Partida Rol por web

"....Ese soy yo contra las cuerdas
Ese soy yo en el punto de mira
Perdiendo mi religión
Intentando seguir contigo
Y no sé si podré lograrlo
Oh no he dicho demasiado
Y no he dicho lo suficiente
Creí oirte reir,
Creí oirete cantar,
Creo que me pareció haberte visto..."

R.E.M - Losing my Religion (fragmento)

Estas algo molesto, en realidad no puedes creer la maldita ironía de todo este asunto. Cuando entras a la reunión del equipo tras la muerte de tu padre los accionistas y gente que depende mucho de ti te mira con algo de temor, pues tu cara no era un asunto de buenas pulgas. Y ciertamente era un asunto bastante delicado, tu padre, a quien amabas y admirabas había sido uno de los primeros empresarios en lograr un billón de dólares anuales de ganancia en una sola compañía luego de menos de un año de creada. Llegar al punto de equilibrio y con esas cifras es algo en el mundo corporativo ingenioso, pero tu padre sabía cómo ganar dinero, sabía que debía hacer, era un genio, y mucho de lo que sabía te lo dio a conocer, y a pesar de que estudiaras en una de las mejores escuelas de negocios siempre te dijo que el secreto de la riqueza no era trabajar para otros, sino que otros trabajaran para ti. Ganarse el 1% del trabajo de 1000 personas era mejor que ganarse el 100 % del trabajo de una. Tu padre había trabajado toda su vida y una vez graduado te entregó la compañía, para que la administraras, a pesar de que siempre estaba viendo por detrás de tu hombro, te daba libertad, aunque a veces te regañaba.

¿pero qué padre no regaña a sus hijos?

Su muerte fue sorpresiva a pesar de ser un hombre mayor. Tu madre siempre lo describió como un roble, no tenía problemas del corazón, se alimentaba sanamente y hacia ejercicio, pero curiosamente, su cuerpo fue encontrado en un carro en llamas por un supuesto ataque al corazón mientras manejaba.

Tú no te comías ese cuento, algo había pasado, y justo hace pocos momentos cuando en la reunión estableciste que ibas a investigar la muerte de tu padre muchos de los presentes se mostraron ofendidos, porque claro, como podías establecer que había sido asesinato un asunto que los forenses habían catalogado de "muerte natural", pero a la vez el cuerpo de tu padre estaba parcialmente quemado, ¿un médico podría asegurar con certeza que eso fue lo que sucedió?

“No, claramente no”

Anunciaste que se realizaría una investigación y de manera algo directa (pero elegante)  "que si sabias que alguno de los presentes estaba asociado a su muerte, no te importaría gastar una fortuna para hundir a los responsables".

Pero claramente, nadie opinó nada, es más, algunos murmullos en los corredores establecían que te habías vuelto loco por el dolor a la perdida.

Cierras con fuerza la puerta y vas directo a la botella de fino Whisky de Isla y te sirves una copa bebiéndola con rabia.

Necesitabas pensar en soledad, por unos momentos.

Un ligero golpe en la puerta da a relucir la figura de tu madre quien con un vestido negro se te acerca. Hijo, ¿estas bien?

Sin encender la luz de la gran habitación, casi en semi-penumbra, cojo la botella de Whisky y me siento en el sillon que tenia frente al ventanal. Vierto una cantidad considerable en el vaso y le doy un trago.

Miro de nuevo la ciudad, con ojos llenos de ira y agonía. De nuevo esa luces se animan a aparecer. Osan dejarse ver ante mi mientras parpadean con cientos de  colores  y brillos. En esos momentos pienso que quizá hasta esa luces se burlan de y bailan al son de mi frustración. Desde luego la reunión no había sido lo suficientemente satisfactoria para mi.

Si, todo acabo bien para ellos. Mi promesa de no volverme loco y gastar los ingresos les tranquilizo. Pero cuando saque el tema de mi padre, solo me dijeron: Tranquilo, chico.. estas cosas pasan. Algunos me palmearon la espalda. Odiaba las palmaditas en la espalda. Las sentía como puñales traicioneros en la espina dorsal, y yo nunca daba la espalda a nadie.

