Partida Rol por web

Mensaje en blanco por si acaso.

Mensaje en blanco por si acaso.

El grupo de acólitos se subió rápidamente al vehículo rescatado de aquel deposito de cadáveres e inicio el camino que les conduciría a su objetivo. Lo más difícil había pasado, pues una ciudad atacada que daba sus últimos espasmos intentando defenderse de aquel virus que le afectaba y que estaba acabando con ella, era realmente complicada de atravesar. Por todos lados se apreciaban los estragos de la guerra, y parecía que el mismo aire estaba en llamas. La pérdida de uno de los miembros del grupo fue un duro golpe para el equipo, pero todos eran experimentados combatientes, cada uno en sus entornos, y no era la primera vez que veían de primera mano la muerte.

Su camino hacia las afueras de la ciudad les llevó a recorrer calles desiertas en las que ceniza, vehículos abandonados, cuerpos tendidos y maletas abiertas con ropa que revoloteaba alrededor de todo ello se entremezclaban como ecos de lo que aquella metrópolis había sido. En un punto los miembros del grupo miraron estupefactos como los vagones del monorraíl elevado de la ciudad colgaban mientras se balanceaban como un gusano muerto, en el extremo de una de las vigas cortadas por alguna explosión. En varias ocasiones el vehículo se tuvo que desviar al toparse con un edificio caído en toda su longitud que bloqueaba varias calles.

Esquivando los ecos de la guerra y las señales de una mega ciudad muerta, el grupo fue dejando atrás los altos edificios y el paisaje cambio a una serie de chabolas y zonas urbanas densamente pobladas sin muchas alturas. Ahí también estaba todo en un deplorable estado, pero no era fruto de la guerra, sino de la miseria en la que los trabajadores Vivian. Aun se veían ciertos carteles con neones encendidos, iluminando la calle con destellos intermitentes. La lluvia comenzó a caer entonces, y formó en todos lados una masa extraña y pegajosa cuando se mezcló con la ceniza caída anteriormente. Las nubes de vapor salían de los incendios cuando el chaparrón alcanzó las estructuras al rojo vivo por las llamas.

Los suburbios también quedaron atrás y excepto algún encontronazo con patrullas enemigas que quedaron rápidamente lejos tras un fuerte acelerón por parte de Cadyk y unas cuantas imprecaciones de los demás compañeros hacia aquellos soldados enemigos rezagados, no pareció haber mayores problemas. Era bien conocido que el frente de batalla, el antiguo y actualmente obsoleto frente, estaba a pocos Kilometros de distancia de aquella ciudad, así que siguiendo las vías que usualmente el ejército imperial empleaba para los abastecimientos y el movimiento de tropas, largas autopistas con carteles indicatorios, el grupo llegó en cuestión de una hora hasta la línea de batalla.

Allí el panorama era desolador. Conforme se acercaron parecía que el sol despuntaba en el horizonte, pero tan solo se trataba de los millares de incendios que los combates habían dejado. Por todas partes se podían apreciar restos de equipo, maquinas de guerra en llamas, y hombres esparcidos por la tierra. Había millones de muertos, soldados tendidos en el suelo que como pequeños puntitos, plagaban los limites de las trincheras que zigzagueaban en el horizonte. Escuadrones enteros de blindados ardían virulentamente donde se habían enfrentado al enemigo, iluminando la noche y desprendiendo gruesas y negras nubes de humo toxico, que ascendían hacia la ya deteriorada atmosfera.

Los ecos de la batalla aun estaban presentes, como un fantasma, una visión de lo que habia ocurrido, quizás fruto de la disformidad, los miembros del equipo, asomados por las escotillas del blindado en el que viajaban, pudieron ver como se habia librado el cruel combate, como los tanques habian presentado oposición ante el enemigo, y como aquellos enemigos parecian inmunes a los misiles y a los disparos. Como cometas entrando en la atmosfera, unas bolas de energía de color purpura habian alcanzado los vehiculos enemigos y los habian agujereado, limpiamente derritiendo los blindajes y sus tripulaciones.

Colocando una marcha mejor y aplicando toda la potencia del motor y la tracción 4x4 de aquel vehículo militar, el transporte blindado, avanzó atravesando las trincheras horadadas por los proyectiles de alta potencia, y pasó por una zona llama que les permitió adentrarse en la tierra de nadie. Aquello parecía un satélite planetario totalmente horadado por los meteoritos durante milenios. El grupo ponía caras de desagrado cada vez que una de las ruedas patinaba sobre un cuerpo tendido en la tierra de nadie, o se llevaban las manos a los ojos al pasar cerca de los cientos de blindados en llamas de los que pendían los cuerpos carbonizados de las tripulaciones.

