Partida Rol por web

-Bueno, pues yo echaré una mano por aquí. Veamos, un sabueso... Perdo Terram -declamó a la vez que acompañaba su voz con los gestos de manos apropiados, elaborando un hechizo extraño, no estándar, finalizando con un ligero toque de su índice en la roca que le habían traído. El resultado fue una más bien burda estatua de un rechoncho sabueso de estilo entre gótico y románico, un tanto esquemática y desdibujada- ¡Madre del amor hermoso, qué engendro me ha salido! ¡Jajajaja! Bueno, tendrá que servir...

Tras lanzar su conjuro, Remiel tenía poco que hacer allí. Los registros estaban siendo seguidos y el ritual ya estaba en proceso.

-Yo acompañaré a Oskari también. Si encuentra algo, es mejor estar preparados- Dijo Remiel mientras acompañaba al Björner. cualquiera diría que 4 magos para seguir unas huellas era demasiado, pero teniendo en cuenta que Magnus podía estar involucrado, nunca se estaba suficientemente seguro. 

Estupendo... ahora también tenía que cargar con los dos magos que más nervioso me ponían de entre todos los que formábamos el grupo. Septimus, su ego y su arrogancia, y Remiel, consigue ponerme tenso con tenerlo cerca. Estaba claro que esto sería algún tipo de prueba del destino o, más probablemente, un castigo por querer abandonar la Domus a cualquier precio, aunque éste era algo exagerado.

-Bien, pues vamos -sin decir más, empieza a bajar las escaleras para salir al exterior y encontrarse con los juegos de huellas-

Lo único que pido, aparte de que no me estorben, es que no se haya estropeado el rastro y aún se pueda leer en él.

- Muy bien. Sodal Septimus, sodal Remiel, sodal Michel, sodal Oskari... os esperamos en este mismo lugar. Os pido que a pesar del número, tengáis cuidado. Aún no sabemos a lo que nos enfrentamos - mira luego a Septimus un instante- Y luego trataremos entre todos del tema que os preocupa, sodal Septimus. Os doy mi palabra

-Bien si nadie mas quiere acompañarnos sera mejor que empecemos a bajar. Tantas escaleras...al menos fortaleceremos las piernas ¿no os parece?-comenta con una pequeña sonrisa, al parecer sin darse cuenta de que Tortious le acaba de dirigir una mirada asesina-Por cierto, no os resulta un poco raro que el asesino no se esté molestando nada en cubrir sus huellas?

-Veo que vuestra mente reacciona con presteza sodalis Armand, confieso que me satisface la rapidez y eficacia con la que estáis llevando este asunto…más aún con las habladurías que se comentan entre el resto de sodales sobre la juventud e inexperiencia de este grupo. ¿Un combate mágico decís? Seguramente hayan sido las defensas de la Domus al activarse…estoy en lo cierto, estimado primus Tortious-pregunta con educación, a lo cual el nombrado hace un gesto de confirmación-Pero basta ya de charla, os estoy interrumpiendo en vuestros quehaceres, continuad con el ritual.

Dirigido a los que van a investigar las huellas

El rastro no es precisamente claro, ha sido una suerte que haya zonas con barro fresco porque sino no habría quedado mucho para seguir. Aparentemente el individuo no se dirige hacia tierras hispanas, sino que vuelve a adentrarse en la Provenza con dirección indeterminada.

La verdad es que le chucho da un poco de pena, con tanto bono y al final nada de nada...¿y para que lo quieres?

-No me parece raro si lo que quiere es una huída rapida que, ademas, es lo que necesita. Para escapar de la Orden de Hermes necesita poner tierra de por medio mas que usar burdas técnicas mundanas para cubrir las huellas, ya que podríamos preguntarle a la tierra misma por donde ha ido. Lo que si dice esto es que el asesino puede ser mundano. No soy especialista en Terram pero creo que un mago habría lanzado algun sortilégio de Terram para cubrir el rastro y no le habría costado el tiempo que requiere borrar las huellas a mano. ¿Que creéis?- dijo Remiel intentado aportar ideas a la investigación

Papagena espera a que todos se marchen a sus quehaceres y decide quedarse junto a Armand, era evidente que no podia ser bueno quedarse a solas. Tan pronto como pudo reunio a Aigor y a Jax.

- Bien, Aigor, cariño, tu ve a la puerta y vigila que no venga nadie -le dice en tono serio, se acerca a su oido y susurra- en estas circunstancias no me fio de nadie.

Aigor asiente y renqueante marcha a la puerta a vigilar hasta los grogs. Una vez marcha le mira al lobo y prosigue.

- Bien Jax, tu quedate vigilando la biblioteca, al mas minimo atisbo de algo gruñe.

El lobo asiente como si hubiera entendido y se marcha perdiendose entre los estantes, luego Papagena se queda mirando a Armand.

- No os preocupeis sodal, yo me encargo de la proteccion mientras iniciais el ritual.

Guiñandole un ojo se gira y se lleva su buccina a los labios. Del instrumento comienza a emanar un sonido suave que va envolviendo la estancia y a los que alli se encuentran, pronto una suerte de polvo dorado comienza a aparecer y a arremolinarse en torno de ambos, poco a poco se va compactando hasta crear una bola solida alrededor de Armand, cuando la melodia termina la bola desaparece, sin embargo aquel que tuviera una vision privilegiada podria ver como superpuesta a la Parma del mago habia una segunda capa magica.

