Partida Rol por web

-Bueno...si tanto lo deseas te lo daré...te quedarás con nosotras...esta noche te convertiras en una de nosotras...(su otra mano busco tu vagina e introdujo sus cuadro dedos, dejando el pulgar fuera presionando el clitoris, habías visto una técnica parecida en los libros de la biblioteca, era bastante placentero, y por supuesto requeria de dos personas, era complicado por no decir imposible hacertelo a ti misma).

-Puedo darte un trato mejor...hazme sentirme mujer como nunca...y te daré un camino para salir de estas cavernas...eso si, una vez fuera no podrás volver a entrar aqui...¿que te parece, hay trato?...(dijo mientras meneaba sus caderas en un movimiento sensual hacia ti).

Siento como me introduce  cuatro dedos en mi vagina, mientras el pulgar lo usa para frotar mi clítoris, el sentir mi vagina y mi culo siendo penetrados al mismo tiempo hace que gima y me sacuda de placer... Se siente increíble y se nota que es la gran sacerdotisa... esto lo había visto en uno de los libros de la biblioteca, y puedo estar segura de que no es lo único que sabe hacer. Sentía un inmenso placer... Pero no quería ser la única que disfrutara... Quería demostrarle a la gran sacerdotisa mis propias habilidades.

Antes de que pudiera apenas reaccionar, sentí como mi cuerpo se desgarraba en un violento orgasmo que me sacudió de arriba a abajo. Mis fluidos salpicaron la mano de la sacerdotisa y mi ano se contrajo fuertemente entre sus dedos. -Ahhhhhhhhh oohhhh... ah ah ah... Caí sobre la cama aun con contracciones en mi ano y vagina... Tras unos segundos recuperando el aliento. Mire a la sacerdotisa. -Déjeme devolverle el placer que me ha dado... Le prometo que no se arrepentirá...

-Si es lo que quieres...(tras una leve sonrisa se retira las delicadas ropas azules que lleva, y se tumba boca arriba abriendo sus piernas)...todo tuyo, pequeña...(dice en un sugerente contoneo y una angelical sonrisa puritana que poseía la gran sacerdotisa).

Veo como la sacerdotisa se desnuda y se tumba en la cama separando sus piernas para mi. Su sonrisa angelical y un sugerente balanceo de caderas hacen que sonría y me acerque hacia ella gateando por la cama mientras muevo contoneando mi cuerpo.

Voy besando su pierna mientras asciendo hacia su sexo, una vez llego hasta su tierna vagina la beso mientras empiezo a frotar con mis dedos su clítoris.

Abro su vagina con mis dedos e introduzco mi lengua en su sexo buscado darle el máximo placer, con mi mano libre lamo mi dedo y empiezo a masajear su ano introduciendo poco a poco mi dedo, haciendo que se fuera preparando.

Dejo de lamer su sexo y introduzco dos de mis dedos mientras empiezo a moverlos arriba y abajo buscando su punto G, con mi pulgar froto en todo momento su clitoris. Sintiendo que esta lista introduzco mi dedo por su ano y empiezo a penetrarla mientras voy girando mi dedo en su interior.

Mientras la penetro con mis dedos por su vagina y su ano, me inclino hacia ella y voy lamiendo su vientre hasta llegar a sus pechos, los cuales empiezo a lamer y a darle suaves mordiscos en sus pezones.

Tras estar un pequeño rato penetrándola, saco mis dedos de su ano y vagina. Habiendo visto esa técnica en el libro y habiéndola sentido en mi propio cuerpo  introduje en su sexo cuatro de mis dedos mientras que con el pulgar frotaba vigorosamente su clítoris. Por otro lado introduje dos de mis dedos en su ano y siguiendo la técnica anterior los hice girar en su interior.

(La sacerdotisa no puso delirantes expresiones de gozo, más bien se limito a lo más común, gemidos, suaves mordidas en sus labios)-Se tarda mucho en aprender, tu no te preocupes...aún eres inexperta, pero el camino es largo, y seguro que tu físico te ayudará...(tus manos tuvieron que rendirse ante la evidencia de que no podías devolver semejante cantidad de placer a la gran sacerdotisa, y estas estarían algo doloridas unas horas. La mujer se levantó y se volvió a vestir)...tengo que irme, quedate dormida aqui si quieres...(tras darle un beso a Anna, la sacerdotisa se marcha de la habitación).

Asentí a la sacerdotisa y sonreí, me había demostrado su gran superioridad en los secretos del amor... Y esperaba aprender mucho de ella. -Esta bien... dormiré un rato. Será su experiencia en los secretos del amor... pero nunca nadie me había dado tanto placer como me ha dado hoy... Esta claro que no estoy a su nivel... Pero he aprendido un poco hoy y se lo agradezco.

Aceptando su oferta me recosté sobre la suave cama y al poco me quede profundamente dormida.

Con un gesto inseguro, Nisso termina por asentir -eh.esta bien...- responde debilmente, asintiendo con la cabeza y acercándose a la mujer, acercando su intimidad a la de ella, para introducirla y complacerla como ella demandaba.

