Partida Rol por web

La gárgola vuelve sus ojos hacia ti, se lleva la mano derecha al pecho, a la altura del corazón, con el puño cerrado y inclina levemente su cabeza:

- Bienvenida Teresa. Mientras esté dentro de los muros de este castillo puede considerarse bajo nuestra protección. A partir de ahora todo nuestro clan la reconocerá como una amiga del conde. - la criatura habla con cierta lentitud y parsimonia, pero se la entiende perfectamente.

- Potomac, Teresa me ha preguntado por cierto vástago, un tal Fuller. ¿Sabéis algo de él? - el Conde se acerca a Potomac sin miedo, tanto el vástago como la gárgola parecen ya bastante habituados el úno al otro.

- Tenemos su olor... - comienza la gárgola. - Sabemos quién es el tal Fuller. Le gusta rodearse de humanos, le hace sentir poderoso, pero no es más que un vástago débil. Por lo que hemos podido ver parece bastante individual, no se relaciona mucho con otros vástagos... no le gusta ir en manada. - los términos que usa la gárgola no son muy exactos para dirigirse a vampiros o grupos de vampiros, pero al menos se la entiende, o lo que quiere decir.

- Tampoco nos hemos acercado mucho al tal Fuller... no nos dejamos ver fuera del castillo. Es lo mejor. - finaliza la criatura de piedra.

- Bien... - el conde te mira un instante. - ¿Quieres preguntarles algo más? Si se te ocurre algo en lo que te puedan ayudar respecto a Fuller pregunta... ahí donde lo ves - dice el conde indicando a Potomac con la cabeza. - le encanta charlar. -

Su clan dice Teresa seria mirando a la gárgola quiero saber su clan.

- Es un gangrel. - responde la gárgola con solemnidad. - Pero su comportamiento y pautas de caza no se parecen a la del resto de gangrels que conocemos. No parece para nada un... - parece escoger con cuidado la palabra. - depredador. -

- ¿Por qué estás tan interesada en su clan? - pregunta el conde repentinamente interesado por la conversación.

Pues porque utilizó la disciplina propia de los Seguidores de Sed… Serpentis…

Por cierto dice Teresa dirigiéndose al Conde, antes dijo que Vitel es Ventrue ¿verdad? Al menos eso entendí cuando dijo que lo apoyaron los lideres Ventrues de Europa.

- Fuller debe haber tenido algún tipo de contacto con los setitas... de algún sitio tiene que haber aprendido Serpentis. - dijo el conde cavilando. - Pero desconozco mucho de la sociedad setita, quizá deberías hablar con alguno de ellos... aunque por supuesto lo negarán todo. - acabó con una sonrisa.

La sonrisa se le esfumó por completo cuando preguntaste por Vitel: - Claro, Vitel es Ventrue, sino no tendría sentido que nuestro clan le apoyara... - no parece que el Conde esté muy dispuesto a revelar nada respecto a este tema, al menos no por el momento. - Pero no quita que sea un individuo peligroso... y muy poderoso. Es mejor no implicarse en sus asuntos. Siento que tú ya estés involucrada en al menos uno de ellos, querida. Realmente espero que puedas salir con bien de esta... situación. -

- Bien, volvamos abajo... aquí fuera en los tejados hace frío y con el suelo tan resbaladizo pueden ocurrir accidentes. - sonríe el Conde mientras se da la vuelta y se dirige de nuevo hacia la puerta de la torre con intención de bajar.

Por supuesto bajo con él ¿Y nunca ha pensado usted en ser el Príncipe de esta ciudad?

Cuando bajáis el tramo de escaleras y llegáis a los pasillos tus ojos dejan de brillar, puesto que la iluminación vuelve a ser suficiente.

El Conde te acompaña en un paseo por los pasillos con vistas a uno de los patios interiores del castillo y finalmente entra en una habitación. Os encontráis en una sala lujosamente decorada con un estilo de varios siglos atrás, pero muy grandioso, imperial. El conde se acerca con mucha clase y elegancia a un sofá de color rojo que parece bastante cómodo y se sienta en él.

- Siéntate querida. - dice mientras te hace un gesto para que le acompañes.

