Partida Rol por web

En efecto debíamos evitar los monasterios. Probablemente habrían mas amenazas, pero no es posible tener un plan para todo. Era mejor no cruzarnos con mas de estos tipos y sus incomodas preguntas. Cada vez que digamos que venimos de Santiago tendremos el mismo problema… o peor.

El Norte esta bien por mi MA Gasparracus. -sonrio, sabiendo que no iban a pillar la broma. Lo poco que sabia del Equipo A me lo había contado mi madre a modo de cuentos e historias para entretenerme. Es la televisión del presente.

Resulta curioso como se toman a la ligera las personas a las que ellos han matado, teniendo en cuenta que me han demonizado a mi por cargarme al mas hijo de puta del grupo, estuviese indefenso o no, bajo su punto de vista. Todo el mundo no usa cuchillos como armas. Las palabras y la traición son igual de peligrosas.

Rebusco un poco mas en el monasterio antes de largarnos. Había ideado un plan en mi cabeza por si nos volvíamos a topar con tipos así y no nos iba tan bien. Una botella de vino o similar serviría. Metería el veneno dentro y, si nos capturan, lo beberán para celebrarlo.

Avisare al grupo para que no lo toquen, no sea que tengamos una desgracia.

También sospechaba que debían tener algún tipo de botiquín mas equipado que el mío. Tendría que cambiar el vendaje de Sunhee ocasionalmente y unos analgésicos extra no le irían mal. Si encontrase algo para escayolar seria fabuloso, aunque lo dudaba.

- Perfecto, entonces partimos hacia el norte cerca del mediodía. – Cierro contento. – Aguarda, José, te acompaño. – Camino junto a mi amigo mientras recorremos el lugar.

- Oye, perdón si estuve muy duro anoche. Estaba cansado, hambriento y hasta arriba de adrenalina. Me importa tres culos el viejo ese. Sólo siento que podríamos haber sacado algo de información útil. – Relajo mucho más el tono. - ¿Has visto algo de armadora o protecciones por aquí? Tal vez los cuerpos… - cierro pensativo.

No te preocupes. Comprendo que no fue la decisión optima a largo plazo. En ese momento pensé que, a posteriori, seríais incapaces de matar a un hombre indefenso. Dejarlo vivo no era una opción y tampoco pensaba que fueseis a torturarlo para sacarle información. Estoy seguro que no os la habría dado por las buenas. El cabrón estaba completamente chalado.

No podía contarle cuanto disfrute cortando el cuello del viejo. Haber superado la moralidad humana me hacia sentir bien. La vida tenia valor, pero no todas las vidas tenían el mismo.

Solo he tenido tiempo de mirar en la alacena y el almacén de material agrícola. No había nada por el estilo allí. Pero estos cabrones habrán “purgado” a mas de un inocente que llevaría equipo y lo habrán guardado en alguna parte. Podemos echar un vistazo.

A mí tampoco me iría mal un arma a distancia. Por mas que me gustara la sensación del cuchillo cortando la carne no era precisamente fuerte y diestro. Si podía abatir a alguien desde lejos, sin riesgo, pues mucho mejor. El puñetero tirachinas estaba maldito.

También necesitamos algo para Sunhee. Algo ligero que pueda manejar con un brazo. Un cuchillo es posible pero el cuerpo a cuerpo es peligroso si no puedes usar tu brazo libre para protegerte.

Estáis en el patio, relajados, bromeando un poco, decidiendo ir hacia el norte y pensando en seguir rebuscando en los trasteros del monasterio en busca de otras cosas útiles cuando oís un ruido de una moto acercándose. Debe ser Luska, que debe venir ya de vuelta de La Baña.

Pocos minutos después:

- ¡Hola! -paro el motor frente a la verja cerrada- ¡Todavía estáis aquí! ¡JODER! ¡HOLAA! ¡Tú debes ser Gaspar, el otro amigo de Sunhee! ¡Yo soy Luska! ¿Estáis bien? ¡Vengo de La Baña... esos putos frateres me han hecho muchas preguntas... ¡y hasta me han pegado los muy cabrones! ¡JODER! ¡Menos mal que he conseguido escapar! ¡PUTA MIERDA! ¡Esta puta moto es la caña! JAJA ¡Es más rápida que sus putos caballos! JAJA ¡Pero vienen hacia aquí! Yo que vosotros me largaría cuanto antes... cuando han sabido que Páramos había sido atacado se han puesto de los nervios! ¡Joder! ¡Ostia puta pero qué coño les pasa??!! ¡Yo me largo! ¡No entiendo un carajo y tampoco me voy a quedar para averiguarlo! ¡SALID DE AQUÍ PITANDO JODER! ¡YO ME VOY! ¡NOS VEMOS EN BÚA!

Y así, como ha llegado, se ha ido; veloz. Más frateres vienen.

¡TODOS A LA PULGA! ¡Vámonos de  aquí!

