Partida Rol por web

Winston le comentó a su jefe en voz baja como quien habla del tiempo: 

-Mmmm, Sr. Thompson, después del banquete iré a hablar con el hada, es una buena oportunidad para llevar a cabo su plan si manda que me sigan alguno de sus hombres para que ataquen por sorpresa. Aunque no se si sería muy adecuado llevarnos a la reina. Por cierto, ¿Sabe si Emma aún sigue con nosotros o definitivamente se ha pasado al bando indio? 

Me puse a buscar y encontré a Jared a Marshal y a Cintia que era la que había gritado. Salí corriendo a por Jared

El muchacho se rascó la cabeza, no sabía bien como decirle que era mejor no ir con ellos, solo negó un instante, antes de saltar.

Desde una rama tosca, no muy alta pero si bien cubierta de hojas, ofreciendo una cobertura considerable, el muchacho saltó al lado del gordinflón, tenía un poco de miedo del mundo del que procedían aquellas personas, pero no iba a permitir que insinuara cobardía en su jefa. Caminó hasta ella y agachando la cabeza sin dejar de mirar a sus ojos puso su puño en su pecho.

Ese gesto señalaba varias cosas, al menos para quien le conociera un poco, el chico nunca abandonaría la isla sin posibilidad de regresar, y eso expresaba la seguridad que tenía de que volverían sin hacer valer su falsa palabrería, y segundo, que si no regresaba él, con ellos, se podían preparar las pinturas de guerra apartadas desde hacía tiempo.

Por otro lado, Peter y Talluah eran de los pocos que le comprendían con un simple gesto, casi leyendo más sus propios ojos, que hacer caso a sus gestos a veces poco precisos. Mientras que los extraños, difícilmente sacarían información a un mudo. Desviaando su mirada a Pan, cogió un pequeño fruto de las sobras del banquete, y lo chafó con la mano, luego lamió el jugo, pero el mensaje de no permitir que llevaran muestras era claro. Peter era inteligente, y sabía que esas personas eran peores que piratas.

Miró a Silvestre sonriente y le indicó el árbol del ahorcado, guiñándole el ojo, y ofreciéndole una reverencia señorial se despidió de ella, esa naturaleza caprichosa pero amable "a su forma", le hacía agradable, e ir con esas personas destruiría su espíritu de auto libertad, capaz de posicionarse en favor de la curiosidad sana y prudente.

Me levante del asiento para despedirme de la gente que se marchaba.

Sentía pena por Winston. Sabía que en Nunca Jamas podría encontrar la paz y el escapar de los fantas mas que tenia. todos tenemos fantasmas que nos persiguen y de vez en cuando necesitamos una tregua. Winston se enfrentaría en su mundo a sus demonio, y por un momento me gustaría ir con el para poder ayudarle. Era un hombre enigmático, pero sincero.

Las palabras de Thompson me hicieron sonreir.

-Gracias, rostro pálido, pero debo rehusar ir a su mundo. Tengo muchos motivos para no ir, aunque la curiosidad , desde luego me abruma. Tengo un deber con mi pueblo, y no puedo irme así como así. Y después de ver lo que su mundo hace con las personas... - Digo señalando a Winston con la mirada - ...creo que no seria bien recibida por los demás. La libertad es un derecho al nacer en Nunca Jamas. En vuestro mundo hay que ganársela. Ademas, temo que me reciba igual que nosotros les recibimos a ustedes. Aun sin romper nada, solo por rencor, no se me trataría bien. ¿Me equivoco señor Thompson?

Veía la actitud de Tueray y le comprendía perfectamente. Si no hubiera sido por Peter, yo no les habría dejado ni entrar en Nunca Jamas. Tueray tenia un sexto sentido con las personas, y si el estaba inquieto con ellos , yo también. Abrazé a Tueray. No me iría sin el a ningún lado.

-No temas, amigo. No iré a ningún lado. Si tu quieres ir te doy permiso para hacerlo... aunque te echaría muchísimo de menos.- Dice acariciándole los cabellos. - Pero si no estas por aquí en un tiempo prudencial iremos a buscarte... hasta el mismo infierno si hace falta.- Añadí susurrando solo para que me oyera el.

