Partida Rol por web

Valenso,tal vez deberías dejar de preocuparte un rato, piensas demasiado,dice risueña,relájate,además;ya sabes que nuestro compañero acaba de regresar de la mar, y allí no son precisamente educados.tras una breve pausa se dirige a Domingo,y guiñándole un ojo continúa,en fin, ya sabes la fama de la que gozáis en estas tierras...

Domingo se enorgullece por las palabras que le dirige la peliroja, aunque en su estado no puede llegar a discernir si son buenas o malas.

Se levanta de la silla y comienza a adoptar poses de fortachón. A su vez, y con una voz sobreactuada, suelta un pequeño discurso.

-Así que habéis oído hablar de mí. Está claro que soy aun más guapo y más apuesto de lo que cuentan y no tengáis duda de que mi valentía y agudeza son aun mayores que mi leyenda. Pero no temáis, incluso una bella dama como vos tiene su oportunidad de probar suerte con mis encantos. Concluye poniendo morritos y mandando un beso a Ydhir de una forma muy poco masculina.

Seguidamente se desploma de nuevo en su sitio y empieza a reír a carcajadas de su propia actuación.

Ydhir irrumpe en carcajadas al ver las poses de Domingo,alza su copa en dirección al pirata y después la termina de un trago mientras se seca las lágrimas que , a estas alturas de la actuación de Domingo, le recorrían las mejillas llegándole casi al cuello.

Valenso observa las poses de Domingo y empieza a reirse a mandíbula batiente, golpeando la mesa con su jarra.

- Estás loco, capitán. Completamente loco, ¿te lo he dicho alguna vez? - pregunta mientras mira a sus compañeros de mesa

Domingo se encoge de hombros* en su sitio. -Quien es más loco, el que hace locuras o el que lo sigue? Bromea el capitán sin que la frase acabe de pegar en la situación, pero a él no le importa.

-A veces hay que dejar de ser tan serio, amigo Valenso, y disfrutar un poco de esta vida!

Sin venir a cuento, el pirata arrebata a cantar uno de los muchos himnos bucaneros a grito pelado y repique de jarra, al que se unen algunos miembros  de su tripulación que aun aguantan medio sobrios y le hacen de acompañamiento. La fiesta aun se desmadra un poco más, si es que es posible ya...

♪_{-Cause we find ourselves in the same old mess, Singin' drunken lullabies...♫}

Ydhir mueve alegre los pies al ritmo de la canción de Domingo y los otros mientras resopla y se ahueca el pelo en un desesperado intento de refrescarse. El consumo de alcohol en exceso hacía que sus mejillas mostrasen un continuo rubor, y que una continua sensación de calor se apoderase de ella.
Se incorporó un momento en la silla bajándo los pies de la mesa,¿No notáis que hace mucho calor aquí?comentó abanicándose con las manos, creo que necesito un poco de aire,saldré un rato.continuó mientras se levantaba con cautela de la silla.

Los pasos de los dos extrangeros les llevaron sin darse cuenta hasta la entrada de una taberna, no muy lejana al muelle donde el Lobo Feroz había atracado.

Dentro se oía los típicos signos de fiesta. Gritos, aplausos, música y carcajadas, suavemente amortiguados por la pesada puerta, que parecía haber sido reparada recientemente.

El letrero de la puerta rezaba "El Perro Mugriento" Pero el dueño sabía que la mayor parte de la población de aquella ciudad no sabía leer, así que el tablón de madera que colgaba de un hierro junto a la puerta tenía pintado un perro marrón que se rascaba la oreja con una de las patas traseras, con unas cómicas lineas curvas que ascendían desde el animal para simular el olor.

Ambos mirasteis al animal que acababa de adquirir Damon, que había adoptado exactamente la misma postura que el dibujo del letrero, y gruñía levemente mientras trataba de sacudirse alguna pulga.

Los dos os mirasteis el uno al otro y no pudisteis evitar una sonrisa de complicidad, aunque algo asqueada, antes de entrar en la taberna.

La puerta de la Taberna se abrió. Entraron dos hombres extrangeros, vestidos con ropas cómidas y elegantes y acompañados de un perro que honraba el nombre de aquel antro, pero nadie les prestó mucha atención, pese a que más de uno los conocía.

