Partida Rol por web

¿Y si lo fuera?

Italian's Job

Cargando editor
26/02/2008, 18:07
Director

Notas de juego

oculto no, aparece un numero...596989963 (por ejemplo), pero lo ves en pantalla vamos...XDDD

YO? MALA?, pero si no te he hecho nada...!!

XDD

Cargando editor
28/02/2008, 10:48
Jack Sparks

Me quedé siguiendo con la vista al ridículo tipo del maletín que acababa de entrar mientras atendía a las explicaciones del viejo Moan. Cuando quise darme cuenta éste ya había alzado su... ¿qué?... ¿un vaso de zumo?... No salgo de mi asombro.

-. ¿Qué haces?.- Entre serio e incrédulo. -. Sí, que ¿qué haces?.- Insisto ante la expresión confusa de Moan. -. ¿Estás brindando por los viejos tiempos con un puto vaso de zumo?!!- Señalo con la palma el vaso que sostiene. -. Pch... pch... pch...- Chasqueo con los labios mientras mi cabeza no deja de negar. -. Estás peor de lo que imaginaba viejo... joder, con un puto vaso de zumo!!. Tienes unos huevos...- Gesticulo con ambas manos como si sostuviesen dos melones. Me dirigo, entretanto, al camarero como anteriormente había hecho Moan. -. Pete, ponme un whisky... light. Y que sea doble joder, lo voy a necesitar.- De nuevo con el viejo camarada. -. Hubiese recibido dos tiros en la entrepierna antes de creerme que viviría lo suficiente para ver al cabronazo de Moan brindar con zumo. Y digo verdad. Este hombre rompió casi más huesos que copas de whisky bebió... y esos son muchos huesos y muchas copas. Vale... vale, la listilla del fondo. Es verdad que beber zumo es más saludable, pero en nuestro mundo es , además, una muestra de debilidad... de flacidez.

El camarero me sirve el whisky doble que recibo en mi mano sin dejar de observar a Moan con cara de estupecfacción. -. Los viejos tiempos Moan...- Digo con aire melancólico referiéndome a aquellos tiempo en los que aún había cierto honor en la profesión. -. El culo prieto me espera viejo...- Me despido alzando la copa de mi mano y bebiendo de ella... un brindis silencioso por los viejos tiempos.

Cargando editor
28/02/2008, 11:16
Jack Sparks

Ahi me dirigía, con brío renovado, a torear con la jamona de pata negra que me esperaba sentada, sola, en una mesa. Me pregunté por el camino cuántos tios la habrían hecho esperar... probablemente ninguno. Podría ser su padre perfectamente si fuese más guapo... los genes Sparks no estaban para esas delicias. Hagamos un pequeño recordatorio de mi atuendo.

Cita:

Un camisa blanca de cuello alto cubre mi torso... un regalo de alguién ya olvidada.... quizás demasiado abierta para la época del año, dejando entrever el cuello de una usada camiseta interior de tiras.... La misteriosa cruz adornando mi cuello.... recien duchado con el escaso pelo aun mojado peinado hacia atrás... una colonia barata de imitación olvidada casi sin estrenar.... Un pantalón negro de pinzas demasiado ajustado en la cintura como para necesitar cinturón.... unos zapatos demasiado gastados para ser brillantes...

Digamos que así salí de casa la última vez. Obviamente ya habían pasado unas cuantas horas de nocturnidad y una cama de mala muerte. Mi escaso pelo está enmarañado, a lo que estoy poniendo remedio ahora mismo con la mano húmeda de la copa de whisky que sostenía. La camisa blanca, bajo la vieja chaqueta de piel oscura, está arrugada como también lo están los pantalones de pinzas. El contraste con la elegante monada es insultante... pero era lo que había. Al menos mis calzoncillos no llevaban puestos más de 24 horas...

-. Hola monada...- Le digo en tono sugerente mientras me siento en la mesa sin pedir permiso. Dejo la húmeda copa de whisky-light apoyado en la mesa. Menos mal que le había dicho que no se pusiese mona. -. El antro no es de lo mejor pero el espectáculo merece la pena...- Cierto, la tia del escenario no lo hacía nada mal a pesar de su desgana. -. Aunque no estamos aquí para eso, ¿no?. ¿Dime has venido finalmente sóla?, ¿Te has asegurado de que nadie te siguiera hasta aquí?.- La miro a los ojos intentando escrutar la verdadera verdad. Una manía de viejo policía quizás...

Cargando editor
29/02/2008, 14:23
Alice Stevens

Le veo levantarse, por fin. Parece que viene con el paso de un tanque ruso: sucio, basto, pesado, pero arrollador. Le miro intrigada. ¡Qué raro es!

