Partida Rol por web

Ya han pasado cuatro meses desde que todo sucedió, por lo que tu día a día ha cambiado considerablemente... o probablemente sería más adecuado decir tu "noche a noche".
Las clases de protocolo y etiqueta ya se han dado por finalizadas, así que ahora tus modales son algo más refinados que hace un tiempo, al menos en cuanto a situaciones "formales" se refiere, pues con gente de confianza como Kari (la que has seguido viendo) sigues siendo más o menos la misma.

Ya se te ha concedido el "lujo" de poder cambiar muebles de tu habitación así como escoger tu propio vestuario, pero las clases han sido substituidas por las normales que llevarías a cabo en el instituto (impartidas por una institutriz privada), añadiéndole el aprendizaje de un instrumento musical clásico (*).

Has asistido a alguna que otra fiesta y recepción organizada por tu sire, y aunque al principio te aburrían mortalmente... probablemente sigan haciéndolo ahora, pero a veces puedes gozar de la complicidad de Evan como acompañante.

te despiertas como cualquier otro día, algo más tarde de lo habitual para los vástagos pero no puedes hacer nada por evitarlo... son casi las 19 de la tarde cuando lo haces pero aunque la persiana de la puerta se levanta, las de las ventanas no lo hacen, ¿se habrán encallado?
Es entonces cuando recuerdas que hoy es tu cumpleaños y quizá Anastasia no sea todo lo sutil que querría.

Durante esos cuatro meses que tuve que estar tomando clases de protocolo, al principio se me daba realmente mal, o incluso se me olvidaban los pasos que debía tomar antes de hablar con alguien o como sentarme en la mesa aunque no probara bocado, pero conforme iba pasando el tiempo cada vez me iba saliendo mejor, ya que ponía interés en lo que me mandaban para poder avanzar y en general, encajar ahí.

Las clases de violín que tomaba se me hacían mucho más amenas que no las de protocolo pero también se me seguía haciendo difícil todo, pero a medida que iba tocando notas, e incluso alguna fuga a última hora, me iba animando cada vez más.

Durante las fiestas que tenía que asistir me comportaba tal y como se podía esperar de mi, correctamente aunque mucho más callada de lo habitual, en cambio cuando estaba Evan a mi lado me sentía mucho más comoda y podía hacer comentarios con él sobre personas que había a la vista o intercambiar conjeturas sobre que podían hacer allí.

El día de mi cumpleaños cuando me levanté y vi que las persianas no se levantaban me extrañé bastante, pero posiblemente sería un pequeño fallo, asi que me levanté, me dí un pequeño baño y ya me puse un vestido de color turquesa y salí hacia afuera de la habitación.

En cuánto sales de la habitación, una sirvienta cercana a tu puerta da un respingo, efectúa una pequeña reverencia y sale escopeteada hacia el pasillo y las escaleras como alma que lleva el diablo. Está claro que tiene prisa...

Prosigues tu camino pues, encontrándote con Anastasia, esperándote al final de las escaleras con una sonrisa de lo más radiantes.
-¡Felisidades mi niña!- exclama animadamente, adelantándose para darte un abrazo cariñoso y mirarte de arriba a abajo, probablemente evaluando tu ropa. Mueve ligeramente la cabeza pero parece conforme, y entonces le hace un gesto a otro mayordomo para que se acerque con una pequeña caja que abre delante de ti.

Dentro hay un brillante collar de diamantes finamente tallado y de aspecto realmente valioso, así suelen ser los regalos de Anastasia.
-Todos los invitados esperran fuerra, serrá mejor no hacerles esperrar- sigue sonriéndote, ayudándote a ponerte el collar antes de cogerse a tu brazo para salir ambas al extenso jardín, adornado con carpas, flores y cálidas luces por las que se mueven los múltiples invitados... la mayoría delos cuáles apenas conoces, pero ya sabes como es el protocolo.

En cuanto vi hechar a correr a una de las sirvientas me quedé mirandola extrañada, algo estaba pasando.

Comencé a andar buscando a Anastasia hasta que la encontré en las escaleras, y como la vi sonriendo me relajé un poco más hasta que recordó que era mi cumpleaños.

Cuando me abrazó se lo devolví animadamente sonriendole también radiantemente, la verdad esque me encantaba que fuera mi cumpleaños, adoraba los regalos aunque no estaba del todo segura de que esta vez fuera a tener uno.

