Partida Rol por web

Te despiertas en tu cama, entre tus sabanas de seda. La luz del sol entran por los orificios de tu ventana rebotando en tu rostro.
Hoy es el día de la prueba del casting para hacer películas eróticas. Te das una ducha y no dejas de pensar en tu anterior noche con Mark y la fiesta en la playa.. un dolor de cabeza se aferra en su interior..

Tras una hora sales de tu casa, hacia los "estudios Fenix" donde realizaras tu casting. Coges uno de tus coches y te diriges hacia allí, tienes un pase por lo que te reconocen y entras hasta la "sala oscura" que es donde te dicen que tienes que ir. Una sala donde ves una gran cama al fondo, rodeada de focos y cámaras, además de estar llena de fotógrafos y largos cables por el suelo..

Te saludan y te preguntan si estas preparada..

Te despiertas en tu cama, entre tus sabanas oscuras. La luz del sol entran por los orificios de tu ventana rebotando en tu rostro.
Hoy es el día de la prueba del casting para hacer películas eróticas. Te das una ducha y no dejas de pensar en tu anterior noche...

Tras una hora sales de tu casa, hacia los "estudios Fenix" donde realizaras tu casting. Coges uno de tus coches y te diriges hacia allí, tienes un pase por lo que te reconocen y entras hasta la "sala oscura" que es donde te dicen que tienes que ir. Una sala donde ves una gran cama al fondo, rodeada de focos y cámaras, además de estar llena de fotógrafos y largos cables por el suelo.. y una chica pelirroja muy explosiva, deseas con locura que sea tu acompañante de escena..

Liz había escogido un vestido de lo más provocador con mucho escote. Aunque sabía que lo acabaría desnudándose, la primera impresión contaba mucho. Su ninfomanía hacía verle este casting como un rato que se lo iba a pasar bien. Pero a su vez sentía un ligero cosquilleo en el estómago. ¿Nervios? Se presumía haber probado casi de todo, pero nunca había follado ante una multitud. A todo esto.. ¿Qué se hacía en un casting para actrices pornos?

Ya le toca a Liz.

Traga saliva.

Sí, estoy preparada.

Adrián entra en la sala de espera, con paso vivo y respirando profundamente para evitar jadear por la carrerita que se había echado. Entre que llegaba tarde y los nervios por participar en un casting porno, estaba seguro que tenía alguna mancha de sudor en su camiseta de surfero. Se sienta al otro lado de la pelirroja y se mira discretamente. Nada, afortunadamente. Ufff... menos mal...

Sus ojos se vuelven hacia la pelirroja. Vaya bellezón. No puede evitar que su mirada trace la silueta de la chica, disfrutando de cada curva que marca el provocador vestido y de lo que el amplio escote revela. ¿No sería una suerte si coincidieran... en el casting?

Vaya, la llaman. "Sí, estoy preparada"

Adrián observa cómo se mueve hacia la puerta, cómo sus caderas se mueven de manera sinuosa, felina... exudando sensualidad con cada paso. Mmmm... definitivamente una mujer a la que le encantaría conocer mejor. La puerta se cierra tras ella, dejando en su retina la perfección del perfil de su pecho.

"Adrián Osorno, pase, por favor"

S-sí, estoy preparado.

Si tan sólo consiguiera secarse el sudor frío de las palmas contra sus bermudas...

-Hola..-

Se te acerca un tipo corpulento con unos papales entre sus manos. Remueve los papeles como si quisiera encontrar algo..
-Tú debes de ser Liz ¿verdad?.. espero que no estés nerviosa, enseguida llegará tu compañero.. te mira de arriba abajo con signo de aprobación.. soy el director del casting..- Con una simpática sonrisa te tiende una de sus manos..

Un tipo similar al director de Fenix en cuanto a las ropas se gira y ve a Adrián que ha llegado algo tarde..

-Joder..¿donde estabas?..venga, venga entráis en escena, es tu turno..- El tipo la coge por el brazo suavemente y le mira sin ningún tipo de ofender ni nada..

-Mirad, aquella sala de allí es donde haréis la escena..- La sala tiene una hermosa cama tapada con unas cortinas de seda roja, su mesita de noche a ambos lados de la cama. Simula una habitación de lujo..

Este es Adrián, sera tu supuesto marido. La escena empieza que tu estas en la cama Liz, leyendo un libro con unas gafas finas bordeadas en negro. Adrián llega de un día duro de trabajo, y tu estas ansiosa por esperar a que llegue.. Da una palmada..¿lo habéis entendido?..pues venga allí tenéis vuestros camerinos, quiero que os cambiéis en 5 minutos y cuando esteis me aviséis..-

Liz casi no tuvo tiempo de mirar bien a su "supuesto marido". Eso sí, era guapo, y tras la camiseta ella podía dibujar en su mente cómo sería su cuerpo bien formado. Empezaba a tener "hambre"...

