Partida Rol por web

1500, el Fin del Mundo: Cap I, Carnaval Maldito

11 de Febrero, Palacete de los Fontana

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30/03/2008, 15:41
Enric Fontana

Pere carraspea un poco incomodo, no esperaba tal respuesta y a pesar del intento de Patricia de reconducir la situación comienza a balbucear un remedo de excusa.
-Encantado estoy de conoceros...bueno, os tengo que dejar Enric. Creo que hay un genovés que preguntaba por mi .. cosas de negocios supongo... luego nos vemos.- Y seguidamente marcha hacia otra parte.

Enric Fontana no parece muy contento, coge del brazo a Patricia y seguidamente se la lleva por la fuerza a un rincón alejado de las miradas indiscretas. Entre dientes comienza a echarle una de sus calladas broncas:
-¡Maldita sea! Siempre estás actuando como una descarada y impertinente mocosa... te juro que como sigas yendo por ese camino te dejo de patitas en la calle para que se ocupen de ti esas monjas amigas tuyas...-
Una cuidada tosesilla le interrumpió, Miriam Castellbó estaba justo al lado, el gesto de Enric fue primero de sorpresa y luego le dedicó una mirada de cierto temor, como si se encontrar delante de un pájaro de mal agüero, que se cruzó con la mirada eternamente despectiva de Miriam.

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30/03/2008, 15:53
Miriam Castellbó

Miriam Castellbó por su parte realizó una ligera reverencia y con una cara de no haber roto un plato y un tono inocente dijo:
-Le agradezco la bonita fiesta y la invitación señor Fontana. Antes estaba manteniendo una interesante charla con su bella sobrina y no vi que os la llevarais. Estaba, por ello buscándola... ¿No interrumpiré nada no?-

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30/03/2008, 16:04
Enric Fontana

-No, no interrumpe nada- Discretamente suelta a Patricia. -Creo que os dejo conversar tranquilamente, tengo muchos invitados que atender. Saludos dama.-

Y se retira como si se hubiera calmado de repente.

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30/03/2008, 21:16
Patrícia Fontana

-Sólo quería dar mi opinión...- se defiende en apenas un susurro mientras se encoge compungida sin atreverse a mirar a su tío, temerosa mientras mira de reojo alrededor. Por suerte el hecho de poder ser observados la librará de una buena torta aunque quizá después no tenga tanta suerte.
Observa atónita cómo Enric se marcha calmadamente tras la interrupción de la dama Castellbó para entonces mirarla a ella.

-Se lo agradezco, no sé cómo ha conseguido tranquilizarlo con tanta facilidad- esboza una pequeña sonrisa mientras se frota el brazo y vuelve a alguno de los bancos de madera alejados de los grupos numerosos.
-Supongo que soy demasiado impetuosa, muchas veces hablo antes de pensar y entonces... Lo cierto es que tampoco me interesaba esposarme con un caballero al que no conozco, pero no es que tenga opción- admite con un hondo suspiro.

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30/03/2008, 23:19
Miriam Castellbó

-Creo que has hecho bien; imaginate encerrada en las propiedades de un poderoso terrateniente, con millas y millas de cultivo entre tú y el pueblo más cercano. Si a eso le añadimos a un hombre más pendiente de subirle las enaguas a las mujeres de fuera de su casa que a su mujer debe de ser el lugar más parecido a la cárcel que imagino.-

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30/03/2008, 23:25
Patrícia Fontana

-Lo cierto es que lo de las enaguas me da igual, así me dejaría en paz, saldría ganando en ése aspecto- comenta encogiéndose un poco de hombros -Pero no podría soportar estar encerrada sin tener algún sitio al que escapar, acabaría consumiéndome...- se mira las manos sobre el regazo con expresión preocupada.
-De todas formas... si no me esposo mi tío acabará echándome del palacete, cada vez parece más obvio. Pero no hemos venido aquí para hablar de mí, supongo- se hiergue e intenta componer una sonrisa aunque no resulta demasiado. Desearía que la "fiesta" acabara cuánto antes a pesar de la compañía de Míriam...

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02/04/2008, 22:28
Director

Por suerte para Patricia, la fiesta comienza a menguar y los invitados comienzan a marcharse poco a poco. Miriam se despide dándole a Patricia instrucciones de como entrar en contacto con ella o con alguien de su séquito. Al final quedan los criados que se disponen a limpiar y ordenar todo. Como sueles hacer aduces dolor de cabeza para no tener que enfrentarte a las miradas furibundas y broncas de tu tío y poder marcharte a tus aposentos, el lugar del palacete donde conservas algo de libertad. Por la ventana ves que comienza a anochecer ¿Que decides hacer?