-Oh Anastasia, te has acordado... muchas gracias...- le dije sonriendole hasta que vi el regalo que inevitablemente me cogí de las manos nerviosamente y cuando vi ese collar ahogué un grito abriendo los ojos, dios mío, eso era para mi?

Dejé que me lo pusiera mientras me di la vuelta y sujetaba mi pelo por encima de mi cabeza -Es precioso, me encanta.... -dije pasando la mano por encima, si me latiera el corazón seguramente estaría con el pulso acelerado.

-¿Invitados?¿Has hecho una fiesta para mi?- dije andando a su lado que en ese momento yo también me miré el vestido, seguramente debería haber elegido con más cuidado pero ya era tarde para eso.

En cuanto llegamos al jardín enseguida miré alrededor realmente sorprendida con el cambio que había hecho, eso debería haber llevado seguramente todo el día. Me encantaba.

-Oh, que bonito...- dije mordiendome levemente el labio inferior pero enseguida lo solté y ya carraspeé recolocandome el vestido por la parte de la falda como para recuperar la compostura.

-Es lo menos que podía haser cielo- afirma Anastasia, todavía sujeta al brazo de Leyja mientras ambas salen al exterior llamando la atención de varios de los invitados, sea porque son las anfitrionas de la fiesta o por su propia presencia y el esplendoroso collar de diamantes que decora el cuello de Leyja.

Varios se acercan a felicitar a la joven, la mayoría de ellos socios de Anastasia, colaboradores de sus museos o incluso artistas a los que financia. Su abanico de contactos es de lo más amplio y Leyja llega a llevarse bien con un par de ellos, pero no lo suficiente para tener conversaciones larga so quedar para "tomar algo". Aunque tampoco puede decirse que pudiera aceptar tal invitación.

Ambas recorren con lentitud el césped perfectamente cuidado hasta llegar al interior de una de esas carpas, en las cuáles están las mesas repletas de comida y algunos camareros con las bebidas.
En ésta consiguen dar con Kari, enfundada en un vestido largo y blanco mientras se encuentra enfrascada en probar uno de los apetitosos canapés exhibidos, acompañada por Anubis, que la mira con curiosidad y una sonrisa, como si le divirtiera verla comer.
No es que se haya vestido totalmente de gala, pero probablemente sea lo mejor que puede conseguirse de él.

-¡Bienvenidos a los dos!- espeta entonces Anastasia animadamente para captar su atención. Mira a Kari y parece realmente satisfecha con el vestido elegido por la joven, así que su sonrisa sigue igual de radiante hasta girarse hacia Anubis, momento en el que niega ligeramente con la cabeza pero sin darle demasiada importancia.
-Erres imposible, ¿verdad?- replica de forma retórica, a lo cuál él se limita a sonreír traviesamente, como un niño que acaba de volver a casa tras revolcarse por el barro.

Comencé a andar siguiendo a Anastasia hasta una de las carpas donde ahi encontré a Kari y se me ensanchó la sonrisa inevitablemente, hacía ya un tiempo que no la veía.

-¡Hola Kari!- dije acercandome a ella y la abracé animadamente mirandola de arriba a abajo -Oh, que guapa estas, te queda muy bien ese vestido- dije medio riendome inevitablemente, se me hacía algo raro verla con falda en vez de con unos pantalones tejanos y bambas.

-No tenía ni idea de que iba a hacer una fiesta... pero me alegro que estés aqui.- dije asintiendo con la cabeza, me lo pasaría mucho mejor con gente conocida. Después me giré hacia Anubis que estaba mucho mas elegante de lo que había visto, incluso con una chaqueta de vestir.

-Hola Anubis, que tal?- dije sonriendole amigablemente y tendiendole la mano, tal y como había aprendido previamente -Espero que te lo pases bien esta noche.- Aunque lo dudaba profundamente.

Cuando las vi acercarse me acababa de meter el canape en la boca, se me fue un poco para atras y me entro una tós que no pude evitar, abri mogollon los ojos estaba apunto de escupir el canape a alguien me gire disimuladamente y acabe tragandome el canape entero tosi dandome un par de palmadas en el pecho mientras Anastasia hablaba con Anubis, me limpie como pude y luego sonrei mirando a Anastasia y a Leyja, en ese momento me aflojé hacia tiempo que no la veia y habia cambiado tanto.

