Partida Rol por web

Shirayuki observó con atención como su hijita se sonrojaba ante la situación, le agradó enterarse que no se había casado sin informárselo, aunque no la terminaba de convencer la idea de que el muchacho viviera con ella, así fuera para adaptarse a la sociedad. Supongo que estos tiempos modernos siguen siendo demasiado... liberales para mi gusto.

Le sorprendió la respuesta del muchacho a las palabras de Sakura, por lo visto se había sentido muy ofendido, no terminaba de discernir si era porque Sakura dijo que estaba ahí hasta que pudiera desenvolverse solo o porque negó que fueran una pareja. No sería extraño que se hubiera enamorado de mi pequeña, pero para poder estar con ella va a tener que comportarse como un hombre, alguien que pueda protegerla... y definitivamente no tener esta clase de respuesta.

-No me parece recomendable que intente moverse por sus propios medios, Oreki-san, dado el inmenso gasto de energía en el que ha incurrido o su salud correrá peligro. Permítase descansar y reponerse antes de tomar alguna decisión apresurada. Sus costumbres y modales le requerían dirigirse de un modo tan formal a alguien que acababa de conocer, sin importar que fuera conocido de su hija.

Natsuki indica que irá a hablar con él, así que se despide de ellas. - Me quedaré el tiempo que les sea de utilidad, mientras me necesiten. No creo estar en condiciones de establecerme como parte de esta sociedad moderna y... liberal. La ve irse tras Oreki-san y se gira a mirar a su pequeña -Sakura, hijita, perdona si he generado una situación incómoda con ese muchacho... no era mi intención herir sus sensibilidades, pero es que me preocupo por tí - le acomoda un mechón de cabello- y creo que en tu caso, deberías cenar e irte a la cama, es tarde y has gastado muchas energías, Natsuki también debería descansar pero dudo que me escuche, es bastante terca cuando quiere.

Las orejas de la kitsune tiembla al oir la voz y el golpe contra el futon.

- ¡Siro-kun!- parecía haber perdido el conocimiento. En parte era bueno porque así podría descansar, pero la kitsune no se fiaba mucho, ya que si se había golpeado muy fuerte, podría haberse hecho mucho daño. Vuelve a entrar preocupada, tumba a Siro boca arriba con mucho cuidado, lo examina con precaución. El sueño empieza a atenazarla a ella también ¿Sería por él o por el cansancio de la noche? Coloca otra almohada bien mullida bajo la cabeza del chico. Se le empiezan a cerrar los ojos mientras lo tapa con cariño... Y cae dormida, con un brazo sobre su pecho y su cálida respiración contra la mejilla del chico. Sentía tanto sueño... Le vendría bien...

Esa noche tienes sueños inquietos que llenan tu mente....

Despiertas pero estas en la absoluta oscuridad, la nada te envuelve... sabes que estas despierta porque sientes la tierra seca contra tu piel pero por mucho que tienes los ojos abiertos no consigues ver nada ni siquiera tus manos al tocarte la cara... el tiempo pasa no sabrías decir cuanto pero parecen siglos... solo tu y tu oscuridad...

De repente una luz lo inunda todo cegandote por un buen rato cuando consigues por fin ver descubres que todo lo que te rodea esta devastado todo es un erial yermo llego de tierra pedregosa y colinas escarpadas que no parecen tener mucha mas vida...  todo parece muerto... te fijas en el rayo de luz que atraviesa el cielo y toca tierra a unos metros de ti...lo miras de soslayo pues tus ojos aun se están acostumbrando a esa luz tan intensa... Una mano atraviesa la luz y ves salir una chica rubia de ella...

-Hola Pequeño... por fin no estas solo, Sabias lo que la chica decía pero no entendías a la vez sus palabras, pero aquel sonido te fascino... era como escuchar por primera vez la dulzura en tu vida...

Despiertas sobresaltada entre sudores fríos, te encuentras aun en la habitación de Riki solo había sido un sueño... pero parecía tan real...

Natsuki despierta sobresaltada y grita unos segundos, asustada. Está empapada de sudor. Se imagino que era eso: el lugar del que venía Siro ¿Pero quién sería esa chica? ¿Qué pintaba en un lugar tan horrible? Se lleva las manos a la cabeza, con una suave y ligera cefalea. No entiende nada de lo que pudo provocar tal destrucción y convertir un mundo entero en un reino muerto. Gira la cabeza para mirar a Siro. Parecía estar sufriendo un sueño inquieto ¿Habían estado soñando lo mismo? Entonces ese enlace debía ser más fuerte de lo que ella creía. Coge un pañuelo y le limpia el sudor de la frente y el rostro a Siro.

