Partida Rol por web

A los pocos minutos ya había tomado de más.

—Magnífico gusto tiene usted, caballego. ¡Vaya! Hay más calor en mis mejillas que mis manos.

Aprovecha calentando un vaso de agua con sus manos recién cargadas de energía. No controla bien el nivel de calor por su estado y acaba quemándose los labios. Le parece divertido, se ríe. Mira con ojos pícaros a la chica de mechones albinos, invitándola a reír también.

Luego se fija en Jean y Cíclope, más cercanos y encaramelados de lo que recuerda. Le parece común y a la vez extraño, como si algo se le escapara. Le gustaría que Pícara le hiciera el mismo caso que ella le hace al tresojos.

Con la respuesta de Charles me quedo un tanto más tranquilo mientras me reúno con los demás a la mesa.

Por primera vez en varios días podría disfrutar de una auténtica comida casera y estaba más que dispuesto a disfrutarla, pues mañana tocaba volver al trabajo.

Yo estuve al norte atendiendo algunos asuntos personales que tenía inconclusos. - comento con actitud relajada mientras me siento a la mesa.

Bueno, basta de hablar del pasado y empecemos a disfrutar del presente que mañana tenemos mucho trabajo que hacer.

Nosotros estuvimos aquí.- Miró a Scott, incluyéndole en la respuesta.- Ya sé que teníais asuntos que atender, pero la escuela estaba realmente mal tras el ataque de Magneto.- Aunque entendiera los asuntos de cada uno para marcharse y siguiera con esa tonalidad de voz cordial, incluso jocosa, había un poco de bronca escondida. Pero todos ya conocían la faceta “maternal” de Jean, castigándoles como si fuesen sus hijos tras huir de hacer la tarea.- Había mucho que recomponer.- Miró hacia las paredes y al techo. Ahora estaba todo perfectamente como lo recordaban, pero había sido ella quien paseó por los pasillos derrumbados todo ese tiempo junto con otros mutantes que decidieron quedarse. Sin duda la visión de ver su hogar derruido era desoladora.- Pero lo importante es que estamos aquí de nuevo. Todos.- Sonrió con una sincera felicidad mientras escuchaba las ruedas del carrito de comida, dejando las manos en el regazo.

Había sido un día largo y lleno de emociones, reencuentros y añoranzas, aunque todavía seguía sintiendo ese nudo en el estómago de puro nervio, como si fuera una adolescente. Miró a Scott, cogiéndole la mano bajo la mesa y sonriéndole con cierta timidez antes de asentir, como si pensara que él fuera el telepático de la relación y hubiera entendido lo que quería hacer.

Para ser sinceros, hay una novedad.- Alzó la mano en la que sus dedos estaban entrelazados con los de Scott, pudiendo ver todos un anillo en el dedo anular de ambos.- El ataque de Magneto me hizo entender que podemos perder todo en un segundo, así que me lancé y se lo pedí*.- Mientras explicaba esto último en voz alta y aunque fuera para todos los presentes que habían estado ausente después del ataque, Logan pudo sentir que le miraba a él más que a cualquiera, como si esa justificación fuera directamente para él.- Sentimos si no os avisamos, pero fue todo muy rápido.- Cesó el contacto visual con Lobezno para centrarse en el resto.- Os debemos una boda.

Felicité a la pareja, pero tenía otras cosas en que pensar, asi que meditabundo tomé la comida con mis compañeros, esperaba que no hubiese muchas complicaciones cuando fueramos a buscar a aquella mutante Bestia y yo.

Por otro lado, estaba también el asunto de mi madre Mística a quien aun no había podido encontrar por ninguna parte, las cosas no me iban muy bien, pero si daba con ella me diría porque había desaparecido tan de repente, necesitaba respuestas, aunque a veces la verdad dolía, necesitaba saber porque mi madre se alejó de mi, ¿porque tomamos cada uno caminos separados?

-Felicidades chicos, me alegro de que por fin hayáis dado el paso definitivo-os dice Pícara con una sonrisa sincera, luego se centra en Gámbito brevemente. -Creo que ya has bebido suficiente, cielo-te dice la sureña mientras retira la botella de vino de tu alcance. -Además de que mañana debemos despertarnos frescos para buscar a nuestra nueva alumna-te recuerda la mutante.