Se sienta y parlotea. Ya no recordaba cómo huele. Arrugo la nariz, sé que no he podido evitarlo. Pero, da lo mismo, ¡me queda genial!

-Oye, espera, espera...! Claro que no he venido con nadie. Ya lo has visto, además. ¿Crees que soy tonta? Te he visto en la barra, pero no te he visto entrar. O sea, vale. Me he dado cuenta. Ya estabas dentro... Así que sabes que he venido sola.

Iba a sonreirle, pero no. Me acabo de dar cuenta de que ahora YO parloteo. Me pongo mucho más seria.

-Mira, amigo, vamos a poner las cosas claras. Estas últimas horas... bueno... Me han cambiado los esquemas. No soy la misma, ¿sabes?

¿Porqué le estoy diciendo esto...? No le importa nada de mi. De lo que era y de lo que soy, con sólo unas horas de diferencia.

Inspiro. Expiro. Profundamente.

Por que a mí sí me importa. Por eso se lo digo. Porque me importa que me llame "monada", porque me importa que el tipo de la barra me repase como si fuera ganado, porque no necesitaba su comentario en la llamada acerca de que no era necesario que me pusiera "mona".

Por primera vez en años, no controlo la situación. No aquí, en este antro. Toda la situación, se me ha ido de las manos. Mierda. Estoy pensando demasiado... me duele la cabeza...

-He venido porque me salvaste la vida. Queriendo o no, eso no cuenta. Lo que cuenta es que me la salvaste, eres buena gente. Y que tengo tu cruz. Por eso estamos aquí, ¿no?. No sé qué crees que puedo hacer, quien temes que venga tras de mi, y se quede pegado a ti. Lo que yo quiero, es saber qué hay detrás de esa cruz. Y no me digas que nada... o que no lo sabes. Si no lo supieras, no estarías aquí, intentando recuperarla.

Le miro atravesándole. No intento seducirle, no intento gustarle, como habría hecho ayer. Intento entenderle.

Notas de juego

Done.

Cargando editor
01/03/2008, 14:07
Jack Sparks

Cita:

¿Crees que soy tonta?

¿Tengo que responder a eso?, no, mejor no, la niña viene muy mona para desanimarla. ¿Qué era un pregunta retórica?, ya lo sabía listilla. Te diré una cosa sabionda antes de continuar. YO soy el narrador... ésta es MI historia... y os la relato como me sale de los COJ... NARICES (por si hay crios en el público). Y ahora, haz el favor de callarte y no te largues, que el resto ya hace tiempo que se han ido a por café y no han vuelto.

Miente. Estoy seguro de que está mintiendo. No hay más que oirla. ¿Qué tu no estás de acuerdo?... ¿A qué te dedicas?... vale, ya me hago a la idea de tu contrastado criterio. Mira listilla, me he pasado la mitad de mi vida siendo un jodido policía y la otra mitad jodiéndomela en la privada... así que, entenderás, que sé de lo que hablo cuando digo que miente. No hay más que ver su lenguaje reiterado... su nerviosa confidencia de que ha cambiado sus esquemas. Y a mi qué cojones me importa eso!!!. Las alarmas de mi viejo instinto no me susurran al oído.... me aporrean la cabeza. Al menos, por su saludable estado físico... y no me refiero a los prietos que son sus piernas y culo ni lo buena que está, que lo está, sino a que no hay evidencia de lesiones aparentes... su/sus acompañantes deben ser amigables, o al menos no hostiles. ¿La pasma?, no lo creo, hubiese visto algo fuera. ¿Los hombres de Aussiah?, lo dudo no me buscaría a mi teniéndo lo que tiene ella. ¿Otro amiguito desinteresado de la influyente familia?, es posible aunque no me pareció observar ningún tipo igual de remilgado. ¿Algo que se me escapa?, más que probable... pero sea lo que sea pronto lo descubriría.

Dejé que siguiese poniéndose zancadillas con su propia lengua. En mi trabajo hay que dejar cantar al canario cada vez le apetezca y hasta que se haya cansado. Está nerviosa, no se siente segura. Busca intencionadamente un vínculo entre los dos e insiste en él... no, no eres tan tonta monada; aunque cualquiera que acudiese asiduamente a la peluquería de su barrio podría adquirir esas habilidades... Chiquilla, ¿Por qué demonios te llevaste el rosario?... ¿Por Fe?... tu Fe, entonces, te ha metido en un gran problema. No me preguntes por qué lo estoy yo... ¿Por encargo de el de arriba?... te daría la risa.

