La Iglesia esta en un silencio normal para la gente pero con algo de intraquilidad, lo percibis en el ambiente...
Os conoceis recordar...
Ando por los pasillos de la iglesia, entre medio de los bancos, cojo la cruz que cuelga de mi pecho y me la aproximo a la boca. Doy unos cuantos pasos y al final del pasillo me encuentro con Jeremías.
-Jeremías...- Digo besando la cruz. -Nuestro padre y señor está imponiendo su castigo a los pecadores...- Digo medio asustada, sin dejar de sujetar la cruz que aún sigue cerca de mi boca.
Por que Hermana Marianne, por que dice eso, nuestro Padre no es castigador acuerdate de eso hermana, pero or que me comentas eso
Hola tengo que crear a mi pj o ya esta por favor
-¿No lo notas...? ¿Jeremías...? ¿No lo notas en el aire...? Es nuestro señor... nos está intentando decir algo...- Sigue insistiendo, aún más nerviosa.
-Notar ¿el que Hermana Marianne?, ¿ que ocurre?..- le pregunto y miro extrañado a la hermana en espera de respuesta.
-Es un mensaje divino... Jeremías... nuestro señor nos intenta poner a prueba...- Le digo mirándole a los ojos. -¿No notas ese escalofrío tan inquietante que se percibe aquí, en la casa de Dios?- Digo con los ojos bien abiertos.
-Ahora que lo dices, Ilgsey esta como decirlo, ¿abandonada?.
-No ha entrado ni un alma aquí desde esta mañana... Es muy extraño. Ni siquiera nuestros más fieles cristianos han venido hoy a rezar como de costumbre, ni siquiera para confesarse...- Le comento. -¿Qué es lo que está pasando Santo Padre?- Digo en voz alta mientras miro hacia arriba como mirando al cielo, mientras cruzo las manos como si orara.
-Padre Jeremías... debemos rezar... debemos rezar...- Le insisto intranquila mientras me dirijo a la parte contraria de la iglesia en donde se encuentra clavada en la pared una gran estatua de Jesucristo crucificado.
Vamos hija a rezar para pedir por esas pobres almas
-Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga nosotros a tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas así como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.- Rezo una y otra vez delante de la estatua mientras mantengo los ojos cerrados y cojo la cruz que cuelga de mi pecho entre mis manos.
Luego de rezr por varios minutos me levanto.
Vamos hija hay que averiguar que esta pasando. Dicho esto me dirijo hacia la puerta de la iglesia
-Sí padre, salgamos afuera para ver qué ocurre.- Me levanto yo también y me dirijo a la puerta de la iglesia para salir al exterior.
Salis afuera de la Iglesia y veis una Ilgsey fantasma...
-Oh, Dios mío... está todo vacío, no hay ni un alma en la calle... ¡NO HAY NADIE!- Exclamo. -Esto debe ser cosa del señor. Quiere castigar a los pecadores...- Miro al suelo entristecida y después miro de lado a lado en busca de alguna señal.
Tranquila hermano tranquila por favor, venga vamos a sacar algo de abrigo y luego saldremos a ver que esta pasando, puede ser que esto tenga otra explicación
Cojo una chaqueta y vuelvo a salir por la iglesia. -Padre, vayamos por ese camino.- Le digo señalando recto.
Si hija esperate que voy por mi chaqueta mi biblia y un poco de agua endita hija, por si tenemos algun percanse
Lueo de cogerlas cojo del brazo a la hermana y empiezo a caminar por el camino señalado por esta
-Mire padre, ahí. Creo que vi algo.- Le digo inquietada mientras señalo hacia adelante.
¿Querei ir hacia Fusil Dorado o tal vez volver a la Iglesia por si acaso?.