En cuestión de segundos, la había metido en su camerino. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿No había ningún guión? Captaba la idea, pero no sabía muy bien cómo enlazar la trama.

Me dejaré llevar. Es un casting porno.. No creo que se fijen mucho en palabras.

Liz cierra los ojos unos segundos concentrándose en el cuerpo de Adrián. Siente cómo su liviandad volvía a subir por el estómago. Relamiendo la lengua y esbozando una sonrisa pervertida abre los ojos, y decidida sale de su camerino. No sabía muy bien de dónde sacaba tanta confianza en sí misma, pero sabía que le gustaría lo que iba a pasar. Lo estaba deseando.

Adrián aún no había salido. Se acerca suavemente a la cama ya preparada y pregunta a su jurado arrastrando ligeramente la voz haciendo que suene muy sensual.

Creo que ya estoy preparada. ¿Voy colocándome ya? ¿Existe algún tipo de guión, o vamos improvisando sobre la marcha?

Adrián abre la boca varias veces para intentar disculparse, pero no lo consigue. Antes de que se dé cuenta el director le ha lanzado hacia la puerta de uno de los camerinos, donde un tipo calvo y con gafas le vuelve a enganchar del brazo para arrastrarlo al interior.

-P-pero...

- Ni peros ni gaitas, chico. Ya has llegado lo bastante tarde como para que nos retrases más.

Vuelve la cabeza para intentar robar una mirada cómplice de la pelirroja, guiñarle un ojo, algo...

La puerta del camerino se cierra de un portazo. El calvo con gafas le recorre de arriba a abajo con mirada experta.

- Bueno, no pareces gran cosa, chico. Desnúdate y veremos qué podemos hacer para que des bien en cámara... al menos hasta que tengas que quitarte la ropa, claro

"¿Que no parezco gran cosa? Se va a enterar el calvo este..." Mientras el gafotas comienza a buscar ropa en el armario del camerino, Adrián se quita su camiseta como ha hecho cientos de veces en la playa delante de las chicas, como siempre que ha querido impresionarlas. Flexión de brazos, tirón de la camiseta hacia arriba, emerger de la camiseta con sonrisa radiante... ¡tachán!

El calvo gafotas le mira un segundo por encima del hombro, indiferente.

- También lo de abajo, chico.- y vuelve a revolver en el armario.

Ligeramente desanimado se descalza y se quita los vaqueros y (mirada desconfiada al calvo) los boxers. Se yergue delante del gafas impertinente, los brazos en jarras, desafiante. Inexplicablemente su pene comienza a despertarse, hinchándose lentamente. Poco a poco el miembro va endureciéndose y adquiriendo esa forma que una novia suya definió como "la forma que tendría el pene del David de Miguel Angel en erección".

Esta vez el calvo gafotas deja de revolver tres segundos para admirarlo.

- Vaya, al final resulta que tienes lo que hay que tener, chico. - sonríe brevemente y le lanza a Adrián un traje oscuro, una camisa y una corbata. - Toma, ponte todo esto.

- Ey, un momento, ¿y los calzoncillos? ¿Y el guión?

- Esto es para una peli porno, chico. Estoy seguro de que has visto más de una. Ah, y date prisa que vamos tarde - el calvo le guiña el ojo tras las gafas y cierra con un portazo.

Adrián suspira profundamente y se viste lo más rápido que puede. No puede dejar de pensar en la última imagen que le ha quedado de la pelirroja: ese pecho de perfil, de líneas perfectas... abundante... casi puede recordar el leve bultito del pezón, marcándose contra la tela del vestido. Mmmm...

"Cuidado, tigre, que te vas a pillar el David con la cremallera. A ver, piensa en algo que lo apacigüe, que si no vas listo. Eso es, la Patiño. Sigue, sigue, ¡bien! Camisa por dentro, cremallera cerrada, corbata, corbata, corbata ¡perfecto! Ahora la chaqueta, los zapatos... venga, ¡para afuera!"

Y en cuanto sale del camerino, unos ojos azules inmensos enmarcados en una cara aniñada le atrapan. Y una vez más nota esa sensación de que el pantalón se le queda demasiado estrecho...

Parece que todo esta apunto, y el director da las ultimas señales a sus ayudantes.. -Vamos,vamos..-

-No quiero guarradas, ¿vale? nada de porno solo erotismo ¿ok? Vosotros dejaos llevar y todo ira como la seda. La escena se desarrollara en esa cama de ahí.. Señala al fondo una hermosa cama con sabanas de seda roja..primero entrara Liz en escena sentada en la cama, esperando a su supuesto marido.. Mira a Adrián.. entonces es cuando tu entras dispuesto a comertela..¿fácil no?..- Da otra palmada por que no hay tiempo que perder..

