Partida Rol por web

Uno por uno, los tributos van entrando al centro de entrenamiento.

Ya pueden empezar. Supongo que ya todos saben como es mas o menos la sala de entrenamientos. La descripción especifica la irán armando ustedes con cada uno de sus posts

La seleción de Sarah como tributo del distrito 10, había dejado a la muchacha en estado de shock, provocando que deambulara de aquí para allá como un cuerpo sin personalidad própia, en silencio, con la mirada ligeramente perdida en un punto indeterminado...

Sara había nacido con los Juegos, sabía qué querían decir, conocido su significado: todos mueren, uno sobrevive. Desde pequeña escuchaba las historias de aquellos que habían ganado el macabro concurso. Pero también los recuerdos de los que habían perido la vida en él.

Por ese motivo, al esccuchar su nombre por la megafonia del 10, su mente se congeló. Sarah necesitaria su tiempo para asimilar todo aquello... Sus días estaban contados, era como una muerte anunciada. Qué posibilidades tendría ella para ganar los Juegos?

Y cuando llegó a la sala de entrenamiento, su tensión y nerviosismo no disminuyeron lo más mínimo.

Se encontró en una enorme sala, fría y nada acogedora, con paredes blancas y grises, con una colección de columnas que distribuían el espació en diferentes sectores, cada uno con una zona de entrenamiento específico: tiro con arco, combate cuerpo a cuerpo, conocimiento de plantas, creación de explosivos, primeros auxilios...

La chica se quedó a escasos metros de la puerta por donde había accedido a la sala. No sabía donde ir o qué hacer. Así pues, decidió situarse en una de las columnas y observar la llegada del resto de tributos. Puede que se decidiera al ver como actuaban el resto.

A primera vista parecia mucho mas comodo que La Veta, su lugar de residencia del distrito 12, el metal suplantaba la madera y la limpieza la humedad. Sean siempre fue un trabajador de las minas de carbon, sus conocimientos fuera del distrito eran casi nulos, aunque siempre tenia interes por los juegos del hambre, no como una atracción sino como una forma de extorsionar y controlar a la gente, nunca penso que iba a participarar en uno de ellos. Sabia que dos personas de su distrito ya lo habian ganado antes, pero si vamos a las estadisitcas 2 de 100 era un numero muy pobre. Se sorprendio al ver algunos competidores de menor edad, lo que por un lado lo alegro pero por otro sintio miedo al no saber si podia actuar sobre ellos a la hora de estar "jugando". Sin mencionar una palabra se sento sobre un banco pequeño de un lateral del cuarto y comenzo a observar a la gente jugando con un palillo en sus dedos.

El unico problema, es que Yocasta no ha podido ganar otros juegos del hambre. Los ganadores de juegos anteriores quedan exentos de participar en los juegos. Creerás que es como en los 75º juegos del hambre, en ese vasallaje los tributos fueron seleccionados entre los ganadores aún vivos, pero en los 50 fueron el doble, en lo 25 los votaron... Cada vasallaje tiene sus propias reglas, que no incluyen haber ya ganado los juegos.

Alicia entra un poco emocionada ya que por fin lograba estar dentro de los juegos-Quisiera que aquellos que quieran estar en los juegos levanten la mano- lo dice en un tono sarcástico mientras ella levanta la mano como en sentido de burla

Espera un poco para ver la respuesta de los demás y luego se dirige a la sala en la cual podría practicar con el arco que era lo que mejor se le daba y antes de entrar en esta observa a la chica en la columna y le dice en voz baja:

-Se que no quieres estar aquí pero finge que si o la mayoría querrán matarte primero, y dime cual es tu nombre?

Mientras veo entrar al resto de tributos por el rabillo del ojo, sigo entrenando y golpeando "muñecos de trapo".

¿De qué distrito serán esos? Me pregunto al ver pasar a unos pocos. Espero que no sean tan duros como parecen...

Estaba deseando que empezaran los juegos y acabar con esta farsa cuanto antes...

Pyt entra a la sala de entrenamiento con los demás. Su mirada recorre la habitación y se detiene un momento en una estantería en la que hay varios tipos de hachas. En algún momento tendrá que mostrar su habilidad con ellas para ganar puntos pero... aún no.

Echa un vistazo al resto de tributos. Las próximas horas y días serán decisivas para hacer amigos... o enemigos. Y Pyt no está seguro de qué prefiere menos llevarse a la Arena. ¿Un enemigo que le odie... o un amigo al que matar? Una chica habla, y por su tono, sólo puede ser del Distrito 1 o 2. Lo cuál la convierte en una amenaza peligrosa o una potencial aliada. Si Pyt consiguiese hacerse amigo de los profesionales, hacerles pensar que puede serles útil... quizás pueda sobrevivir al menos al baño de sangre. La idea no le gusta... pero a la chica no le falta razón.

