Partida Rol por web

Iba corriendo con bastante velocidad sin a penas darme cuenta, ya que la adrenalina estaba empezando a envolverme todo el cuerpo hasta que escuché que alguien me paraba, enseguida dejé de correr girandome hacia la chica con la respiracion acelerada, ahora que había parado empezaba a notar otra vez el frío penetrando en el abrigo que llevaba.

-Eh? Por que no?- dije mirando en la direccion en la cual corría y despues a la chica que ya me empecé a acercar a ella para poder verle bien la cara a ver si podia reconocer quien era.

Empecé a trazar en mi cabeza alguna otra ruta para poder llegar hasta el aparcamiento de la universidad que no fuera por el camino por el cual estaba iendo.

cuando vi que se giro deje de correr realmente no estaba acostumbrada a correr asi de golpe y enseco, empece a notar que las pulsaciones se me aceleraban y empezaba a tener calor, mucha calor, esto no es bueno kari.. pense recordandomelo a mi misma.

Vi que se acercaba pero su cara no me sonaba para nada y entonces me decepcione.

- Ese camino esta poco transitado...y bueno yo...podria pasarte algo...lo siento realmente no me deberia meter, pense que te conocia, no te he visto bien!- dicho esto me di la vuelta que volvi a comenzar mi camino de dirección a casa.

Me quedé parada mirando a la chica inquisitivamente de arriba a abajo y en especial la cara, pero al ver que realmente no me sonaba de nada chasqueé la lengua seguido de un suspiro largo.

-Ah si, ya lo sé pero tengo un poco de prisa... en fin, gracias por preocuparte...- le dije mientras ya empezaba a andar otra vez hacia la dirección en la que me dirigía, si me daba más prisa seguro que no me pasaría nada.

Miré de reojo otra vez a la chica pero ya empecé a correr de nuevo hacia el aparcamiento intentando coger un poco más de velocidad, cosa que no conseguí después de una tarde intensiva de ejercicio.

Apenas han pasado unos pocos minutos desde que Leyja se ha marchado corriendo en dirección opuesta a la de Kari, sin embargo ésta todavía no ha avanzado demasiado debido a la tranquilidad de sus pasos y el ensimismamiento de sus propios pensamientos, intentando recordar de qué podría sonarle la muchacha pos simple curiosidad...

Y entonces la vuelve a ver corriendo, parece que es una chica con mucha energía... Sin embargo esta vez la cara de Leyja refleja espanto y miedo, mirando de reojo detrás de ella y como algunas de las farolas estallan apagando sus luces hasta llegar a la altura de Kari.

Una vez ambas chicas están juntas de nuevo las farolas dejan de estallar, en realidad lo han dejado de hacer apenas un par de metros atrás, por lo que ellas están perfectamente visibles bajo uno de los "focos", como si de una extraña obra teatral siniestra se tratara y ellas fueran las protagonistas sin haberlo escogido.
La bocacalle del metro está lo suficientemente lejos como para que gritar no vaya a servir de nada, y pocos transeúntes frecuentan esa calle, apenas un par la cruzan en esos momentos apresuradamente mirando extrañados las farolas.

-Aquí estás...- dice triunfalmente el tipo desde detrás vuestro, aventurándose a la luz y dejando que le veáis con claridad.
Pálido como el mármol, incluso más de lo normal en Noruega, sonriendo triunfalmente sin signos de cansancio o frío a pesar de la relativamente escasa ropa que le cubre, sobretodo si la comparamos con la vuestra.

-¿Te he asustado?- pregunta mirando a Leyja, ladeando la cabeza con fingida preocupación burlona -Qué delicia- admite seguidamente con una sonrisa malévola, encogiendo las piernas para darse impulso y saltar hasta vosotras, quedándose a escasos centímetros de Kari, sujetándola repentinamente del abrigo con firmeza.
-Tú vas a ser mi Gerd...- afirma levantándola poco a poco hasta que los pies de la chica apenas rozan el suelo.

