Partida Rol por web

 El Septo de la Roca es un templo sagrado que fue construido alrededor de un meteorito de Acero Valirio que cayó en medio de una batalla. Dice la leyenda que el Guerrero dejó caer la roca sobre la espalda del Septón Brandon, un ferviente cruzado seguidor de éste. 
  Actualmente es un lugar de culto, peregrinación y estudio. Los mejores combatientes de todo el reino viajan allí para estudiar las técnicas de combate desarrolladas por los maestros Brandon y Yako.  El terreno pertenece a la Iglesia de los Siete.

-Habeis entrenado bien joven señor. Os queda mucho por aprender, aunque entiendo que como heredero que sois de vuestra noble Casa, no podeis especializaros en combate de la manera que nosotros lo hacemos. Ya sabeis que muchos de los Hijos del Guerrero hemos renunciado a nuestros apellidos y herencias para servir a los Siete. Sin embargo si es vuestra pretensión ser gobernante de la Nutria y el Pelaje, también debeis tener conocimientos de política, administración, leyes, etc.
 No es menester que os adoctrine yo en estas últimas disciplinas, las cuales se escapan de mis humildes capacidades. No obstante sí que hay algo que os puedo decir sobre impartir justicia.
  Un verdadero hijo del Guerrero no es el que empuña un arma a la perfección y la usa para imponer su voluntad. Lo primero que debe aprender un verdadero guerrero es cual es el propósito de su lucha. Un combatiente sin causa es un arma a merced del antojo de su titiritero. 
 Cuando os encontreis ante la duda en la batalla, serenaos, escuchad la voz del Guerrero. Combatíd con honor. Sed piadoso y justo.
  Esto ha sido todo por hoy. Ya podeis descansar.

Las golpes le dolian un poco, siempre que entrenaba terminaba golpeado, de una forma u otra. Guardo la espada de practica y se despidio de Leonardo, se pegunto si habia una taberna cercana al septo.

 
Abrazando al Septo una ciudad se ha ido formando a base de cumplir con las necesidades de los peregrinos. Así nació la Taberna de la Roca, decorada a un estilo rústico, con una hoguera en medio donde se asa lentamente un cabritillo. El olor te da hambre.
 Hay seis cruzados sentados en una mesa y otra mesa con siete personas hablando. Al fondo en la barra no ves a nadie sirviendo.

Entro mirando a las personas que estaban adentro, preguntandose si conocia a alguno. Se acerco a la barra y se sento, al instante sintio el dolor en las piernas y muslos, Leonardo golpeaba fuerte.

El olor de la carne le daba hambre y el hecho de que nadie lo atendiera lo ateraba.

Un grupo de Hijos del guerrero charlan sentados en la mesa cercana.
-Como lo oyes, el Venerable Maestro Brandon está buscando a algún guerrero que esté a la altura de la profecía.
 

-Entonces van finalmente a elegir al Caballero Dragón

-Sí, aunque no sé porqué de pronto tanta prisa después de cuarenta años

-Los maestros están muy mayores y pronto se reunirán con el Desconocido. Valar Morgulis

-Valar Morgulis

-Valar Morgulis

-Es por eso que quieren elegir, antes de partir, quién heredará los poderes sobre la Roca de Acero Valirio. Una mala gestión podría hacer que todo esto acabase.

-Deberíamos partir la roca y hacer armas de acero valirio para crear una unidad de Hijos del Guerrero de Élite

-Si lo que buscan es el guerrero perfecto, creo que tengo muchas posibilidades, ya que soy experto en todos los estilos, y soy probablemente el discípulo más antiguo y disciplinado de los venerables.

 Mientras estás absorto escuchando la conversación de los cruzados, la tabernera se te acerca con un escote de vértigo.
-Hola. ¿Quieres algo?
 

-Pan y queso... Tambien cerveza- En cuanto la mesera se alejo susurro en un tono inaudible. -Podria vencer a todos los que estan en la taberna, pero no conzeguiria el acero valyrio.-

 Estás un rato en la taberna descansando,  y no parece ocurrir nada interesante.