Partida Rol por web

Han pasado aproximadamente cuatro meses desde que aceptaste ser la "pupila" de Anubis. En realidad su ghoul, pero aún así te trata como si fuera una especie de mentor, entrenándote duramente durante todas las tardes.
Las cosas han cambiado mucho desde que todo aquello pasó, pero por suerte tiene una "vía escape" que parece más real y normal durante el día, cuando vas a clase e incluso puedes olvidarte un poco del mundo oscuro en el que te has internado... Y de todas formas puedes hablar de ello con Evan en esos momentos.

Hace escasamente un mes, Anubis añadió al entrenamiento físico básico (ejercicios de estiramiento, footing, bicicleta, nado...) otros mucho más espirituales y de meditación, usando a veces el tai chi o el yoga para "canalizarlos".

Hoy supones que no será una excepción, has salido a comprar la comida de la semana para ti y vuelves a casa cuando empieza a oscurecer, a sabiendas de que él no tardará demasiado en despertarse y le desagrada la impuntualidad.
Subes en el ascensor a pesar de que últimamente empleas las escaleras por ahorrarte tiempo y por las bolsas, quedándote "encerrada" dentro con una de las vecinas de los pisos superiores. Una señora mayor que no deja de mirarte de reojo a ti y a tus bolsas hasta que carraspea.

-¿Cómo te va últimamente...?- acaba por preguntar a pesar de que nunca fuiste demasiado habladora -Se le ve poco a tu... novio- dice esto último dejándote claro sus cotillas intenciones.

Salí a hacer las compras de ultima hora, un poco tarde, a sabiendas que tendria que darme mas prisa que otros días pero aprobecharia para ir corriendo y hacer algo mas de ejercicio que era lo que me habia propuesto, mientras volvia de las compras, a pesar del peso lo hacia a paso rápido, iba pensando en como habia cambiado todo, como por arte de magia mis hobbies habian cambiado, abandonando completamente la caligrafia pero jamas la antropologia.

En cuanto subí al ascensor suspire, iba mirando el reloj de mano cada dos minutos, "no tardara en despertarse, si no me ve ahi se preocupara" la señora del 5ºB del cual no recordaba el nombre me habló.

-Eh! ah no el no es mi...- me quedé mirandola, realmente ella no tenia porque saber que era realmente, y seguramente a efectos de todo el mundo era lo que parecia.

-Bien!, me va bien, las clases van bien y en fin, ya sabe todo va bien!- la miré- si, esque trabaja duro, que tal con sus nietos?- cambiando de conversación no sabia si tenia pero era suficiente mayor como para ser abuela.

-Ah... pero lo importante es que te cuide bien...- te dice con una sonrisa, dándote unos golpecitos amistosos en la mano antes de empezar a detallarte lo travieso que es el menor de sus nietos de ocho años, aunque el hecho de que realmente te interese o no, no parece importarle demasiado.
Por suerte el ascensor se detiene al cabo de poco en tu cuarto piso y dejas a la mujer en él, entrando en casa cargada con unas cuantas bolsas y haciendo alguna que otra maniobra para poder cerrar la puerta a la vez, hasta que Anubis aparece y empieza a recogerlas de tus brazos, mirando de reojo el contenido de las mismas.

-Cuando vas a dejar de comprar estos...¿aros?- pregunta en referencia a los donuts, uno de los pocos caprichos que sigues permitiéndote a pesar de que a él no le hacen nada de gracia.
-Es como si te comieras una rueda de camión, todo artificial... No tiene sentido- comenta realmente sin comprenderlo mientras se aleja a la cocina para dejar allí las compras.
-¿Estás lista?- pregunta alzando un poco la voz para que le oigas desde allí.

Sonrei nerviosamente a la mujer, realmente la conversación no me interesaba pero sin dudar contestaba a la mujer y la atendia al respecto, eso me hacia sentir mas normal aún y que aún seguia en contacto, en la rueda con la vida. Al llegar a mi piso me despedi amablemente y cuando entré ya iba a darle un portazo a la puerta hasta que vi a Anubis acercarse.