-Hola Anastasia, encatada de estar en tu casa, una fiesta muy interesante...- sonrei a la anfitriona de la fiesta y cuando Leyja me dijo que estaba guapa sonrei de oreja a oreja

-Pues tu pareces toda una dama, Leyja...- me acerqué y le tendi el regalo debidamente envuelto en una bonita bolsa llamativa de colores dorados y rojizos.- no es gran cosa solo un pequeño detalle.

Despues mire como hablaban los dos y sonrei mirando a los tres.

-Se hará lo que se pueda... y felicidades- Anubis estrecha la mano de Leyja y le guiña el ojo cómplicemente, con una actitud algo más relajada de la que la joven está acostumbrada a ver en él, pero enseguida la suelta y mete ambas manos en el bolsillo, dejando espacio a ambas para que se abra el regalo que mira con curiosidad.
El ostentoso collar de Leyja no ha pasado desapercibido para él, así que en cuanto ve lo que hay dentro del joyero su ceja se arquea y su mirada busca de reojo la de Anastasia.

La anfitriona parece algo contrariada, pero al instante vuelve a sonreír tranquilamente, después de todo ya es una experta en el arte de la manipulación y el disimulo.
-¡Es encantador! ¿Por qué no te lo pones? Segurro que te quedarrá presioso- comenta muy convencida a su joven protegida, pasándole la mano cariñosamente por el pelo.
-Dejemos a las niñas parra que hablen de sus cosas- se acerca entonces a Anubis, sustituyendo el brazo de Leyja por el de él para estirarle con suavidad y alejarlo de vosotras, caminando entre el gentío hasta quedarse en un rincón más apartado e "íntimo".

Cuadno Anubis me felicitó sonreí asintiendole y enseguida volví a girarme hacia Kari, cuando vi que me entregaba un regalo se me escapó una leve risita de nerviosismo y lo abrí rápidamente.

Cuando vi el joyero ahogué un gritito -Oh que bonito Kari...- dije mirandola con una sonrisa amplia, ya no andarían rodando las pequeñas joyas por las estanterías. Enseguida lo abrí y cuando vi el collar que había dentro sonreí más ampliamente -me encanta!- dije riendome inevitablemente, cuando Anastasia dijo que me lo pusiera asentí y luego miré a Kari -Me encanta el rosa, gracias...- dije sonriendo animadamente, no quería que Kari se pusiera en evidencia porque si me lo ponía en el cuello estaba segura de que comenzarían a preguntar, asi que opté por ponermelo en la muñeca dando varias vueltas.

-Como has sabido que era mi cumpleaños?- dije mirandola con sorpresa la verdad.

-Como te ha tratado Anubis durante todo este tiempo? has estado muy ocupada no?- dije mirandola con curiosidad, esperando a que me contara todo lo que había hecho durante todo este tiempo en un breve resumen.

Cuando vi que Anastasia decia eso me relajé completamente, estaba asustada de que no le gustara, si no le gustaba a ella era muy posible que no se lo dejara poner sin embargo sonrei ampliamente y luego mire a Leyja, parecia encantada.

-si, es muy bonito, cuando lo vi dije para mi...pero luego recordé que era tu cumple asi que fuy generosa...- - encojiendose de hombros- ahora no hara mucho juego con tu vestido pero...- abri los ojos exageradamente cuando vi el pedruscon.

-Oh! dios mio, que llevas ahi?- me acerque con los ojos bien abiertos para no perder detalle y le toque el collar, momento en que ahogue un grito- dime que no son diamantes de verdad!- arqueando la ceja.

Cuando se lo puso en la muñeca, no habia duda, eran diamantes de verdad, o sin duda algo por el estilo.- mm, puedes, puedes ponertelo otro dia Leyja, no pegan demasiado con el vestido...- asintiendo, no queria que se avergonzara y yo empecé a toquetearme el cuello desnudo con algo de nerviosismo.

Enseguida cambio de conversación- oh! me lo dijiste en alguna ocasión y yo no olvido las fechas, de ademas que Anastasia nos lo recordo atiempo tambien...- sonriendo y dirigiendo mi cuerpo hacia las mesas para poder coger algun que otro aperitivo

- oh! muy bien, al principio fue duro para los dos, pero ahora nos llevamos genial, ninguno invade el espacio del otro mas de lo necesario y todo bien...- sonrei- y las clases van genial, vale que los examenes no son lo que era pero estoy orgullosa.- le mire- y tu? con Evan?- sonrei traviesamente.