Todos sabían que aquel día la guardia imperial asignada a aquel planeta había sufrido un durísimo golpe que sería difícil que sanase, por otro lado, la nave que había traído a los agentes hasta el planeta estaba repleta de unidades de refresco que iban a entrar ferozmente en combate, aquellos bisoños reclutas se enfrentarían a una durísima prueba como bautismo de fuego. Pero todo aquello solo estaba en un plano secundario en los pensamientos de los agentes. Ellos pertenecían a otra liga, jugaban en otra división, y tenían una tardea mucho más compleja e importante que llevar a cabo.

Al encontrarse en campo abierto la placa de datos volvió a la vida, y tras consultar la localización aproximada del objetivo se pusieron en marcha, dejando atrás otras líneas de combate, las del enemigo, y adentrándose en sus dominios. Todo estaba extrañamente tranquilo, en calma, como si hasta el último servidor de ametralladora, hasta el último de los soldados más débiles, hubiera sido lanzando en aquella ofensiva. Era realmente inquietante.

El grupo se aproximó con los faros apagados a la demarcación 51, la cota donde la placa marcaba que se encontraba el objetivo. ¿Por qué funcionaba ahora? Sería que en campo abierto y habiendo dejado atrás la bulliciosa colmena la recepción era mejor? Era difícil de saber, pues tras todo lo que estaba pasando... Pero ahí se encontraban por fin, al borde mismo de la colina donde supuestamente se encontraba su destino. Y ahí arriba, como un reflejo, en la cima de la colina, se podía ver que una serie de antorchas rompían la oscuridad.

Al llegar lo primero que llamaba la atención es que el vehículo se enterraba en la arena, de manera rara “ceceando” por el culo, la radio hacia rato que había dejado de sonar y una luz grotesca se había encendido en el cuadro del vehículo, Telion la reconoció y explico que le faltaba energía al vehículo. Costaría encenderlo de nuevo, si seguían así mucho rato.

Las piedras se iluminaban con un resplandor verde oscuro, era evidente para el mas tonto que allí se albergaba poder, poder de una magnitud que ninguno entendía. Pero podían sentirlo, los incomodaba y escuchaban un zumbido, parecido a cuando la anomalía de insectos apareció hacia unas horas. Armados hasta los dientes y mas, vieron que el lugar estaba alzado respecto a la zona circundante, lo que podían aprovechar para ascender sin ser vistos, a menos que hubiera centinelas en la zona, aunque nadie vio nada que les supusiera un peligro para su misión.

Mientras ascendían, vieron unos vehículos muy toscos con unas ruedas preparadas para andar por la arena, o eso comento Telion, el vehículo podía llevar como máximo a cuatro ocupantes.

     Cadyk buscó un lugar apropiado para detener el vehículo. Dejarlo en una zona blanda podía suponer que luego no tuviese tracción para arrancar de nuevo. Estaba claro que malgastar energía en esas condiciones no era lo mas aconsejable, por no hablar de que si continuaban, mas tarde o mas temprano los enemigos escucharían el motor. Con cuidado en las maniobras dio la vuelta dejando el vehículo preparado para salir en sentido contrario de ser necesario. - Deberíamos buscar algo para camuflarlo... al menos un poco. La energía se está agotando y no deberíamos malgastarla en éste terreno. Dijo. - Estamos tan cerca del objetivo que será mejor continuar a pie.

Telion bajó del vehículo y se dirigió a los nuevos vehículos encontrados para inspeccionarlos.

- Tienes razón compañero, veré si estos vehículos pueden sernos de utilidad a partir de ahora

El viaje dentro del blindado ofrece mucho más de lo que esperaba ver. La destrucción en los distintos momentos de nuestro recorrido dan cuenta de un nivel de calamidad que jamás habría imaginado presenciar: Vehículos, construcciones, armas y personas, todos destrozados hasta alejarles de tal forma de su composición original que a veces siquiera soy capaz de reconocerlos como tales. Las construcciones parecen dunas de escombros, los vehículos y las armas son solo chatarras incendiada, pero lo peor son las personas, que son despojos humeantes de carne negra que siquiera asemejan un ser humano. El asesinato implacable sucedido en esta zona del Universo hace que mi pecho sienta una opresión inmensa, pues he visto muertos, yo mismo he matado innumerables veces, pero estoy seguro que aunque pusiera a todos ellos juntos, no serían la mitad de los cadáveres que cuento a simple vista.