Me ayudó, cogio las bolsas y yo sonreí agradeciendole el gesto- puedo llevar una o dos!- aún asi le seguí hasta la salita y ahi empecé a quitarme el abrigo y la bufanda.

- No son Aros, Anubis, son Donuts y no es todo artificial tiene azucar...- y luego susurre sin que el pudiera oirme- por si te apetece morderme...- aún recordaba la primera vez que me mordio y lo que senti aunque enseguida deje de lado esos pensamientos.

- dame unos minutos y me cambio...- esperé unos minutos por si comentaba algo luego me fui a mi cuarto cerrando la puerta y poniendome algo mas comodo para empezar el entrenamiento que ya era tan adicta como a el.

-Azúcar, claro, fíate...- murmura por lo bajo, cogiendo el paquete en cuestión para buscar la lista de ingredientes mientras tú te desvías hasta tu habitación ataviándote con el chándal y las bambas.
Al menos ahora ya no hace tanto frío como hace unos meses o tendrías que salir con abrigo por mucho ejercicio que realizarais.

Acabas a los pocos minutos y ambos salís del bloque de pisos diligente y silenciosamente hasta llegar a la calle en cuestión.
Anubis mira a ambos lados inquisitivamente, también está algo más transitada que en invierno, como es de esperar.
Levanta su antebrazo mirándose el amplio reloj digital. Normalmente no lo usa pero en todas las sesiones de entrenamiento lo lleva encima.

Pulsa el botón del cronómetro que emite un pequeño pitido y empieza a correr, dejando que le sigas, como es habitual.
Lo hacéis por sitios amplios donde os cruzáis con algún que otro deportista o incluso gente paseando, pero al ir acompañada no resulta tan vergonzoso como podría ser.
Al cabo de una hora os detenéis en uno de los grandes parques de Bergen, algo mal iluminado para tu gusto pero aún así os quedáis cerca de algunas farolas para empezar los ejercicios de estiramiento aunque él... Ni siquiera parece que se haya movido.

-Volveremos con el tai chi en cuanto acabemos esto... Te enseñaría movimientos con espada pero evidentemente nos caería una buena amonestación por ello- se encoge de hombros y entonces te mira con curiosidad -¿Te ayuda en algo la meditación?- podrías apostar a que es una de esas preguntas "trampas" que usa para psicoanalizarte.

Cuando salí del bloque sin mi abrigo enseguida senti algo de vergüenza, el abrigo tapaba la mayoria de mi cuerpo y en cambio el chandall no, aunque despues de ponerme a correr ese pensamiento se disipó tan rápido como los primeros segundos en que comenzamos a hacer Footing.

Iba un paso por detras de él, intentaba adelantarle pero él siempre conseguia sobrepasar mis pasos, tal vez porque era mas alto que yo, o tal vez porqué llevaba mucho mas tiempo haciendo eso, el caso esque notaba que era completamente capaz de seguirle gracias a que mi cuerpo habia cambiado progresivamente, a veces mientras corria solia parar la mirada sobre las pocas personas que tambien habitaban Bergen, me gustaba contar o fantasear con la idea de que podrian ser hijos de la oscuridad o no, otras veces se me iba la vista a la larga cabellera de Anubis pero cuando reconocia ese gesto cambiana enseguida la mirada y me intentaba recordar las partes fundamentales de la antropologia.

Cuando llevaba 45 minutos ya sobraba la chaqueta de manga larga, me remangue y me la desabroche dejando entrever un top morado, completamente mojado por el sudor.

Al Parar me miré mi reloj dijital, no ponia la hora pero si marcaba las pulsaciónes, me hacia gracia mirarlo estaba aceleradisima casi sentia que el corazón se me iba a salir de la caja torafica, aun asi respire hondamente y estire al principio muslos y le miré desde abajo.

-Tai chi, vale!...- despues hizo una pequeña broma y no pude evitar reir al respecto- solo una amonestación?- dije de forma divertida- mm podria buscar algun lugar, tambien me gustaria aprender lucha con espada...- asintiendo mientras cambiaba de pierna.