 - Seré sincero contigo. Hubo una época en la que me hubiera planteado ser Príncipe de esta ciudad. Gozaba de los contactos y aliados necesarios. Y el apoyo de mi clan. - el conde parece sumido en sus recuerdos. - Pero apareció Vitel. Cuando un miembro tan antiguo de tu clan entra en escena sabes que no es buena idea oponerse a él. Se fue acercando poco a poco a Marisa, cada vez era más su hombre de confianza, y la alejó de todos. Marisa fue una buena Príncipe... Cuando desapareció quizá tuve una oportunidad de hacer algo, pero Vitel fue más rápido. Además averigüé cierta información sobre Vitel. Era más seguro para mí hacerme a un lado. Desde 1968 no he tenido apenas contacto con ningún vástago, casi no salgo de mi castillo, y me he asegurado de que este lugar sea un refugio seguro frente a cualquier amenaza, Vitel incluído. Puede que si regreso y muevo hilos consiga el apoyo de algunos miembros de mi clan. Estoy convencido de contar aún con los contactos suficientes, pero mientras Vitel siga en escena no volveré a entrar en política. Aprecio demasiado mi no vida. - esto último parece que el conde lo dice con cierto aire de melancolía.

Toda la fachada del vampiro rumano típico de las películas te parece que no es más que un perfecto disfraz del conde para mantenerse a salvo.

¿Y que es lo que descubrió de Vitel? Cuénteme más de todo y de usted dice Teresa con educación.

Dorian sonríe y te mira mientras Igor entra de nuevo en la sala con otra bandeja con una botella y dos copas de excelente calidad.

El criado deja la bandeja en una mesita camarera junto al conde y sirve un poco del líquido rojo en ambas copas. Luego os ofrece una a cada uno y se retira de la sala.

Dorian agita ligeramente la copa, la huele y la observa detenidamente antes de darle un sorbo y deleitarse con el sabor: - Ahh... Excelente cosecha... -

Luego te mira y prosigue con la conversación: - Mi historia es larga, querida. Larga y aburrida. Y respecto a lo que haya descubierto de Vitel... No tengo pruebas, así que jamás diría algo en su contra. Sería un suicidio. Como dije te vale saber que no es buena idea contrariarle, que es un individuo peligroso y que tiene mucho poder... más del que se le presupone. Como Príncipe de Washington ha ido acumulando cada vez más poder. Vástagos de todo el mundo le deben favores, cualquiera que pretenda manipular o tener algún títere en el gobierno ha de pedirle permiso a Vitel primero, y éste se guarda los favores. ¿Por qué crees que ningún vástago de la ciudad tiene permitido controlar, manipular o interaccionar de alguna forma con cualquier político de Washington? Estamos hablando de la capital del país más importante del mundo. Estamos hablando de la nación más poderosa de todos los tiempos. La economía mundial se rige por las decisiones que se toman en Washington. Si cualquiera pudiera manipular a los políticos a su antojo, sería un desastre... - el conde te mira asegurándose de que le entiendes y captas cada una de sus palabras. - Vitel lo sabe, es un arma poderosa y gracias a ella ha amasado más poder y control sobre otros vástagos de lo que cualquiera está dispuesto a admitir. Pero los vampiros de las otras ciudades le permiten hacer, porque beneficia a sus intereses. Vitel no permite que nadie tenga más que un mínimo control o influencia... por lo que todos pueden intentar tener su parte del pastel. Washington da para mucho. Y esta situación sólo beneficia a Vitel. - el conde te ha explicado gran parte de la inteligencia de Vitel a la hora de asegurar su control sobre Washington. Y ahora parece pasar a asuntos que te pueden interesar más... asuntos oscuros, asuntos que podrían llamarse... "turbios":

- Cuando Marisa desapareció y Vitel entró tan rápidamente en escena... los ventrue europeos vieron una gran oportunidad para nuestro clan. Todos los ventrue de Washington recibimos un comunicado donde claramente había que apoyar a Vitel... era la mejor opción. - el conde agacha la cabeza mientras recuerda... se nota que no son tiempos que le agradaran. - Con Marisa fuera de juego, los tremere tenían poco que hacer aquí, tardaron tres días en enviar a la actual regente, Helena Taylor. Y un par de decenas de años más en enviar al Pontífice, Peter Dorfman. En ambos casos ya era demasiado tarde... dieron a Vitel demasiado tiempo. El único otro clan con poder suficiente para poder ser un reto político a Vitel era el toreador... y sus miembros se vieron mermados por ataques sabbat. Fue una época difícil, muchos vástagos perecieron, pero casualmente los mayores ataques los sufrían los refugios de los toreador. A día de hoy quedan pocos en la ciudad, y no son más que unos peleles... unos aspirantes a algo, pero nunca llegarán a nada. Tengo mis sospechas de que Vitel tenía tratos con el sabbat, o que se encargó de proporcionarles la información suficiente para que se deshicieran de sus enemigos. - Adams sigue observándote durante toda su explicación. - Era la época de la revuelta anarquista... los brujah no estaban en condiciones de tratar de controlar nada, y Bjorn es más un hombre de acción que de política. Es un buen hombre, pero su intelecto no está a la altura del de Vitel. Con todos los combates, los ataques sabbat, y algún que otro ataque de lupinos... los brujah estuvieron muy ocupados como para intentar algo. Por otro lado nos quedan los nosferatu y los malkavian. El líder de los nosferatu, Nathan, es el vampiro más antiguo que conozco. No se suele dejar ver... y mucha gente le tiene por una leyenda: un monstruo de las alcantarillas. Realmente es un tipo que sabe muchas cosas, conoce muchos de los secretos de Washington, ha estado aquí desde el principio... Pero es un vástago extremadamente cauto. Siempre que ha habido problemas ha agachado la cabeza y ha esperado a que pasara el temporal. Lo hizo también cuando Vitel entró en escena. Nathan obligó a los suyos a esperar a que todo se aclarara para ver quién estaría en el poder, y luego pasar a servirle. Es un cobarde, pero gracias a eso se ha mantenido vivo todos estos años. -

