Partida Rol por web

Abro los ojos de par en par y la miro a la cara con una expresión de angustia y necesidad extrema en mi cara.
¡No! ¡No pares por Dios no!
Me retuerzo en el sofá deseando volver a sentir sus dedos en mi intimidad, lo necesito, lo ansío, lo deseo.
Llevo la mano que estaba en mis pechos a buscar la suya para volverla a atraer hacia mi y miro al rostro de Dominique suplicante, sea como sea ahora mismo le pertenezco.

De nuevo contengo una sonrisa. Cálmate Dom, no estás en el trabajo, no tortures a la chica. Su rostro es el reflejo puro de la desesperación, su mirada y su quebradiza voz me ruegan que siga con lo que estaba haciendo.
Si quieres que siga, pídemelo. Qué quieres que haga?
No puedo evitarlo, no es mi trabajo, yo soy así.

Me retuerzo en el sillón completamente excitada, mis ojos están vidriosos y mi voz quebradiza...
Dios mío me está excitando más que de lo que pensaba.
Hasta el momento sólo he tenido relaciones más románticas, salvo quizás con Jeremy que me hizo tanto daño que decidí que mejor sería hacerlo con chicas.
Me siento dominada, sumisa, completamente a sus pies y me encanta...
Fóllame por Dios, cómeme el coño, méteme los dedos... pero haz algo...

Debo reconocer que tanta sinceridad no era algo que me esperara. Esta vez sonrío, no la oculto, pero no puedo evitar que mi sonrisa lleve un leve tono de maldad.
Empezamos a entendernos.
Aun queda un trecho por recorrer, no voy a ceder ante su sincera y desesperada petición a la primera de cambio. Me levanto y sin decir nada voy hacia la cocina, subo los tres escalones y cojo lo que necesito. Vuelvo a la salita con unas tijeras en la mano. Otra vez me arrodillo delante de ella.
No vas a olvidar esta noche en lo que te queda de vida.

Veo desesperadamente como Dominique se aleja y se va hacia la cocina, y sin poder evitarlo deslizo una mano hasta mi sexo y empiezo a acariciarlo para intentar aguantar la tensión.
Luego veo que vuelve con unas tijeras y me dice que no voy a olvidar esta noche en mi vida, no sé qué va a hacer pero retiro mi mano para dejarle completo acceso.
Por favor...
Apenas un hilillo de voz sale de mi boca, estoy excitada como nunca lo había estado en mi vida y quiero, necesito que todo continúe.
Me echo hacia atrás y llevo mis manos a mis pechos masajeándolos por encima de la camisa.

La tengo encandilada, bajo mi control absoluto y eso me excita muchísimo. Pongo la punta de las tijeras en contacto con la piel de su muslo, evito hacerle daño, pero las deslizo lentamente hasta llegar a su ingle. Con los dedos de la otra mano levanto la goma del tanga y lo corto con las tijeras. El tanga queda colgando, ya no es un impedimento. Dejo las tijeras a mi lado en el suelo, la cojo por debajo de las piernas y la atraigo hacia mi, haciendo que quede casi tumbada encima del sofá. Con la lengua empiezo a lamerle la rodilla, subiendo poco a poco por la cara interna del muslo. La miro intensamente por última vez antes de hundir la cabeza en su sexo y empezar a lamerlo ávidamente.

Cuando desliza la tijera por mi pierna siento un esbozo de miedo recorrer mi cuerpo, luego noto como corta mi tanga y me tranquilizo a la par que me excito aún más si cabe.
Mis flujos están empapando el sofá ahora directamente, ella tira de mi y posa sus labios en mi rodilla... me estremezco.
Poco a poco su boca se acerca a mi intimidad y sólo con pensarlo dejo escapar un gemido, esos segundos se hacen eternos hasta que siento el primer contacto de su lengua y sus labios en mi intimidad.
Aahhhhhh sí, por fin...
Llevo mis manos a su cabeza y ejerzo una ligera presión para no dejarla ir pero sin entorpecer sus movimientos mi voz se entrecorta.
Sigue.. sí... ufff...

Siento su temor cuando las tijeras acarician su piel. Su excitación es tal que sus flujos empiezan a manchar el sofá. Con la lengua le estimulo el clítoris, sabe realmente delicioso, y su olor me embriaga por completo. Mi ritmo aumenta junto con su respiración. Noto como mi pantalón empieza a humederse también. Le meto un dedo y empiezo a moverlo dentro de su coño, estimulándola por ambos lados. Saco el dedo y paso a introducirle la lengua, está húmedo y caliente, es blandito como un algodón de azucar e igual de apetitoso.

