Partida Rol por web

Cuando la mujer dio el precio de la habitación asentí con la cabeza, pensando que había algo raro, pero no había mucha opción, de momento. Además, bien las valía descubrir qué sucedía... ¿Trabajarían para ésta gente los campesinos? Fuí a echar mano de mi bolsa, que guardaba con mucha precaución, aunque siempre llevase el dinero dividido en varios montoncitos (compartimentos cosidos en la capa, en las botas... bueno, si a alguien le diera por usar una magia para detectar metales en mí casi parecería una mujer de metal por la cantidad de puntos discretos donde había guardado algunas valiosas monedas), pero Ross se me adelantó y puso las tres pequeñas monedas en la palma de la mujer antes de pedir que nos guiasen. Bueno, era una cantidad pequeña, así que tampoco diría nada, si bien también me escamaba... ésto era unas 60 veces más barato de lo que debía ser.

- Muy bien, muchísimas gracias. -digo con una sonrisa de dulce e inocente, que con mi carita de niña quedaba de tonta redomada y confiada.

La decoración del lugar no se sale de lo esperado, aunque eso me calienta un poco, pero me pasaba lo mismo que a Ross. Aún si nos quisieran hacer precio, ¿de verdad valía la pena ocupar una habitación por tres monedas? Olía a chamusquina, de verdad.

Una vez cerrada la puerta, esa fachada de niña confiada se desvanece y dedico un asentimiento a Ross, mientras todos mis sentidos se fijan en cualquier mínimo detalle del lugar, recorriendo con pericia muebles, cuadros (la montaña nevada tenía más papeletas de guardar algún secreto, pero miraría ambos), la cama... también, dado que era papel pintado, paso un dedo con lentitud por las paredes, para detectar posibles puertas ocultas o similar.

(Kepesh revisa la habitación).
 

(Las paredes en si mismas no tenían nada del otro mundo, el cuadro de la nieve no tenía nada detrás, pero su compañero si, había una cajita de madera con 9 piezas de fruta, 3 melocotones rosaceos, 3 manzanas rojas y 3 platanos amarillos junto con ellas una nota["aqui tienes tu cajita de la temporada, ultimamente las frutas del archipielago están muy solicitadas usalas con un poco de mente, que no es fácil comprarlas, ni traerlas cuidate guapo"], en los muebles encontraste un anillo de metal muy grueso, y de una circunferencia mayor a la de cualquier dedo de persona, este desprende un calor bastante agradable también había calzoncillos de cuero negro muy prietos junto a ellos unas correas de cuero doble y una bolsa que contenía una especie de azúcar granulado, bajo la cama hallas un cajetín de plata y en su interior el espacio para guardar una joya con forma de rombo, pero en su lugar hay otra nota["hola guapo, como me hace falta te la cojo prestada te la devuelvo mañana, te lo compenso como prefieras, un besito, Katherina"])

Voy localizando distintos juguetes y las piezas de fruta, que sospeché que iban en el mismo sentido, pero todo ésto me llevaba a una simple conclusión: ésto no era una habitación de huesped común y corriente. Probablemente era de alguien del local o algo semejante, y querían que nos encontrara allí, y así se lo expresé a Ross.

- Creo que voy a bajar a pedir una "recibo" o algo semejante. -comento con tranquilidad- Simplemente por asegurarnos, ¿qué opinas? -pregunto.

Ross pensó por un momento que no deberían separarse, pero dado que resultaría raro que los dos bajasen a por una factura, y dado que la idea había sido suya, que debería bajar Kepesh "Mmm, de acuerdo, aunque no creo que hagan recibos, pero si quieres ir, baja. Y si te metes en un lío, grita mi nombre, e iré a por tí lo más rápido que pueda" le dijo, mientras se paseaba por la habitación, mirando los cuadros, tocando con las mandos cada recoveco del interior de los muebles, y finalmente, debajo de la cama mientras se preguntaba el porqué les habían asignado tal habitación. Sólo un pensamiento pesimista, pero no por ello poco realista, le venía a la cabeza "Fijo que esto es una trampa de alguna clase, es imposible que este sitio cueste solo tres monedas"