Rápidamente abro la verja entera y me monto en la Pulga

Ver a Luska de nuevo, me dio mucha alegría. Pero... lo que tenía que contarnos...

—¡¿Te han pegado?!

Estaba preocupada por la chica... Preguntas, pegarle, tener que escapar... ¿se refería a que le habían torturado? Los fráteres no eran gente de fiar... ya no habían más posibles dudas.

—¡Vámonos! —respondí tras Nara casi a modo de eco. Por supuesto, no pensaba quedarme atrás. Tan rápida como pude, entré en la Pulga, sentándome en los asientos del fondo—. ¡Nara, ponte delante con Gaspar! Quizás necesitaremos tu arco...

¿Qué? ¿Pero quién es esta? Mi primera reacción al escuchar el motor acercarse es de tomar la masa. La chica me saluda como si nada y nombra a Sunhee quien le responde como si la conociera de siempre. No entiendo lo que dice. ¿Nos delató?

Como sea, la noticia es urgente. Por suerte había dejado todo listo para partir. Enciendo La Pulga y la perfilo hacia la verja cuando… tengo la insana necesidad de hacerme notar. No lo puedo explicar claramente. Sólo tengo el impulso de bajar del vehículo que queda en marcha y correr a toda velocidad hasta la iglesia. Ingreso y toco esas dos enormes campanas bien fuerte, son dos o tres sacudidas potentes. Ahora sí, vuelvo a la carrera con una sonrisa de oreja a oreja, como quien ha hecho una travesura.

Salto dentro de La Pulga y acelero en el mismo rumbo que la moto. Por supuesto que dejamos la verja abierta...

Han pegado a Luska. Y lo cierto es que no me sorprende en absoluto. De hecho, suponía que la iban a torturar o algo peor. Por otro lado, creo que la he subestimado. Se ha escapado y aun así ha venido a avisarnos. Es una buena persona. Y esos cabrones le han pegado.

¿Es así como funciona el mundo ahora? ¿Es así como ha funcionado siempre? Eso me temo. Al parecer solo existe una constante en el universo y un solo lenguaje que esa chusma entiende.

Estoy deseando probar mi guadaña nueva. Yo soy feliz… y les voy a dibujar una enorme sonrisa también a ellos. Su ultima sonrisa. Una eterna que solo los abandonara cuando no les quede carne en los huesos.

Subo a La Pulga. No es momento de perder el tiempo ni es momento de enfrentarse a ellos. Carecemos de información. Cantidad de frateres, armas, y además no estamos preparados.

Hoy escapamos. Pero otro día bailaremos sobre sus cadáveres… y reiremos.

¿Estás loco, Gaspar? ¿Por qué has hecho eso? - le digo mientras salimos pegando un acelerón.

Tengo mi arco cargado y preparado, y oteo alrededor con cuidado, buscando cualquier cosa que se mueva o nos persiga.

Luska ya ha desaparecido por la carretera montada sobre su moto, tomando dirección norte (hacia el sur está La Baña, de donde vienen los otros frateres, y allí muere la carretera). Las fuertes campanadas de Gaspar resuenan en la planicie, surcando los bosquecillos cercanos, retumbando entre las casas abandonadas, provocando que numerosas bandadas de pájaros emprendan el vuelo... seguramente también atraerán a zombis hasta aquí.

Ya todos montados en la Pulga, con Gaspar al volante y Nara empuñando su arco, emprendéis el camino hacia el norte, siguiendo la carretera que Luska os indicó. Al salir del monasterio podéis ver a lo lejos a tres jinetes que se acercan al galope, uno de ellos portando un estandarte. Aunque vuestro vehículo es más rápido y rápidamente les dejáis atrás, estáis seguros de que os han visto, y que han visto con claridad a la Pulga.

Al dejarles atrás no sabéis si se han detenido en el monasterio o si os están persiguiendo... pero continuais un buen rato. La carretera es fácil de seguir, muchísimo más despejada de obstáculos y maleza que las que habéis recorrido hasta ahora. Apenas hay vegetación sobre el asfalto, que sí sigue estando muy agrietado, con numerosos baches y tramos sin asfaltar, pero aún así mejor carretera. Pasan unos escasos tres cuartos de hora cuando llegáis a un cruce. En realidad la carretera por la que venís se incorpora a otra, que parece en mejor estado, y más transitada. Un poste de madera con una tabla clavada indica las dos direcciones que podéis tomar: hacia la derecha, hacia el este, Belir; hacia la izquierda, hacia el oeste, A Torre.

Sabéis por las indicaciones de Luska que a A Torre le sigue Loroño, Moraime, Lires, Touriñán... tierras de campesinos, granjas... Hacia la derecha, en cambio, no sabéis qué hay... más allá es territorio 'ferrolista' según Luska.

Mi mayor preocupación es saber si nos siguen. Me bajo en el cruce y apunto mi arco hacia la carretera por donde veníamos. Vigilo bien unos segundos si viene alguien.