Dejé que se acercaran y confiaran. Bien. Eso quería. Pero mi presa seguía ahí. Solo tenia que indagar lo suficiente para sacar a la luz todo. Lastima no haber estudiado también medicina y saber lo que los forenses identificaron como "quemaduras ocasionales". Frustrante, desde luego.

-!!!Mierda!!!

Tiro el vaso con fuerza a la venta hasta que termina por romperse, justo en el punto donde antes había descargado mi ira. Los cristales crepitan y el aire frio entra por el gran ventanal sacudiendo mi pelo. Las ráfagas de viento juegan en mis oídos y oigo como alguien, quizá en un lugar muy lejano, se ríe de mi.

Mi madre abre la puerta  y me pregunta.

-Claro , madre... estoy jodidamente bien...- Digo secamente mientras agarro la botella, al no tener mas vasos cerca, y le doy otro trago. Después doy un suspiro. He sido muy duro con mi madre. Ella también lo pasa mal. Lo se. Con las manos en las sienes pienso un momento antes de  volver a hablar con mi madre.

- Discúlpame, madre. Es solo esta... tensión ... y la impotencia de no poder hacer nada. Tendremos todo el dinero del mundo, pero ni yo puedo ver un camino claro en todo esto.- Doy otro trago a la botella y sin dejar de mirar por la ventana vuelvo a hablar con ella.

-No les creo, ¿sabes? Se que mataron a papá. Un sicario, o algo así. Esas... quemaduras... Suelen ser rastro de pólvora de un arma, pero no había ningún disparo. Eso es lo que me desconcierta. O quizá un veneno inocuo... experimental...no lo sé- Digo inclinándome sobre el sillón mientras pongo mis manos sobre la frente, sin dejar de mirar por la ventana.

-Lo descubriré... todo. Y si tengo que matar a alguien... - mis palabras se pierden mientras otra ráfaga de aire frío entra por la ventana y se las lleva para que , quizá, las oiga otra persona en otro lugar...

Oh querido- dice acercandose triste, pues evidentemente si tú habias perdido un padre, ella había perdido un esposo.

Si bien ella es una mujer  adinerada, fue tu padre quien le dió ese estatus.

Ella venía de una familia de inmigrantes irlandeces que tras la segunda guerra mundial quedaron en bancarota. Fue gracias a tu padre que ella "subio su nivel", pero el hecho de haber vivido la carencia le hacía ver lo importante de la existencia.

No estaba bien de salud ciertamente, se había deprimido mucho luego de la muerte de su padre y los sintomas del Lupus que sufría se habían manifestado de nuevo, solo que ella era fuerte y era conciente que viviría lo posible, en su casa tenía una enfermera que la cuidaba y a veces iba el hermano de tu padre a visitarla, quien era médico.

Sé que lo de tu padre no fue un accidente, y sé tu dolor, yo tambien estoy así- trata de no llorar- él era nuestro roble, pero ahora tu deberás hacerte cargo

Suspira

No sé que pensar, ¿posible un investigador privado pueda ayudarnos?, ya estoy vieja y no sé quien es el responsable de esto, pero temo que ahora que papá no esta, vengan a por tí.

Sabia lo que mi madre quería decir con eso. Me quería mas que nada, pero sus palabras escondían: No lo hagas, Victor, o acabarás como tu padre.

Pero era algo que no podía remediar. ¡Quería venganza y hacerles pagar por ello!. Los recuerdos de  mi padre se sucedían en mi mente y las lagrimas pujaban por querer salir. Pero debía ser fuerte. Si yo me venia abajo mi madre también lo haría. Y era lo único que  me quedaba en este mundo.

Me levanté de la butaca y me dirigí a la ventana rota. Un cristal roto por completo que llegaba desde el suelo al techo, y yo lo había hecho saltar en pedazos. Me asomé al borde. Desde allí respire y cerré los ojos. Cuan fácil seria dejarse caer. ¿Y olvidarlo todo? Mire con furia a la ciudad. ¡La odiaba! Lo que le habían hecho a mi padre. Lo que me estaba haciendo a mi. Sabia perfectamente que el camino que seguía me conduciría por un sendero oscuro. Pero no podía parar. No aun.