- Me relaja...- enseguida vi que no se referia a eso asi que arqueé la ceja- a que te refieres exactamente?- queria que lo soltara sin tapujos.

-Supongo que podríamos intentarlo en algún almacén abandonado o similar, pero sería bastante incómodo...- comenta sin demasiada convicción mientras te acompaña en los ejercicios, aunque probablemente no le hacen falta y ya hace bastante tiempo que los aprendiste de memoria. Esta es la parte fácil de todo el entrenamiento.
Después vuelve a encogerse de hombros, como quitándole importancia a la pregunta y al hecho en sí, sujetándose un codo con la mano opuesta por encima de la cabeza mostrando apenas unos centímetros del torneado abdomen.

-Si te relaja puedo darme por satisfecho. Lo importante es que seas capaz de dejar la mente en blanco y olvidar todos los problemas por esos momentos. Te será muy útil para mejorar tu autocontrol en momentos tensos... y ya sabes que de eso no nos falta- tras esto os separáis un poco de la farola y empezáis con los suaves movimientos del tai chi que todavía no dominas al completo.

Parece que él sea una hoja mecida por el viento... y tú te sientes como un pato torpe a pesar de que no lo hagas tan mal, pero en comparación con él... Aunque habría que saber cuantos años lleva practicándolo.
-¿Quieres preguntar algo?- espeta repentinamente en medio de uno de los movimientos, desconcentrándote momentaneamente.

Mientras que estiro ya sentada en el suelo- si quieres, puedo encargarme yo de la tarea de buscar algún sitio grande, puede que tarde pero no tenemos prisa no?- le sonrei de forma algo cariñosa sin proponermelo aunque enseguida borre la sonrisa disimulada con una leve tós.

Asentí, sabia perfectamente a que se referia con que no nos faltaban momentos.

- Si, cierto, me transporta a otro lugar como si mi alma abandonara el cuerpo, espero que si un dia estamos en peligro no se vaya de verdad...- bromeé.

En cuanto empezamos los movimientos al principio me fijaba en el, despues entendí que si queria ser como una oja tenia que empezar a sentir el viento asi que cerré los ojos y comence a contar, cada movimiento requeria unos segundos y me dejaba llevar. Cuando estropeó mi concentración abri los ojos, aunque la tenue luz de la farola a pocos metros me dañó por unos segundos los ojos, aunque enseguida se volvierón a acostumbrar. Ahora que lo decia, si, tenia muchas preguntas de las cuales nunca encontraba el momento para hacerlo.

-si, no es por ser chafardera pero, a donde vas cuando duermo?- que no le dejé contestar enseguida añadi- y aun no me has presentado a ningun otro vampiro, esque aun no soy digna?- le mirñe consciente de que quizas la respuesta seria afirmativa pero queria escucharla de su boca.

Entreabre la boca dispuesto a responder tu primera pregunta según parece, sin embargo acaba por reírse y detenerse completamente tras la segunda, algo cosa poco habitual a pesar de llevar varios meses viviendo juntos.
-Te equivocas Kari, son ellos los que no son dignos de conocerte a ti. No merecen la pena, el hecho de ser vástagos no les convierte en alguien mejor, todo lo contrario... recuerdas a Stein, ¿cierto? La única por ahora a la que valdría la pena conocer ya sabes quién es, aunque creo que no te llevas demasiado bien con Anastasia- ya que ah dejado de hacer sus ejercicios, une las manos tras su espalda y se acerca hasta quedar aproximadamente a un metro de distancia de ti, caminando a tu alrededor para observar con detalle como consigues moverte a pesar de que te esté distrayendo.