Coloso asiente. -Da, así que una vez terminemos de cenar, será mejor que nos retiremos todos a nuestras habitaciones. Imagino que la mayoría de vosotros estaréis agotados después del viaje de regreso a la escuela. Con suerte no estaremos fuera por mucho tiempo y volveremos con nuevas caras-dice el ruso con una gran sonrisa.

Termináis de cenar y la mayoría de los compañeros se despiden de vosotros antes de volver a sus habitaciones a dormir un poco. Bestia antes de retirarse se acerca a Rondador Nocturno y le da un reloj de pulsera. -Aquí tienes el nuevo modelo del proyector holográfico. Funciona como el que usábamos antes, así que no te costará mucho pillarle el tranquillo. Descansa mi buen amigo-te dice el científico con una afable sonrisa antes de despedirse.

Pícara decide ayudar a Gambito. -Venga Remy, te acompaño a tu habitación, que pareces algo más achispado de lo normal-dice la mutante. Bobby se ríe un poco con el pequeño juego de palabras.

-Eh! Que las bromas son lo mío-dice el joven mutante. -¿Necesitas una mano?-

Pícara niega con la cabeza. -Tranquilo, estaré bien. Descansa cielo-le dice antes de despedirse y acompañar a Gámbito a la habitación. 

-En fin como dicen los demás es hora de ir al sobre. Descansad y nos os acostéis hasta las tantas. Cielos, ya sueno como mis padres-os dice el Hombre de Hielo a modo de despedida antes de marcharse.

-Os daré los billetes de avión por la mañana. Como ha dicho Piotr, estaréis todos agotados.-dice Xavier antes de empezar a irse en su silla de ruedas. -Me alegro de que estéis todos de vuelta-os dice a modo de despedida con una sonrisa paternal.

Cuando Jean destapa la noticia Scott no hace nada mas que, con su mano libre, subirse un poco sus anteojos ligeramente resbalados de su nariz por sobre sus mejillas tal vez tímidamente sonrojadas y sonreír, tras escuchar las bendiciones de sus compañeros, Scott dice.

-Pues si, muchas gracias chicos, a mi también me llena de alegría este momento-

Entonces Jean y Scott se miran y besan por un breve instante ante la dicha y comentarios de los presentes, luego de las palabras de cierre de mesa de Coloso, Scott agrega:

-Si, deberíamos ir a dormir, esos chicos no se van a ir a buscar solos mañana-

Así, entre miradas cómplices y sonrisas amorosas el par de tortolos se despide de la mesa.

Agradeció las felicitaciones por la unión, sonrojada y liberada de por fin poder decirlo en voz alta. Sin duda había sido una gran noche, una que guardaría en sus recuerdos con especial cariño y que esperaba que fuera la primera de muchas cenas de nuevo en el círculo familiar, aunque más adelante hubiera que poner más sillas en la mesa.

Sí, la verdad es que estoy un poco cansada.- La comida había sido deliciosa y, tras el largo día, Jean se encontraba agotada. Se levantó de la mesa con cuidado de no arrastrar la silla para hacer ruido al tiempo que la mayoría también se disponía a marchar, soltando alguna risa por ciertos comentarios.

Buenas noches chicos.- Se despidió con una sonrisa antes de ir junto a Scott a la habitación.

Mañana habría mucho trabajo por delante.

Después de escupir el agua que tenía en la boca con la noticia de Jean, se dirige a su habitación acompañado de Pícara "que me ayude a quitarme la ropa también", piensa. Luego se pregunta lo que el viejo sabio charles le tiene preparado en el día y noche que estará en la escuela, siempre ha sido muy hospitalario. Abre el armario y se encuentra con 6 copias idénticas de su conjunto colgado cada uno de su perchero correspondiente; al fondo, un juego de pijama. Abre la cómoda y 6 copias exactas de sus mismos tirantes interiores, calcetines, botines y calzoncillos con el logo de los X-men. Todo perfumado con el suavizante jazmín que tanto le gusta. Se ve que al viejo le encanta que vayamos siempre iguales en nuestras misiones, marca X.

—Oh la la, este viejo sabía que vendría —susurra.

Tras ponerse el pijama excepto la parte superior, se acuesta esperando a un nuevo día.