-. Si te refieres al rosario, no es mio... ni voy detrás de él... ni sé lo que se esconde tras esas cuentas de madera.- Seco... tajante. Sólo la quería impresionar aún más. Por su intensa mirada, diría que le gusto y que intenta seducirme. -. Antes de continuar con lo que te interesa escuchar, tengo que hacerte una pequeña confesión que quizás te interese aún más.- Doy un trago a la copa de whisky doble inundando mi áspera boca con su sabor. Fijo mi indolente mirada en sus atrevidos ojos. -. El tipo con el que me viste hablar en la barra no es exactamente el... relacciones públicas ni el encargado del lugar. Aunque sí que es verdad que se encarga, a veces, de las "inesperadas" molestias que puedan surgir. Tiene un estilo rompedor, no te fies de su peculiar apariencia.- Otro trago mientras mis ojos analiza sus reacciones. Relamo mis labios sin desaprovechar la invitación que los suyos siento que me hacen. Continúo. -. ¿Ves ahora aquellos dos fornidos hombres que están saliendo?, bien..., son de su equipo de confianza.- Señalo con la mirada. Y apoyo de nuevo la copa en la mesa... justo en medio de los dos. Mis ojos fijos de nuevo en los de ella. -. Digamos que no te creo monada... digamos que soy un paranoico y oí como activabas el manos libres... digamos que esos, ya me entiendes... "encargados", van a hacerme un favor... si no me equivoco, él que haya venido contigo se llevará una gratificante sorpresa... y si me equivoco, no les deberé nada.- Llevo mi pelo, que había conocido tiempos mejores, hacia atrás con la húmeda mano acentuando las entradas de mi frente. -. ¿Vas a decirme la verdad ahora?... o ¿Esperar, finalmente a ver que sucede?.- Quizás no fuese tan buen tipo como ella esperaba o quizás, tan sólo fuese un viejo cansado y amargado cuyas últimas 48 horas fueron un absoluto infierno.

Cargando editor
01/03/2008, 18:41
Alice Stevens

-¡Jajajajaja!

No he podido evitarlo. Oh, ¡por favor!, esto es serio, y yo soltando la risa. Además...

Mi cara de expresión divertida cambia en una fracción de segundo. Me muerdo el labio, e inspiro.
Me inclino para coger el bolso que está colgado del respaldo de la silla, en bandolera. Lo tomo por el asa, y lo coloco encima de la mesa, aunque primero compruebo que no lo ponga encima del manchurrón pringado de whisky que Sparks ha dejado en una de sus maniobras. Después de todo es un LV de piel, joder. Abro el bolso sin tocar nada de su interior.

Miro al detective oloquesea. Le hago una indicación con la cabeza. En el bolsillo interior lateral sobresale el móvil. Tal como lo he dejado hace unos segundos. No lo toco.

-Cógelo y compruébalo. Listo. Sin mancharlo, por favor, sería un detalle que te limpiaras las manos. Y la cabeza, de paso. ¡Estás paranoico! Si no fuera por que he visto morir gente, porque he vivido una situación que no puedo comprender, ¡de qué iba a aguantar esto!

Y me quedo mirándole, esperando que compruebe. ¿Manos libres...? Ni se me habría ocurrido...

Cargando editor
03/03/2008, 10:15
Director

A apenas unos cien metros de distancia hay algo parecido a un café, más bien es un bar de no muy buena pinta, pero por lo menos no parece un local de alterne, sino más bien el lugar donde los trabajadores de los mismos puedan comer algo caliente…el móvil sigue silencioso, ignorando si la chica habrá recibido o no el aviso…

Te acercas a la entrada de aquel lugar sin demasiada convicción, tampoco es que haya demasiada gente, un par de tipos viendo las noticias deportivas en una televisión de tamaño considerable…y luego el camarero conversando acerca de política…bueno, más bien gritándole a un cliente que lo mira con una media sonrisa…tendrán ambos unos cincuenta años y la mirada de aquellos que llevan mucho tiempo instalados en una nada satisfactoria rutina…

Cargando editor
03/03/2008, 11:59
Dieter Angus Riedemann
Sólo para el director

Una rutina que en ese momento el profesor echaría de menos. Meterse en laberintos oscuros con serpientes que amenazan por los rincones no era su idea de vivir la vida. Le gustaba la aventura como a cualquiera, pero una cosa era un emocionante viaje y otra hacer de Indiana Jones sin habérselo buscado.

Mientras pedía un café vienés y cruzaba los dedos porque supieran servírselo en condiciones, se preguntó por qué se le ocurriría aceptar todo aquello con esa facilidad. Hasta hace unas horas, simplemente se sentía como si los acontecimientos se hubieran desmadrado un poco, nada más. No pasaban de la paranoia de una joven insegura en un entorno familiar algo inestable. Cosas que pasan, incluso, como ya se veía, a los más acomodados.

Sin embargo, de repente se mezcla lo ocurrido en un tiroteo donde muere un hombre al que conoció la noche anterior, y ese "detalle" pasa a ser importante, porque se avecina una trama de cruces antiguas, de gente que cura con ellas, las pierde y las quiere recuperar. Antiguas historias oscuras que hubieran debido seguir así. Hay una buena parte de la historia que Dieter consideraba que era mejor dejar en el olvido.