(En los muebles encontraste un anillo de metal muy grueso, y de una circunferencia mayor a la de cualquier dedo de persona, este desprende un calor bastante agradable también había calzoncillos de cuero negro muy prietos junto a ellos unas correas de cuero doble y una bolsa con azúcar granulado, bajo la cama hallas un cajetín de plata y en su interior el espacio para guardar una joya con forma de rombo, pero en su lugar hay otra nota["hola guapo, como me hace falta te la cojo prestada te la devuelvo mañana, te lo compenso como prefieras, un besito, Katherina"]).

(Al bajar viste que la señora paralamentaba con un chico de unos 20 años, moreno, alto y muy bronceado, tapado por un calzoncillo como los de la habitación hablando con la señora, parecían estar riendo, al verte el jóven le dice a la señora:"creo que su huesped la necesita", y detienen la conversación momentaneamente).

El joven fue examinando los objetos que encontraba por la habitación, para después dejarlos tal y como los había encontrado, hasta que encontró debajo de la cama una cajita con una nota, que a juzgar por la forma del interior de la caja, debía guardar un objeto con forma de rombo. Salió de la cama, nota en mano, se sentó en ella y leyó la carta para sí. "Así que ahora resulta que "Katherina" se ha llevado algo de la habitación probablemente es algo importante.¿Nos meteremos en problemas por culpa de esto, o habremos tenido un golpe de suerte? se preguntaba Ross mientras se guardaba la nota en un bolsillo y se tumbaba en la cama, examinando esta vez el techo de la habitación.

(Hasta el momento presente, ninguno de los dos chicos había mirado hacía el techo, allí había una pintura al fresco detallando una escena de leyendas que contaban los viejos de ciertos lugares, era un demonio siendo atravesado por una pesada lanza dorada y plateada empuñada por un vastago de la vida eterna creada por estos mismos demonios, era una leyenda que aludia al cambio en el destino de los pobres y miseros mortales que aún albergaban esperanzas de liberar al mundo de los grandes demonios y de sus sanguinareas cavilaciones).

Asiento con la cabeza con seriedad a Ross, con las mismas preocupaciones que él en mente, tras lo que cambio a dedicarle una suave sonrisa. En realidad, más para adaptarme de nuevo a un gesto tranquilo.

Bajo la escalera y encuentro a un chico bastante atractivo charlando con la dueña del lugar, que cuando se percata de mi presencia me da paso, cortesmente, y le dedico una sonrisa agradecida.

- Disculpe, señora... verá, me preguntaba si me podía dar algún papel o recibo o algo similar... se me olvidó pedirlo y me temo que nuestro jefe es terriblemente quisquilloso con el dinero. -pido, poniendo gesto como de aburrimiento por lo del jefe y un poco de vergüenza por tener que pedir eso.

(La señora miro a su jóven acompañante)-Alastair, traem un justificante del precio de la habitación para la señorita, los de color amarillo del cajón...(el jóven fue hasta una mesilla al fondo del recibidor y al abrir uno de sus cajones saco una montaña de papeles del color amarillo y trajo uno para la señora, que tras firmas con pluma y tinta le da a Kepesha, justificando la noche en la habitación por 3 monedas)...¿algo más, joven?.

Espero pacientemente mientra traen el papel y la mujer anota el pago realizado. Cuando me la entrega, vuelvo a dedicarle una sonrisita tranquila.

- Bien, muchas gracias, de momento sólo era eso. Y que está muy bonita la habitación. -añado, cándida.

Tras eso cuando finalmente suba a la habitación, chasqueo la lengua tras cerrar la puerta a mi espalda.

- Sea lo que sea lo que sucede, es posible que no tenga nada que ver con alguien que reside aquí. -le digo a Ross, mostrando el recibo.