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02/04/2008, 23:14
Patrícia Fontana

Patrícia suspira con tremendo alivio una vez llega a su habitación y puede cerrar la puerta con un grueso pestillo que a menudo desaparece de la puerta para volver a ser puesto al cabo de poco.
Se quita la diadema dejándola sobre el tocador junto con las escasas joyas que lucía en la fiesta, se desviste y se pone un largo camisón, entonces se arrodilla junto a la cama para rezar sus plegarias de cada noche, acostándose enseguida para poder despertar al alba y escabullirse del palacete cómo tantas otras veces.
A ésas horas de la mañana sólo suelen haber despiertos algunos sirvientes y aunque la vean no le impedirán el paso...

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03/04/2008, 19:00
Director

Te despiertas con las primeras luces del alba, miras por la ventana y ves que la noche aun no se ha retirado del todo, el gallo de hecho aun no ha realizado su diario canto.

Al salir de la cama notas un poco de fresco y de repente la calidez de las sabanas te atraen muchisimo. Sin embargo sabes que eso mismo hace más seguras tus escapadas, al no estar levantado tan pronto nadie que te impida irte.

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04/04/2008, 10:37
Patrícia Fontana

Por unos fugaces instantes siente la tentación de quedarse en la cama, calentita y cómoda entre las mantas... Pero enseguida se da cuenta de que no puede permitirse ser perezosa, así que se levanta de un brinco para no pensarlo más y se lava la cara con agua fresca de una palangana de cerámica cercana.
Tras ésto busca en el fondo del extenso armario y escondido un vestido desgastado y sencillo de color oscuro con el que pasa bastante desapercibida.
Se viste pues y recoge su cabello en un apretado moño cubierto con una tela que prende de una diadema y tras estar lista sale apresuradamente y en ayunas del palacete, sin demasiadas complicaciones de momento mientras se dirige directamente al convento de Santa María de Jerusalén, cómo tantas otras veces...

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04/04/2008, 21:15
Director

Amanece languidamente mientras te escabulles por las calles. Pocos barceloninos están despiertos a estas horas, solamente los más trabajadores o insomnes montan sus tenderetes o se dirigen a una destinación desconocida por tí tirando de sus cargadas monturas por las estrechas calles de la ciudad. Cruzas la muralla antiguas y puedes ver el Raval, al contrario que la Ciutat Vella, este distrito de la ciudad no posee calles estrechas y laberínticas, sino que se abren distintos campos de cultivo interiores y edificios dispersos, la mayoría religiosos. Es aquí donde se encuentran la mayoría de hospitales y leproserías.

El convento de las Clarisas no está muy lejos del Hospital de la Santa Creu, el hospital más grande de Barcelona. Es un edificio no muy grande, sin muchos adornos externos aparte de los símbolos religiosos, demasiado pequeño piensas para el número de monjitas que viven dentro. Sabes que la monjas madrugan muchisimo y no tardaran en asomar por la puerta para continuar con su tarea de ayuda a los pobres. De hecho algunos mendigos comienzan poco a poco a agruparse delante del convento.

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06/04/2008, 15:26
Patrícia Fontana

Patrícia camina decidida por las diferentes calles de la ciutat, pues a pesar de que al principio se sentía algo perdida ahora ya tiene muy claro a dónde quiere ir.
Al llegar al convento espera pacientemente a que las monjas abran las puertas, saludando a los mendigos que se acercan con sonrisa amable puesto que incluso conoce a algunos de ellos a los que ya ha ayudado con el resto de hermanas.
Cuando éstas aparecen se les une cómo tantos otros días, buscando entre ellas a Teresa, su mentora en la honorable labor de ayudar a los necesitados y además del conocimiento sobre el Uno y los excepcionales dones que éste le ha otorgado y todavía no consigue dominar lo suficientemente bien.