En el interior, poco a poco se había desatado una de las fiestas más salvajes que se habían celebrado en la ciudad desde los últimos diez años. La mayoría de los miembros del Lobo Feroz se encontraban allí, junto con amigos y familiares, celebrando su vuelta triunfal a la ciudad. La taberna no era mas que un entresuelo de techo bajo lleno de toneles cortados por la mitad que hacían las veces de mesas y taburetes de madera que apenas se mantenían de pié, pero había cerca de dos centenares de personas allí.

La gente bebía, celebraba y gritaba sin parar. Las pocas mujeres decentes que había en la taberna se defendían como podían de los borrachos mientras las mozas de taberna los atraían a fuerza de escote para sacarles algunas monedas. Se había iniciado una pelea de bar en el fondo del local, pero nadie mas que los envueltos en ella le dieron ninguna importancia. Mientras los puñetazos y golpes volaban a diestro y siniestro el tabernero, un señor de unos cuarenta años, gordo, cojo y tuerto y la niña kushita que tenía como esclava apenas daban a basto a servir todas las copas que les pedían.

En la mesa en la que se encontraba Domingo y sus amigos todos estaban visiblemente borrachos. Tomás, el escudero de Valenso, se encontraba mareado y aturdido por la cerveza, con la vista perdida en el borde del corpiño de una muchacha que consideraba gracioso incitar al chaval. Ydhir atraía la mirada de todos los presentes con su exuberante cuerpo y sus rojos cabellos, pero pocos se atrevían a flirtear con ella estando en la mesa de personas tan importantes, mientras Domingo y Valenso reían y hacían alguna payasada comentando tiempos pasados no hace mucho.

En ese momento, poco a poco, de entre el murmullo de los parroquianos surgió un rumor. Uno de los miembros de la tripulación se arrancó a tocar algunas notas con su guitarra. Segundos después, se le unió otra guitarra que conocía la misma pieza, mientras otros daban palmas o golpeaban las improvisadas mesas como era habitual en Zíngara y lanzaban gritos de ánimo.

O*

Su talento a la hora de tocar los instrumentos individualmente era discutible, pero en conjunto, todo zíngaro sabía hacer sonar cualquier cosa que encontrara a mano al ritmo de los demás, haciendo cualquier improvisación una verdadera obra de arte. Después de ese punto no había marcha atrás. Algunos cantaron algunas estrofas que apenas rimaban, generalmente sobre temas relacionados con alcohol de diferentes tipos.

Poco a poco, todos se iban sumando a cantar canciones al ritmo de la música. Aquel día se cantaron canciones de profunda tristeza y de alegría casi infinita. Canciones subidas de tono como "Bajo la falda de María", o canciones típicas de taberna como "Las siete copas de vino" y "El oso y la doncella" no paraban de sonar.

Mientras cantaban la tercera estrofa de "En un barril de RON", canción supuestamente inspirada e las vivencias de Domingo, la pelea del fondo del local se puso peliaguda. Ramón, harto de golpes inútiles, desenvainó el acero dispuesto a acuchillar a Julián. La música se detuvo un instante, Julian se puso en guardia solemnemente, como si estuviera a punto de batirse en un duelo formal, pero en vez de desenvainar su propia espada blandía en su lugar un chorizo a medio cortar.

Las carcajadas inundaron la taberna y la música continuó mientras Julián esquivaba cómicamente los envites de Ramón  ,demasiado borracho para dar una buena estocada, saltando de mesa en mesa por toda la taberna mientras Ramón le perseguía. En uno de esos esquives, Julián hizo un movimiento por el que se le recordaría durante meses. Se agachó de espaldas a Ramón con las piernas rectas hasta tocarse la punta de los pies y la espada pasó justo entre las dos nalgas de Julián. Se le rajaron los pantalones, dejando ver gran parte de su trasero durante toda la noche, pero el acero ni siquiera arañó un poco la piel de Julián.