Kari se gira nuevamente hacia la mesa para recoger algo de la emsa, quizá sencillamente para tener algo que hacer y evadir un poco el incómodo tema del contraste de ambos collares.
La charla y las preguntas empiezan, de forma más distendida de la habitual para Leyja en fiestas de éste estilo, lo cuál sin duda será de agradecer, pero ambas sois interrumpidas por una voz cercana detrás de vosotras.

-Sí, con Evan... ¿qué pasa conmigo?- pregunta el susodicho, mirándoos a amabs alternativamente y con suspicacia. Quizá mejor que os haya "pillado" ahora y no con las manos plenamente en la masa.
De todos modos no parece dispuesto a enfadarse, ni siquiera molestarse, y enseguida compone su habitual expresión afable.

-Leyja, tan guapa como siempre... y mi tía ya te ha hecho su regalo- arquea ambas cejas al distinguir el brillo de los diamantes, después se adelanta un par de pasos y le da un escueto abrazo usando sólo uno de sus brazos que apoya apenas un par de segundos en la espalda de la muchacha.
-Felicidades, seguro que cumples muchos más- vuelve a apartarse para centrar entonces su atención en Kari, aunque no llega a mirarla de arriba a abajo para no resultar maleducado.
Y así se queda, pasmado y callado como una estátua durante más rato del debido hasta que cae en la cuenta de que se ha quedao "traspuesto" y debería haber reaccionado mucho antes.

-Eh... qué bien te sienta el blanco- alcanza a comentar entonces, acercándose a la mesa para coger una de las copas de cava, dándoos así la espalda momentaneamente para evitar que veáis el rubor invadiendo su cara momentáneamente.
Cuando vuelve a girarse su mirada se centar en el joyera que porta Leyja en las manos, recordando entonces el suyo propio.
-El mío lo verás más tarde- informa con una sonrisa algo pícara, empezando a mirar alrededor toda la gente que os rodea, aunque quizá busque a alguien concreto.

Cuando comentó el dilema que tuvo a la hora de comprar el collar me reí inevitablemente, a mi también me solía pasar.

Cuando estiró la mano hacia el collar la dejé hasta que me preguntó si eran de verdad, ahi titubeé un poco, no sabía exactamente que decirle hasta que ella misma salió de dudas -mm.. si, creo que son de verdad...- dije medio riendome hasta que dijo que no hacía falta que me lo pusiera.

-Claro que si.. además, con este vestido no pega nada.. si lo llego a saber me pongo otra cosa...- dije burlonamente.

-A si que te trata bien, me alegro...- dije sonriendole ampliamente, la verdad esque me alegraba por ella, que ubieran pasado ya la etapa de "las tortas". Si yo ubiera sido ella no sabía seguro si habría aguantado tanto.

Cuando preguntó por Evan abrí la boca para contestar hasta que lo escuché, enseguida me giré hacia él y cuando lo vi entrajado sonreí ampliamente devolviéndole el abrazo animadamente -Tú también estás muy guapo- le dije asintiendo con la cabeza.

Cuando vi que se quedaba mirando a Kari de esa manera me puse las manos detras de la espalda, seguro que a él también le sorprendía verla con algo que no fueran pantalones.

-Sí, estoy segura de que cumpliré mas..- dije burlonamente y miré de reojo a Kari hasta que volvió a dirigirse a mi -Me has comprado algo? Oh no hacia falta.. pero gracias- dije sonriéndole ampliamente, no podía esconder que me encantaban los regalos y aun más las sorpresas.

-¿Ya habéis comido algo?- dije mirandolos a los dos alternativamente.

Cuando escuche la voz de Evan me quedé con los ojos completamente abiertos, pillada, y a la primera de cambio, por suerte Leyja salio con eso y entonces me gire y cuando le vi en esa postura me quedé asombrada volvi a abrir los ojos de nuevo parecia que en algun momento se me caerian al suelo aunque parpadee para evitar que se me notara.

-Vaya Evan que cambiazo, de verte siempre en clase mas normal...-sonrei ampliamente y me separé un paso dejando que los dos se abrazaran me rei por el comentario de los dos, de que cumpliria mas años no pude evitar un leve "lo siento" que se llevó el viento.