Mientras tanto, el móvil y el número. Un mensaje algo rebuscado, pero si Alice era lista lo comprendería. Su plan era sencillo, pero hasta para eso estaba asustado.

Se tomaría tranquilamente el café, intentando repasar la situación y luego se dirigiría a Perrington cuando la noche empezara a asomar. Cerca de ese cine había un buen lugar donde esperar, el Andy´s. Allí podría esperar hasta que Alice llegase si la cosa iba bien. Mientras tanto, era poco probable que ella respondiera al mensaje estando allí dentro.

La sensación de estar abandonándola a su suerte se hacía fuerte, mientras él se obligaba a pensar que haber entrado allí habría sido una verdadera idiotez. Y en el fondo lo era, pero aquello no le consolaba.

Cargando editor
03/03/2008, 12:05
Jack Sparks

Observo su fingida escenita de indignación mientras doy un nuevo y lento trago a la copa. Cuano ésta hubo acabado... un horrible bolso se hallaba, abierto, sobre la mesa justo delante de mi. El bolso de una mujer es como la chistera de un mago... siempre te sorprende lo que es capaz de salir de él. Mis cansados ojos no se despegan de la rubia haciendo caso omiso al extravagante objeto que se interpone entre nosotros. Estaba claro que había habido un problema de comunicación... o sólo jugaba conmigo.

-. Monada... pch... pch... pch...- Chasqueo con los labios. -. No me tientes...- Aparto el bolso con el antebrazo dejándolo al borde del precipicio de la mesa. -. Sólo te pido que me digas la VERDAD, quiero cercionarme, por tu bien, de que no has pedido ayuda a la persona equivocada...- Ya me estaba llevando de nuevo la copa a los labios. Al terminar de beber. -. No quiero que tu precioso culo se vea salpicado, aun más, por este turbio y extraño asunto... el mio ya está hundido en la mierda. Cariño, una cosa es ver pasar a la muerte delante de tus propias narices y otra, bien distinta, es jugar contra ella. Bastante has visto, ¿no crees?... es mejor que no quieras jugar.- Me pregunto si realmente sabía en dónde se estaba metiendo. -. Deja que tito Sparks te eche un cable pero antes necesito que me confirmes la verdad... ¿Quién más sabe lo del rosario?.- Siempre me parece que soy convincente pero ¿se lo pareceré a la rubia?.

Cargando editor
03/03/2008, 19:01
Alice Stevens

Alice está pasmada. Su cabeza rechina, intenta reaccionar bien. Ella ha venido aquí porque Sparks le salvó la vida. Ha venido para devolverle el rosario, después de todo es suyo. Pero...

¿Por qué te pones en este plan? ¿de qué peligro estás hablando?

-¿Tiene algo que ver el rosario con el tiroteo, Sparks? ¿es por eso?

Boquea como un pez. Pero finalmente cierra la boca, y aprieta los labios.

Alice, céntrate. Todo esto tiene un hilo, hay una lógica. Solo tienes que tirar de él, y encontrarla.

-¿A quién temes que haya avisado? Mira, no me muevo en ambientes en los que los tiroteos suelan darse. Sólo he hablado con un par de amigas. Y ha sido acerca del rosario, sí. Porque lo que me sucedió con el rosario fué... incomprensible. ¿Sabes de lo que hablo? Claro que lo sabes. ¿Por qué, si no, estarías ahora aquí, con toda esa palabrería, amenazándome, insultándome?

Me he cabreado. Estoy pasando por demasiadas novedades en un dia. Demasiadas experiencias de las que te refriegan la realidad del mundo en la cara.

-¡Joder! ¿Qué te he hecho yo? ¿Te das cuenta de que estás conmigo borde por completo? He venido hasta aquí, hasta este... antro de mierda. Sólo por que me lo has pedido. Y me has encontrado porque te he hecho buscar por un amigo detective. YO te he hecho buscar A TI. Porque quería hablar de lo que me ocurrió. Confiaba en tí, joder.

Maldita sea, soy imbécil.

-Debería haber pasado de todo, y olvidarme, como mi madre quería. Unos días en la playa, en Francia. ¡Yo que sé! En vez de eso te he venido detrás como una imbécil, y ahora me saltas con tus tché tché tché, nenita, no me cabrees, monada, bebiendo tu whisky babeado, arrugándote ese pelo pringoso, y soltándome que a ver si le has contado algo a la persona equivocada, cariño. No quieres que mi precioso culo acabe salpicado, ¿eh? ¡Pues cuéntame tú de qué va esto! ¡JODER!

