Asiento a la inclinación y palabras de Kiriador.
Confío en ti hermano, espero que lo soluciones lo antes posible y sin heridas. Se nota una pequeña sonrisa en mi rostro al hablarle.
Mantengo la compostura y me quedo en la sala junto a mi hermana y mi señor.
Cuando el bastardo sale me digo.
-No os confiéis y no os arresgueis.
Cuando el hermano del Lord sale, me acerco a él y ofreciéndole la mano y dándole una palmada en el hombro, añado.
-Tened cuidado, no creo que esos desarrapados os den mayores problemas, pero una espada puede cortar, la empuñe quien la empuñe.
El guerrero guiará vuestra mano y os inspirará en vuestra estrategia.
Asintió sonriente y aceptó las reverencias de Kiriador y de Kyllam.
Con un gesto cariñoso se despidió de ellos cuando le tocó.
Esperé paciente a que se marcharan....
- Esposito, estarán bien?
Cojo a mi esposa de la mano y la acerco a mi.
Espero que sí, diría que son capaces de hacerlo, si no, no son dignos de estar a mi servicio.
-¿Tanto ha empeorado la situación como para decidir enviar nuestras fuerzas?
Es mejor dejar claro que no vamos a tolerar el pillaje en nuestros dominios, ya sabemos que en epocas de mi abuelo eso era muy normal y no voy a permitir que esto vuelva.
Se me veía claramente molesto al decir esas palabras.
Sonrio y me acerco al Lord poniéndole la mano en el hombro.
-Todos sabemos que sois mejor señor que cualquiera de los anteriores...
Acaricio la mano de Ser Alester.
Y así será por siempre Ser.
- Hablais de vuestro propio hermano como de un ser desperdiciable... Será estúpido, pero sus intenciones son más puras que las del septon, maridito mío.
Se levantó como para irse.
- Iré a la Casa Swang, si dais vuestro beneneplácito, y he pensado que ese muchachito de ahí (señala al escudero de su hermano) podría hacerme buena compañía.
No quiso decir nada sobre Magento, no le gustaba la idea de separarse de él, pero todo estaría bien.
Sonrio aún más ampliamente.
-Vaya! Todo el mundo nos abandona mi lord, tendremos que quedarnos solos.
Cedric, acompañaras a mi hermana, más te vale que no le acontezca nada malo si quieres llegar a portar espuelas algún día.
-Mi señora - el campesino se deshace en reverencias - Me han dicho que me requería vuestra merced para enviar un mensaje. Estoy a su disposición.
Kyllan buscó a los mejores soldados que tuviese, pero serían pocos, no más de una docena. Tras equiparles, equiparse el mismo y a Talana, partió hacia el encuentro con Kiriador.
Hago una mueca de despreocupación al escuchar a mi esposa.
Pero no se le puede dar el mando, para eso ya tenemos al pequeño Magento, que será el próximo señor de Verderrama.
Puedes machar querida, espero nuevas tuyas. Digo acercandome a ella y acabando con un gran beso en sus labios.
Bien Alester, vayamos a aprovechar el tiempo. Digo una vez Theresa se marcha.
Marcale a el también, así vais uniendo la historia.
Sonrio y me acerco mas.
-Oh si, tenemos una tarea pendiente que hemos postpuesto ya demasiado.
Tras besar a mi marido, le hago un gesto con la cabeza a mensajero para retirarnos.
Esperaba que cedric acompañara
Una vez retirados
- Mensajero, irás a Castillo de la Nutria en nombre de la casa Greenstem y preguntarás a Lord Swang si tiene a bien recibir durante unos días a Lady Theressa Greenstem, que está interesada en acercar posiciones entre familias vecinas. Ve preparandote para partir, mientras prepararé un documento que reafirme el mensaje.
Espero a que el mensajero asienta, pregunte dudas para contestarsela o lo que sea, y cuando esté a solas con Cedric:
- Muchacho, necesitaría un pequeñito favor jijiji, verás sería de buenos modales que el mensajero portase algún pequeño obsequio en nuestro nombre, algo más bien simbólico que preciado....también estaría muy bien disponer de un presente digno que entregar en mano cuando estemos allí, ....y bueno, supongo que un hombretón como tú no tendrá problemas en retirar esa carga de los hombros de ésta Dáma que tantas cosas tiene que preparar antes de un viaje de éste calibre, ¿verdad?
Ya estoy listo ser Kiriador, cuando quiera, partimos.
Había reunido a unos doce hombres, los mejores de entre las posibilidades. Él estaba equipado, al igual que Talana, y listo para repartir justicia entre los malechores.
Valep!
Me quedo cohibido por unos instantes y finamente arranco.
-Pe... Pero... Mi señora, yo no tengo nada que pueda ser del agrado de un señor... Ni se me ocurre que podría ser...
Es un poco justito. Más de espada y golpe, como tú hermano.