Partida Rol por web

Belasko observa detenidamente los movimientos del flambeau. No entiende gran cosa de lo que pasa en la sala y no sabe por dónde van los tiros, así que se muestra muy dispuesto a aprender lo que pueda, aunque Joseph no se muestre muy colaborador...

Osorio observa a su compañero mirar inquisitivamente la habitación, pero él permanece en su sitio, meditando. Trata de rememorar los fragmentos de la obra que menos le gustan, los que más apresuradamente compuso. Sabe que ha sido un poco descuidado a la hora de hilar el texto, y eso le carcome por dentro, así que su cabeza bulle, reescribiendo, desechando y frustrándose ante la necesidad de mejorar su obra...

Seguidamente el criado comienza a colocar en sus asientos a los invitados, ayudado por un par de pajes más jóvenes. A Patricia y la familia Fontana les toca en una mesa larga central, la misma que el anfitrión, aunque bastante alejado de este. Miriam y sus acompañantes acaban en un rincón de la sala, cuando toman asiento una mirada furiosa del armado acompañante de Miriam le da a entender a Belasko que su sitio es estar de pie. El que no halla silla para él es también una señal de ello.

Cuando todos están sentados, como activados por un resorte, un seguido de doncellas comienzan a traer diferentes platos y viandas: una gran cazo plateado del que sale vapor, cochinillo asado y pato a la plancha son otros platos. La bebida no falta y traen sendas jarras de porcelana llenas de vino tinto.

Suena música ligera procedente del escenario, donde músicos interpretan su suave y casi somnolienta tonada.

Avergonzado por su falta, Belasko se retrae lo más posible, su rostro ya de por sí sonrosado, más encendido todavía. Intuitivamente busca la seguridad de tener una pared o una mesa a su espalda...

Patrícia devuelve la sonrisa a Míriam y después sigue al resto de la familia Fontana hasta el lugar que les indican, esperando a que su tío y su primo tomen asiento para entonces hacerlo ella.
Apoya una mano sobre la otra en el regazo y mira la mesa de arriba a abajo interesada en los diferentes invitados que la ocupan. Una lástima que Castellbó y Belasko hayan quedado tan alejados, aunque tampoco habría podio hablar mucho con él... Además parece no estar acostumbrado a éste tipo de eventos pero no es algo que inoportune a la joven.

Los platos empiezan a llegar y ella los observa con interés, pero vuelve a esperar a que al menos el anfitrión dé el primer bocado y quizá bendiga la mesa.
-¿No es una música excesivamente suave...?- comenta a su prima Blanca en apenas un susurro.

El anfitrión se pone en pie, resulta ser un hombre orondo y untuoso, con cara que parece la de un bebe sonrosado.

-Bienvenidos sean a mi fiesta y honrada sea su presencia aquí. La verdad es que aquí tengo a lo mejor de la Ciutat Condal, saludemos a los Dufont, los Llul, los Fontana y los Vallseca, familias de solera de esta nuestra ciudad. Así como al señor Gimferro de Valencia y el abate Cerveny de la Santa Creu invitados por mí. Por desgracia el señor Fiveller no se encuentra aquí al tener un compromiso de fuerza mayor, es una lastima. Para los que si están aquí comamos y bebamos a salud de Dios Nuestro Señor, de nosotros y de todos los ciudadanos de está ciudad.- Levanta su copa como saludo. -Padre, bendiga esta mesa.-

Seguido el tal abate Cerveny, un tipo bajito y rechoncho con tonsura y un habito de seda pardo, hace una apresurada bendición, como queriendo acabar rápido para poder disfrutar de los manjares delante de él dispuesto.

Belasko cierra sus ojos en aparente meditación personal, musitando para sí en euskera:
"Diosa madre, perdona a este tu siervo por este momento aciago en el que se ve forzado a hacerse pasar por creyente de la falsa religión del hombre resucitado, que menosprecia la vida, las mujeres y la naturaleza. Prometo pagar esta pequeña ofensa alabándote en el bosque en cuanto tenga oportunidad... -piensa con fuerte sentimiento el pagano Belasko, para volver a abrir los ojos y continuar con su farsa.

Vuelves a sentir algo sobrenatural arriba, pero esta vez te asalta un mal presentimiento, como si se acercara algún tipo de desgracia.

Osorio se mantiene de pie, procurando no parecer nervioso, aunque está claramente incómodo ante tanta gente importante, y también, un poco, por la representación que van a realizar. A pesar de eso, mira a los rostros de los presentes para tratar de hacerse una idea del tipo de público que va a presenciar su obra.