- Ssssssshhh, tranquilo. Es solo una pesadilla...- le acaricia la mejilla izquierda con mucha ternura y suavidad y se agacha para besarle la frente. Esperando que así se calme, se queda unos minutos más sentada a su lado.

Le sorprendió enormemente la reacción de Riki, aunque apenas unos segundos después comprendió que sus palabras podían mal comprenderse y significar que él no era importante o que era simplemente una carga. Contuvo en su garganta la angustia que subía desde su estómago y apretó los labios con fuerza cuando Natsuki se alejó en dirección a donde él se encontraba para remediar aquella fatídica situación.

No te preocupes, Mami, comeré algo y me iré a la cama. Si bien había perdido completamente el apetito, comió algo a desgano para que Shirayuki no se moleste con ella y luego, sintiendo que no podía hacer mucho al respecto, se dirigió a su habitación a descansar. La cabeza le dio vuelta en varias direcciones sin poder acallar sus pensamientos que, sumadas a las autocríticas que la trataban de imbécil por haber cometidos errores tan básicos en el combate con los gemelos, estaban las nuevas voces que le indicaban lo ingrata que estaba siendo con la persona que, se suponía, debía proteger, pues era su responsabilidad por la culpa que cargaba.

No llegó en ningún momento a conciliar el sueño, por el contrario, solo fue capaz de humedecer la almohada con sus lágrimas, como ocurría a menudo las noches que estaba sola en la cama. Su mente, como un parásito que le carcomía por dentro, alimentándose de sus debilidades, le volvía vulnerable y frágil, recordándole cada uno de sus errores y tropiezos.

El grito de Natsuki hizo que se sobresaltara y se incorporara en la cama de golpe. Aguardó silencio y aguzó el oído para escuchar que estaba sucediendo. Expandió su percepción espiritual para discernir si alguna presencia mas se encontraba en la casa y, tras determinar que seguían estando los mismos 4 que cuando se fue a acostar, se levantó y caminó en dirección a la habitación que Riki estaba ocupando, quizá, temporalmente.

Cuando Sakura se asoma a la habitación de Riki, ve a Natsuki sentada junto al futon del chico, algo despeinada y con cara preocupada. Cuando la kitsune se percata de su presencia, se levanta y besa la frente de la chica.
- Vamos a la cama, cielo. Siro-kun está agotado- abraza a la muchacha con ternura y acaricia su espalda. Sabía que estaba preocupada e inquieta, y no quería que su tesoro se sintiera así. Le sonríe y la conduce al dormitorio. Siente la tristeza de Sakura y ve su almohada, húmeda de lágrimas.
- Sakura, no llores más, ¿vale? Ahora está Shirayuki con nosotros. Todo va a ir mejor. Si te quieres desahogar, puedes conmigo- su sonrisa no desaparece y apoya la cabeza de su amada en su hombro, elevándola en brazos y se sienta en la cama, con la chica en su regazo, como si fuera una niña. Acaricia suavemente su cabello naranja que tanto le gusta y le besa la mejilla.
- Estamos todos juntos. Nunca nos vamos a ir- le susurra al oído. No iba a dejar que se quedara sola de nuevo.

Correspondió el abrazo y se dejó llevar por Natsuki, sin embargo continuaba preocupada por el sobresalto y que su compañera no dijera nada al respecto tampoco le tranquilizaba. ¿Que pasó? Se acomodó sobre ella para mirarla a los ojos. ¿Porque gritaste así, Natsuki? Si algo había hecho gritar a Natsuki, el Espíritu Guardián de la Familia Ishida por decenas de generaciones, entonces algo malo debía estar ocurriendo y, por mas que Sakura se había esforzado por sentir algún cambio en el ambiente, no había sido capaz de sentir una presencia que pudiera intimidar a la Kitsune con tanta facilidad.

¿Que pasó con Riki?

Natsuki le arregla el pelo mientras la mira con cariño.
- Me quedé dormida junto a él... Y creo que he visto sus sueños. Me ha dado parte de su ser. Y ahora puedo sentirle, durmiendo e inquieto- mira en dirección a la habitación del chico, como si pudiera ver tras las paredes, distraída. Aparta con ternura a Sakura de encima suyo y se quita el kimono para quedarse en ropa interior y dormir más cómoda. Antes de instar a Sakura a que se meta en la cama, habla a Shira-chan al alma.
Nee-chan, vamos a acostarnos ya ¿Sabes dónde puedes dormir, o quieres que te ayude?