La guerra es algo mucho peor de lo que podría haber imaginado. Cuando se está en la Colmena y escuchas acerca de guerras, piensas en un tiroteo como los que siempre vivía, pero en muchas calles. No era más que eso para mí. Me equivocaba, pues la capacidad de destrucción que las armas del enemigo posee es capaz de extinguir la vida más rápidamente de lo que uno come lo que le sirven en una escudilla. El ser humano es más frágil y débil de lo que uno piensa.

Aun así mantengo la integridad y me muestro estoico ante la enorme desolación que presenciamos durante el recorrido. Finalmente llegamos a la zona y me preparo para bajar cuando Cadyk detiene el vehículo después de estacionarlo en una posición para una huida rápida. Apenas se detiene el motor, abro la compuerta trasera y bajo atento a los alrededores.

Me llegan las extrañas sensaciones provenientes de la zona, pero intento ignorarlas y no pensar en ello, pues no deseo ceder ante el miedo como la última vez. Esta vez seré el aporte que deseo ser. Telion se preocupa más de los vehículos cercanos, pero no lo culpo pues es lo que se esperaría de un Tecnosacerdote, pero lo mío es estar atento y preparado, por lo que comienzo de inmediato mi labor.

Siempre manteniéndome a cubierto con nuestro blindado, comienzo a otear con detenimiento los alrededores, sobre todo en lo referente a presencia enemiga y zonas de especial interés. Mis ojos y oídos se mantienen muy atentos y prestos a cualquier estímulo que me indique que estamos en peligro o en una posición comprometida.

Podía olerlo: muerte.

Sugiero dejarlo tal y como está -opinó el sacerdote-, con el motor apagado. Un vehículo muerto no destacará entre cientos de vehículos muertos más. En cambio, nosotros sí. Deberíamos apresurarnos. Este lugar está demasiado vacío para un evento de tal importancia como el que va a acontecer

¿O acaso ya ha sucedido y por eso está todo tranquilo? ¡No, no! Eso no puede ser...

Subido en lo alto de la torreta la vista mejor y cuanto menos mas cruda y desoladora,las gafas de sol le ayudaban a distinguir con mayor oscuridad y desasosiego la violencia y la muerte retratada en las calles,los edificios y las gentes tiradas como fardos y muñecos rotos en las calles y caminos.-Puta guerra...-escupió a un lado a medida que el camino quedaba sembrado de cadáveres y soldados caídos.

Llegado a un punto la masacre era tal que Glask no pudo mas que quitarse las gafas y abrir los ojos de forma desmedida.-Joder...-El veterano bocazas no tuvo ni pudo decir nada más,como se suele decir le comió la lengua el gato o la destrucción de sus antiguos compatriotas de una forma tan sencilla y brutal que temió durante unos segundos por los jóvenes escudos blancos de aquella nave de la que desembarcaron¨Pobres desgraciados,tendréis un bautismo...pero de sangre y lágrimas...¨lanzó una silenciosa plegaría al dios emperador por las almas de los incontables pobre desgraciados que iban a morir y otra para que nunca le faltaran balas con las que eliminar a sus enemigos impíos.

Cuando Su silencioso conductor decidió que el paseo por el campo se acabó fueron bajando del vehículo todos como niños buenos.-Mmmm...-Clavó la mirada en el horizonte,en las antorchas que marcaban la cima y en los vehículos que había nombrado su tecno-colega.-Usted manda jefe,¿que hacemos?revisamos un vehículo de huida o subimos para darles sagrada muerte a nuestros enemigos?.-Glask miró a borden,pese a las tensiones habidas anteriormente era el líder y como tal el que decidiría el destino del grupo.

Apenas llegando a la cima, comenzaron las primera dubitaciones. Desde allí se veía claramente una piedra pequeña llena de entrañas de no se sabían bien que, sobre la piedra de no mas de 50 cm de alto había un arma de mano un cuchillo grande tintado en ciertas zonas de negro. Al rededor de la piedra había 13 cultistas rezando febrilmente. No estaban atentos a nada al rededor, no parecía que fueran ha ser interrumpidos por nada ni nadie, pero estaba claro que habían llegado en un momento importante, ya fuera durante, mediante o finalizando aquel sucio ritual.

En el borde de las piedras podían oler un fuerte olor a almendras podridas, un fruto extraño en aquel lugar y en media galaxia. Apenas los impedía un salto para empezar ha acribillar a todos aquellos fanáticos, aquel lugar no era la mejor cobertura, pero estando en medio de un arenal esto era todo un lujo.