Se dirige a ella, sonríe y le tiende la mano.

-¡Ey, yo soy Peter, pero todos me llaman Pyt! Y bueno, la idea de tener que luchar a muerte entre nosotros inquieta un poco pero... al menos la comida es buena, ¿verdad? -suelta una risa que le sale un poco más nerviosa de lo que le habría gustado.

"Cálmate Pyt, lo peor que podría pasarte es que te considere un crío tonto".

Tras haber hablado en el tren de ida acerca de ocultar su conocimiento sobre explosivos hasta el final, la llegada al Capitolio fue, cuanto menos, fría. Su hermana había caído sin gloria en los Juegos y, con un poco de suerte, nadie la recordaría. Pero él se aseguraría de vengarla.

Cuando entró a la sala de entrenamiento vio a sus futuros enemigos no pudo sino mirarse a sí mismo. Tal vez debería haber entrenado algo más el físico, estos chicos son demasiado fuertes. La voz de la chica bien alimentada le ayudó a centrarse. Observó el lugar con atención y vio el puesto donde, indudablemente, podría aprender sobre flora y fauna, en definitiva, sobre cómo alimentarse en cualquier entorno. No tenía problema con hacer fogatas o con el calor, ¡era un experto en eso! Pero no le vendría mal practicar un poco antes.

Sin embargo, a medio camino del puesto, cayó en la cuenta de la pregunta y, aunque pudo ser a destiempo, levantó levemente su mano mirando a la pareja que estaba hablando y, acto seguido, se dirigió hacia ellos.

- Personalmente creo que primero deberíamos hacer frente a los peligros que encontraremos en los Juegos. Nos os veo veo como  enemigos, sino como futuros aliados para enfrentarnos a los mutos. - Puso su mejor sonrisa. - Soy Chris, del Distrito 3. - Tendió su mano hacia la chica en primer lugar y luego hacia el chico. Al mirar a éste, no pudo sino asentir. - Sin duda debemos aprovechar la comida, quién sabe cuándo podremos degustar de nuevo platos así.

Me acerco a los 4 tributos que han empezado a hablar entre ellos.

¿Ya están formando un grupo de 4? No puedo quedarme fuera y tener desventaja. Además, me parece razonable lo de aliarse para acabar con el enemigo común.

- Hola chicos, no he podido evitar escuchar esa propuesta que comentáis. Yo también pienso, y creo que todos, que no es mala idea aliarnos para vencer a un enemigo común. Estoy segura de que el capitolio nos habrá preparado "un comité de bienvenida" de lo más pintoresco. Si queremos sobrevivir deberemos aliarnos. Al menos, para acabar con nuestros enemigos en común. Mi nombre es Yocasta y procedo del distrito 8.

Realizo una leve inclinación como gesto cordial de saludo.

- Se que cada uno de nosotros tiene una serie de habilidades distintas. Estoy segura que juntos podríamos complementarnos para sobrevivir en los juegos. ¿Qué me decís?

"Como es posible que esten tan tranquilos y animados? Si estamos a punto de morir!" pensó desconcertada Sarah.

Su caracter introvertido hacia que pasara desapercibida, cosa que en más de una ocasión podía llegara a ser una ventaja. Quién la vería como candidato potente a ser ganadora del consurso? Por ese motivo, las palabras de aquella muchacha de cabellos rubios no le afectaron en demasía. Dudaba mucho que fuera el primer objetivo de muchos de los tributos...

El resto de concursantes que fueron llegando parecían algo más cordiales. Evidentemente, la propuesta de alianza le favorecía ya que sus conocimientos sobre fauna podrían serle últiles para sobrevivir en la "zona de juego", pero a lo que a defensa y ataque se refería...tenía mucho que desear. Conocía su buena habilidad para montar trampas y su destreza para fabricar pequeños utensilios, pero en combate era algo nefasta.

Sí, era momento de hacer amigos...o, como mínimo, aliados a los que confiar un poco el destino de su vida.

-Me llamo Sarah y soy del distrito 10.

Veo que ya han empezado a socializar.

Comentaba en su cabeza mientras veia al grupete charlano sin poder oir de que iban, no queria quedar como uno mas del monton por lo que se levanto y camino junto al armario de armas, el pico fue su mejor amigo en los tiempos de las minas asi que penso un arma de similiares caracteristicas, sin dudas el hacha era su nuevo amigo, lo tomo con las dos manos y subiendose las mangas de su camiseta para demostrar sus musculos comenzo a talar muñecos de goma.

Todas este circo antes de comenzar le parecia absurdo e hipocrita, sabia que los tributos tratarian de llevarse bien entre ellos para formar alianzas pero al fin y al cabo se matarian entre ellos, cuanto mas lo pensaba mas bronca le brotaba en su mente, esto de los juegos era lo mas primitivo y antihumano y se oponia a ello.