En cuanto la chica se fue volvi a ponerme los cascos del mp4, estaba ya tan acostumbrada a andar bajo el sonido de la música que si no lo hacia se me ponia la piel de gallina.

Me gire justo despues de que una de las farolas se apagasen al tiempo que vi a la chica correr de nuevo asustada, la mire con asombro e incredulidad, pero que esta haciendo entrenarse para una maratón ¿o que? Empezaron a petarse mas bombillas y yo me limite a observarlas aún con la música puesta, tube un dejavú, en realidad no era un dejavú normal y corriente esa escena la habia leido en algún libro, en algún sitio, retrocedi un paso. La chica se acerco tanto que casi podia notar que se me cogería al brazo en cualquier momento. Mire la boca del metro con intención de ponerme a correr hacia ella pero estaba demasiado lejos.

De detras nuestro apareció un hombre entre abri la boca con sorpresa, de verle tan poco abrigado, el corazón empezo a batir deprisa, Mal dia has escogido Kari, para hacer Caligrafia... el chico hablaba pero no escuche lo que realmente decia hasta el momento en que pego el salto que apenas salió ningún sonido de mi boca, me empezo a levantar al tiempo que pataleaba, estaba asombrada la fuerza inhumana de ese hombre era entre fascinante y aterrador, el mp4 se me callo de las manos haciendo un estruendoso ruido al resquebrajarse con la piedra del suelo, me agarre a su brazo fuertemente con las dos manos.

- Eh?- dije aturdida- que, que es Gerd? oye, creo que te has confundido de persona...- intente esbozar una leve sonrisa, mas que de miedo de asombro.

Corrí hacia la chica con los ojos bien abiertos y desencajados, como si con la mirada ya la estuviera avisando de que corríamos peligro las dos, llegué a su altura y ya me paré en seco, pude notar hasta como el corazón me daba un vuelto y me dolía el pecho entre el susto y todo el tiempo que había estado corriendo.

La cogí del abrigo por la parte del brazo con toda la intención de empezar a estirarla sin decir nada a causa de la falta de aire que tenía, iba respirando a bocanadas y a gran velocidad hasta que escuché la voz de ese chico, por lo visto no tenía nada mejor que hacer, no.

Me giré hacia él cuadno se dirigió a mi e inevitablemente retrocedí casi quedandome detras de Kari con cara de susto y preocupación a la vez,  y sin soltarla del abrigo por si en algun momento tenía que estirarla para poder correr.

En el momento en que la asió del abrigo ahi ahogué un grito y la cogí de la cintura estirandola hacia abajo para que la soltase.

-Suéltala grandullón!- dije mirando al chico con el ceño fruncido intentando hacer ver como que no le tenía miedo y ahora que eramos dos, quizás podriamos hacer algo contra él.

-Tú eres Gerd- afirma como si fuera lo más evidente del mundo, totalmente convencido de ello lo cuál no arroja mucha información al respecto y la incógnita sigue en el aire.
Ni se inmuta pro el sonido del reproductor, probablemente quebrado en el suelo, se limita a hundir un poco la cara entre el cabello de Kari para inspirar sonoramente su olor y emitir un suspiro de regocijo.
Con ésa cercanía Kari puede comprobar lo terriblemente frío que está, lo cuál no es de extrañar teniendo en cuenta como viste, pero no sale vaho de su boca y cada vez resulta más extraño...

Leyja irrumpe repentinamente, y sin duda es algo que molesta al tipo, el cuál emite un gruñido gutural y casi animal de enfado, arrojando a Kari a varios metros de distancia hasta que cae al duro y frío suelo como unos instantes atrás sucedió con su MP4. El golpe es doloroso pero sólo es eso, un golpe.
Gira su rostro hacia Leyja con una sonrisa siniestra y estira el brazo hasta sujetarla del cuello con la misma firmeza empleada en el abrigo de Kari, sin embargo aquí la presión se torna mucho más molesta y dolorosa, provocando que empiece a faltarle oxígeno rápidamente.