La hija del tabernero, Marina, una muchacha zíngara de cabellos negros y un cuerpo de peligrosas curvas se había ganado un espacio considerable en medio del local a base de empujar a los clientes. Cogiendo poco a poco el ritmo de la música, empezó a bailar con soltura, dando taconazos  al suelo, dando palmas con una pandereta y haciendo girar sus faldas al aire como un torbellino, despertando pasiones en todos aquellos que la miraban.

El tabernero tuerto estaba repartiendo algo de comer, pan moreno con lonchas de jamón curado y otros embutido con patatas hervidas en agua de mar a aquellos que lo podían pagar, cuando el perro de Damón consiguió escaparse de su collar y empezó a perseguir a un gato negro que había en la taberna por debajo de las mesas.

Apenas había pasado el medio día y la fiesta parecía que tenía cuerda para rato.

Domingo no disfrutaba tanto des de hacía muchísimo tiempo. Incluso se sentía orgulloso de escuchar canciones sobre él mismo.

Por un momento, Ydhir distrajo al pirata de su fijación por los cánticos de la taberna. "Era aquello una señal? Era para él? O simplemente el alcohol estaba alterando a la mujer? o quizá al pirata?"

Cuando se dió cuenta de lo embobado que estaba, pensativo, descubrió como el joven Tomás, el escudero, se comía con los ojos a una de las mozas juguetonas de prietos pechos.

Sin dudarlo ni un instante, Domingo hizo un gesto a la mujer para que se acercara, a la vez que dirige unas palabras al chico.

-Hoy te voy a enseñar el porque a los hombres nos gustan las mujeres, chaval. Le comenta divertido y le enmaraña el pelo.

Una vez la fémina se acercó lo suficiente con su caminar sensual y provocativo, el pirata le mostró las pocas monedas que le quedaban. -Desnúdate y baila para nuestro disfrute, encanto. Le medio propuso, medio ordenó.

Arrugo la nariz ante el triste espectáculo que se ofrece ante mis ojos.Dioses bondadosos, estos degenerados son humanos ?.Recompongo el gesto mal que bien intentando disimular el desagrado que me produce la escena .Y bien amigo , hemos venido a este sitio a charlar,no?.Miro a mi acompañante fijamenteDisculparas que lo dude pero no se ocurre un lugar menos adecuado que este.Sin embargo , he de reconocer que me interesa al menos una parte de la compañía .Digo señalando a Domingo y Valenso.Casualidad?Lo dudo "amigo".

La norteña se disponía a abandonar la mesa,acarició suavemente el cuello de Valenso con el dedo índice de una mano mnientras se separaba de sus contertulios cuando calló en la cuenta de que ya había visto antes a esos tipos tan "pintorescos" que acababan de abrir la puerta.
¿Esos hombres tan raros no son los del barco de Domingo?, comenta girándose de nuevo hacia sus compañeros,en fin, se acabó la diversión, continúa volviendo a ocupar su sitio en la mesa, con la de planes que tenía para esta noche...Finaliza a la vez que le guiña un ojo al noble.
Un momento,¿le he dicho eso?;¿En serio?...Ohh por los dioses, creo que he tomado demasiado vino por esta noche.Pensó para si misma mientras no podía evitar ponerse roja como un tomate.
Agitó de forma brusca la cabeza como para sacarse algunos pensamientos de su interior,Domingo, no te excedas, creo que el pobre Tomás ya ha tenido suficiente carne para una sola noche.

Apartando la mirada fastidiado a la mesa a donde había huido su nueva mascota, Damon se gira a su nuevo amigo de extrañas facciones y no puede evitar un resoplido de risa a su comentario. Dando a su perro por perdido hasta que se cansara de perseguir al gato, señala a Kwong para que le siga mientras se dirige a una mesa vacía relativamente lejos de los demás camorristas.

-Yo tampoco creo que sea casualidad amigo, pero un intelectual compañero como tu seguramente entenderá que en esta vida pocas cosas lo son- dice Damon mientras se sienta en la mesa- De momento sugiero que disfrutemos de la bebida antes de que te enseñe uno de las muchas responsabilidades que uno adquiere cuando tiene un jefe, el tener que cuidar de el cuando se emborracha tan malamente como tienen aspecto de hacerlo a este paso. Aunque supongo que podrás querer hablar con tu nuevo patrón, así que si quieres podremos ir a hacerles compañía.