Ohhh sí... sí... ¡Sí!...aaaah
Noto como un nuevo orgasmo empieza a llegarme electrizando cada célula de mi piel.
Sí, sí, sí, sí...
Llevo mis dos manos a su cabeza para hundirla más en mí como un acto reflejo, no quiero que esa sensación pase y aprieto con todas mis fuerzas.
Más... más... sí... oh... sí...
Exploto definitivamente en un gran orgasmo que me deja sin aliento, mi cuerpo se tensa y estiro mi espalda a la vez que subo mi pubis para acercarlo más a la fuente de placer.
Me relajo y dejo caer de nuevo la espalda, pero ella sigue castigándome lo que hace que pronto empiece a llegar de nuevo la misma sensación, es agotador pero delicioso.
Otr.. otra vez... otra vez... no... sí... no.. sí.. .sí.. sí... Me matas.. me matas... sí, mátame... sí...
Después del tercer orgasmo caigo rendida sobre el sofá, pero siento que la noche sólo ha empezado.
Llevo mi mano a su cara y la acaricio dulcemente.
Quiero sentirte también.

No deja de soprenderme que tenga dos orgasmos tan seguidos. Tras el tercero abandono su entrepierna y con mi lengua voy recorriendo su caliente y bronceada piel hasta llegar a su pequeño top. Lo aparto y empiezo a lamerle los pechos y sus pezones, mientras sigo con dos dedos dentro de su coño, empujándolos con fuerza. La empujo ligeramente para que se tumbe encima del sofá. Subo por su cuello hasta su boca y la beso profundamente.

Me dejo llevar y me tumbo en el sofá mientras noto como ella va subiendo recorriendo cada centímetro de mi piel.
Besa mis pechos y los pezones mientras sigue con sus dedos en mis entrañas, me encanta esa sensación pero siento que estoy siendo un poco egoista y quiero devolverle el placer que me está dando.
Cielo...
Sella mis labios con los suyos sin dejarme hablar, sus labios son tan suaves. Jugueteo con su lengua dentro de mi boca donde se puede notar el pequeño piercing que tengo en la mía.
Mis manos empiezan a recorrer su cuerpo, aún vestido. Deseo con todas mis fuerzas desnudarla pero soy consciente de que aquí manda ella, deslizo las manos hasta sus caderas y de ahí a sus tersos glúteos donde introduzco mis manos por debajo de la tela para palpar directamente su piel.

(No digo nada que si no rompa la magia)

Restriego su cuerpo contra el mío, con movimientos lentos, aunque deslizantes gracias a la seda. Noto como Noa me pone las manos en la espalda y las baja poco a poco hasta mi trasero, una vez allí pone las manos por dentro de mi pantalón y me acaricia las nalgas. Retiro mi boca de la suya y saco los dedos. Con la mano que tenía libre, me apoyo en el sofá, y me separo de ella.
Qué haces?
Quizás sea demasiado brusca, pero necesito llevar la iniciativa en todo momento.

Miro contrariada a Dominique, pensé que le gustaría que tomase algo de iniciativa en el asunto pero veo que le ha molestado.
Yo...
No sé qué decir, sólo sé que necesito volver a sentir sus dedos dentro de mi y su lengua dentro de mi boca.
Retiro lentamente las manos de su pantalón y las subo hacia sus caderas para sostenerla delicadamente mientras la miro con una expresión a medio camino entre el deseo y la desolación.
Pensé... que... bueno que te gustaría que yo también hiciese algo...
Intento parecer lo menos patética posible mientras digo esto, pero no me sale. Mi voz se entrecorta y tengo miedo de haberla ofendido, sólo deseo que continúe e inconscientemente subo mi cadera para alzar mi sexo en busca de sus dedos nuevamente. La miro suplicante, ahora está claro, es ella la que manda y yo sólo soy su juguete, pero no quiero que deje de jugar conmigo.

La miro un instante, sé que no es culpa suya, pero no he podido evitarlo, ha sido como un acto reflejo.
Deja las manos quietas. Cuando quiera que hagas algo te lo diré.
Noto como levanta la pelvis, afortunadamente este pequeño roce no parece haber afectado a su líbido. Es insaciable y parece que su necesidad no tiene fin. Necesitaría algo más para desencantarla. Bajo mi boca hasta su cuello, dando pequeños mordiscos, mientras mis dedos vuelven a hundirse dentro de ella.

Siento un enorme alivio al notar sus labios en mi cuello y sus dedos dentro de mis entrañas de nuevo, no quiero estropear todo esto así que intentaré dejar las manos quietas donde están ahora mismo.
Cierro los ojos y disfruto de las caricias que me propina y cuando empieza a darme pequeños mordiscos dejo escapar unos cuantos gemidos casi inaudibles.
Sí... mi vida lo que tú quieras...
Es dificil resistirse a no tocar, no sentir, no moverse a lo largo de todo su cuerpo. Es la primera vez que simplemente me quedo pasiva recibiendo placer y siento que me falta algo, pero sus manos y su boca parecen expertas y me están haciendo llegar a la gloria.

No me puedo concentrar si habla, intento no escuchar lo que dice, pero no puedo evitarlo. Me incorporo orta vez para mirarla.
Mi vida? Escuchame bien niña, no sé si lo dices porque el sexo en tu vida siempre ha sido algo bonito y encantador, pero quiero que tengas claro que esto es casual, y solo es sexo. No soy tu vida, es muy bonito, pero no lo soy. Vamos a ocuparnos de esta boquita tuya.
Me arrodillo, poniendo mis rodillas a cada lado de su cuerpo, me quito el top, dejando a la vista mis pechos redondos y firmes.
Juega con ellos.