Un viento transversal levantaba algo de polvo que se metía por la nariz y garganta. Allí no había nada mas que hacer, y por primera vez desde que habían pisado el planeta, parecía un trabajo fácil.

     Ésto no me gusta nada... pensó Cadyk. ¿Unos cultistas en mitad de una guerra haciendo un ritual sin ningún tipo de protección? Imposible. Aunque quien sabe como piensan los seguidores del archienemigo. Antes de dar un paso mas, el asesino se puso las lentes fotosensibles y se ocupó de otear a su alrededor en busca de mas amenazas. - No disparéis aun, ésto parece demasiado fácil... dijo en voz baja.

Telion se dispuso a usar una distracción para desconcentrar a los cultistas de su hechizo ritual, si es lo que estaban haciendo, se preguntaba Telion.

Justo en ese momento Caddyk les mandó parar y Telion esperó ordenes mientras no apartaba la vista de los cultistas.

Nos separamos. Glask, Jericus y Telion III por un aldo. Cadyk y yo iremos por el otro. Rodeadles, creo que el fuego cruzado será lo más eficaz. Usad explosivos para acabar con esos herejes enemigos de la Humanidad.

Borden creyó que en dos grupos conseguirían acabar rápidamente con ellos, pese a sus superioridad numérica. Aún así era el momento der ezar porque sus disparos fuesen certeros. El sacerdote sólo tenía su pistola láser para defen.der a la Humanidad. ¡Qué épico!

Cadyk, tienes razón; es demasiado fácil. Crees que el sacrificio de Hamido ha sido glorioso a ojos del Emperador?

     El asesino estaba exasperándose de nuevo. - Insensatos. Yo se algo mas sobre el poder de la disformidad que vosotros, ya que me dedico a cazar psíquicos. ¿Quien sabe cual es la finalidad del ritual? Quizás derramando su sangre solo les ayudemos. Debería bajar ahí abajo y hacer que pierdan la conexión con el inmaterium, pero no será hasta que esté seguro que no hay mas enemigos acechándonos. Dijo en voz baja pero con un tono duro y directo. - Alquién de arriba pensó que mis habilidades no sobraban en ésta misión. Pensad un poco el porqué. Yo no ignoro las advertencias que los demás me hacen. Añadió irritado al "jefe" de la misión.

El ritual se está realizando frente a nosotros pero algo no parece estar en su lugar: Sectarios concentrados, lugar despejado, blancos fáciles y sin guardias. Demasiado sencillo para mí.

Atreus da órdenes pero se detiene ante la inspección de Cadyk, la que parece ser mucho más que un simple análisis del terreno. Yo no entiendo nada de cosas profanas y del Inmaterium, y tampoco me interesa ensuciar mi mente con aquel sucio saber corrupto, por lo que escucho con cuidado la opinión de los expertos.

De todas formas, yo tengo mi forma de hacer las cosas y desenfundo de mi espalda el rifle de francotirador. Reviso que esté lleno de munición, tal como lo dejé hace un rato y comienzo a apuntar a un sectario. De una forma u otra, estoy seguro de que debo abrir fuego, por lo que fijo la mira en mi objetivo, esperando la señal.

El cumulo de piedras formaban una meseta pequeña y regular, algo del todo extraño para el lugar puesto que solo había arena. De esta meseta de piedra sobresalian trece menhires mas o menos regulares. Asustaba el verdor que irradiaban aparentemente desde el interior de la piedra, por eso la zona parecía desierta, apenas algunas duras plantas habían arraigado sobre la piedra, y ni siquiera el musgo crecía por sus zonas sombreadas dando al lugar una apariencia de limpieza algo extraña para un paraje natural.

Construidos de manera torva, había unos muros bajos tenían apariencia de corta vientos donde poder descansar, algunas cajas con pertenencias se acumulaban aquí y haya. Muchas llevaban el símbolo imperial, otras ya ni eso. Cerca de los sectarios, habían puesto antorchas, algo del todo inútil puesto que seguía habiendo luz pero nadie quiso saber las ocupaciones diarias de un loco perturbado, o de eso tenían pinta rezando a una pequeña piedra central llena de sangre aun fresca. Mientras el grupo observaba ellos se dedicaban a lo suyo, rezar casi con la frente pegada al suelo. Tenían un bai-ben determinado que todos conocían muy bien, y era casi hipnotico fijarse en ellos demasiado tiempo.