- Los investigadores y los abogados son unos inútiles, madre. Son como gatos escondidos tras el arbusto. Sacan fotos y fotos. Pero sus papeles no valen nada!. Y menos contra gente que tiene tanto dinero. Solo conseguiríamos arruinarnos. Provocaríamos un escándalo, saldríamos en los periódicos y al final las acciones caerían empicado. Y entonces, ¿Quién te cuidaría? ¿Quién pagaría tus pastillas y los cuidados?- Negué con la cabeza intentando apartar esa imagen que me venís a la mente de mi madre en una residencia. Ella no se merecía todo esto.

-Deberias irte a casa, madre. Llamaré a Tania para que te acerque a casa. Hasta mañana madre.- Terminé mientras daba un largo trago a la botella y cerraba los ojos por el ardor en mi garganta.

Tendría que ocuparme yo de esto. Movería algunos hilos. Extorsionaría a algun tio o le patearía el culo. Me mantenía en forma, no debería ser demasiado difícil.

Saque la pistola que tenia tras el pantalón y la volví a dejar en la mesilla, en su cajón. Pensé que quizá podría modificar la pistola. ¡Seguro que podría! ¡Soy un puto genio! ¡Podría fabricar unos guantes que me permitieran apretar el cuello de un hombre hasta partírselo en dos!

Me sentía tan perdido que no me di cuenta que mis ojos empezaban a cerrarse. Quizá el sueño y el alcohol mezclados con la tensión, me cansaron mas de lo normal.

Tu madre se fue preocupada mientras la noche cubria el lugar y tu luego de pensar que hacer  dormiste como un lirón borracho hasta el otro día, al despertar te sentias mal, no tanto por la resaca, pues los buenos licores usualmente no dejan tanta sino por la presión emocional que sentias. Te estabas deprimiendo y no era asunto secreto aquello, era como caer en el hueco de la disarmonia y no poder salir de ahí.

Ahora que lo piensas, tras un nuevo día y una taza amarga de café debias comenzar con cabeza fría, ciertamente  podias querer venganza pero tampoco podias salir con una pistola a dar tiros al aire, además, no tenias pruebas, ni sospechas claras, y si cualquiera podía ser el responsable, entonces ¿por donde comenzar?

No todo lo podemos hacer solos, pero debemos comenzar por algo. Hay que diferenciar los amigos de los enemigos.

¿quien querría matar a tu padre?, ¿quien se beneficiaria con su muerte?

Era extraño, porque los vienes irian a tu madre y a ti, y siendo único hijo pues el asunto de dinero podía ser complicado. Las acciones de la empresa y otros asuntos podrian ser interes de algunos.

¿Y... si tu padre tenía algo que esconder?

¿tendría enemigos?

Había una gran duda, posible antes de tomar cualquier accion era necesario investigar, ¿tu tío Arthur sabría algo?, siempre hablaba con tu padre con frecuencia, y Tom Martin, uno de sus amigos de infancia, podria saber algo...

¿qué hacer?

Justo cuando estas pensando una hermosa mujer se asoma  y habla con  algo de prudencia.

Buen día. Dice ella pasando con prudencia. ¿puedo pasar?

Sonrie de manera dulce mientras recoge unos papeles de trabajo de un escritorio. Estaba vestida de manera formal y esperaba que le dijeras como tu secretaria que esperabas de ella. Igual al ser tu amiga podías hablar libremente con ella.

Veo que no pasaste buena noche, tu madre anoche estaba algo alterada, la pobre está preocupada por tí.

Los sueños de aquella noche fueron pesadillas. Me ahogaba en un mar de abogados y mentiras de la que nadie podia salir. Tan solo las risas de la gente a mi alrededor me irritaban mas que la muerte de mi padre.

Mientras tomo el café , las persianas automáticas se abren. Mi madre las cerraría por la noche pues el ventanal estaba roto y tendría miedo de que cogiera una pulmonía.

Con la luz del día mis ojos me dolían mas de lo normal. Buena resaca, sin duda.

Por la puerta entro Tania. Desde luego, entre la luz de la habitación y que no podía apenas ver, me pareció un ángel salido del cielo.