Notas de juego

Es que Alice es buena. Pobre.

Cargando editor
04/03/2008, 10:11
Jack Sparks

Dejé que la chica terminar de desahogarse... sólo le faltó decir que se le había roto una uña, aunque creo que eso sí hubiese sido demasiado insoportable. No había la menor duda de que estaba pasándolo mal,... muy mal. Es posible que me haya vuelto un insensible con los años... soy demasiado viejo para cambiar ahora, o eso creía hasta que aquella misteriosa mujer me acarició con su sanadora mano... no sólo curó mi herida sino que azotó mi alma... me removió por dentro. Quizás tan sólo fuesen delirios por la abundante pérdida de sangre, el oscuro callejón, el aguacero... Ese ángel caído del cielo cambió algo en mi, algo muy profundo... quizás ese algo es el que me empuja ahora a continuar sin saber cuál es la siguiente parada. Creo que a eso se le llama prueba de Fe...

¿Borde???... ¿Estoy siendo borde?... pero si estoy siendo agradable y cariñoso. ¿Qué no?... la del fondo, cuando quiera saber tu insignificante opinión ya te preguntaré. No hay quién entienda a las mujeres de hoy en día. ¿Antro de mierda?... pero... bueno, en eso tiene toda la razón pero al menos tiene una streaper. Me pregunto qué demonios le ocurriría con el rosario... ya lo mencionó por segunda vez.

-. Está bien muñeca... intenta tranquilizarte.- Intento mostrar algo de afecto en mi expresión. -. Es super fuerte todo esto que te está pasando.- Super fuerte??... direis, por dios Spark dos minutos con esta pija y ya hablas como ella. Sólo estoy tratando de empatizar usando las expresiones que conoce. -. Soy como me parió mi santa madre que descanse en el cielo, si no te gusta es tu problema... No estoy de humor, mis últimas cuarenta y ocho horas han sido una maldita jodienda pública y era mi culo el que se exponía en el escaparate.- Intento mantener la calma, lo que me haya ocurrido no es de su incumbencia. -. Vayamos por partes cielo... yo respondo a una pregunta, tú respondes a otra. Sin mentiras ni mierdas. ¿Te parece bien?.- Doy un nuevo trago al whisky mientras espero su respuesta.

Cargando editor
04/03/2008, 18:34
Alice Stevens

Inspiro. Laaaargo. Y expiro.
Cálmate, Alice, te estás cargando de tensión.
¡Y qué! ¿con todo lo que tengo a mi alrededor, y yo preocupándome por si la tensión me va a estropear el cutis? Es que... vamos...

Miro a Sparks, a su whisky, a su incongruente camisa blanca... ¿cómo puede llevar una camisa blanca, sucia...? Y a sus ojos. Pero si esperaba encontrar alguna chispa en ellos, del tipo que fuera, me equivocaba. Inexpresivos.

Me revuelvo en la incómoda silla, nerviosa. Cruzo y descruzo las piernas, de modo casi inconsciente. Cuando me doy cuenta de que mi gesto es casi provocativo, junto las piernas debajo de la silla, como una colegiala. No estoy para juegos.

-Está bien. Mi voz se ha suavizado. No estoy en plan simpático, no puedo estarlo. Pero, por lo menos, he aceptado el intento por su parte. Aún no sé si es sincero, si es realmente un acercamiento. O sigue siendo una trampa. Gato y ratón. Pero, a ver, ¿por qué jugar a eso? ¿qué quiere de mi? Nunca ha sido sexo, eso está claro. O sea, si, claro, pero no es eso lo que le tiene en jaque. ¿qué es? ¿el rosario? Ha dicho que no. ¿ha mentido...? Primera pregunta. ¿Qué estás haciendo aquí, conmigo? Yo sé a qué he venido, pero, ¿Y tú? Y no me digas que en respuesta a que te he buscado. ¿Vale? De como respondas, depende lo que venga después. Quid pro quo.

Cargando editor
05/03/2008, 10:51
Jack Sparks

La muñeca acepto jugar. Un divertido juego que le recordaría a su encantadora época de adolescencia en la que se usaban las preguntas para averiguar quién es el afortunado hombre que empaña sus sueños. En mi trabajo me paso la vida haciendo preguntas... algunas de ellas no son tan agradables como las de la adolescencia. Empezaba ella con su primera inquietud... Me recosté en el asiento sin dejarme escurrir.

