que no estaba pensando.