Voy hacia Osorio, con la desagradable sensación que aún me embarga, y susurro: Hay algo... arriba, creo.

Acto seguido, vuelvo a mirar al público, no queriendo llamar demasiado la atención de nadie, y menos de Occand. Al parecer son todos nobles, y seguramente esperan de nosotros algo digno de su diversión, lo único que un grupo de actores —escoria para ellos, con total seguridad— puede darles. Sólo espero que no se note que yo no lo soy.

La comida y la bebida han sido copiosas, y al ser Carnaval virtudes como la mesura parecen haber sido dejadas de lado. Las conversaciones han sido bastante insustanciales hasta ahora entre los compañeros de mesa.

Los más atentos pueden ver como empieza a haber movimientos en el escenario, precen preparar algo.

Joseph hace un gesto a Belasko par que se acerque, en cuando lo tiene a menos de la distancia de un codo le susurra:

-Creo que preparan algún tipo de obra, es buen momento para escabullirse de esta sala llena de puercos. Yo me levantaré y distraeré a los guardias de la salida, tú escurrete y a ver si puedes encontrar algo interesante.-

Una cara conocida se acerca a la familia Fontana, es el terrateniente valenciano Pere Gimferro, que debido a unas copas de más parece más simpático y abierto que de costumbre.

-¡Nos volvemos a ver mi buen Enric! Me alegra veros a todos vosotros de nuevo.-

Y comienza a hablar, este con Tio Enric, a base de murmullos. Temes que tu tío busque otra oportunidad para "venderte".

Dario parece satisfecho, y un tanto aliviado, de como sucede todo en el gran salón cundo se acerca a vosotros. La gente parece relajada y llena tanto de viandas como de vino.

-Muy bien ahora es vuestro turno.-

-De acuerdo -responde asintiendo el asilvestrado muchacho. Tras su escueta respuesta se dirige a la mesa y coge uno de las bandejas u otro abalorio vacío y que deba ser llevado a las cocinas para ser rellenado. Entonces recuerda protegerse nuevamente en el anonimato de las cosas habituales, en el Arcano esconderse de los magos que saben ser sutiles. Acompañado de un útil de siervo, de buen seguro pasará como uno de ellos a los ojos de los guardias, además de que se olvidarán de la presencia del criado de Van Curie...

Sólo queda esperar una pequeña distracción y colarse por la puerta custodiada o bien simplemente por las cocinas para ver cómo acceder a otras habitaciones más interesantes.

Patrícia se había mostrado bastante sonriente y afable durante el breve transcurso de la velada hasta el momento, además la comida es deliciosa aunque la música resulte un poco lenta para su gusto. Le gustaría tener algo más alegre con lo que entretenerse.
Cuando uno de los nobles se levanta de la mesa para entablar conversación con su tío Enric, se remueve inquieta e incómoda en la silla, mirándolos de reojo algo temerosa y nerviosa, pero poco o nada puede hacer y tampoco puede ser mucho peor que estar en lo que supuestamente es su casa así que se limita a girarse para observar el espectáculo que parece estar a punto de empezar con la esperanza de evadirse.

Osorio mira a sus compañeros, intentando imbuírles presencia de ánimo, pero no puede evitar preocuparse cuando Kamal le dice crípticamente que hay algo arriba.

Bien, piensa para sí, pues esperemos que aplauda como todo el mundo.

Después, sale a escena.

La gente queda en silencio y mira atentamente a Luis, ves los efectos del alcohol en la mayoría de las miradas. Puede que gracias a eso no sean muy exigentes.

Luis camina con paso firme hacia el centro de la sala. Ojalá -piensa- mis padres intercedan por mí.

-Damas y caballeros, ruego un momento de atención, por favor. Señoras, señores. ¡Eh, señoría, que no estoy en el fondo de esa copa! Eso es, alce la cabeza. Así mejor. Hemos pensado ofrecerles un divertimento mínimo, porque todos queremos disfrutar del buen vino de nuestro anfitrión, y las cabezas no están para filosofías. Tenemos amor, tenemos romance, tenemos batallas, tenemos dragones. No, olvídenlo. No tenemos nada de eso. Tenemos algo mejor. Una historia de verdad. La historia de un linaje que asciende duramente al lugar que le corresponde. Espero que sepan disculpar nuestras fallas, y no culpen al anfitrión si el vino, o nosotros, les da dolor de cabeza.

Dicho lo cual, damos comienzo a la obra, lo mejor que sabemos.