Dorian espera unos segundos mientras da otro sorbo de su copa. No parece cansado de hablar, de hecho parece estar a gusto, como bien te ha dicho, hace mucho tiempo que nadie le visitaba o se molestaba en hablar con él. - Y los malkavian... ¿qué puedo decirte? Ya sabes cómo son, y en esta ciudad no parecen estar muy bien organizados. Ellos sufrieron algún que otro ataque del sabbat, pero no demasiados. Sin embargo tengo mis motivos para creer que varios miembros importantes de su clan deben su no vida a Vitel... por lo que éste les tiene bien atrapados. Como ves, no hay manera de hacer oposición a Vitel. -

El conde suspira y acaba por hacerte otra pequeña confesión: - A día de hoy, como te comenté antes, sólo el Pontífice tremere ha sido capaz de tratar de poner en jaque a Vitel. Los juegos políticos entre uno y otro son demasiado grandes como para que alguien pueda seguirlos por completo y tratar de entenderlos. Cualquier gesto que haga alguno de ellos, cualquier compra de acciones, absorción de una empresa, cualquier juicio... todo puede estar relacionado con su juego. Ambos tienen multitud de peones y se estorban mutuamente. El pontífice ansía el control, ansía el poder que ostenta Vitel, y odia y a la vez admira lo bien que Vitel mantiene el férreo control de Washington. No sé si a Vitel le preocupan las intenciones del Pontífice o si tiene todo lo suficientemente bien controlado como para que no le preocupe... pero sí sé que saltan las chispas entre ellos. Y realmente tengo que pensar qué es mejor, un Washington bajo el control de Vitel, o un Washington bajo el control de los tremere. El Pontífice no es como Marisa... es como si tuviéramos que elegir entre dos males,y no sé cuál es el menor. Dar a los tremere de nuevo el control de Washington es algo que todos los vástagos de TODO el mundo temen. -

Curioso… sin embargo algo me hace pensar que tú sabes la manera de destronarlo. Por cierto ¿De quien es esta sangre?

- ¿La manera de destronarlo? Con la información que poseo, si tuviese pruebas es posible que sí. Créeme, las he buscado, pero Vitel oculta muy bien su rastro. Sin pruebas... sería un suicidio. No pienso oponerme a Vitel de forma pública, y tampoco de forma enmascarada si existe la mínima oportunidad de que lo averigüe. - el Conde parece un hombre inteligente, con muchos recursos, y aún así frustrado. - Si nuestro Príncipe descubriese lo que sé, yo no tardaría en desaparecer o sufrir un desafortunado accidente. No tengo la menor duda. Y nadie se preocuparía por el excéntrico conde rumano. - aquí sonríe y te guiña un ojo. - Estoy mucho más seguro aquí en el Castillo. -

Luego se encoge de hombros, se rellena la copa de sangre y te ofrece un poco más: - Es sangre humana de la más exquisita calidad. Tengo de muchos y variados gustos y tipos, por si vinieran miembros de mi clan. Aunque hace siglos que no viene ninguno por aquí. - te mira por lo que pudieras pensar. - Normalmente cazo en las cercanías del castillo pero siempre tengo reservas de sangre para tiempos de necesidad, o para cuando vienen las visitas. -

El conde saborea su copa lentamente... - ¿Qué harás ahora querida? ¿Buscarás a ese tal Fuller? ¿Te encargarás del asunto de tu mentor? -

En ese momento te llega un mensaje al móvil. Es del teléfono que usa Vitel para hacer anuncios públicos y avisos:

"Las alcantarillas es terreno vedado para los vástagos de Washington hasta nuevo aviso. Se ha detectado una amenaza y los tremere están procediendo a su eliminación. Prohibida la entrada de cualquier vástago en cualquier zona del alcantarillado o metro hasta nuevo aviso, bajo pena de Muerte Definitiva."

