Partida Rol por web

Los animales han sido devorados, después de muertos, por lobos. Les hicieron un corte en el cuello con un cuchillo o espada. La estela está empapada en manchas negras, probablemente la sangre de los animales, que a pesar de la lluvia no se ha disuelto. 

- Busquemos el río - afirmo ante la conversación de Zacarías y Orosia - este bosque me produce escalofríos et tiene razón Don Tancredo no es natural lo que aquí ocurre -

-Pero no hace falta acercarnos al río demasiado. Solo tenerlo como referencia. Si tan crecido va, lo escucharemos a la distancia.

Gregorio sonríe mientras mira el medallón sin atreverse a tocarlo: - Oigo la dulce e clara voz de tu madre en mi cabeza todavía... diome las gracias tu madre por salvar a aquel niñuelo de ahogarse en el río.. ca  ella misma era la dama del lago. E cuando yo, insolente e desagradecido, preguntele si non podía evitar ella misma, contestome ella que, cuando las aguas dejaban el lago para bajar por el río, ya no era su señora, mas aun podían ser su confidente o mensajera. 
-Mas temo que tu madre hayese en un lugar muy remoto e tan solo oiga ecos de lo que aquí acontece.
-Aquestos años he rogado cientos de vegadas su regreso a la orilla del lago de rodillas en vano... e la misma cosa fizo Vermudo sin cesar, también sin resultado.  También las xentes de Ucero rogaron por su vuelta... con tal celo que el párroco dejó el pueblo exasperado por la idolatría.. 
-Mas aquesta vegada..Si en verdad tu madre ofrecióte aqueste medallón, acudirá a tu llamada, Amelia.. 
 

—Entiendo, muchas gracias... padre. —dijo finalmente y totalmente agradecida por aquellos nuevos conocimientos. Por lo que a ella respectaba la mujer a la que siempre llamó madre era tal, y la del lago... Alguien a quien quería conocer y que podría ser al igual que el Conde, alguien importante en su vida.

—La verdad es que no sé qué hacer ahora, tantas novedades... Tantas noticias, me gustaría poder marchar al lago.

Orosia suelta un trozo de carne desgarrada que estaba observando
- Sea lo que sea que hiciera el Buitre, o quien le había hechizado, se cobró la sangre de estas bestias. Los animales han sido devorados, después de muertos, por lobos. Les hicieron un corte en el cuello con un cuchillo o espada. La estela está empapada en manchas negras, creo que de sangre. Ni siquiera las fuertes lluvias han conseguido arrastar la mancha.

Orosia se toma su tiempo en volver su atención al grupo, oyendo la idea de atrochar por la vera del río.

- Rconozco que es fácil perderse en el bosque y el río nos daría una referencia, mas temo a las crecidas y, salvo Nuño, no creo que muchos sepamos nadar. Aun así, intentémoslo. De perdidos, al río.

-¿Ayna? ¿Bajo estas lluvias?¿Sola?
Durante la conversación con tu padre oyes ruidos de abajo, unas voces seguidas del ruido de un mueble pesado arrastrándose por el suelo. El conde no parece percatarse. 
Un silencio incómodo se instala entre vosotros tras tus últimas palabras, que se alivia cuando oís pasos subir por la escalones
 

La figura de El Quebrantahuesos aparece en la embocadura de la escalera.— Mi señor, perdió Buitre el buen seso una vez más e hubimos de bajarlo al sótano e ferlo preso. E ayna pide a gritos veros
 

-Disculpadme, fija. E de ver que acontece con aqueste pobre loco.- Dice don Gregorio disponiendose a bajar tras su lugarteniente escaleras abajo.
 

Orosia os dirige entre pinos durante un buen rato. Atravesais la monotonía del bosque sin percibir cambio. Sigue lloviendo.

Aquel hombre parecía haber dado mucha guerra al grupo antes... Amelia creia que lo que pudiera decir podría arrojar algo más de luz sobre los acontecimientos más extraños que no paraban de acaecer.

—Perdonad mi osadía pero... ¿Podría acompañaros?

Desjesme guiar por Nuño, Zacarías et Orosia. Non era yo bueno en tales menesteres et simplemente los seguía enfundado en la mía capa para protegerme de la lluvia. Non era plato de buen gusto el cabalgar con aqueste tiempo, mas si queríamos desfazer aqueste entuerto non quedaba otra salida. El mio carácter, de normal agradable et confiado habíase tornado en uno preocupado et triste acorde con el tiempo. Sólo esperaba que non nos perdiéramos et solucionar lo que aquí ocurría.

Nos dejamos guiar por Orosia durante un buen rato a través del bosque, era desesperante andar a ciegas entre los árboles. Mientras avanzábamos intentaba buscar alguna referencia que nos pudiera ayudar a llegar al río con mayor premura.

Seguimos avanzando por el bosque. Prestando atención a cada árbol, arbusto o forma del terreno con el fin de orientarnos lo más mínimo.  Pareciera que el bosque se ha transformado y ha eliminado cualquier atisvo de distinción.