En cuanto Kepesh le hubo enseñado el recibo, Ross, aún tumbado en la cama,"Mira lo que yo he encontrado" le enseñó la nota que se había encontrado debajo de la cama, y se le leyó en voz alta "Hola guapo, como me hace falta te la cojo prestada te la devuelvo mañana, te lo compenso como prefieras, un besito, Katherina" terminó de leer la carta y volvió a guardarla en su bolsillo."Estaba en una cajita, debajo de la cama, al parecer había una gema con forma de rombo en ella, hasta que nuestra 'amiga Katherina' se la llevó. La verdad no sé si es bueno o malo, pero si se la llevó anoche, es posible que la veamos más tarde, o puede que no la veamos si se la llevó hoy" dijo Ross aún pensando qué sería esa gema y por qué colocarla, de entre todos los sitios, debajo de la cama "¿habrá una en cada habitación, o es que esta es especial?".  Entonces Ross se giró en la cama para mirar a Kepesh y le preguntó "¿Te ha dicho nuestra anfitriona sobre el tío de las direcciones?"
 

Escucho lo que me lee y reconozco la nota con las primeras palabras.

- Sí, lo ví. Hay otra nota similar tras el cuadro aquel. -digo señalando el cuadro de temática sexual- Junto a una caja con frutas. -añado- Y, con respecto al tío, no, nada de nada. -concluyo.

Me acerco a la cama y me echo boca abajo, no muy lejos de Ross, quedando con la cara mirando hacia él, mientras dejo el recibo en la mesilla con una mano.

- ¿Ya te dejó de dar mala espina el asunto de los gemidos sólo de hombre? -comento con una sonrisilla traviesa, pues aunque no hubiera parecido inmutarse, los gemidos de mujer en la habitación de al lado me habían parecido bastante audibles.

"A decir verdad, todo me da mala espina en este sitio" dijo Ross, girandose en la cama para mirar a la joven."¿Qué  podría ser la gema que habia debajo del a cama?"  se preguntó Ross en voz alta.No podía dejar de pensar en el precio de la habitación, aún con la factura en la mesa, había "algo" que le hacía sentir como si se hubieran metido en la boca del lobo, no terminaba de comprenderlo ni él. "Bueno, ya que he pagado por esto, al menos lo aprovecharé" pensó, y acto seguido se incorporó "Querías darte un baño ¿no?, podemos ir a los baños después de descanasar un poco, ¿qué te parece?" le dijo Ross a la joven mientras le guiñaba un ojo.

Compongo una sonrisa divertida ante el comentario sobre el lugar, y ante la pregunta, respondo:

- Algo que esté en éste lugar, oculto pero no mucho y que no sea, seguramente, tan caro o extraño como para que alguien se enfade si se lo toman prestado sin preguntar... creo que será alguna clase de juguete sexual. -comento con tranquilidad.

Observo con tranquilidad la cara de "no se con lo que me voy a encontrar" del chico.

- Mira, la factura sólo sirve para asegurarnos de que no es la habitación de alguien. Si es una encerrona, no va por ahí. -respondo, y me doy cuenta de que he pasado algo por alto: no había mirado qué salidas "de emergencia" había. ¿Ventanas o algo similar? Aprovecho para mirar en derredor.

La sugerencia del chico sobre un baño me agrada bastante, así que asiento, pero comento:

- Lo que no se es si estará incluido... he conocido muchos lugares donde se paga aparte. -comento, añado- Te toca. -con un punto divertido en la voz.

Ross se levantó de la cama, un pelín a regañadientes por lo cómoda que era, pero aún así le parecía justo bajar él ahora, y con una pequeña reverencia, aunque era mas una parodia de lo que sería una reverencia, le dijo a la joven "Raudo y veloz, estaré aquí antes de que se cuenta" y acto seguido salió por la puerta y bajó por las escaleras. "¿Tendrán taberna? se preguntó el joven mientras bajaba las escaleras.
 

(La señora Agnes seguía hablando con un jóven muchacho moreno de unos veinte años vestido sólo con un calzón de cuero, al verte paran su conversación)-Oh, ahora viene el novio, ¿que puedo hacer por ti?...(pregunto Agnes).