-Si alguien de Nunca Jamas quiere irse... Peter, ¿das su consentimiento?

Después me acerque a Emma y la abrazé también. Sabía que íbamos a ser buenas amigas juntas, y ademas, se llevaría muy bien con los demás del campamento, especialmente Minska.

-Bienvenida, Emma!!! Tranquila... algunas veces mi hermana y yo misma nos escapamos para jugar con los niños perdidos. Lo indios trabajamos duro.. pero también sabemos divertirnos.. y bailar!!- Dije alegremente

Parece ofendido, pero asiente con una sonrisa. 

- Que se vaya quien desee.- Dice mirando a los niños perdidos desafiantemente y poniendo una mirada de tristeza a Tueray. - Y ahora, por favor, que todo el mundo hable con quien tenga que hablar y se de por finalizada esta reunión. No os quiero ver por aquí más. 

Acto seguido, se va volando. 

El Sr.Thompson mira con cara extrañada a Winston. 

- El banquete ya ha acabado. Y ni idea de las intenciones de Emma. Pero ambos me debéis conseguir un hada.- Te susurra. - Si nos llevamos a la reina sospecharan de nosotros. Es mejor llevarnos a otra hada. 

El Sr.Thompson se levanta y sonríe. 

- Un placer que vengas con nosotros, salvaje.- Le dice a Tueray. -Aunque hubiera preferido a la jefa india. No molestamos más, entonces. Me retiro. Muchas gracias por vuestra hospitalidad.- Ahora mira a Tallulah.- Y creéme, jovencita, que todos te hubieran respetado. No dejaría que nadie se metiera con usted. Sería una mujer respetada y encajaría a la perfección. En caso de que Tueray vuelva a visitarla algún día ya le contará lo maravilloso que es el lugar de donde venimos. 

- Mañana al salir el sol os esperaremos en la cueva, quien quiera venir allí estaremos. 

Se va junto a los miembros de Iam sin decir una palabra más. Le siguen todos excepto Winston y la ex-miembro Emma. 

Silvestre salta de la copa del árbol donde estaba con Tueray. 

- ¡Yo voy con él! No me dejes aquí Tueray, quiero ir contigo...- Rompe a llorar. 

- ¡Elis, elis! Eres un lentorrooo... No me atraparás.- Va cantando Jared mientras Jack le persigue. Al final, se salva. Pero ahora algo hace que permanezca serio. Silvestre se iba a ir...

- No te vayas Silvestre...- Dice y empieza a llorar él también. 

Por su parte, los demás niños perdidos no parecían nada afectados por la idea de que Silvestre se fuera. 

"Jopetas escopetas! Se me ha escapado"

Me puse a buscar al resto pero no encontré a nadie. Así que me enfurruñé

- Esto no es divertido!

Acto seguido me senté en el suelo de morros y con los brazos cruzados

El indio sonrió mirando a Silvestre, negando con la cabeza, se agachó ante ella besando su mano, y se alzó abriendo los brazos, mirando alrededor, ¿por que alguien iba a abandonar ese hermoso lugar? El mismo preferiría no irse, pero tenía que asegurarse de que no pasaba nada que amenazara a la isla.

Mirando al cielo y descolgando su bandolera, buscó a Peter por el aire, si alguien tenía que hacerse cargo de lo de dentro, tenía que ser el. Dio unos pasos rápidos y lanzó su bolsa con todas sus fuerzas. Cuando viera el interior entendería el motivo por el que no se podía llevar esa mochila.

Todos comenzaban a retirarse mientras esperaba a Winston, al parecer el hombre se tomaba su tiempo y tenía otras prioridades. Sin embargo, disfruté cada segundo observando a los niños jugar e incluso asentí cuando Peter Pan dio por finalizada la reunión. 

Al menos esperaba que los invitados se hayan sentido a gusto y bien atendidos en mis tierras. 

Se acercó a la reina hada dispuesto a escuchar lo que tuviera que decirle. Winston mira a Emma con cara de "nosotros también deberíamos hablar".

