Partida Rol por web

- Tienes razón, Kat. Además es la única opción que nos va quedando porque aquí desde luego no hay diamantes... Asiento a las palabras de Kat y saco de mi bolsa nuevamente la estatuilla, para ver si de esa manera el negro dice algo aunque sea minimamente comprensible.

El negro al ver la estatua repite las palabras y se echa al suelo inclinando la cabeza. Lo único que hace además al preguntarle es señalar en dirección hacia donde huyó el resto y tratar de llevaros hacia alli.

-¡Maldito imbécil!

Mi frustración es mayor cada vez, además que estoy toda golpeada y de muy mala leche. Miro a Adam y me encojo de hombros.

-¿Vamos o nos quedamos?

Y luego hago extensiva la pregunta a los demás, mirando a cada uno de ellos.

Miro la estatua, el negro, y a mis compañeros heridos. Luego observo el vacío en donde debían estar los diamentes. Y finalmente niego con la cabeza

- Vine por los diamantes. Y por ahora sólo tenemos dos pistas: el viejo bucanero que nos engañó para que nos pasara esto, y el negro de marras este. Lo que se es esto: no me iré sin asegurarme de que esos diamantes ya no están aquí. Sin embargo Despiadado puede perfectamente no aguantar en las condiciones en las que está. Él debería ser llevado por Fanny y Daniel al barco.

-Alguien puede coger al negro este?...Creo que voy a hacerme una cura, no creo que a mi cuerpo le siente bien un lanzazo y no taponar o coser la herida.- Comento entre jocoso y tambaleante.

Tras observar un rato al negro, a Carmen se le enciende la chispa de la inspiración. Se levanta como puede, sujetándose el brazo izquierdo, que se había vendado mientras estaba sentada. Por curiosidad, la estatua cabe en ese hueco? -les pregunta, refiriéndose al hueco dónde tenían que estar los diamantes- Podría ser una especie de llave? Bueno... Miremos si es así, y si no lo es... No se que podríamos hacer. Matamos a sus compañeros y ahora quiere que le sigamos. Me parece sospechoso, pero el respeto que demuestra por la estatua... Quizás podamos cambiársela por algo de valor, si es que tienen algo mas que lanzas y flechas.

Tras decir eso, decide ayudar a Jack y arranca otra parte de su ya maltrecha camisa. Se dibujan sus senos entre la rota camisa, pero no le importa. Sin pudor, venda como puede la herida del escocés, usando los pocos conocimientos de medicina que tiene para hacerle un vendaje improvisado.

Si algún dia hubo un mecanismo en el altar hace tiempo que ha quedado derruido.

Fanny y Daniel se muestra encantados con la idea de regresar al barco, incluso piensan que podrán con José, aunque va a ser complicado. Os preguntan a los demás si alguien más quiere irse con ellos.

Mientras me cura Carmen, la miro a los ojos... -Gracias.- La digo con sinceridad. -Todo se ha ido a la mierda.- Pienso mientras miro al negro y al resto del grupo. Luego me levanto y sentencio.

-Yo me iré con Daniel y Fanny, en mi estado áctual, no haré más que estorbar.- Con el brazo sano, me dispongo a coger a José y ayudar a Fanny y a Daniel.

Miro al Rojo y a los demás, la verdad no sé qué hacer.

-En fin... Creo que iré contigo, Rojo. Veamos si conseguimos algo.

Contestando a las palabras de Carmen, digo Pues a mí me parece algo más que respeto lo que muestra ese por la estatua, sus actos me sugieren todo el tiempo algún tipo de culto o adoración. Yo quiero ir a donde han ido los otros negros, creo que mientras tengamos la estatua con nosotros no correremos peligro, así que agárrala bien, Rojo.

Asiento a las palabras de Escocés.

- Muy bien. Suerte con el regreso, y tened cuidado. Si hubiera algún problema y debiéramos volver encended una buena hoguera en la playa... y si el problema es que no debemos volver que sean dos. Supongo que podremos al menos ver el humo. Y no te preocupes, Temerario. No pienso soltar esta estatua sino es a cambio de una buena bolsa de diamantes. Vámonos

Completamente maltrecho, acepto la ayuda de Jack y me dispongo a ir a la playa. No sin antes volver a agarrar el rifle que tire tiempo atrás.

-Parece ser que somos un estorbo para el grupo así como estamos. Mejor ir a descansar a la playa y esperar a que vuelvan. Además, necesito agua para limpiar mis heridas o la infección será grave.

Dirigiéndome al grupo:

-No vayan a extrañarnos. Y encuentren esos diamantes, que mi casi muerte no sea en vano.

-A mi no me vereis más....- Contesto a nadie en particular. -Ya tengo lo que quería.- Pienso con una sonrisa, que enseguida, se convierte en una mueca de dolor.

- Yo de ti esperaría, Escocés. Atravesar la selva desconocida en tu estado no parece buena idea, y solo hay un barco... que espero no pienses llevarte dejandonos aquí tirados

Las palabras del Escocés me han mosqueado, y mucho. ¿Estoy seguro que no ha cogido nada con todo el barullo del combate y demas verdad?

-No te preocupes Rojo, soy un cabrón, pero no un puto cabrón...- Comento sin más.

- Me alegra saberlo - digo con sinceridad

Al final decidís separaros, un grupo regresará al barco cargando con José. Son Daniel, Fanny y Jack. Mientras el resto deciden seguir al negro, pensando que la estatua les protegerá.