Después de que Bestia me entregara aquel proyector holagráfico, me fui a mi habitación una vez terminada la cena, mañana había mucho trabajo que hacer.

No comí demasiado, sólo lo justo, y como no quería acostarme tarde no me demoré, me despedí de Bestia una vez que le ayudé a recoger los platos, no me parecía justo que cargase con todo el trabajo.

-Gracias Bestia-dije colocándome el proyector holográfico antes de dirigirme a mi habitación.

Enhorabuena por la boda, espero que hayan disfrutado su luna de miel, porque según nos dijo Charles nos esperan tiempos de bastante trabajo. - comento con tranquilidad mientras me sirvo un buen trozo de carne, para luego continuar con la cena en silencio.

La noche estaba trayendo muchas sorpresas y la verdad es que sólo quería descansar, había sido un viaje largo desde Canadá y mañana me tocaba soportar los controles del aeropuerto que siempre resultaban un incordio.

Cuando Bestia nos invito a retirarnos a descansar asiento con serenidad y me pongo en pie para dirigirme a mi habitación. - Muy bien, nos vemos mañana entonces y por favor no se desvelen, odio los aeropuertos y quiero salir a primera hora. 

Dicho esto me pongo en marcha hacia mi habitación con bastante serenidad.

Todos pasáis una noche relativamente tranquila en vuestras respectivas habitaciones.

A la mañana siguiente bajáis al comedor a desayunar un poco antes de ir a los aeropuertos. Hank ha preparado algo frugal para todos. Y mientras coméis, Charles os va dando carpetas. -En ellas están los billetes de avión y algo más de información que he podido recabar, como las direcciones de las familias de los chicos, a que colegios van. Scott, Jean, en la vuestra tenéis la dirección de Kitty por si queréis buscarla primero. Aunque a lo mejor a la hora que lleguéis ella esté en la universidad de Chicago-os va explicando Charles.

-Si necesitáis cualquier cosa no dudéis en contactar, haré lo posible para ofreceros apoyo desde la escuela.-os dice con una sonrisa.

Cuando termináis de desayunar, salís de la escuela en coches con destino al aeropuerto. Buena suerte a todos os desea Charles telepáticamente. El trayecto no es muy largo y con suerte no encontráis mucho tráfico. Una vez llegáis al aeropuerto os váis separando para coger vuestros distintos vuelos.

El vuelo desde Denver a Nueva York es bastante tranquilo. Lográis pillar billetes para volver a casa ese mismo día. Sofia está bastante animada y con curiosidad durante todo el viaje de vuelta. Pilláis otro taxi y os lleva de vuelta a la escuela.

Una vez salís, empezáis a coger las maletas. Las verjas de la escuela se abren y podéis ver como el Profesor sale para recibiros. -Bienvenidos de vuelta, me alegra ver que habéis vuelto sanos y salvos-os saluda el profesor con una sonrisa paternal. -Y tú debes de ser Sofia. Me alegro que hayas decidido unirte a nuestra escuela-la saluda el profesor.

-Si, aunque antes de empezar en la escuela debería ser sincera...me arrestaron por destruir unos supermercados Barret...-confiesa la chica con algo de culpa en su rostro.

-Bueno, no suelo ser cliente de esos supermercados, además de que vi las noticias y lo hiciste por un noble motivo. Pero estoy contento que hayas querido sincerarte, está más que claro que aquí encajarás bien-le responde el telépata sin perder su sonrisa. 

-¿Que tal si te enseñamos primero un poco de tu nuevo hogar Sofia?-

Llegan sanos a salvos y descargan las maletas del taxi. Es fuerte, puede con las dos pequeñas una encima de la otra; Pícara puede con las dos grandes rodeadas de cada brazo. Cuando el coche retoma el rumbo, ve que ninguna de las harleys de sus compañeros está ahí, así que con seguridad ellos son los primeros en terminar el trabajito. "¡Auuuuuuu!", aúlla en su interior, respetando la presencia del profesor, aunque seguramente lo haya escuchado con sus poderes. Entran por fin a la mansión, unas puertas que habrá cruzado innumerables veces, pero esta vez desde hace mucho tiempo, desde antes de que se derrumbara todo por completo. Pasar de nuevo por ahí, detrás del profesor quien guía a la muchacha, es similar a cuando estuvo allí por primera vez, junto a Tormenta. "¿No había un botones azulado?".

