Partida Rol por web

- Claro, sin problema. El primero es Marcus, de él es la mansión. Sus padres casi nunca están así que esto son fiestas constantes... Luego está Joseph, es un poco callado pero es un tío guay, si no fuera por Joseph Marcus nunca habría entrado en la Hermandad así que le debe mucho... Dentro de un rato podrás conocerles a los dos. Ahora creo que están abajo en el sótano, para las pruebas. -

Tom mira alrededor a lo largo de la piscina: - Además están Jeff, Bill, Jessica, Hanna y Ralph. Son la creme de la creme. - Tom sonríe. - Si necesitas algo... lo que sea, fijo que alguno de ellos puede conseguírtelo. -

Sonrío complacida y asiento levemente. ¿Y hace la hermandad muchas... reuniones? ¿Por qué no estás tú en ella? ¡Eres genial! 

- Son muy... reservados. - comienza Tom. - El problema es que sólo puedes entrar si ellos te invitan. Y suelen invitar solamente a los hijos de familias muy muy ricas. No me malinterpretes... mis padres tienen pasta. Pero los de Marcus y el resto de gente de la hermandad... son gente poderosa e influyente. -

- De todas formas, quitando las pruebas que hacen, que suelen ser 2 veces al mes o así... son unos tíos muy enrollados. Organizan fiestas como ésta y estudian mogollón, se lo curran bastante para tener unas notazas. -

Tom coge un par de cervezas y te ofrece una: - Pero estamos aquí para divertirnos, ¿no? Luego cuando suban te presentaré a Marcus y podrás preguntarle lo que quieras. Bueno, ¿cómo es que una chica guapa como tú no ha venido a una fiesta con su novio? -  parece que Tom se ha decidido a ir directo al tema de una vez por todas.

Intento abrirla.

Por mucho que te empeñas en forzar la puerta ésta no cede. Te parece que debe de tener algún refuerzo del otro lado para evitar que alguien abra eso e interrumpa a quienes estén del otro extremo.

Por si acaso aguzas el oído y no te parece escuchar a nadie cerca, ni por tu lado de la puerta ni por el otro

Haciendo acopio de energía concentras el poder de tu vitae para impulsar tus músculos y embistes la puerta con el hombro. Con un quedo crujido la puerta cede. Ante ti ves unas escaleras que descienden. Una alfombra roja cubre el suelo.

Abajo escuchas una especie de murmullo, no lo identificas bien.

Comienzas el descenso con cuidado. Las escaleras doblan a la derecha y justo al doblar ves frente a ti otro tramo de escaleras muy similar al que acabas de descender que suben hacia arriba en otra dirección. Y de nuevo a tu derecha unas escaleras que bajan hasta una sala decorada extrañamente, muy al estilo siglo XVIII.

Espejos con marcos de oro, columnas ornamentadas y algún que otro cuadro dan al lugar un aire regio... pero un tanto siniestro. En esta sala no hay nadie pero al extremo opuesto de la sala distingues una abertura en la pared, parece el comienzo de un nuevo pasillo.

Y de ahí proviene el murmullo, que ahora se asemeja más a unos cánticos.

Ok, antes de bajar le quiero hacer una foto al perro y también voy haciendo fotos a las cosas que mas me llamen la atención o a “escritos”, “cuadros” o cosas que pudieran tener un doble significado. Todas las cosas van subiéndose a la nube del tirón, por si pierdo el móvil xdd

Con toda la cuela del mundo me adentro en el nuevo pasillo.

Oh, murmuro un poco avergonzada. Los temas del corazón nunca me fueron demasiado bien en la facultad (ni fuera de ella). Bueno, la verdad es que ahora mismo estoy lo que se dice... soltera. ¿Y tú? ¿Tienes alguna novia escondida por alguna parte? Esbozo una pequeña sonrisa, mientras muevo la botella de una mano a la otra y me pregunto si Marcus y sus colegas tardarán mucho en subir. 

A medida que te adentras en el pasillo los cánticos resuenan con más fuerza. El pasillo gira casi en un círculo completo y al acabar da a una enorme sala que te suena muchísimo, es igual a la que viste en el vídeo.

Te asomas con cuidado y procuras que no se te vea ni sacar ninguna parte de tu cuerpo y lo que ves es perturbador:

Un grupo de doce personas vestidos únicamente con túnicas se encuentran reunidos a corro alrededor de una especie de altar de piedra.

El altar se encuentra ligeramente elevado en unos pocos escalones, y en él reposa una mujer joven con las muñecas y los tobillos atados al altar con cuerdas. La chica apenas parpadea y tiene los ojos aterrados fijos en un hombre que permanece de pie junto a ella. Distingues a Joseph Fuller, que sostiene un libro en su mano izquierda y una especie de daga ceremonial en la derecha mientras entona con fuerza los cánticos que repiten los 12 acólitos.

- No, no tengo novia. - Tom sonríe. - Me alegro de que una chica guapa como tú se haya topado conmigo antes que con cualquiera del resto. Así al menos tengo una oportunidad. -

Mira a su alrededor y acaba proponiéndote un plan: - A lo mejor tardan un poco en salir del sótano, ¿quieres que te enseñe las habitaciones de arriba? Están muy bien. -

Hago una foto y se la envío a Lori. Si ella no tiene móvil que pueda recibir fotos pues no lo hago. Igualmente le escribo un mensaje que ponga “Lori, estoy abajo, llama a refuerzos y baja URGENTEMENTE” Luego filmo un poquito (si veo que la mujer va a morir ya no filmo y actúo).