Shirayuki en principio preparó algo de comida para Sakura, la cual ella apenas tocó, pero le alcanzó con saber que se iba a dormir habiendo cenado algo. Enmedio de toda la situación subsiguiente había estado acomodando la casa. Guardó la comida que casi no se había consumido, lavó y guardó los platos, acomodó el comedor y todo lo que se encontraba fuera de lugar. Estaba realmente enfadada por el modo descuidado de actuar de Natsuki, pero sabía que no era momento de hablar con ella al respecto.

Escuchó el grito de Natsuki, pero no sentía ninguna amenaza cercana y ella seguía con el muchacho, así que se dedicó a finalizar sus tareas antes de acudir. Estaba dirigiéndose hacia allí cuando recibió el mensaje de Natsuki de que se estaban por ir a dormir. Shirayuki seguía siendo formal y la comunicación a distancia no le resultaba agradable, así que se presentó directamente en la habitación de Sakura para dar su respuesta.

-Dado que sigues estando débil, Natsuki, lo mejor sería que ahora sí ambas descansen. No deben preocuparse por mí, estaré haciendo guardia durante la noche, después de todo, ahora la guardiana de la familia Ishida está debilitada y varios espíritus podrían querer aprovechar esa situación. Sólo te pido que de aquí en más centres tu atención en Sakura, Oreki-san no es un miembro de la familia Ishida por lo que no es tu deber asistirlo, menos si Sakura te necesita. Ya mañana tendremos tiempo de conversar, por ahora lo mejor es que repongan energías. Su intención había sido guardar esas palabras y decírselas en privado, pero no pudo consigo misma, no estaba de acuerdo con que la guardiana de la familia Ishida se sacrificara por personas que no formaban parte de la familia, poniéndose en peligro y poniendo potencialmente en peligro a Sakura a quien debía proteger. Se acercó al escritorio, cerró un par de libros abiertos y los acomodó en su lugar nuevamente. -Estaré aquí para facilitar tu recuperación y protegerlas en el proceso... no querría que mi pequeña vuelva a pasar por una situación como la de hoy. Que tengan una buena noche de descanso, si llegan a necesitar algo, por favor llámenme. Hizo una reverencia profunda a ambas y se retiró por la puerta, dejando un rastro frío, consecuencia directa de sus emociones alteradas.

Se removió en su lugar, incómoda, mientras su madre hablaba con Natsuki. Conocía el tono de voz frío y distante, cargado de formalidad, que usaba cuando quería regañar a alguien y, en ese momento, lo estaba usando con la Guardiana de la Familia. Lo que mas incomodaba a Sakura era darle la razón y no atreverse a decirselo a su compañera y amante. Sakura creía, al igual que Shirayuki, que Natsuki no debería haberse puesto en peligro innecesariamente, ni salvando a otros que no fueran ella misma. Así como tampoco consideraba que la acción de Riki fuese suficiente para considerarlo un miembro de su Familia. Toda esa situación le había resultado incómoda, tanto que había herido a Riki sin proponérselo.

Prefirió reservarse sus pensamientos y refugiarse entre las sábanas, esperando que el sueño calmara sus emociones y el día acabara por fin.

La mañana se presentó fría y con lluvia. El viento hacía temblar las ventanas de la casa y a pesar de que la lluvia no era fuerte, si era constante, lo suficiente para que sea necesario estar a resguardo. La mayoría de los habitantes de la casa habían pasado una noche intranquila, con sueños extraños que no llegaban a comprender, ni recordar al despertar. Al despertar, la mayoría estaba tan cansado como la noche anterior o incluso mas, como si las horas de sueño no hubieran servido para el descanso. La presencia de Shirayuki aún rondaba por la casa.

Me despierto después de una noche horrible, lo único que consigo recordar es hablar con Natsuki... supongo que me quede dormido pensé... empiezo a empacar de nuevo mis cosas, por suerte no había sacado casi nada así que no tenía mucho que hacer... lo ultimo que quería ahora era cruzarme con nadie... no soportaría ver a Sakura sin llorar... y no queria parecer de nuevo débil delante de ella... no sería de nuevo una carga, termino de llenar las bolsas con su ropa y se preparo para salir de la habitación y marcharse de allí

Shirayuki pasó toda la noche vigilando la casa, atenta a un posible ataque en el momento de mayor vulnerabilidad de sus habitantes. La noche fue larga y tranquila, pasó la mayor parte acomodando cosas en la casa, reordenando libros, utensilios, lavando ropa, haciendo todo lo posible por cuidar de su pequeña. En cuanto escuchó ruidos en la habitación de Riki, se dirigió hacia allí y lo vio empacando sus pertenencias. Se sorprendió por lo rápido que se había recuperado el joven luego de haberle entregado una parte importante de su energía a Natsuki, estando en la mañana en perfectas condiciones como para considerar irse sin siquiera anunciarlo. Sabía que Sakura se culparía a sí misma y sufriría mucho si ese llegara a ser el caso, por lo que finalmente se decidió a entrar en su habitación e interceptarlo. Riki ya tenía sus bolsas listas y parecía estar determinado a retirarse.