Soltando una exhalacion Papagena se gira y mira a Armand, puedes observar un revuelo de plumas a su alrededor y unos ojos atigrados y parte de la cuenca se ha tornado con un cierto pelo que recuerda a la mirada de un felino, peligrosa, aunque sugerente. Mirandola bien puedes ver que no es peligrosa aunque lo parezca.

- La Parma solo nos protege de los ataques magicos, pero si nos disparan una flecha... esto le protegera.

Una vez a recuperado un minimo de aliento vuelve a llevarse la buccina a los labios y comenzando a andar alrededor de donde Armand haria el ritual toca otra cancion distinta, sin embargo debido al cansancio de su hechizo anterior sus dedos se habian agarrotado y a mitad de conjuro falla las notas haciendo que el conjuro se disipara en el aire.

Papagena tose un poco y sonrie a Armand tornando su mirada felina nuevamente.

- Disculpad, el otro hechizo me ha cansado mas de lo habitual, me sentare unos momentos.

Agarra una silla cercana y se sienta dejando que su cabellera rizada cayera por delante de su cabeza.

Tras descansar un par de minutos, el lúcido Excelsius comienza el lanzamiento de un nuevo hechizo, esta vez de Muto Terram, una variante sobre un conocido Ritual, el famoso (al menos para los magos de Terram) La Estatua Viva. Al menos así es para los magos de Terram, que no deben ser muy numerosos en esta Domus. Al instante la pequeña estatuilla se transforma en un ejemplar a tamaño real de lo representado, lo que resulta ser un sabueso más bien desmejorado cuya descripción bien podría sintentizarse en "chucho".

Una vez realizado el hechizo, la mano en el lomo del animal, pidió simplemente:

-Olfatea y encuentra los rastros, luego vamos a pasear por las habitaciones de invitados, a ver dónde nos conduce el rastro, si es que nos conduce a alguna parte, claro.

Armand asintió a Atalantios y empezó, con naturalidad y en perfecto silencio, a preparar el ritual. Se toma su tiempo, y antes de lanzarlo, bebe un vaso de algún zumo que le trae alguno de los grogs. Es evidente que el ritual va a llevar su tiempo. Durante unos instantes busca un emplazamiento adecuado, que le permita observar el interior de la biblioteca, el lugar donde encontraron el cadáver... pero también la apertura natural del techo. Luego empieza a usar los peones de vim mientras su voz se eleva, casi gritando, invocando los poderes precisos para que el hechizo tenga éxitos. En la seguridad de una domus, protegido por sus compañeros, el quaesitor, que teme que haya algún conjuro que dificulte el suyo, aprovecha toda posibilidad y sus gestos, igualmente, son vigorosos. Mientras el ritual tiene efecto, de algún lugar indeterminado, parece surgir un quedo murmullo de muchas voces.... y de pronto, tras un largo tiempo, Armad se queda quieto

La tirada sería Percepción + Cazar a DIF 7.

-Puede que tengáis razón en casi todo-responde tras reflexionar unos instantes-pero no creo que haya sido un mundano. Si es Magnus quien esta detrás de todo esto, me sorprendería mucho que dejase una valiosa posesión en manos mundanas. Tiene que haber otro motivo para que estas huellas sigan a aquí, aunque solo sea porque nuestro sujeto no sabe magia de Terram.

Obediente, el animal empieza a olfatear por todas partes y señala los mismos lugares que el huargo, el cual cuando ve a la estatua suelta una especie de resoplido de aburrimiento. Bajando por las escaleras no encuentra ningún rastro y para desgracia tuya tampoco hay nada en las habitaciones de invitados.

Aquellos escalones no parecían acabar nunca, da igual o rápido que bajase, siempre había más esperándome. Por suerte mi sufrimiento se acabó en el momento en que llegamos al recibidor donde estaba la puerta para salir al exterior. No me lo pude creer cuando puse mis pies sobre la tierra y dejaba atrás los suelos ornamentados y labrados de la Domus.

-Vamos, por aquí -les ánimo a seguir sin mirar hacia atrás, confiando en que me sigan- el rastro sigue por aquí.

Me alejo de la entrada, ya que innumerables huellas pueden confundir mis habilidades, hemos sido muchos los que hemos llegado hasta esta puerta. Una vez un poco más apartado, donde el rastro se aísle un poco del resto de pisadas, me arrodillo para mirarlas más detenidamente.

Pongo la palma de la mano sobre ella, acariciando los bordes desnivelados en la tierra con la yema de los dedos, incluso me llevo un poco de tierra hacia la nariz, para olerla.

-Es un varón, de mediana edad -señala la forma del pie hundida en la tierra-, no va muy cargado, sino se hundirían más y avanza rápido, poniendo tierra de por medio. Se dirige al norte, hay un par de ciudades por el camino, será difícil seguirle la pista si se adentra en una de ellas. Diría que ni se ha molestado en cubrir su rastro, sólo quería huir.

Me levanto, sin preocuparme por sacudirme la tierra que haya podido pegarse a la túnica, y me giro al resto de mis compañeros, por si quieren añadir algo más a mi juicio o realizar algún conjuro para saber algo más.