Sabes cuál es la amenaza que buscan los tremere, aún así te sorprende el castigo, Vitel no ha declarado nunca una Caza de Sangre en todos los años que lleva en el poder, y no ha sido necesario castigar a ningún vástago con la Muerte Definitiva... O es un castigo excesivo, o realmente quiere asegurarse de que nadie baje abajo.

Teresa no acerca la copa, espera que el Conde le ofrezca, si le ofrece bebe sino pues nada.

No, tengo nada pensado ¿Qué me aconsejas?

Seguidamente le enseño el mensaje que me ha llegado. 

- Parece que Vitel se ha tomado muy en serio el asunto del Baali. No me extraña pues la presencia de una de estas criaturas supone un peligro mortal para todos y cada uno de nosotros. - responde el conde pensativo al ver tu movil.

- Si tu mentor se encuentra en poder de esta criatura, yo dejaría a Vitel hacer... Tiene a los tremere trabajando en ello, y no son unos novatos. Además dudo que quieran contrariar a Vitel haciendo algo con Art, así que le entregarán sano y salvo si pueden. En tu lugar me centraría en Fuller para que Vitel no ponga su ojo sobre ti. Aunque estáte atenta. Si hay noticias o novedades puede que tengas que cambiar de planes sobre la marcha e internarte en las alcantarillas en persona a buscar a Art. Si avisan de que están cazando al baali y que éste se ha movido a otro lugar o localización... entonces no dejes a Art sólo ahí abajo. Y si le logras sacar de ahí recuerda que puedes traerlo. Aquí será bien recibido, le cuidaremos bien y tendrá protección... como te comenté dudo que nadie esté tan loco como para intentar entrar sin mi permiso. -

El conde vuelve a ofrecerte más sangre para rellenar tu copa al ver que la tienes vacía. - Ah, y me encantan estas charlas... siempre que tengas tiempo y te apetezca puedes venir a visitarme... No sé si vendrá alguien más pero organizo una cena todas las semanas. Normalmente los jueves. Hoy es la primera vez que asiste alguien en varias decenas de años. - dice sonriéndote... - Pero espero que tu ejemplo sirva de inspiración para las nuevas generaciones. Los que son algo más mayores no quieren perder el tiempo con un lunático como yo... o me temen. - finaliza sonriendo.

¿Cómo llegaste aquí? Me parece extraño que nadie venga sin conocerte… no lo entiendo…

Sí, me gusta este lugar… si no te importa pasare aquí el día hasta que no se calmen las cosas… a no ser que digas lo contrario…

- No, no me importa, puedes quedarte todo el tiempo que quieras. Será agradable tener una invitada. - dice el conde sonriendo.

- La verdad es que después de la ascensión de Vitel al poder desaparecí voluntariamente de escena. Estuve varias decenas de años diseñando las defensas del castillo y preparando mi refugio para cualquier ataque. Supuse que si no daba motivos a Vitel para venir a por mí, me dejaría tranquilo... y así ha sido. Cuando volví a aparecer en una de las reuniones multitud de rumores se habían extendido sobre mí... yo ya había oído todos ellos, pues tengo mis informadores, así que decidí dar a los vástagos aquello que esperaban. - dice mirando su smoking. - Mi primera actuación fue memorable. - Su sonrisa se ensancha al recordar. - Tenías que haber visto la cara de Vitel. Aún así no se opuso a mis entradas entre niebla y humo convertido en murciélago así que seguí con el paripé apareciendo de cuando en cuando a las reuniones, y sin seguir órdenes directas de Vitel respecto a cuándo asistir de forma obligada y cuándo no. Después de tanto tiempo habituado a este disfraz y forzando el acento rumano... a uno le sale natural. Me viene bien que piensen que estoy loco, que no soy más que un extravagante ventrue que se volvió loco. Si todos lo creen a Vitel no le importará que yo siga existiendo, ni lo que yo sé. Si alguien comenzara a tomarme en serio, probablemente Vitel me haría desaparecer. -

El Conde para un instante de hablar y te mira de arriba a abajo. - Pero por fin encuentro a alguien inteligente, alguien que no se queda en las apariencias y que hace las preguntas adecuadas. Si quieres que sigamos con nuestras conversaciones este disfraz mío tiene que seguir igual. Yo tengo que seguir siendo el Viejo Murciélago de Washington, este estrafalario y excéntrico ventrue que perdió la cordura hace muchos años. -