El profesor señala cada una de las habitaciones y él las mira también entusiasmado, recobrando memorias que tuvieron lugar en esas instancias. Parece como si su memoria hubiese quedado bloqueada y la recobrase de nuevo con cada lugar. Muestra el recibidor, el salón, la zona recreativa, los baños de la planta baja. Parece un albergue, una antigua mansión de vacaciones. Cruzan el largo pasillo y se descubren nuevas puertas relacionadas con el instituto: pupitres, pizarras, la sala de profesores, despachos, un aula de comunicaciones y un mini laboratorio. Esto ya tiene más pinta de academia privada, y por lo que sabe Remy, él no encajaría en ninguna de esas clases, o eso cree, nunca se ha enfrentado a adolescentes sentados en cuadrícula.

Hay, sin embargo, unas puertas que no la han enseñado todavía: las puertas del ascensor. Por ahí debería estar el acceso a zonas como Cerebro, la sala del peligro, el laboratorio principal, entre otros. Regresan hasta las escaleras que dan al piso de arriba, donde estarían las habitaciones. Llegaría el turno de presentar su cama, ¿antes o después de hablar con ella? ¿quién se ofrecería voluntario?

El profesor os enseña las nuevas aulas y Sofia observa todo con mucho interés y asombro. -Con suerte en unos días empezarás las clases junto al resto de tus nuevos compañeros donde seguiréis al día con vuestros estudios-explica el profesor mientras pasáis por algunas de las nuevas aulas que ha construido. 

-Que suerte tenéis-dice Bobby en modo jocoso ante el comentario de las clases. Pícara simplemente pone los ojos en blanco y Sofia se ríe un poco.

-Esta escuela también tiene niveles inferiores...pero creo que esos niveles sería mejor enseñároslos cuando el resto de tus nuevos compañeros hayan llegado-comenta el telépata tras una pequeña pausa.

Aún así cogéis el ascensor para subir a los pisos superiores. -En estos pisos se encuentran vuestros dormitorios y los de tus profesores. Si alguna vez necesitáis cualquier cosa, podréis buscarnos y os ayudaremos. Eso si, los alumnos tendréis un toque de queda, a cierta hora tendréis que estar en vuestras habitaciones, aunque en ciertas circunstancias y con el permiso de un profesor podréis ignorar este toque de queda-explica una vez exploráis los pasillos con vuestras habitaciones.

Finalmente se paran en frente de una habitación. -Esta será tu habitación Sofia.-dice mientras abre la puerta. Es una habitación bastante amplia y con una decoración sencilla pero acogedora. Llama la atención el hecho de que hay dos camas. -Espero que no te importe compartir la habitación, pensé que así los alumnos podríais reforzar vuestros vínculos-

-Para nada. Tengo ganas de conocer a mi nueva compañera de cuarto-responde Sofia con sinceridad y muy contenta mientras entra en la habitación y la mira fascinada. 

-Me alegra oírlo. Imagino que has tenido un día muy largo, así que te dejaremos que descanses un poco y desempaques tu equipaje. Mientras hablaré un poco con Remy, Anna y Bobby-le dice el profesor. La chica asiente.

Tras abandonar a la chica en su cuarto, persiguen al profesor hasta su despacho. Gambito se coloca en el centro, en frente del profesor y comienza a relatar la aventura.

—... Entonces llegó ese ca... —se contiene, no hacía falta leyese su mente para saber a lo que se refería— y amenazó a la muchacha con otra prueba de ADN. Le dije un par de cosas, no segá un problema.

Sigue relatando lo sucedido y sus compañeros cuentan su parte.

—Luego fuimos a comer burro, o algo así. Creo que tenemos una chica bastante honrada entre nosotros, se nota que quiere proteger a los inocentes. Me cae bien.

Mientras, rellenábamos la matrícula del colegio con los datos que nos había proporcionado. Procesos administrativos de los EEUU. Necesitábamos poner algún tutor legal y, en ese caso, solamente cabía una posibilidad.

—Menos mal que el asistente es buena persona, cuidó muy bien de ella y trajo sus maletas. Le di una tarjeta por si las mosquis. ¡Ah! Y Sofía prefiere apellidarse Mantega, por su madre.