-Buenos días, Oreki-san, espero haya descansado bien. Por lo visto se ha logrado reponer de un modo maravillosamente rápido, es algo admirable. Espero que no esté considerando retirarse sin más, eso resultaría en una grave falta de respeto para con su anfitriona y dudo que sea esa su intención ¿O me equivoco?. - miró de arriba a abajo al joven y reparó en sus bolsas mientras hablaba- Por más que ya se sienta revitalizado, debería descansar un poco más y al menos esperar a que Sakura esté despierta para anunciar su partida. Si gusta, puede pasar al comedor, he de preparar un desayuno y si mal no recuerdo, usted no tuvo oportunidad de cenar antes de retirarse a descansar anoche. Sakura se entristecería mucho si despertara y usted no estuviese más en la casa, si lo ha invitado a quedarse en un principio es porque desea que usted esté aquí.

Esperó la respuesta del joven de frente a él, su mirada era firme y sus modos fríos, como acostumbraba con los desconocidos, pero no por ello sería menos cortés. En otras circunstancias habría considerado despertar a Sakura, pero dada la situación del día anterior, consideraba que debía descansar tanto como le fuera posible luego de los miedos y las angustias que había experimentado. Claramente que el muchacho se fuera sin dar aviso sería un modo de empeorar si era posible la situación, así que iba a intentar evitarlo en la manera de lo posible, además de considerar increíblemente descortés su intención de irse en silencio, siendo invitado en la casa de su hija, incluso sin ser su esposo.

-Buenos días, descuide pero tal no era mi intención, le digo respetuosamente mientras inclino la cabeza, solo pensaba dejar las cosas en la puerta, jamas me iría sin agradecer a Sakura su hospitalidad ni su esfuerzo, no tiene que preocuparse, no pretendo causarle ningún pesar mas a Sakura, en cuanto ella despierte y le haya agradecido me retirare sin causar mas problemas, digo respetuosamente con un tono neutro pero educado,  y no debe preocuparse por mi, me encuentro bien y suficientemente fuerte como para poder andar, descansar no me hará estar mejor de lo que ya estoy, pero agradezco su preocupación, de nuevo inclino respetuoso la cabeza esperando que me deje pasar para poder descender con mis pertenencias.

La noche no había sido placentera para ella, repleta de sueños inalcanzables, se despertó varias veces durante la noche con una sensación desagradable que no podía aclarar con facilidad. El malestar nocturno ocasionó que se despertara mas temprano de lo habitual, incluso en fin de semana. Se vistió de manera prolija con ropa de entre casa y se dirigía a la cocina para preparar el desayuno cuando se encontró  en el pasillo a Shirayuki hablando con Riki. El muchacho tenía un bolso preparado, con claras intenciones de marcharse de allí tan pronto como le fuera posible.

Buenos días Madre, buenos días Oreki-San. Sus ojos se dirigieron al bolso y luego a él. ¿En verdad vas a irte sin mas? Sakura tenía un nudo en la garganta, de la clase que no le permitía expresarse con soltura. No era extraño en ella esa sensación de incapacidad, ¿Como podía explicarle a Oreki lo sucedido? Juntó sus manos, nerviosa, restregándolas entre si, sin saber bien que decir. Yo.... nunca quise decir que fueras una carga, ni nada por el estilo.

-Se que no lo dirías... pero se ha demostrado que es así, y que no te hace nada de bien tenerme en esta casa... así que creo que es lo mejor... lo siento Sakura-chan... siempre te querré... susurre con un hilo de voz casi inaudible... Si me disculpáis, ya os he echo perder demasiado el tiempo dije mientras cargaba las bolsas en el hombro, gracias por vuestra hospitalidad, gracias por todo... Dije con una sonrisa en la cara pero con unos ojos tristes y oscuros.