Si no nos sigue nadie, meto la cabeza en la Pulga y les digo a los demás:

¿A dónde queréis ir? ¿Tenéis claro algo de lo que dijo Luska, o el mapa del libro de geografía? Sinceramente, a mí me da igual siempre y cuando no haya fráteres o ferrolistas. Aunque no sé ni quién son. Sunhee, ¿quieres ir a buscar a Luska?

Aún no comprendía del todo el motivo de que Gaspar hubiera hecho lo que hizo. De hecho, cuando nos montamos en el coche y vi a los fráteres seguirnos, temí que nos pudieran acabar alcanzando, algo imposible si se pensaba bien...

—¡Gaspar! —exclamé, cuando pasó todo—. ¡Ahora pensarán que... les hemos matado nosotros!

Bueno, realmente les habíamos matado nosotros... pero al menos antes podíamos disimular como habíamos hecho con Luska, pero... esos fráteres habían visto la furgoneta. Si nos veían, nos atacarían... y nosotros sólo éramos cuatro, ellos toda una sociedad entera.

No lograba entender el motivo, pero... esperaba que alguna razón tuviera.

—Luska es buena chica. Yo confío en ella —contesté—. Dijo que nos vería en Moraime, ¿no? Bueno, eso fue antes de que le pegaran los fráteres... a lo mejor ahora ha cambiado de dirección. Lo que sí sabemos es que su hermano vive en Búa, y me dio su colgante, quizás él pudiera ayudarnos...

Me río animado ante las quejas de mis compañeros. - Bueno, fue un intento por llenar de zombies el monasterio. Lástima que llegaran a tiempo para cerrar la verja. jajaja. De todas maneras van a tener trabajo limpiando los caminantes que se amontonen ahí. - Me aferro al volante y vuelo por el maltrecho camino. Voy muy entretenido esquivando obstaculos en velocidad, como un juego. - ¿Alguien va a explicarme quien demonios es la tal Luska? -  Al llegar al cruce observo la ruta en busca de huellas de la moto para adivinar hacia dónde ha ido.

Si veo las huellas:

Hay un rastro de sólo un par de neumáticos que se ve bastante reciente. Es una parte aun embarrada de las lluvias recientes en donde ha quedado la marca. – Amigos, la moto fue hacia aquel lado. Voy a seguirla. – Giro el volante siguiendo el rumbo de la chica con cuernos.

Si no veo las huellas:

- Van a tener que indicarme el camino, amigos. Ustedes escucharon las indicaciones de primera mano. – Digo algo confundido mirando hacia ambos lados del cruce.

Tras unos segundos parados junto al oxidado stop de la carretera, Nara comprueba que nadie os sigue. La Pulga sigue expulsando un denso humo negro por su escape, que se levanta en una débil pero oscura columna hasta desvanecerse. Si alguien quisiera encontraros lo haría con facilidad. Los jinetes han debido quedarse en Páramos, y con suerte los zombis que se acerquen atraídos por el ruido de las campanas les entretendrán. Muy a vuestro pesar os han visto, han visto la Pulga y su estela de humo, y seguramente podrían reconocerla. Vosotros a ellos, sin embargo, no les habéis visto bien. Sólo habéis visto tres jinetes con ropajes blancos, uno de ellos portando un estandarte...

Sunhee aguanta con su brazo malherido. Parece que las vibraciones de la carretera le duelen menos que ayer, pero aún así le molestan, y aún falta mucho para que pueda volver a utilizar el brazo. La sangre de los vendajes empieza a tornarse oscura.

Gaspar aprovecha para preguntar por Luska. Le contáis que es una mensajera, originaria de Búa, que apareció de repente, buscando al Abad, ya que tenía un mensaje para él: una especie de tubo que con toda probabilidad contenía documentos. También le decís que no le habéis contado vuestra verdadera historia, y que la habéis dejado creer que venís huyendo del norte, como fugitivos de los ferrolistas. La chica hablaba por los codos, era muy simpática y alegre, y no paraba de fumar. Se hizo rápidamente amiga de Sunhee. Cuando descubrió que los frateres estaban muertos siguió su camino hasta el monasterio más próximo, La Baña, para entregar allí el mensaje, y de donde viene huyendo ahora ella. Tiene un hermano mecánico en Búa (quien ha fabricado la moto con la que ella viaja), y con el colgante que ha dado a Sunhee os recibirá como amigos. Antes de irse os dejó dos mapas: uno con algunas carreteras y asentamientos desde Páramos hasta Touriñán, y otro general con 'La Zona' (Santiago) y los territorios que hay alrededor: Arousa, Touriñán y Ferrol.

Entre la carretera por la que venís y la que pasa frente a vosotros hay barro, y en él Gaspar ve un surco hacia la izquierda. Puede tratarse de las ruedas de la moto de Luska.