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06/04/2008, 15:54
Sor Teresa

Las gruesas puertas de madera se abren y los necesitados se apilan ansiosos frente a estas. Empiezan a salir monjas con hábitos blancos. Entre ellas ves a tu mentora Teresa, la cual lleva en manos una cesta llena de ropa. Deja la cesta delante de la entrada y dice con voz clara y meridiana:
-Esto que tenéis aquí es ropa vieja donada por los ricos y nobles piadosos de la ciudad. Demos gracias por su caridad y oremos al señor para que la piedad no se extinga en sus corazones.-
Tras esto, las monjas comienza a separar las prendas para que cada uno tenga lo que necesita y nadie se quede sin su parte. Ayudas como es habitual en tí y eso hace que Sor Teresa se fije en tí. Su mirada se ilumina y te abraza brevemente.
-¡Dichosos los ojos! Hacía días que no os veía, pero nunca es tarde si la dicha es buena. ¿Que os trae por aquí?-

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07/04/2008, 09:17
Patrícia Fontana

Patrícia le devuelve el abrazo a Teresa con una sonrisa feliz en su rostro dado que está poco habituada a las muestras de afecto y por tanto resultan muy apreciadas para ella.
-Necesitaba sentirme un poco útil fuera del palacete, ya sabéis que me escapo en cuánto tengo oportunidad y además mi tío estará demasiado enfadado hoy- se encoge de hombros intentando quitarle importancia ya que no le agrada demasiado hablar de sí misma y menos de sus problemas, al fin y al cabo sabe que no son nada en comparación con lo que deben sufrir las personas que las rodean mientras les tienden ropa.

-La próxima vez intentaré aportar algo de ropa de mi armario, tengo demasiada... ¿Ha ocurrido algo de interés en el período de tiempo que no nos hemos visto?- pregunta mirando con curiosidad a su mentora, deseosa de noticias más interesantes de las que puede escuchar en "casa".

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08/04/2008, 08:55
Sor Teresa

-Oh, ya os contaré. Primero debemos cumplir con nuestro deber con los desposeidos.-

Y ves como se vuelve a internar en el convento para sacar más cestas, esta vez son de pan.

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08/04/2008, 23:07
Patrícia Fontana

-Por supuesto, hermana- asiente enérgicamente y la sigue con decisión y una sonrisa de satisfacción en el rostro, ayudándolas con las cestas y a repartir el alimento, vigilando y controlando que ninguno de ellos repita ración dado que debe haber suficiente para todos.
Les da el mendrugo de pan para después bendecirles de forma protocolaria, deseando así que tengan suerte en el porvenir que el futuro pueda depararles, manteniéndose ocupad aun buen rato y parlamentando e intentando aconsejar a los que así lo deseen, esperando el momento oportuno para poder volver con Teresa.

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10/04/2008, 15:15
Sor Teresa

Ayudas a repartir la ropa vieja y los panes entre los indigentes, al acabar no solo estás agotada, sino que te encuentras feliz por haber hecho algo bueno y piadoso.

Teresa se dirige a tí en el patio del convento (que es donde ha sucedido todo) cundo los últimos mendigos se alejan del lugar.
-O bien. ¿Que me queréis preguntar?-

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10/04/2008, 22:39
Patrícia Fontana

Patrícia suspira gratamente, sintiéndose pro fin algo útil después de muchos días, tomándose la libertad de sentarse en uno de los bancos de fría piedra colocados alrededor del susodicho patio.
-Me gustaría que me informarais de cualquier cosa que haya sucedido en la ciudad que creáis que sea importante, en el Palacete no puedo informarme de muchas nuevas, ya sabéis cómo son estas cosas...- niega con al cabeza y después se queda observando a Teresa, quizá mencione el "extraño" asesinato...

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11/04/2008, 20:53
Sor Teresa

La hermana Teresa pone cara de sorpresa.
-Parece como si hubierais intuido que pasó anoche, aunque no me sorprende tanto teniendo en cuenta el Don que tenéis. Las hermanas me contaron que ayer por la noche unos alguaciles encontraron malherido a un pobre muchacho en el barrio, picaron a la puerta de este nuestro convento y la madre superiora y otra hermana le dieron primeros auxilios, pero imploraron a los guardias para que se llevaran al herido al Hospital de la Santa Creu, ya que allí poseen camas y mejores sanadores.-

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13/04/2008, 14:11
Patrícia Fontana

-Vaya... es una desgracia enterarse del mal y la violencia que azota la ciudad en éstos tiempos, ¿se conoce el motivo por el que pasó éso?- pregunta con interés y algo de preocupación. La verdad es que no es exactamente lo que quería escuchar pero no quiere decir que no se apiade del chico en cuestión.
-Supongo que le trasladaron al hospital, rezaré por su alma y su pronta recuperación- asiente con seguridad ante ésa afirmación y entonces pasa las manos por los pliegues de su extensa falda distraidamente.
-¿No ha ocurrido anda más destacable? Ha llegado a mis oídos la noticia de un...terrible asesinato- comenta mirando a Teresa sólo de reojo.