- Claro Tania... Pasa. - Conseguí decir mientras los pinchazos de los ojos se pasaban y se aclaraba mi visión. - Mi madre se preocupa demasiado por mi. Debería preocuparse mas por ella.-  Dije tranquilamente A mi secretaria.

Tania desde luego era mas que una secretaria. También era mi amiga. Quizá mas que eso. Hasta la muerte de mi padre, los demás podrían decir que terminaríamos juntos casándonos y bebiendo  piña colada en alguna playa de Malibú. Eso habría estado bien, desde luego. Pero me enfrié. Deje de prestarle la atención que un hombre debe tener con una mujer. Sobre todo con una mujer que sabia que haría cualquier cosa por mi. Ella sabia lo que sentía por ella, pero también lo que tenia con mi padre. Se que me esperaría. Pero... ¿hasta cuando?

La mire mientras recogía los papeles del escritorio. Pensé que , qué mas daba todo. Tenia dinero, poder , y una chica preciosa... perfecta. Pero el no saber que paso realmente a mi padre desviaba la atención de lo que sería mas lógico hacer. Mis ansias de conocimiento me hacían libre. Y esa libertad , ahora vedada, me corrompía por dentro.

Me levante de mi sitio y me acerque a Tania y la abrace por detrás. La di un beso en el cuello y después la susurre algo.

- ¿Porque estas conmigo, Tania? Los demás creen que me he vuelto loco con la muerte de mi padre. Pero no puedo dejar de pensar... en que puede que no fuera un accidente. Sabes como soy , y no creo que pueda simplemente olvidarlo...¿crees que me he vuelto loco?

La mujer te mira de reojo, parecia no comprender del todo la pregunta, así que simplemente te sonrie. No te has vuelto loco, es normal que pases por esta pena, cualquiera se pondría así si su padre muriera en tan extrañas circunstancias, pero sabes lo que dicen. Sonrie dulcemente. Loco es quien hace lo mismo y espera resultados diferentes, creo que hay que hacer cosas distintas para estar mejor...

Te mira  mientras toma los documentos

Quisiera poder ayudarte, aunque no sé si puedo hacerlo.

Las palabras de Tania me reconfortan, y sonrío tras su espalda mientras aun la tengo abrazada. Ella siempre sabe que decir. Me gustaría decirla, que se quedase a mi lado, que tan solo eso serviría para aplacar mi ira... pero no seria del todo cierto Siempre he sabido como tratar a las mujeres. Un poco de palabrería por aquí, un bonito gesto por allá... Ahora mismo solo podía fiarme de Tania y de mi madre. Y mi madre estaba enferma.

Me aparto ligeramente de ella. Tengo una idea de por donde comenzar.

- LLáma a Tom Martin. Era un amigo de mi padre .Dile que tengo que ir a verlo de manera urgente. Queda con el para el almuerzo. No acepto un no como respuesta. Por el camino llamare a mi tio Arthur.- Digo mientras me separo de Tania y me acerco al lavabo para asearme.

Cerca de allí , en el galán de noche esta mi ropa limpia. Me vestiré  e iré  a visitar a ese hombre. Quizá tenga alguna pista.

- Ah, Tania... Vienes conmigo. Necesito alguien que me controle... por si cometo alguna locura.- Digo a mi amiga guiñándola un ojo.

No te preocupes Victor, haré la llamada y te acompañare, supongo debes arreglarte, estaré acá en media hora para salir.

Dice la mujer dando media vuelta y dejandote solo mientras terminas de arreglarte. No había que decir que tenias muy buen gusto y que todo lo que usabas era de marcas distinguidas, pocos podian pagar lo que tu pagabas por ropas, pero en tu ambiente era lo que era.

El viento de la ciudad golpeaba contra los ventanales del edificio, algo usual teniendo en cuenta la altura.

Arreglado y presentable despues de un tiempo entra ella.

El señor Martin va en camino, le dije que nos encontrariamos en The Cornel club a las 12:40 pm, ¿quieres manejar o le digo a Luke que nos lleve?

Luke era tu chofer.