-. Ya casi me había olvidado de tu precioso culo... en el Cloaks. Cuando encontré a tu amigo, un chaval voluntarioso pero demasiado verde para este desagradecido trabajo.- Comencé, en tono grave, por lo que ella no quería que hiciese. Es mi forma de ser. -. Tuvimos una agradable conversación en su coche... con música clásica como telonera. Insistió, varias veces, en que te llamase... que estabas muy "interesada" en verme... en agradecerme lo que hice por ti.- Observo su reacción a mis palabras. Antes habría jurado que quiso provocarme con sus largas piernas. -. En un tono más que sugerente... lascivo diría... insinuando además que tenías pasta. No quiero entrar en valoraciones sobre tus amistades.- Si conocieses las mias... Un nuevo sorbo al whisky. -. Podría tener la edad de tu querido padre pero te estaría engañado si niego que a Sparkie no le gustaría explorar tus firmes carnes muñeca.- Sórdido. Su cara es un poema. -. Sin embargo, no te llamé por eso. Esta fría mañana mi incansable cabeza me dijo algo.- Volví a atraer toda su atención. -. Hace dos días, después de lo del Cloaks, registraron mi oficina en mi obligada ausencia.- Una pausa para un nuevo sorbo y aumentar el interés. -. Misteriosamente no se llevaron nada... nada... ni la ropa sucia. ¿No te parece curioso?.- Tomo aire y me inclino hacia ella. -. A mi sí... y estuve cavilando el por qué hasta esta mañana. Estaba seguro de que no hallaron lo que buscaban...-Miro hacia los lados con aire de misterio. -. Lo cual me llevo a plantearme qué es lo que podría ser. ¿Qué sería aquello que tuve en mi poder y ahora no tenía?.- Señalo su cabeza. -. Sí muñeca, eso mismo que estás pensando... el rosario que está en tu poder. No estoy seguro, pero creo que siguen pensando que lo tengo... aunque no tardarán en descubrir la verdad si no dejas de pregonarlo por doquier.- Afirmo con severidad. -. Me consta que esos tíos son capaces de MATAR para tenerlo en su poder... Y la muerte, aunque no lo parezca, es mucho peor que romperse una uña muñeca.- Una ironía como amargo edulcorante pero no me falta razón, la niña no era consciente de la peligrosa situación en la que se encontraba. -. Por eso estoy, para sacarte de esta situación... no quiero cargar con tu muerte en mi desbordada conciencia.- Quizás fuese eso... mi conciencia la que me empuja a seguir... a pesar de saber de que acabaré en una fosa común.

-. Ahí va mi bala... Sé que no has venido sola, así que te preguntaré... ¿Con quién estabas cuando te llamé por teléfono esta mañana?. ¿Es de fiar y por qué estás tan segura?.- Un nuevo trago para saborear bien la respuesta.

Cargando editor
06/03/2008, 11:59
Alice Stevens

Se ha quedado mirándome, con una sonrisa socarrona. Odio esta expresión. La tienen todos los hombres del tipo que odio. Esos que tienen la prepotencia tan afincada en sus carnes que no les permite ni relajar los músculos. Eso le pasa a Sparks ahora: se recuesta en su silla, pero sin destensarse. Te miran diciendo sin decir que eres tonta porque estás buena, que no sabes nada, que tienen la sartén por el mango. Y eso también le pasa a Sparks ahora. Parece que piensa que tiene la sartén por el mango. Quizá sea así.

Pero cuando abre la boca, lo que suelta es basura barriobajera. Y la mirada vidriosa, aún es peor que antes. No es que no esté acostumbrada a miradas hambrientas. Pero la suya... es ¡tan explícita! Y además es imposible que lo que dice sea cierto. Insistió, varias veces, en que te llamase... que estabas muy "interesada" en verme... en agradecerme lo que hice por ti. Es una provocación. En un tono más que sugerente... lascivo diría... insinuando además que tenías pasta. No cabe duda, está provocándome, quiere que salte. Podría tener la edad de tu querido padre pero te estaría engañado si niego que a Sparkie no le gustaría explorar tus firmes carnes muñeca. Lo ha rematado. Y yo, no creo que haya podido disimular.

¿Cree que voy a tragarme ese caramelo? Mi cara debe ser un poema. Pero no sabe, no tiene ni idea de por qué. Está intentando ofenderme. Tiene la clase de una bota vieja, claro, el estilo de un campesino en traje de boda. Pero, a pesar de eso, tiene un atractivo que se carga a propósito. No es un hombre como quiere aparentar que es. ¿Por qué desea, insiste, ser asquerosamente repulsivo...?

Y entonces, reconduce. Bien. Una de cada. Es un método, extraño donde los haya, o por lo menos, extraño para mi. Le escucho con atención, lo tengo justo donde le quería tener, veamos si es sincero. Hace dos días, después de lo del Cloaks, registraron mi oficina... Si, es sincero. Me adelanto en mi silla, esto es interesante. Casi pongo los codos sobre la mesilla, pero me refreno a tiempo, ¡qué asco!. Así que no buscaban nada que tuvieras tú... porque lo tengo yo... Mientras lo pienso, él lo dice. Al mismo tiempo. Sí muñeca, eso mismo que estás pensando... el rosario que está en tu poder. Me sonrío. Pero él sigue hablando. Sabrán que yo lo tengo. Me consta que esos tíos son capaces de MATAR para tenerlo en su poder...