-Normalmente salgo a alimentarme, otras me limito a vagar entre las sombras... Me relaja y me gusta bastante. Podría decirse que es mi...¿hobbie?- pregunta como si dudara un poco estar usando la palabra correcta, algo que le sucede de vez en cuando con las que parecen ser algo más actuales -Aunque algunas veces he conseguido peticiones y trabajos, pero de eso todavía no vamos a hablar- finalmente se detiene delante de ti y te sonríe de forma algo traviesa, incluso divertida.
-Si consigues no reírte te lo explicaré- se queda quieto unos instantes, mirándote con esa expresión, para repentinamente "asaltarte" y hacerte algo que probablemente no hubieras esperado: cosquillas en los costados.

Me quedé aturdida cuando explicó que eran los otros vastagos los que no eran dignos, me sorprendió ahi me fijé que el amaba la vida y no pude evitar sonreir aunque agache la cabeza para que no me viera.

-Claro que me acuerdo de Stein, pero luego te veo a ti, Leyja y Anastasia y entonces caigo en la ilusión de que no todos son, bueno, malvados...- me costó encontrar la palabra adecuada, no queria decir que los vampiros fueran buenos pero estaba claro que algunos no vivian de una manera agresiva buscandose problemas continuamente.- noo, no me cae mal, es diferente...- dije ladeando la cabeza siguiendo con los movimientos, en realidad a Anastasia la conocia poco, pero lo poco que la habia tratado lo habia hecho bastante bien asi que no podia hablar al respecto.

Empezo a rondar alrededor de mi, como lo hacia al principio, entonces me ponia nerviosa y lo continuaba haciendo, intente respirar lentamente para que no se diera cuenta pero cada vez que me latia mas el corazón mas dificil me resultaba respirar de forma lenta.

Alimentarse, pues claro, no habia caido en eso, me daria un buen tortazo si no fuera porque tengo que sostenerme sobre una pierna. Rei cuando pronunció la palabra Hobby, resultaba raro en el.

-Un Hobby bastante solitario Ani...- cuando estaba de buen humor podia aventurarme a acortar un poco su nombre y tratarlo de forma algo mas cariñosa que ya nos venia bien a los dos.- aunque tampoco puedo hablar mucho a mi me gustaba la caligrafia...- volvi a sonreir pero esta vez perdi el equilibrio y volvi a repetir el ejercicio, consegui volver a concentrarme y me puse seria.

-Trabajos? que tipo de...porque no?- no queria explicarmelo y yo ya me estaba imaginando a Anubis con una gabardina un sombrero y vagando por las calles en busca de alguien a quien limpiar, aniquilar del planeta, borre enseguida esa imagen, no le pegaba.

En cuanto puso esa cara yo enseguida empecé a sonreir de oreja a oreja, pocas veces se reia y cuando lo hacia yo disfrutaba- Que?- consegui musitar para que el empezará a chivarme todo lo que sabia sin embargo hizo algo que me sorprendio, empezo a hacerme cosquillas, tenia, a decir verdad siempre habian estado ahi pero nadie habia hecho aquello, la escena me pareció extraña pero un segundo despues me vinierón las cosquillas empecé a moverme intentando no reirme sin embargo salian sonidillos raros por intentar aguantarme la risa, hasta que al final sin poder evitarlo rei con ganas.

-Ay! Anubis que me duele todo!!- no sabia si habia parado de hacerme cosquillas lo que si se esque mi cuerpo voluntariamente pego un salto hasta engancharme al cuello de el, rodeandolo con los dos brazos en tono de abrazo y yo con una sonrisa de oreja a oreja me estreche mas a el y pegue un suspiro- Gracias!

Su ceja se arquea visiblemente en cuanto pronuncias su diminutivo, aún así esta vez no se queja ni opone porque la actitud de ambos es bastante relajada y distendida, aunque habrá que intentar seleccionar bien cuando es oportuno tomarse esa confianza.
-Dicen que a veces más vale solo que mal acompañado... Y creo que es cierto, así nunca se crean situaciones incómodas o tensas. ¿A quién conoces mejor que a ti mismo?- pregunta de forma retórica dejando bien claro que la soledad no es en absoluto algo negativo para él. Al menos eso es lo que dice.