Mientras me ajusto la corbata miró de reojo el reflejo de Tania en el espejo.

-No. Vamos solos, Tania. Cuanta más gente sepa de esto será peor. Conduzco yo.-  sentencio mientras la veo desaparecer por la puerta.

Una vez vestido, me acerco al ventanal roto. Miro hacia abajo. Ahora la gente , la ciudad se mueve también. Las avenidas y las carreteras se llenan de vida. Extiendo una vez más la mano, intentando contener desde lo alto en un puño a toda la gente de Central Park. Sonrio mientras pienso lo fácil que sería comprar a todos. Todos tienen un precio. Todos.

Miro al cielo, mientras una ráfaga de aire azota mi rostro. Las estrellas no se ven. Sonrió igualmente . Algún día y también vosotras seréis más... Algún día.

 Mientas voy en el Jaguar, Tania se sienta en el asiento del copiloto  y yo marco el número de mi tío Arthur, y lo pongo en manos libres.

-Arthur? Tío Arthur? Soy Víctor... Si, Víctor. Que tal estas? Te llamo por un asunto... Es sobre mi padre... Te importa si te pregunto algo?

La situación estaba calmada. Sales del estacionamiento  del edificio con tu fragante auto, al lado Tania haciendo silencio y llevando una libreta.

Procedes a llamar a tu tio, esperas que este disponible y no en alguna operación.

La llamada entra inmediatamente: ¿Hola?, ¿Victor?....espera salgo al balcón  hay mucho ruido. Al poco tiempo sientes que la señal ha mejorado. Si dime, ¿estas bien?, ¿es sobre tu madre?, ¿le ha pasado algo?
 

Por un lado la voz de mi tío me proporciono un sonrisa interior.

Era la misma voz de mi padre pero cambiada,eso si. El, por su lado, si había conseguido dinero de algunos negocios. Nada muy serio... venta de coches de segunda mano y una pequeña tienda de empeños. La vida le había tratado muy bien. Vendió el negocio de coches y continuo con la de empeños. Al poco tiempo era una de las mayores superficies en Minesota en cuanto a los empeños y venta de artículos antiguos y de segunda mano. Poco mas. Tenia dinero, si, pero no una fortuna. Nada comparable a la vida que llevábamos nosotros ahora.

Recordé años en los que no teníamos dinero y nos íbamos a su casa en vacaciones. Una pequeña casa cerca del lago. Mientras mi madre y yo os bañábamos, mi padre y mi tío siempre se sentaban en el borde del embarcadero bebiendo cervezas. Por la noche hacíamos alguna barbacoa, e incluso algún vecino se animaba a acompañarnos en las noches de verano, contando cuentos y cosas raras de miedo para asustar a los pequeños. Relacción familiar nada mala, desde luego.

-Nada, tranquilo. Mama esta bien. Te llamaba sobre el asunto de mi padre. Se que tuvisteis una conversación antes de morir. ¿Podrías contarme sobre que era? Es... bueno, ya sabes.. quiero quedarme con todo lo que pueda de mi padre... si le preocupaba algo. No me sentiría muy contento si mi padre hubiera.... dejado algo a medias.

Que iba a preguntarle... ¿si el mató a mi padre? ¿A su hermano? -Claro, Victor, le queme las pelotas y le envenene la copa. Pero tranquilo sobrino... nada personal.¿ Vendrás en navidades a Minesota?- Bonita forma de abordar un problema asi. Muy delicado Victor...

El hombre se queda pensando, Es curioso que lo digas,  no vi a tu padre unos diez dias antes de que muriera, pero la última vez que hablo parecia algo alterado, le pregunte que le ocurria y me avadio, aunque, posiblemente - hace una pausa- exista un asunto que debas saber, pero es mejor no hablar de eso por teléfono, saldre de la clínica a las siete, ¿está bien vernos a las y media en mi apartamento?

Mientras hablaba con mi tío, cuando me dijo que tenía algo mas que decirme mire  Tania de reojo. Posiblemente eso también la llamo la atención a ella.

- Claro, tío. Allí te veo. Trae algunas cervezas!- Sentencio de forma amable. No convenía llamar mucho la atención. Bastante tenia con mi carácter para empeorar las cosas. Apago el teléfono para seguir conduciendo.