Una vez terminado de contar la experiencia al completo y rellenar su matrícula, quedaron a la disposición del profesor para lo que quisiera informarles.

El profesor os escucha hablar sobre vuestro viaje reclutando a Sofia, manteniendo una expresión calmada y seria. -Me da miedo pensar que podría haber sido de Sofia si no hubiésemos ido a buscarla...-comenta Pícara con bastante preocupación.

-Cierto, es una pena que haya tenido que pasar por semejante experiencia. Pero ahora está a salvo con nosotros-responde Charles. -Y si estoy de acuerdo contigo Remy, mi intuición me dice que ella va a encajar muy bien aquí-te dice dándote la razón.

-Por suerte el resto está cerca de volver con los jóvenes que han ido a buscar. No sé cuando llegarán, pero estaré atento y os avisaré-dice Charles.

-Guay, tras pasar el día con Sofia, tengo ganas de conocer a los nuevos críos-dice Bobby con un aplauso.

-Podéis descansar y aprovechar el rato libre, cuando lleguen el resto os avisaré-os sugiere el profesor.

Delante de todos los presentes, estiró sus brazos y sus piernas acompañado de un gran bostezo.

—¡UAH! Misión finalmente completada. Iré a darme un gran baño y a descansar. Estaré en mi habitación por si queréis interrumpirme —guiña un ojo.

Antes de salir por la puerta, gira su cabeza dirigiéndose hacia el grupo.

—Avisadme cuando lleguen los demás, quiero verles las caras... de pardillos —susurra.

Sube a su cuarto y lo primero que hace es dejar toda su ropa tirada en el suelo de camino al cuarto de baño. Cuando lo alcanza, completamente desnudo, se da cuenta de que dejó la puerta de la habitación abierta y regresa a cerrarla. Una vez dentro, enciende los grifos calientes y rocía la bañera con las mejores sales. Este es el mejor albergue en el que ha estado en su vida, sin duda.

Casi se duerme tumbado en aquella posición relajada con las manos en la nuca. Las arrugas en los dedos del pie le indicaban que ya era la hora de salir, ya que prefería no tener que lidiar con las circunstancias del líquido dentro de su piel a la hora de usar sus poderes, si le hicieran falta en las próximas horas. Cuando terminó de secarse, no le dio tiempo a quitarse la toalla para ponerse otra prenda: una vez tumbado en la cama, cayó dormido en un profundo sueño, estaba bastante cansado por el doble viajecito en avión.

Dormiría, soñando con ella, a la espera de que llegara el resto del equipo para continuar con su aventura.

El viaje en la avioneta fue un poco movido por el temporal, pero lo capeasteis sin problemas, aunque Victor se mareó un poco, ya que no había volado mucho antes, por suerte no vomitó ni nada. Cuando bajasteis él se puso su disfraz rápidamente y lograsteis encontrar un taxi pronto.

Victor prácticamente está pegado a la ventanilla del coche, observando todo con mucha curiosidad. -Madre mía nunca pensé que algún día llegaría a Nueva York-admite el chico. Una vez bajáis del taxi, Piotr paga al conductor y ayudas a Victor a sacar las maletas. Las verjas de la mansión se abren ante vosotros. -Wow, es realmente impresionante...-dice el joven sorprendido.

-Me alegro de que te guste, éste será tu hogar a partir de ahora-dice Piotr con una pequeña carcajada. Reconoces varios olores, el de Remy, Bobby, Pícara y una persona más. Parece que ellos ya llegaron con la alumna que buscaron.

En la entrada os espera el profesor. -Bienvenidos de vuelta, me alegra ver que habéis regresado sanos y salvos-os saluda Charles con una paternal sonrisa. -¿Y tú debes ser Victor? Es un placer conocerte-dice mientras se presenta ante el joven.

El chico parece dudar de si darle la mano, no muy seguro de como reaccionará al verla. -Tranquilo, Logan me contó un poco sobre tus poderes. Aquí estás a salvo y nadie te va a juzgar-le asegura con una afable sonrisa. Victor finalmente se quita la capucha y la mascarilla y estrecha la mano del profesor.

-Es...es todo un placer...-admite el chico con algo de timidez.