En cuanto me miró le sonrei esperando que dijera algun comentario trivial sin embargo se mantuvo callado "oh-oh! no, espera, me he manchado de aceite el vestido? se nota? no se si mirar, no espera disimula" carraspeé levemente observando el vestido suspire al ver que no, realmente no habia ninguna mancha y cuando dijo que me quedaba bien el blanco sonrei.

-ah! si, y esta limpio, sin manchas....- ese comentario estaba completamente fuera de lugar y me sentia incomoda con esa ropa mire a Leyja y luego a el consecutivamente me estaba imaginando un bonito ramo de rosas rojas con alguna carta romantica, suspire.

-oh!, si he probado eso y esta delicioso..- no sabia como se llamaba opte por señalarlo y luego mire alrededor- cuanta gente? conoceis realmente a alguien?- intrigada

Evan se palpa distraidamente su corbata cuando Leyja menciona que le sienta bien el traje. No es la primera vez que le ve así vestido y muy probablemente tampoco sea la última a pesar de que a ninguno de los dos les entusiasme en exceso.
-Aperitivos... ideales para sacarte de un atolladero social- responde burlonamente a su "compañera de piso", cogiendo el canapé que señala Kari y llevándoselo a la boca sin manías, aunque desde luego mastica con la boca cerrada y sin ser exagerado ya que también ha recibido sus dosis de protocolos y etiqueta, y quizá por ello decide hacer caso omiso del comentario acerca de la pulcritud del vestido de Kari, que parece precisamente sacado de algún pensamiento huidizo.

-Conocemos algunos de vista... Pero poco más, la mayoría son colegas de mi... de Anastasia, y otros son conocidos de esos colegas que ni ella misma conoce, pero los contactos son los contactos y no puede prescindir de ellos así que tiene que invitarlos o quedaría realmente mal. Todo ese tipo de protocolos aburridos- se encoge de hombros y acaba por apoyarse parcialmente sobre la mesa tras asgeurarse de que no va a aplastar nada.

-Creo que sólo he mantenido conversaciones con un par de pintores... Y uno de ellos no era demasiado bueno por cierto- se cruza de brazos y vuelve a mirar alrededor algo extrañado -¿Sabéis dónde está Anastasia?- pregunta tras el fracaso de encontrarla sólo con la mirada.
Parece que ella y Anubis ya no están en el rincón de antes y deben haberse movido quién sabe a dónde.

En el momento en que Kari comenta lo del vestido se me escapó una risita inevitablemente.

Me quedé mirando a Evan cuando hablaba y asentí con la cabeza volviendo a colocarme las manos detrás de la espalda tranquilamente.

-Es cierto, yo sólo conozco unas pocas caras de vista de haberlos visto en ocasiones en alguna anterior fiesta a esta, asique realmente no, no conozco a nadie- y volví  a asentir con la cabeza.

Cuando mencionó dónde estaba Anastasia me giré hacia donde se suponía que estaban hace unos minutos y ya volví a girarme hacia delante -No lo sé, hace unos minutos estaba ahí hablando con Anubis...- dije mirando a Kari como para que lo confirmara. -Habrán ido a hablar a algún sitio más comodo para ellos..- dije encogiendome también ligeramente de hombros, en realidad ese tema no me incumbía en absoluto.

-Sabes que he aprendido a tocar el violín?- dije mirando a Kari y luego a Evan, realmente no tenía ni idea de si me había oido tocar. -Si, se me da bastante mal pero supongo que con la practica...- dije medio riendome.

-Por cierto, ayer casi me pierdo por un pasillo y vi que había una pared falsa, cuando entré vi un par de cuadros que estaban tapados y parecían bastante antiguos..- dije mirando a Evan y después a Kari, seguro que eso despertaría la curiosidad de ambos -También había un bahúl y unos cuantos libros pero solo me fijé en los cuadros y ya salí de alli- y acabé acercandome a una silla de madera plegable que había cerca y me senté con sumo cuidado -La habías visto antes?-dije mirandolo con curiosidad.

Con el comentario del aperitivo de Evan asenti y me gire para coge rotro y darle un pequeño mordisquito disimulado y me volvi a girar

-Ah! entiendo, asi que la gente solo viene aqui a gorronear la comida o ligar, entiendo...- era logico si nadie se conocia y luego mire alrededor hasta recaer en un hombre que no debaja de mirar para nosotros.- mm!- emiti pero volvi a centrarme en mis amigos.