Voy a abrir la boca. ¿Qué tíos? ¿Quién es capaz de MATAR por un rosario? ¿qué pasa con este rosario, qué es en realidad...? Pero sigue hablando, no ha terminado. Y la muerte, aunque no lo parezca, es mucho peor que romperse una uña muñeca. Por eso estoy, para sacarte de esta situación... no quiero cargar con tu muerte en mi desbordada conciencia. Ha vuelto a hacerlo. Quiere provocarme, ofenderme, y, a continuación, le sale su lado humano. Tierno, casi. Así que es eso. Quiere el rosario, y lo quiere... ¿Para protegerme...? Eso no es exacto. Quiere sacarme de enmedio. Y teme que yo le haya traído hasta aquí, hasta él, a aquellos que le persiguen, que le buscan a él y al rosario. Maldita sea. ¡El rosario!

Y, por fin, su turno. Ahí va mi bala...

No respondo enseguida. Le sigo mirando, con mi cuerpo adelantado, a medio camino entre el respaldo y la mesa. Ni me he dado cuenta de que aún sigo así, sin llegar a apoyarme, y estoy incómoda. Vuelvo a atrás, al respaldo, me apoyo en él. Distendida. Saco las piernas de debajo de la silla, están medio entumecidas. Las cruzo de nuevo, una sola vez, y ahora sí, me siento cómoda por fin. Por primera vez desde que Sparks se ha acercado a mi, cojo la cerveza que he pedido, y tomo un trago largo y lento.

¿Qué le digo? ¿Le digo la verdad? Le he dicho que no me habían seguido. Ha sido un juego, claro, en realidad no me han seguido, ya sabía a dónde iba... pero eso es un recurso infantil, vale, de acuerdo. La cuestión es que SI que he venido con alguien. Y él está tan seguro... parece saberlo. De todos modos, la cuestión es otra. O estamos en el mismo bando, o en opuestos. ¡Qué fuerte! ¡Estoy hablando como en las pelis! Oh, por favor, Alice, te estás comportando exactamente como él cree que se comportan las niñas de papá. Que es lo que piensa que eres. ¿O es lo que soy?

Me aliso la falda, después de pensar un rato. Voy a decirle la verdad. Después de todo, me salvó la vida. Y, además, tiene un fondo que no consigue ocultar, aunque lo intente. Y yo no soy hija de papá. ¡Me puse a trabajar para demostrarlo! En fin. A lo que iba...

-Tengo una buena amiga que me ha llamado para contarme un caso raro. Una amiga suya necesita dinero. Para irse, para huir de su propio padre. Porque parece que se puso como loco cuando le pidió que le devolviera algo que él mismo le había dado. ¿Sabes qué? Una cruz. ¿Te suena? Una cruz de madera, antigua, que había sacado de una casa en ruinas, en Francia. Alguien se la pidió, y él se puso violento con su hija para conseguirla. Ella se asustó, y acudió a amigos. A esta amiga común. Y a un profesor de su universidad. Nos encontramos los cuatro en casa de mi amiga. Es decir, la amiga de ambas, la chica de la cruz, el profesor y yo. Entonces me has llamado. Y es el profesor el que ha venido conmigo, en su coche...

Miro hacia la puerta. De pronto, me asaltan más dudas. ¡Hace tanto rato que estoy aquí! ¿Porqué no ha entrado...?

-Por... por cierto... él... tendría que haber venido ya... Quedamos en que se sentaría en la barra...

¿Cómo no me he preocupado antes por ello...? Me levanto, y voy hasta la puerta, para mirar a través de ella. Ya no importa que lo haga abiertamente, ya sabe que estará ahí. Si es que está...

Cargando editor
06/03/2008, 13:38
Director

Notas de juego

Sip, perdón, es que Alice estuvo un tiempo grande sin postear, antes de que la cogieras, y el resto se le adelanto, vamos a suponer que te tiraste el día en casa, sin salir y reponiéndote...

Lo siento, se me olvido este detalle.

Cargando editor
06/03/2008, 13:43
Alice Stevens
Sólo para el director

Notas de juego

Oooook.
Entendido!

Cargando editor
07/03/2008, 09:23
Director

Notas de juego

No me olvido, pero espero que posteen los otros...

Cargando editor
08/03/2008, 14:21
Jack Sparks

Un bala certera... que incomodó su esbelto cuerpo y resecó su paladar. Un nuevo cruce de piernas y mi viejo corazón se acelera... esta cria sabe como gustar. Se toma su tiempo con la cerveza... un tiempo necesario para elaborar un pretexto o decidir contar la verdad. Jamás imaginé que fuese una mujer de cerveza... quizás sea algo circunstancial o quizás la niña es algo más de lo que aparenta.