Sus brazos te buscan poco después y sus manos atacan tus costados con insistencia hasta que no puedes más y entre encogimientos y sonidos extraños acabas por reírte.
-Sabía que acabarías cediendo...- admite riendo por lo bajo hasta que te pones de puntillas para abrazarlo y entonces enmudece de golpe, mirándote perplejo, claramente sin comprender a qué viene ése gesto.
-¿Gracias porque?- pregunta entonces, sin saber muy bien cómo reaccionar hasta que acaba por darte un par de palmadas en la espalda bastante torpes.
Está claro que las muestras de afecto no son su punto fuerte.

Asenti con la cabeza, tenia razón a veces estar solo era lo mejor pero lo que me preocupaba esque siempre estaba solo, o eso me parecia, de todas formas no podia asegurarlo al 100% ya que yo guardaba reposo cuando el se iba.

- Si me ganas en a ver quien aguanta mas en esta postura, hoy te acompaño a tu paseo!- como si el quisiera que yo le acompañara, sabia que no, pero yo queria ver que hacia despues, podria aguantar, por una noche.

Rei con ganas cuando dijo que sabia que cederia, lo cierto era que si, no quise contestar, noté las palmadas en la espalda y ese gesto hizo que sonriera me aventure a cogerle la mano y dejar que la reposara sobre el bajo de la espalda y lo mismo con la otra mano- asi!- como enseñandole sin pudor ninguno- ahora apreta un poco.- no se si lo hizo pero estaba claro, tenia que enseñarle aunque estuviese tenso, algun dia tendria que relajarse.

-Gracias por hacerme reir...- volvi a apoyar la cabeza sobre su pecho y dos minutos despues ya hice gesto de separarme hasta que le miré la cara, yo estaba alegre el me iba enseñando a mi sus artes y yo me habia propuesto enseñarle las mias, aunque algo mas lentamente de lo que yo lo aprendia.

- Se acabo el Tai-chi?- pregunte

Cuando sitúas su mano en la posición que crees apropiada para un abrazo "cómo Dios manda", Anubis emite un gruñido por lo bajo arrugando el ceño y la frente. Está claro que no está demasiado cómodo con la posición.
-No... eh..., creo que mejor no- se limita a responder dubitativo cuando le indicas que debería apretarte entre sus brazos. Quizá sea uno de los talones de Aquiles pero el caso es que claramente has pisado demasiado el acelerador para su gusto.

Cuando te apartas al fin su cuerpo se relaja, pues estaba incluso más rígido y tenso de lo normal, parece como un globo desinflándose parcialmente.
-Sí, eso me temo ¿te estaba gustando?- pregunta con cierto tono de burla, mirando tu ropa empapada en sudor antes de mirarse la suya, tan limpia como cuando salisteis de casa, con el colgante del colmillo de Loki colgando visiblemente sobre la camiseta.
-Volvamos a casa, debes de estar cansada a estas alturas... ¿cómo van las clases?, ¿tienes exámenes?- empieza a caminar a paso normal esta vez, aunque aún así sus zancadas son más amplias que las tuyas. Parece más que dispuesto a dirigir el tema de conversación hacia asuntos más "triviales" que además te conciernan a ti y no a él.

Cuando gruño abri los ojos y me desconcertó no entendia porque no le gustaba que le abrazase, aunque tal vez es por mi ropa mojada, todo podia ser era completamente un misterio con el cual tenia que ir pieza por pieza. Cuando vi que se desinchaba y se relajaba no pude evitar sonreir al respecto queria hacer un comentario pero mejor esperé cuando vi el colgante del colmillo suspire recordandolo y me gire comenzando a andar.

-Me estoy acostumbrando, es bastante dificil, tu te mueves como si fueras uno con el viento y yo intento imitarte, pero a ti te sale mejor...- asenti siguiendole, pero aun asi frunci el ceño estaba dispuesta a ensallar en mi cuarto un poco mas.

-Deacuerdo...- le miré- oh! van bien, bueno mi ritmo ha bajado un poco, pero aun asi estoy aprendiendo y lo mejor de todo esque ahora no estoy sola, cuando no entiendo algo siempre le pregunto a Evan y la hora del patio se pasa mas rápida, es mejor, hecho de menos un poco a Leyja, supongo que ella tambien tiene que estar entrenandose...- frote un poco el pelo indicando mi confusión.