-Si es cierto se fue con Anubis, si no los vemos es porque estaran en casa o porque no querran ser vistos...- asenti de forma algo mas seria con ese asunto pero era cierto.

-oh!- mire a Leyja aprender violin tenia que ser completamente dificil aunque no seguramente para una persona a la que ya amaba la música- yo he aprendido a hacer Tai-Chi...- como si fuera lo mejor del mundo, orgullosa claro esta.

Empezo a explicar lo de la puerta secreta y no pude evitar abrir los ojos como platos y abrirse la boca, estaba embobada mi mente enseguida empezo a flotar inmersa en esos momentos de aventuras que me daban mis libros, irreales con esta vida.

-Vaya! en serio? oh!, en mi casa no hay de eso...- era obvio, era un piso normal y corriente, mire a Evan a ver que cara tenia, quizas el tambien la habia visto ya, de todas formas no iba a pedir que me lo enseñaran eso era meterme en problemas.

-Leyja hay un tipo que no te quita ojo...- lo señalé con la vista.

Observé a la chica mas de una vez, su compañera se dio cuenta y me señaló descaradamente con la vista, no pude evitar poner una sonrisa seductora esperando a que se girara.

Justo en el momento en que se sentó sabia que era la mia, me acerque hasta quedarme cerca de ella- algo me dice que es la reina de la fiesta?- con una sonrisa mire a los otros dos.

-Buenas noches! una fiesta estupenda no?, soy Tyler Perry...- cogi la mano de Leyja y le besé los nudillos con suavidad.

Evan parece algo extrañado por el hecho de que su abuela haya desaparecido de la vista teniendo en cuenta que es la anfitriona, pero por el momento no insiste más con el tema y vuelve su vista hacia vosotras y la conversación despreocupada que se crea entre todos.
-No tocas tan mal... tendrías que oírme a mí con el piano. O espera, mejor no- ríe abiertamente para después ponerse algo más serio y arquear ambas cejas.

-Hay varias de ésas paredes aunque no he dado con muchas, tienes que enseñármela... Pero encuentres lo que encuentres ahí es mejor que no lo toques por si resulta ser algún secreto estrambótico de Anastasia, nunca se sabe- se encoge ligeramente de hombros, soltando entonces los brazos y separándose un poco de la mesa -Me encantaría aprender tai-chi... o yoga- comenta más por lo bajo, casi para sí mismo, dando un respingo apenas perceptible cuando Kari comenta que hay alguien observándoles y poco después ese "alguien" irrumpe en la conversación.

Se disponía a saludarle, puesto que a pesar de no conocerle demasiado sabía quién era, pero el "sr. Perry" parecía tener muy claras sus prioridades, así que se se limita a saludarle con un movimiento de cabeza cuando le mira y se gira entonces hacia Kari.
-¿Me concedería este baile?- le pregunta remarcando de forma exagerada y burlona su propio acento inglés con una pequeña reverencia, tal vez con cierto doble sentido para Perry pero ni siquiera se molesta en prestarle más atención.

Cuando Evan dijo que era mejor no escuchar como tocaba en ese momento me reí, creo que tocar instrumentos no era nuestra mejor faceta.

-Claro, luego te la enseño, si esque me acuerdo de dónde estaba- tampoco seróia muy dificil encontrarla, o al menos eso creía.

Cuando Kari dijo que alguien nos miraba miré alrededor distraidamente, eso no sería muy de extrañar ya que estabamos en "nuestra" casa o la fiesta era cosa nuestra asi que no le di demasiada importancia.

En el momento en que se me acercó un chico me levanté de la silla hasta que me cogió de la mano y me quedé parada, ese gesto si que no me lo esperaba, pero contuve la risa y simplemente sonreí.

-Buenas noches..- dije mirnadolo -exactamente, soy Leyja Storaken, un placer...- dije asintiendo cuando dijo su nombre y pensé un poco a ver si ya lo había visto anteriormente en las fiestas o si simplemente me sonaba su nombre de algo.

Cuando Evan dijo a Kari si quería bailar de ese modo sonreí aun más ampliamente y miré de reojo a Kari para ver cual era su respuesta.