Soy paciente... muy paciente. En mi trabajo estás obligado a serlo. Durante todos estos años me he tirado incontables horas en mi añorada mulereta esperando, tan sólo, a que las parejas de mi recelosa clientela diesen por finalizado la placentera jodienda. Ser detective en la vida real no es tan gratificante como en las películas... ni rentable. En todo caso, paciente o no, ya me estaba empezando a arrepentir de haber pedido un whisky doble... se me estaba quedando corto. Fue entonces cuando el ruiseñor decidió abrir su piquito de oro.

La escuché con atención mientras, de vez en cuando, mis cansados ojos se amparan tras el vidrio de la copa. Demasiadas amigas en ese extraño relato, sin embargo, dos cosas me quedaron claras. La primera, el misterioso y deseado objeto no era otro que el rosario como había supuesto... el chaval dijo verdad. Aquella parte del puzzle comenzaba a encajar por si sola... aunque aún quedaban muchas piezas por aparecer. Me pregunto de quién será hija la amiga de la amiga de la monada... Pueden hacer sus apuestas, yo ya tengo un firme candidato. La segunda... mi viejo instinto aún no había perdido su olfato... un profesor de universidad...

-Por... por cierto... él... tendría que haber venido ya... Quedamos en que se sentaría en la barra..

La monada, con aire preocupado, me regala un desfile hacia la entrada del local... que no dudo en saborear mientras apuro los restos de mi whisky.

-. El profesor está recibiendo clases particulares de italiano...- Sin preocuparme por ese otro infeliz que no sabía en dónde se metía... o sí. Apoyo, sin prisas, la copa vacía en la mesa y mis cansados ojos se pierden hipnotizados en la exuberante y apática mujer de la barra vertical. No puedo evitar sonreír al imaginarme la delicada escena. Finalmente, me levanto con parsimonia y, de camino a la salida, le digo a Moan. -. Un jodido profesor... voy a tranquilizar a tus chicos... cuida de la rubia viejo.- Le guiño el ojo cómplice.

Ya en la entrada. -. Es mejor que esperes dentro monada... quizás sea una escena desagradable... dura de ver, ya me entiendes. Deja que tito Sparks se haga cargo...- Le digo a la maciza rubia antes de aventurarme en el exterior, para impedir que el profesor reciba demasiadas lecciones de una tacada que no pueda asimilar.

Notas de juego

Espero respuesta afirmativa de la señorita... sino salimos los dos.

Cargando editor
09/03/2008, 19:52
Alice Stevens

-¡¿Qué...?! ¿Clases de italiano...?

Me he girado para ver como Sparks, que me miraba el culo como un tiburón miraría un muslo ensangrentado, lanza a la stripper una mirada que soy incapaz de calificar, deja su vaso vacío y se levanta, displicente, casi como si estuviera haciendo concesiones.

Luego anda con paso de viejo hacia la puerta, y se sonríe. ¡Joder! Un jodido profesor... voy a tranquilizar a tus chicos... cuida de la rubia viejo. Y un guiño al tipo de la barra. Es mejor que esperes dentro monada... quizás sea una escena desagradable... dura de ver, ya me entiendes. Deja que tito Sparks se haga cargo...

-¡Ni hablar! ¡Yo vengo, joder! ¿qué has hecho? ¡¿estás loco?! ¡Creí que eras un tipo legal! ¡Me c... qui...

Salgo por la puerta del antro, farfullando entre dientes, sin importarme ni acordarme de la madera pringosa, del sucio tirador. Antes de ver nada, antes de localizar a Dieter me detengo. Me giro a Sparks, me encaro a él, le agarro por la manga, le saco a la calle, furiosa.

-¡Para esto! ¡Joder! ¡Páralo!

Como le hayan hecho daño... no me lo perdonaré... no se lo perdonaré...

Cargando editor
10/03/2008, 08:53
Jack Sparks

Mi lenta parsimonia se ve precipitada al exterior de malos modos. La chica tiene carácter... o simplemente se siente culpable. La claridad ciega mis deshabituados ojos obligandome a fruncir el ceño y obstaculizar la dolorosa luz con mi mano.

-. Tranquila muchacha... tuviste la oportunidad de impedirlo antes de que empezase. Así que no me vengas con prisas...- Así es la juventud, se acuerdan del lobo cuando ya les está mordiendo. -. Veamos... ¿Cuál es su coche?.- Inspecciono con la mirada cansada la calle en busca de los hombres de Moan... aunque quizás, lo hayan llevado a un sitio más discreto para repartir las lecciones... aquello iba a ser divertido.