Cuanto mas se retorcia en su cabeza mas fuerza le brotaba, hasta que libero todas sus energias en esos muñecos y al darse cuenta de lo ocurrido observo al suelo y puedo ver la cabeza del muñeco rodando.

-Hola que tal pyt, Chris, Yocasta y Sarah yo soy Alicia vengo del distrito 2- esbozando una ligera pero amigable sonrisa mientras cierra los ojos en sentido de amistad-y como he mencionado antes yo me ofreci como tributo.

Al ver a todos reunidos en aquel lugar y escuchar acerca de la alianza le agradaba de algún modo desconocido incluso para ella lo que ya es mucho decir.-La idea de la alianza me agrada aun cuando no sabemos las habilidades de los otros pensamos en trabajar juntos eso me alegra.

Volteando un poco logra observar a un chico utilizando el hacha contra un muñeco de goma y por unos instantes las ideas le dejaron de fluir para todo menos para gritar

-¡¿Tu el del hacha como te llamas y de que distrito vienes?!

Junto con la cabeza de aquel muñeco otra sorpresa cayo sobre Sean, una mujer de parecidad edad le estaba gritando, cosa alguna que no le gusto para nada, volteo la cabeza mostrando molestia por que no le gustaba que anden gritando, pero ese rostro amargado no duro mucho, ya que quedo paralizado por aquella muchacha, era bastante bonita, mucho mas bonita que aquellas vecinas que recordaba.

Solto el hacha produciendo un ruido bastante fuerte y molesto y lentamente se acerco a la muchacha, no queria mostrar rudeza ni tampoco debilidad por lo que respondio con una sonrisa ligera y una voz bastante seria.

Me llamo Sean y soy del distrito 12, no hace falta que andes gritando por la sala no somos animales. Abriendo los ojos para hacer entender que eso de andar gritandose entre si no le gustaba. ¿Y tu como te llamas?

Rápidamente se forma un grupillo de tributos alrededor de Pyt y la chica que habló primero. Uno sugiere formar alianzas, y pronto todos parecen estar de acuerdo con la idea. Parece que lo de juntarse a ellos ha sido buena idea... aunque... el hecho de estar hablando con ellos de luchar juntos cuando, para sobrevivir, todos los demás deberán morir. Un escalofrío recorre la espalda de Pyt, no sabe si reír o llorar. Esto es ridículo.

Otro muchacho se acerca después de destrozar un maniquí con un hacha ("Qué falta de estilo, no tiene precisión, sólo fuerza bruta, es casi un crimen usar un hacha de esa forma"). El titubeo, la postura, sus mejillas ligeramente sonrosada. Pyt reprime una risa, o mucho se equivoca o el recién llegado no le va a quitar el ojo de encima a la chica del 2. Esto es cada vez más ridículo.

-Estoy de acuerdo en que tendremos más posibilidades contra lo que sea que nos han preparado en la Arena si nos unimos -Pyt se apoya en la columna y mira a los demás expectante -¿Qué se os da bien a vosotros? Y.. ¿a alguien se le ocurre qué nos encontraremos allí fuera?

No es una pregunta inocente. Esto no se trata sólo de hacer alianzas. Todo lo que pueda averiguar sobre el resto de Tributos puede serle útil... más tarde. Puede salvarle la vida. Nota el sudor cayendo por su rostro. Cada vez cuesta más no salir corriendo de allí.

Miro al chico de color y pienso seria en todo lo que he visto estos años en mi distrito, cuando veía los juegos por las pantallas.

- No sé que nos esperará ahí dentro. Lo que si sé es que he visto monstruos y abominaciones capaces de acabar con cualquiera de nosotros. No creo que bajen el listón al tratarse de los 100º Juegos. Seguro que nos guardan un montón de sorpresas no muy agradables. Es por eso que sigo opinando que unirse para luchar contra un enemigo común es obtener ventaja. Pero es solo una opinion, cada cual es libre de tomar las suyas propias.

Tras esta última frase quedo mirando fijamente al tributo del distrito 12

Al oir las palabras del niño y la muchacha me acerco al grupete y confieso en voz baja.

- Muchas veces paso por mi cabeza una idea pero es muy dificil llevarla a la practica ya que no todos pensamos igual...que ocurre si el dia del inicio de los juegos todos nos negamos a matarnos, de hecho competimos por sobrevivir ante los abominables humanos que juegan con nosotros, creen que podria haber un cambio o solo jugarian mas con nosotros y sera un show mas del resto.

Luego de hablar se quedo inmutado al confesar lo dicho y espero una respuesta que no lo desanimara.