-a Parte de eso todo va bien...- me quedé dubitativa y recorde a la anciana del asncensor y rei- sabes que la gente del bloque creen que eres mi novio?- esperé que el me indicara que era lo que debia decir en ese aspecto.

Te sonríe cálidamente en cuánto empiezas a explicar el día a día con las clases, que al parecer va estupendamente... brindando algo poco habitual para él: una vida diurna normal y corriente como la de cualquiera que os rodea en esos momentos. Aunque quién sabe si entre ellos habrá algunos que no sean humanos.
-Evan parece un buen chico, y te llevas muy bien con él...- arquea la ceja y su sonrisa se vuelve de nuevo tan traviesa como la de un niño escondiendo un sapo en su bolsillo para que su madre no le vea, pero aún así deja el comentario en el aire sin añadir nada más.

-Es normal que piensen eso, supongo... Y mejor para nosotros dar la imagen de algo tan habitual como eso, ¿no crees? Deberíamos decirles que soy vigilante nocturno o algo así. O mejor se lo dices tú porque conmigo no hablan- parece bastante satisfecho con ese pequeño detalle, demostrando una vez más que si las relaciones sociales se le dan mal es porque sencillamente no le interesan.

Llegáis entonces hasta el portal de casa, momento en el que se detiene.
-Cena, estudia y descansa, como una niña buena...- comenta mirando el bloque de edificios antes de meterse las manos en los bolsillos y esperar a que subas.

Mientras le hablo de lo normal de mis dias, apenas me fijo en las demas personas, tampoco me di cuenta de que ya nos acercabamos al bloque, le miraba y como veia que estaba contento y tranquilo queria seguir explicandole mas cosas, queria que se sintiera parte, aunque sea una minuscula de lo que es la vida bajo el sol.

-Evan!..- mire para el suelo- Si, me encanta, es tan atento y se nota que se preocupa por mi, y lo que es mejor, compartimos las mismas aficiones, creo que si sigue estudiando tanto me quitara el trabajo en el British museum de Londres...- aun consevaba la esperanza de trabajar en el algun dia aunque solo fueran sueños, me gustaba y no me sentia desesperada. Cuando empezo a poner esa cara rei nerviosamente

-Se lo que estas pensando, noooo! entre él y yo no hay nada solo amistad...- negué con la cabeza, era verdad, desde que pasó lo de Loki yo no queria pensar en nadie de esa forma, aunque estaba claro que sentia cosas, cosas por Evan y.....por Anubis, aunque sabia perfectamente que eso lo hacia la sangre pero no debaja de desear que me volviera a morder.

Cuando dijo que le parecia normal asenti yo también preferia dar esa imagen y que no se fijaran tanto en mi peculiar situación.

-Si, por eso no dije que no, es mejor y dejan de preguntar...- que cuando hizo el comentario de que a el no le pregunta sonrei- tal vez si dejaras ver esa preciosa sonrisa como haces conmigo, tal vez se animasen a preguntar!- dije burlonamente.

Se detubo en el portal y tube una especie de dejavu- mmm, no tengo examenes Anubis, podriamos hacer algo diferente, podria subir, ducharme y en vez de dar tu paseo solitario podria acompañarte, no te molestaria, no diria nada, o podriamos hablar, tengo que hacer un trabajo y seguro que tu podrias explicarme muchas cosas...- le mire unos segundos pero no pude sostenerle la mirada, me refregue las manos antes de aventurarme a decirle.

- Incluso te dejo que bebas de mi...- sonrei ante esa idea, el corazon se me disparó y el reloj que indicaba las pulsaciónes dio un pitido como si se pensara que estaba volviendo a hacer footing.