-Esto es lo que pasa cuando te metes donde no te llaman... ¿morirías por ella?- entrecierra un poco los ojos y los dedos se hunden más en la blanda y cálida garganta de Leyja, lo cuál parece complacerle enormemente.

Cuando me dijo que yo era GERD me quede estupefacta, desde luego ese tipo que parecia mas un asesino a sueldo que otra cosa me habia tomado por otra persona.

- Se equivoca, se equivoca, me llamo Kari, Kari MCGregor, sueltemeeeeeee!!!- intentando abrirle los dedos al hombre que la tenia agarrada respirando aceleradamente desde luego aquella situación parecia subrealista como si de un sueño se tratara.

Cuando se acercó para olerme el cabello mi impresiñon era tal que en ese momento me entraron nauseas, esto se me estaba escapando de las manos, tanto que ya estaba viendo cosas donde no las habia, de un golpe seco el hombre me tiró al suelo varios metros acabe rodando un poco mas allá y no pude evitar soltar un grito de dolor al tiempo que me percataba que me habia hecho roces en las manos que el frio no dudo en hacer que no sintiera tanto el dolor. Con esfuerzo pude incorporar medio cuerpo y me gire para atras para ver que le estaba ocurriendo a la otra mujer, cuando vi que la cogia del cuello me quede sin habla todo parecía que se me paraba, incluso los pensamientos.
Reaccioné.
- voy a buscar ayuda!!!- me levante como pudé y heche a correr sin dirección fija, al tiempo que metia las manos en el bolso para buscar el movil y llamar a mi padre.

Cuando tira a la chica contra el suelo ahogué un grito mirandola con los ojos bien abiertos hasta que el chico me cogió del cuello que enseguida lo cogí de la mano  intentando abrirle los dedos para que no hiciera presion, pero eso no sucedió. Notaba como me atascaba el oxigeno impidiendo que entrara lo que producía que notara como las pulsaciones se me iban acelerando y se iban dirigiendo a mi cabeza y a mis sienes martilleandome cada vez con más fuerza, al mismo tiempo que notaba como me ardía la cara.

intenté darle un manotazo en el codo como para doblegarselo hasta que me hizo esa pregunta que me quedé mirandolo con cara de terror, estaba claro que se trataba de un psicópata asesino.

-Qué? No...- dije en voz baja como si alguien que pasara por ahí pudiera oirme y juzgarme por las palabras que acavaba de decir

El chico te mira de reojo, pero ni siquiera se molesta en moverse mientras te incorporas y alejas gradualmente del lugar, dejando que se quede allí con la joven a su merced.
Tras unos minutos escasos en los que ya alcanzas el portal de tu casa, empiezas a abrir el móvil con manos temblorosas dispuesta a llamar a tu padre, aunque a éstas alturas quizá te saldría más a cuenta subir directamente hasta casa y avisarle en persona, o quizá llamar a la policía o...

Tu respuesta apenas resulta audible con la falta de oxígeno. La sonrisa del desconocido y supuesto psicópata se ladea, dejando entrever unos colmillos inusualmente largos y afilados que podrías decir que hace un segundo no estaban en su boca...
La otra chica se levanta y se marcha sin más impedimentos, dejándote a merced del tipo por completo aunque teóricamente va a buscar ayuda.

Él te suelta entonces, y no puedes evitar desplomarte por completo en el suelo entre toses y bocanadas. Te fallan las fuerzas debido a al falta de oxígeno.
-Acabas de comprobar lo que haría ella por ti... poco, ¿no?- se pone en cuclillas a tu lado, mirando tus esfuerzos sin disimular su regodeo mientras coge uno de tus delgados brazos y tras arremangar un poco el abrigo te muerde con fiereza en la muñeca, haciendo que sangre y... bebiendo con avidez.