Asiento formal y le indico con la mano que pase delante.Detrás de ti "amigo"mio, quiero comprobar que sorpresa me reserva el universo .Eso sí evitemos tropezar con alguno de estos brutos ya que no apetece provocar ninguna altercado

Con algo de esfuerzo, y bastante más tiempo del que imaginabais, lograsteis esquivar las peleas, los cúmulos de gente y el improvisado baile de la hija del dueño, al que se le iban sumando más participantes hasta llegar a la mesa donde estaban Ydhir y Valenso.

Justo a tiempo para ver como la muchacha a la que Domingo estaba intentando comprar daba una bofetada con todas sus fuerzas en la cara del capitán, argumentando una ofensa a su honor y se marchaba fingiendo indignación.

Je je, he he...

Si, pugongo que es por eso por lo que nos gustan...

Dijo Tomás mareado y con las risilla fácil.

Ydhir irrumpió en una sonora carcajada al ver a la chica abofetear a Domingo,creo que deberías pasar más tiempo en tierra Capitán, esta claro que no sabes tratar con mujeres....

Domingo se rió a carcajada límpia cuando la "señorita" le giró la cara de un manotazo.
-Eso es porque no me he puesto en serio, Ydhir... sino la conquistaba. Le saca la lengua a la flamante peliroja en una mueca infantil. -Otro día será... Dijo a la vez que volvía la atención hacia los que se plantaron de pie cerca de su mesa.
-DAMON! TIO SIENTATE Y TOMATE ALGO! QUE ESTO ES UNA TABERNA Y ESTAMOS DE FIESTA! Le grita aun teniendole a 2 metros.
El pirata le va a llenar una jarra de su barril de RON, pero de este no sale ni una gota. Damon y su compañero llegan un poco tarde.

-Vaya, tendrás que pedir algo al camarero, aquí ya no queda na de na... jajajajaja. (borracho perdido)

-Quien es ese amigo tuyo que traes? No parece de por aquí, eh, eh, eh... jajajajaja. (Menuda resaca tendrá mañana)

Valenso había bebido. Aunque afortunadamente estando de fiesta con Domingo y sus hombres, siempre habia quien vaciaba las copas mas rápido. Al noble le gustaban las fiestas como a cualquiera, pero por motivos de sus obligaciones, en público, siempre llegaba un punto en que dejaba de beber.

Sin embargo, a pesar de su silencio, aun tuvo tiempo para mirar a su "guardaespaldas" cuando esta se le insinuó con bastante descaro, y considerablemente bebida. Valenso sonrió, de buen humor, y la cogió de la cintura cuando esta se distrajo para meterse con Domingo, haciendola sentarse sobre sus rodillas- He capturado a una pelirroja - dijo el noble sonriendo burlón- Aunque, Tomás, nunca te fies cuando una mujer te diga que tiene buenos planes para esta noche. Tres veces de cada cuatro no serán los planes en los que tu estas pensando - dice riendose.

Luego ve a los hombres sabios que estaban en el barco, y les hace una seña para que se acerquen.

- Compartid nuestra mesa - invita.... sin soltar de la cintura a Ydhir

La norteña se sorprende cuando Valenso le coje por la cintura, pero se sienta tranquilamente sobre las rodillas del noble rodeándole con un brazo, ¿Capturado?....ya te gustaría,ya...comenta burlona besando suavemente a Valenso en la mejilla.
Se incorpora un poco al acercarse a la mesa los desconocidos que vieron en el puerto, pero continúa sentada sobre las rodillas del noble.

Haciendo una mueca de dolor ante los gritos de su capitán, Damon coge una silla cercana y se sienta en la mesa donde se encuentran Domingo y sus acompañantes, mientras intenta ignorar el pitido de sus orejas.

-No se preocupe por mi capitán, ya he tenido una bebida antes de llegar aquí.- dice sonriendo el joven sabio mientras intenta no pensar sobre la borrachera de Domingo y sus compañeros, y como seguramente le tocara encargarse a el de que no se quede tirado durmiendo la mona en algún portal.