-Todavía, pero no parece que esa idea te desagrade en absoluto... Y pro mí perfecto, mientras tengas presentes tus obligaciones no habrá problemas- comenta en referencia a lo hablado sobre Evan antes de cruzarse de brazos.
-No me apetece caerles bien, prefiero que no intenten mantener charlas absurdas conmigo... Y en realidad apenas he visto a un par de los vecinos por el bloque, no suelo salir de él a horas muy habituales, ya sabes- vuelve su vista al bloque de edificios, pensativo y silencioso como es habitual en él mientras le haces tu propuesta.

-Puedes venir si lo deseas, supongo que en el fondo no puedo negarte ese derecho... Pero seguiremos el camino que yo marque en silencio. No creo que te resulte interesante y mucho menos divertido...- ladea un poco la cabeza, un gesto quizá adoptado tras muchos años de convivencia con Loki. Arquea ambas cejas provocando que su frente se arrugue parcialmente y deja que acabes de repensarte lo que quieres hacer.

Se me habia olvidado, me habia confiado, tal vez demasiado?, me recordo que tenia obligaciones, casi como si tubiese un pacto con el, de trabajo, agache la cabeza y asenti, tenia que recordarme eso mas a menudo.

Escuche el comentario de los vecinos, era cierto, quizas queria hacerse invisible con el mundo y yo era su unica ventana, la cual siempre estaba abierta, recordandole que en cierta manera seguia vivo. No discrepé en nada cada cual tenia sus opiniones.

-No pretendo que sea divertido yo solo, quiero acompañarte aunque solo sea una noche nada mas, no te molestaré...- el sudor en mi piel se habia vuelto frio, despues de enfriarme al no continuar con el ejercicio me abrigue mejor que antes con la sudadera, meti mis manos en los bolsillos y di un paso hacia el como para que entendiese que ya podia marcar el camino.

El gesto que hizo con la cabeza me recordo a Loki y baje la mirada hasta el colgante me picaba la nariz todo indicaba que se me iban a aguar los ojos recordandole pero prometi a Anubis que no lloraria mas asi que subi la cabeza hasta mirar las estrellas y entonces la volvi a bajar, esos segundos de flaqueza que no me podia permitir cesarón y entonces le segui.

-Sea pues- acaba por acceder, llevando a cabo un extraño saludo que reconoces fácilmente. Es una señal árabe que suele realizarse sólo con las personas a las que se respeta cuando te encuentras con ellas tras mucho tiempo. Una especie de versión oriental del estrechamiento de manos pero más solemne y significativo.
Apoya las yemas de sus dedos en su frente un momento para después separarlas ejerciendo una pequeña reverencia, muy poco pronunciada.

Tras esto se gira en redondo y empieza a caminar, con paso bastante más vivo que hace un momento ya que se supone que él manda, cómo si tú no estuvieras.
Camina con la misma decisión que lo haría alguien con un destino bien fijado, aunque no estás segura de que sea así... pero tal vez sí.

Cruzáis muchas calles, giráis en varias manzanas, llegando a la zona de los suburbios cercana a la que tenía su casa compartida con Anubis, mucho más solitaria y oscura que el resto de la ciudad.
Repentinamente se interna en uno de los callejones traseros de un edificio, bastante maloliente.
En el fondo se distingues varios jóvenes de aspecto desgastado y lamentable entorno a un bidón encendido, compartiendo jeringuillas y conversaciones poco coherentes.

Anubis pasa por completo de ellos, y ellos de vosotros. Da un pequeño salto y se aferra a las escaleras de gato que conducen a las de antincedios, empezando a ascender con rapidez hasta la azotea del edificio todavía sin pronunciar palabra.
Una vez allí se detiene, dejando que le alcances antes de tomar carrerilla y saltar al bloque contiguo con facilidad.
No está muy distante y te armas de valor para seguirle, aterrizando de forma bastante más estrepitosa que él pero aún así llegando.

Una vez allí se acerca hasta el bordillo y sube en él, dejando que el viento nocturno azote su ropa y su pelo, mirando un momento el cielo estrellado antes de unir las palmas de las manos y empezar a musitar palabras del todo inteligibles para ti. Árabes. Nunca escogiste ése idioma optativo en la facultad.