Tras unos segundos angustiosos en que al menos has recobrado el aliento, él levanta la cabeza repentinamente, al parecer alarmado.
-Anubisss....- musita estirando exageradamente la S con na sonrisa ensangrentada bastante tétrica.

las manos me temblaban y el sentimiento de culpa por dejarla sola cada vez se iba amplificando a velocidad de la luz, jadeaba, correr no era lo mio llegue al portal y empece a tocar al timbre, mientras esperaba abajo llame a la policia, la espera en ese momento me estaba matando pero alguno de los dos responderia.

- Vamos, papa, venga, papaaaaaaa...- demasiado estres, sentia que me iba a aflojar en cualquier momento, por si acaso iba buscando con la mirada alrededor buscando algo contundente quizas para volver a buscar a esa chica?, realmente estaba pensando en hacer eso, si.

El chico rubio que acaba de morderte como si fuera lo más natural del mundo se queda mirando a un punto concreto de la oscura calle, de la cuál surge otro hombre. Podría decirse que igual de llamativo que el primero, pero al menos su color de piel resulta más natural y no el de un... muerto.
-Loki, te he dicho mil veces que con la comida no se juega... ¿tengo que volver a enseñarte lo que es la compasión?- pregunta de forma retórica al tipo como si de un mal alumno de su clase se tratara, en actitud paciente y tranquila, con un acento suave y mas cálido que el vuestro. Probablemente árabe, aunque con eso no puedes deducir ni mucho menos su procedencia.

El tal Loki parece de lo más contrariado y gruñe apretando los dientes, pero lame tu herida provocando que la marca de sus propios dientes desaparezca, aunque no el de la espesa sangre que aún cubre tu muñeca.
-Nos vamos- espeta Anubis a modo de orden, mirándote un instante de reojo, al parecer con poco interés, antes de centrar su atención al completo en su compañero, que aunque se levanta no parece dispuesto a moverse y le dirige una mirada desafiante.

Resulta difícil adivinar cuál es el tipo de relación que les une.

Llegas al portal sin problema alguno, pulsando el interfono con insistencia hasta que éste es descolgado con un ruido algo estrepitoso y la voz desganada de tu padre suena distorsionada al otro lado.

Cita:

Parece extrañado, y es normal dado la hora ya que normalmente usas tus propias llaves para subir hasta casa a menos que las hayas olvidado.

Mientras esto sucede el teléfono móvil emite sus respectivos tonos hasta que una voz de mujer responde al otro lado, aunque su voz es tan autómata a estas alturas que por unos segundos parece que pudiera tratarse de un contestador.

Cita:

Se limita a decir aguardando una explicación absurda o incluso alguna broma, que al fin y al cabo es lo más habitual en una ciudad tan tranquila como esa.

Alrededor no parece nada haber nada realmente útil, a menos que arranques la rama de algún árbol o te conformes con la tapa de alguno de los cubos de basura del callejón contiguo.

cuando oigo la voz de mi padre una oleada de terror, angustia y desespero me invade y no puedo evitar a ponerme a llorar de tal manera que ni las palabras me sale, de todas formas intento tranquilizarme.

-papa, papa! tienes que bajar, hay un hombre que, papa, es horrible, en serio, baja esta atacando a una chica, corre, esta a 5 minutos, junto la boca del metro, te espero, corre!!-

Acto seguido cojo el movil.

-si! hola..., hay un hombre que esta atacando a una mujer en plena calle, creo que es un loco que va a matarla, esta en la calle, 45 al oeste de parc Aveniew, dense prisa!- y cuelga al mismo tiempo que hexo a correr de nuevo para la dirección asegurandome de que mi padre me siga

Cuando le ve los colmillos entreabre la boca como si intentara decir algo pero no sale palabra alguna por la presión que causaba la mano del tipo en su cuello hasta que la tira al suelo que ahí ahoga un kejido seguido de una buena bocanada de aire notando como el aire frio recorría los pulmones a gran velocidad.