-Siento la demora, tenía algo importante que decirle al señor Thompson. ¿De qué quería hablarme...? ¿debería llamarle "su majestad"? Lo siento, no estoy habituado a tratar con reinas en mi mundo. Soy todo oídos. -Winston trataba de ser cortés con la reina hada, aunque no estaba seguro de estar consiguiéndolo. 

Sonriendo ante las palabras de Winston lo separo un poco del tumulto de personas para hablar un poco más en privado. Una vez allí, la conversación se tornó cada vez más silenciosa, entre susurros y alguna que otra mirada por mi parte al hombre. 

Una vez alejados del bullicio, tomo asiento en la raíz de un árbol esperando que Winston haga lo mismo. A poca distancia se podía observar como los niños jugaban, las hadas organizaban todo para dar por finalizada la reunión. - No te preocupes, puedes llamarme Rain. - respondo en un tono melodioso. - El motivo de esta conversación es porque quisiera regalarle esto a tu hija, Chlöe. - afirma para luego quitarse un collar y entregárselo en las manos del hombre. 

-Yo he nacido gracias a su primer sonrisa y siento una conexión fuerte con ella, por esa razón me gustaría que le dieras esto. Siempre la acompañará y tendrá algo mío como yo tengo de ella. - explica sonriendo mientras le dedica una dulce mirada a Winston. 

Ahora esperando su reacción, desvía la mirada hacia los bosques un tanto pensativa. 

-¿Mi hija?- Pregunta Winston mirando seriamente al hada aún de pie sin terminar de acercarse a la raíz del árbol dónde estaba situada la reina hada. Cómo si de repente se acordara de algo y saltase un click en su cerebro dice:

-Ah, sí, mi hija Chlöe. -Se acerca a la raíz sonriendo y se sienta junto al hada aceptando su regalo. -Quizá exista la posibilidad de que ella pueda crecer en un mundo menos cruel que en el que yo crecí, un mundo dónde las hadas sean reales y siempre se guarde esperanza. -Winston guarda el regalo en uno de los bolsillos de su americana. -Quizá, pero para eso deben cambiar muchas cosas, Rain, ¿no te parece? Si de verdad naciste de la sonrisa de mi hija es comprensible la gracilidad y belleza que ostentas. Dime, ¿todas las hadas nacen de esa manera?

Manteniendo la calma reinante propia de mi esencia, noto el cambio de expresión por parte de Winston. Ese  hombre para mi vivía  en un continuo estado de tensión, quizás la vida en la tierra era muy austera e indefectiblemente afecta en el interior de las personas. -Si, Chloe, bueno desconozco como es allí y por más que aquí veas un mundo perfecto, no lo es tampoco pero existe el respeto en cada territorio de Nunca Jamás por sus líderes. En mi caso, los bosques son mi soberanía y debo velar por todas las hadas cada día. No es fácil, problemas surgen siempre aunque no serán  nada en comparación a tu tierra.  Quiero imaginar. - expreso en aquel tono dulce y melodioso, propio de mi esencia. 

Ahora sujetando una mano de Winston respondo. - En mis bosques tanto Chloe como tú, serán bien recibidos. Tu como padre sabrás que es lo mejor para tu hija y sin importar los obstáculos que tengas en tu camino, al tomar una decisión por el bien de ella nada ni nadie se meterá en ello.  Además me gustaría tener la oportunidad de verte una vez más. -termino  por decir soltando su mano avergonzada y al desviar la mirada sutilmente centro mi atención a su segunda pregunta. 

-Gracias por el halago, me honra. Bueno si, la primer sonrisa de un bebé genera un diente de León que al través del tiempo nos convierte en un hada. Algo similar al proceso de las Mariposas, solo que nosotras  vivimos un poco más y tenemos una conexión especial con aquel niño  o en este caso niña que nos dio la vida. - voy explicando mientras le dedico una profunda mirada a Winston. 

Ahora observando la distancia continuo. - Creo en el destino y sé que volverás. ¿Muy compleja es tu vida en la tierra? ¿Eres feliz allí?- pregunto curiosa. 

Estaba enfadado y viendo que nadie me hacia caso, decidí marcharme. Quizás consiguiera ver el barco pirata por dentro sin que me pillaran.