-Venga..venga..- Susurra levemente a los cámaras y a todos los trabajadores.

Da las ultimas instrucciones, las luces empiezan a disminuir su intensidad y dice..

-Liz..tienes un libro y unas gafas en esa mesita de noche..- Se sienta justo en el centro en una ancha silla. Le hace un gesto a Adrián cuando Liz este preparada y..

¡Accion!

Bueeeno, parece ser que de momento no quieren guarradas. Quizás sea mejor. También le excitaba la idea de pasar un buen rato romántico. Pero conseguira no perder los nervios delante de la gente. No es que fuera intimista pero...

Liz se tumba cuidadosamente en la cama, se tapa con la sábana, coge el libro y se pone las gafas que se encuentran en la mesilla de noche. Espera.

Le viene a la mente el chico de antes. Siente cómo su adentro va calentándose.

... la forma en que su melena roja cae sobre los hombros desnudos... incluso parece que la luz se hace más diáfana a su alrededor, resaltando la suavidad de las curvas que...

- ¡Acción!

Adrián parpadea, sorprendido, y mira a su alrededor. Todo el equipo trabajando entre las sombras, sabiendo exactamente qué hacer, y él ni siquiera tiene unas líneas de diálogo...

Dirige su mirada a Liz. Seguro que ella tampoco tenía texto, y sin embargo se la veía tan segura, tan sensual incluso con aquellas gafas. Suspira hondo, se mete en el círculo de luz y avanza hacia la cama, tratando de no dar la espalda a la cámara.

- H-hola, cariño- dice en voz alta, titubeante al principio - Vaya día de trabajo que he tenido... No veía la hora de que acabara para venir a ver a mi preciosa mujercita.

Sonríe cuando llega a la altura de la cabecera, y sus ojos no pueden evitar fijarse en el canalillo de Liz, en la forma en que la sábana se adapta a la forma de sus pechos...

Ya no existe más gente en la habitación. Sólo están Liz y él.

Liz levanta la cabeza. Posa su mirada en Adrián.

Qué guapo es...

Sus palabras titubeantes bailaron en sus oídos. Ya no le importaba si le estuvieran mirando. Ahora sólo tocaba disfrutar.

Liz deja las gafas en la mesilla de noche junto con el libro y se levanta de la cama para recibir a su "marido". Le abraza rodeándole el cuello y dice con voz amulada.

Te he echado de menos. ¿Cómo ha ido el trabajo? ¿Estás cansado mi amor?

Le acaricia la cabellera. Tenía unos pelos rebeldes. Le sonríe confiadamente y le da un pequeño beso en la mejilla cerca de la oreja derecha.

No descuida en respirar suavemente para que pueda notar un ligero airecillo.

Adrián no puede evitar estremecerse al notar esa respiración, justo donde el beso le ha dejado la piel tan sensible. Nota sus manos en su pelo, sus brazos alrededor de su cuello, y su cuerpo... oh, su cuerpo...

Su cuerpo desnudo, escultural como el de una diosa, tan apretado al suyo que puede notar perfectamente el calor que emana, incluso a través del traje que lleva. "Esto es una peli porno, ¿no? pues actuemos como actores porno."

- Sí, estoy cansado, cariño... pero siempre me apetece mimarte.

Mirándola a los ojos, posa sus manos sobre las caderas de Liz y bordea con ellas lentamente la suave curva de sus trasero, disfrutando cada centímetro... hasta que las palmas se encuentran justo sobre la linea divisoria.

- Mmmmm... -susurra- me encanta acariciarte...

Sus dedos se extienden y masajean lentamente ambas nalgas, mientras acerca sus labios a los de Liz y comienza a besarlos lentamente, sin prisas...

Liz se estremece al sentir el tacto de Adrián sobre sus nalgas. Cierra los ojos y le responde al beso. Lento y húmedo. Le sigue acariciando la cabellera mientras se besa. Gira su cabeza con suavidad, sintiéndo cómo sus lenguas se enroscan. Sus mejillas empieza a arder poco a poco. Unos segundos que le parecen varios minutos saboreando sus dulces labios, con un leve mordisco en el labio inferior de Adrián, Liz se separa de él.

Con una sonrisa, se tumba en la cama, y abre un poco la bata que lleva encima, haciendo entrever sus pechos, no muy grandes pero perfectos en su forma. Adrián percata que en ningún momento, Liz deja de mirar a los ojos directamente. Es como si quisiera hipnotizarle, hacerle entrar en su mundo, en ella de lleno enteramente.

Sin dejar de mirar a los ojos, Liz susurra adoptado un tono libertino, de lo más erótico, y haciéndole el gesto de que se acerque con el dedo.

Pues sube, cariño. Ven conmigo. Reposa tu cuerpo en mí y... toca el cielo.