Seguía intentando recuperar la respiración con normalidad cuando notó que se quedaba a escasos centimetros de ella y le comenta la rapidez con la que se había ido la chica, en ese momento le invade un sentimiento de miedo y decepción a la vez por no intentar ayudarla, al menos de inmediato, reflejándosele  en la cara claramente.

En el momento en que le arremangó el corazón le dió un vuleco a la vez que varios pensamientos se le pasaron por la cabeza hasta que notó el mordisco que ahí no pudo evitar exclamar un grito de dolor y sorpresa a la vez que intentaba separar el brazo de él.

En cuanto se separó de ella pronunciando un nombre realmente extraño notó como se le iba acelerando las pulsaciones a la vez que el estómago parecia tener vida propia y un mareo la invadió. Rapidamente encogió el brazo por si a caso al tipo se le antojaba cogérselo otra vez y se giró en busca de la persona que había evitado que la engullera ese ser. Se quedó mirando al tipo con rastas con una expresión de alivio y de respeto a la vez, que desapareció enseguida que vió que conocia al depredador que hace escasos momentos la había herido formando de nuevo un sentimiento de temor.

-Comida?- dije en voz baja como para que no volvieran a recaer en mi presencia mirando de reojo al tipo rubio pero me quedé ahi tirada en el suelo sin casi fuerzas para poder mover un sólo musculo.

En cuanto vió que tenían toda la intención de irse levantó la voz -Espera, qué se supone que sois?- dije levantando el brazo que ahora estaba intacto como si así supieran a lo que me refería. Al dirigirme a ellos casi notaba como la sangre me recorría todo el cuerpo a gran velocidad haciendo que respirara cada vez con más rapidez.

-Pero yo...- tu padre no parece muy seguro de lo que le estás diciendo pero de todos modos la comunicación con el interfono se interrumpe y al cabo de un par de minutos lo tienes junto a ti mirándote completamente aturdido.
-¿Has llamado a la policía? Entonces ellos se encargarán, puede ser demasiado peligroso...¡Kari!- estira su brazo para sujetar el tuyo con firmeza, mirándote con severidad y sin soltarte.

-Hija, ya sé que quieres ayudar a esa muchacha pero si nos atacan a todos no serviría absolutamente de nada, ¿verdad? Respira y tranquilízate un segundo. ¿Estaba armado?- pregunta interesado en ése detalle que ahora mismo parece ser de lo más importante, sin soltar tu brazo.
Y así los minutos siguen pasando, probablemente si el tipo quería realmente matarla ya lo haya hecho porque la policía necesitará otros pocos minutos más hasta llegar al sitio.

Loki sigue observando al denominado como Anubis, que se limita a cruzarse de brazos devolviéndola una mirada firme y férrea, sin duda muy seguro de sí mismo, sin embargo su "comunicación visual" se rompe en cuánto te decides a hablar acercándote a ellos a pesar de lo ocurrido.
Loki se gira hacia ti con otro gruñido molesto.
-¿Estás ciega? Piensa un poco, seguro que incluso tú puedes deducirlo...- te dice con cierto tono despectivo antes de sonreír como si acabara de ocurrírsele una idea de lo más divertida -Deberíamos matarla, ya ha visto demasiado- cierra uno de sus puños y lo acaricia con su otra mano haciendo crujir alguno de sus nudillos mientras nuevamente se acerca a ti con lentitud, del mismo modo que lo haría un depredador con su presa antes de saltarle encima.

Inspira de nuevo sonoramente y suspira sacudiendo un poco la cabeza.
-Puedo oler tu miedo incluso desde aquí- su barbilla y sus labios aún gotean tu propia sangre en la carretera y su chaqueta, recordándote que ése mordisco no ha sido una alucinación fruto de la falta de aire.