-Perdone Shirayuki-sama se que no tengo derecho a pedirle nada, pero le suplico que escuche mi petición, cuide de Sakura por favor... dije mientras le dedicaba una reverencia 

Shirayuki saludó a Sakura con una leve reverencia y escuchó con atención el diálogo. El joven hablaba demasiado rápido y sin pausas, diciendo muchas cosas de golpe, como si no pudiera controlarse. Se esforzaba en cuidar los modos, pero de un modo demasiado nervioso. Claramente, por la situación, se consideraba una carga para Sakura y si bien ella tendría una opinión al respecto, prefirió guardársela. Oreki-san se veía muy apurado por retirarse y le pidió a Shirayuki que cuidara de Sakura. No hace falta que lo solicite, Oreki-san, Sakura es muy importante para mí y haré siempre lo que esté en mi poder por protegerla. El conflicto que noto en esta situación no pasa por la seguridad de ella, sino que es a ella quien le preocupa su seguridad, Oreki-san. Tengo la impresión de que está actuando con premura más no con completa conciencia... ¿Sería tan amable de dejar sus pertenencias de lado un segundo y conversar abiertamente sobre la situación? Sus palabras dicen algo, pero esto no se condice con lo que transmiten sus expresiones corporales. Sakura claramente acaba de indicarle que no es una carga para ella y sin embargo usted sigue afirmándolo ¿Sería tan amable de indicarnos en qué se basa para emitir tal juicio cuando explícitamente sólo se le ha dicho lo contrario? Si fue invitado a habitar esta morada en un principio y se le sigue solicitando que permanezca aquí ¿Qué le lleva a suponer que su presencia no es deseada? Shirayuki hablaba con modales impecables, en pose recta y formal, con las manos tomadas al frente de su cuerpo Además, y sepa disculparme si estoy siendo impertinente, ¿Está seguro de que desea que mis manos protejan a Sakura y no sean las suyas propias? Miró al muchacho directamente a los ojos con intensidad, esperando la respuesta a sus palabras para poder corroborar la sinceridad en la misma. 

El caso es que estas no son mis manos... dije a media voz...  y mi seguridad o la deuda que cree tener no es conmigo... mire de soslayo a Sakura solo durante una milésima de segundo, y continué manteniéndole la mirada a Shirayuki. Si hoy no hubiera estado ella abría estado con Natsuki, y nada malo le abría pasado... así que por mucho que digáis es obvio que soy una molestia innecesaria. Seguí mirándole directamente a sus profundos ojos azules con los míos vacíos.

El estómago le daba vueltas, al igual que la cabeza. Sentía como su garganta se cerraba y no es que estuviera enferma, ni descompuesta. Simplemente toda aquella situación le ponía cada vez mas y mas nerviosa. No era una chica fuerte, llena de determinación y resoluciones. Quizá incluso jamás lo sería. En cambio su madre demostraba fuerza y templanza, hablaba con decisión y firmeza. ¿Porque no podía parecerse un poco a ella?

No sabía si sería capaz de soportar toda la situación, la cual claramente le abrumaba por completo. Esta bien, Madre... Le llamó la atención encogiéndose de hombros, bajó la vista hasta el piso y se abrazó a si misma por los brazos. Dejó que el cabello naranja la tapara las facciones del resto. Oreki-san no quiere quedarse aquí... Intento mantenerse en silencio, pero no pudo. ¿Crees que me pones en peligro o que me haces mal? Apretó los dientes con fuerza, intentando obligarse a callar. ¡No me ha pasado nada! ¡Natsuki se puso en peligro para salvar a Fukuhoshi! ¡Tu presencia anoche no perjudicó en nada! Apretó con fuerza los dedos al rededor de sus brazos, en buscar de contenerse. ¡A pesar de que sé que no eres mi amigo de la infancia, te invité a mi hogar! ¡Me diste mi primer beso y te pedí que vinieras! De la fuerza que hacía con sus brazos, su cuerpo comenzó a temblar levemente. Sus emociones se amontonaban en la garganta y aquella piedra salía escupida con fuerza. ¡Tengo una deuda con Riki que jamás en la vida podré saldar y no te he culpado a ti por eso! ¿Y ahora dices que eres una molestia? ¡Agh! Sacudió la cabeza con enojo. ¡Pensé que te gustaba! ¡Que estúpida que fui al pensar que podía gustarte! ¡Pensé que podía llegar a importarte! Pero no, no te importo. ¿Verdad? Levantó el rostro, con los labios fruncidos y apretados, los ojos húmedos y lágrimas en las mejillas. ¡Vete de una vez si quieres irte! ¡Vete! Pero yo no te he echado, ¡Te has ido por tus propios medios!  Se dio vuelta y se dirigió a su habitación pateando el piso. Cerró la puerta de un portazo detrás de ella y se lanzó sobre su cama, a abrazarse a la almohada, donde las lágrimas jamás se secarían.