Dudaba realmente que el estuviera envuelto en esto pero... mira tu por donde, resulto que algo podía saber.

-Vamos a por el señor Martin. A ver si este hombre sabe algo mas. Hoy vas a tener mucho trabajo, Tania... sobre todo aguantarme a mi.- Digo a Tania sonriendo mientras acelero el coche por la gran avenida.

Asi que hacia diez días que no le veía... Eso le dejaba un poco fuera de juego si fuera su asesino. Salvo que le diera algo de efecto retardado no lo veía probable.

Sin embargo mi padre estaba alterado. Era la prueba que necesitaba. Mi padre era un hombre que lo tenia todo bajo control . Era como yo. Era mi pilar de referencia.

Dicen que cuando ves a un artificiero correr, es mejor que tu también corras. La situación era la misma. Si mi padre estaba confuso, aturdido o preocupado por algo significaba que debía ser grave. ¿que le preocuparía? Por un momento pensé en dar media vuelta y olvidar a Tom Martin hasta aclarar lo de mi tío. Pero luego pensé que quizá también tendría que atar cabos... cuanto antes. No quería que mi tío me pillara con la guardia baja. Ni el ni nadie.

Ella asiente al lado tuyo mientras poco a poco estan llegando al lugar de encuentro, un restaurante muy elegante. Un encargado del mismo, aparcacoches los saluda y  parquea su vehiculo, un hombre muy bien vestido les abre la puerta, y ahí en una mesa estaba el hombre tomandose un Jameson, un whisky irlandés de su preferencia Tom Martin, era un anciano sensillo, pelo abundante negro gris que parecia algo descuidado, realmente era un hombre algo irreverente, salido del molde, pero muy listo, se dice que cuando un hombre tiene  "sus detalles" y es rico es,  extravagante, pero si ese mismo hombre es pobre simplemente es un loco. Tom Martin era lo primero, un hombre con manias, muy distinto de tu padre, posiblemente por eso eran amigos.

El anciano se voltea a verte cuando te ve, se levanta a pesar de  tener un bastón por una cojera de la que sufre hace unos años.

Víctor-  te saluda- muchacho me agrada verte, y como siempre acompañado de mujeres muy hermosas- dice de manera amable mientras se sienta en la mesa- traigame otra copa por favor, y esta vez limpien bien el vaso- le dice al mesero quien se apresura a tomar su vaso y atenderle- me alegra que llegaran a tiempo, le heredaste la puntualidad a tu padre.

Miro al Señor Martin con un poco de desconfianza, pero sabia que mi cara era como el espejo de mi alma, así que debería intentar parecer distinto para no descubrirme ante alguien al que apenas conocía.

-Muchas gracias, señor Martin. Esta es mi asistente, Tania. Gracias por recibirnos tan pronto.- Digo ofreciéndole asiento a Tania mientras le estrecho la mano al señor. Después me senté frente a el.

Antes de hablar me tome unos segundos para adivinar el rol de esta persona. Por un momento me imaginé que me decía que el había pertrechado todo ... que él había sido el artífice de la muerte de mi padre. Por un instante me sentí hundiendo mis dedos en la cuenca de sus ojos dejándolo desangrarse con la risa de Tania tras de mi felicitándome por hacerlo. Me sentí sujetándole por el cuello, sonriéndole desde mi ático, levantándolo solo con mis brazos, riéndome de su asquerosa figura oronda , y lanzarlo al vacío. Recuerdo que por uno segundo imagine como seria el sonido de su voz mientras caía 98 plantas en el abismo.

Tras unos segundo de silencio imaginario y dramático me dispuse a hablar claro con él. Empece por lo mas trivial de todo. ¿Porque no? Sabía de sobra como acabaria la conversación. Pero quería tener mas pistas... datos... por falsos que fueran. Siempre unos datos falsos me llevarín a unos verdaderos y además.... acrecentaría mi ira... y entonces ya nada podría pararme.

-Señor Martin, ¿De que se conocían mi padre y usted? ¿ Negocios?- Solté sin pensar demasiado