Mueve un poco su sexo, frotándolo contra el de ella, para luego ir introduciéndolo poco a poco y sin que ella se lo espere meterlo con fuerza y comenzar a moverse lentamente, pero esperando arrancarle los primeros gemidos para ir avanzando 

(Tras complacer los deseos carnales de la sacerdotisa, esta se levantá y tras dar unos pasos moviliza una roca cercana corriendola a un lado, esta descubría una especie de tunel descendente)-Este es el camino que te prometía, te llevará fuera de aquí, aunque si prefieres seguir por la cueva, también puedes...
 

(Entró la gran sacerdotisa al cabo de unas horas, engalonada con un vestido azul turquesa)-Anna, levanta...tienes tu toga azul en tu cuarto, vamos a salir pronto, conocerás a otras sacerdotisas de alto rango, no tanto como yo claro, pero similares, por cierto tu cuarto es nuevo, es el primero a la derecha desde las escaleras.

Con el aviso de la sacerdotisa, me despierto un poco desorientada al principio, pero tras mirar a mi alrededor me doy cuenta de donde estoy, bostezo un poco tapándome la boca con la mano y me levanto. Escucho las palabras de la gran sacerdotisa y asiento. -Esta bien... Voy enseguida a cambiarme. Rápidamente voy a ver donde esta mi habitación y cogiendo la túnica nueva me voy a los baños, para poder asearme antes de ir a conocer al resto de las sacerdotisas... Me lavo bien el cuerpo con agua fria para despejarme el sueño, tras secarme me peino y me coloco la túnica.

Una vez lista me encamino de nuevo a mis habitaciones para dejar mi ropa vieja y tras asegurarme de dejarlo todo listo, vuelvo a la habitación de la Gran sacerdotisa. -Soy Anna... Ya estoy lista Gran Sacerdotisa.

Alzando la mirada, luego de haberse limpiado un poco. Le pide a la mujer grande - necesito ayuda o aprender cosas que me ayuden a liberar a mi amiga... no podría dejar la salida abierta para mi?- pide con ojos grandes y hermosos.

-Bueno, pues ten en cuenta, que en los temas de la alta sociedad, poco o nada podrás hablar por lo cual mira, haz comentarios cortos y sonrié, poco más...(dijo la sacerdotisa mientras sus ayudantes se llevaban las maletas de la habitación para cargarlas en el transporte en el que fuerais a ir).

-¿Quieres una salida?, ya te la he dado he cumplido con mi promesa, ¿no te parece?...no entiendo que me estas pidiendo la verdad...(dijo la muchacha, mientras se limpia y recoloca el pelo en un recogido, a modo de moño del tipo bajo sujetado por una pequeña pinza de metal).

Asiento a las palabras de Bexi. -Esta bien... Nunca había estado presente ante la alta nobleza... como mucho algún bajo señor de algún pueblo costero demasiado pequeño como para ser importante. -Haré mi papel lo mejor que pueda. 

-Solo te pido que tengas la salida abierta hasta que vuelva... aún no tengo ninguna herramienta para liberar a mi amiga que está capturada allá arriba... debo seguir buscando por aquí.- explica el joven y pequeño elfo.

-Puedo dejarla abierta, pero eso no evita que te resbales hacia abajo...(explico la sacerdotisa, mientras se sentaba en la piedra que acababa de retirar).

(La gran sacerdotisa, junto con otra sacerdotisa de delgado cuerpo y con gafas, os subis a un carruaje sin conductor, tras vosotras un grupo de carros tirados por yeguas blancas tirán de los transportes, estos carruajes erán con puerta de bisagras, de madera de nogal y de forma cuadrada, comenzó la ruta por un bosque verde, en el cual se hallaba el templo de las sacerdotisas).

En silencio sigo a las dos sacerdotisas y veo un grupo de carromatos, tras entrar en uno de ellos, cierran la puerta y comienza el viaje. 

Voy mirando por la ventanilla como nos alejamos del templo y cruzamos un bosque frondoso y verde... Parecía mentira que hubiera llegado hace apenas dos o tres días al templo... Me daba la sensación de mucho mas tiempo... Y ahora me volvía a ir del templo... Ese pensamiento me llevo a preguntarme como estaría el chico con el que llegue... Apenas un leve pensamiento antes de darme cuenta de que ni me importaba en realidad... No fue nada mas que otra sombra sin rostro que se cruzó en mi vida...

(La chica te miraba de vez en cuando, mientras escribía en un pequeño cuaderno marrón de piel de oveja, Bexi miraba al cielo, mientras se terminaba el bosque y comenzaba una pradera de hierba de pasto, aquí Bexi soltó un suspiro)-Madeleine, si por un casual esos sacerdotes rojos aparecen espero que hables tu con ellos, tengo ganas de darles una bofetada con cada palabra que dicen, son de lo peor, idiotas...(dijo asqueada).