Partida Rol por web

-          Aquella muchacha que veis allí – dice el príncipe – es Lady Charlotte, es sin duda una de los mejores partidos de la corte. Además de por los motivos obvios – su belleza y su alegría era realmente embaucadora – tiene una buena  dote.

-          Solo tiene un problema – dice Sir Deiglish – su padre. Yo soy buen amigo suyo, y su padre quiere para su hija un buen guerrero. No quiere que tenga dinero, que sea rico, o que sea guapo, quiere que sea capaz de coger una espada y ensartar a cualquiera que ose importunar a su hija. Lord Morven es un viejo y fiero guerrero, al que los años impiden coger una espada, pero tiene dos hijos que hacen esas labores por el. – Sir Deiglish continúa describiéndote los dominios del lord Morven pero solo puedes prestar atención a la risa y a los ojos azules de Lady Charlotte, el latido de tu corazón apenas te deja oír algo mas, ¿o será culpa del sabor dulce del vino….?

-          En definitiva Sir Gauter –dice Sir Daiglish sacándote de tu ensimismamiento- cortejar a la dama, y si los astros son favorables, podemos hacer una visita vos y yo para que podáis conocer a su padre. No le gustan demasiado las visitas, así que , escudándome en nuestra vieja amistad – dice refiriéndose a la amistad entre el padre de la joven y el- creo que podrá admitir la visita mía y de otro caballero y presentarle nuestros respetos.

Y en ese preciso momento, Charlotte gira su cabeza y ves danzar su ligero cabello rubio, dirías que desprende luz, y por un momento, sus ojos azules como el mas claro de los ríos de Britannia se cruzan con los tuyos,  y, durante un instante….. sonríe.

¿Puede ser solo efecto del vino?

Sir Gauter escuchaba a Sir Deiglish con apenas atención mientras miraba medio atontado a la bella Lady Charlotte. Cuando acabó de hablar Sir Deiglish dejó la copa de vino sobre una mesa y habló con el Príncipe y el caballero.

- Sir Deiglish, Príncipe Madoc... Gracias. Haré que valga la pena y si hay suerte por Dios que mis hijos llevarán vuestros nombres, jajajajaja. - Por un momento pareció que Sir Gauter se relajaba, pero fue por muy poco tiempo. Entonces Sir Gauter puso una mano sobre su nuevo jubón y se lo estiró suavemente, hizo una leve reverencia - Señores... - y se dió la vuelta.

Sir Gauter tomó aire y se encomendó a todos sus ancestros, cerró los ojos y trató de sacar nuevas energías que le ayudasen. Luego miró a Lady Charlotte y comenzó a andar hasta ella, cuando apenas se encontraba a 2 metros de ella notó como le flaqueaba una de las rodillas y apretó los dientes para no tropezar. Llegó hasta Lady Charlotte y la miro con dulcura. - No exageraba nuestro Príncipe cuando habló de sus virtudes, Milady, es un honor. - Esperó a que le tendiese la mano y con una suave reverencia la besó en el dorso de la mano.

El resto de chicas que acompañan a Lady Charlotte rien (parece que al unisono)  mientras se tapan la boca.

- Que galante - dice Charlotte - asi que ese principe vanidoso os ha hablado bien de mi - dice con sarcasmo mientras todas sus amigas vuelven a reir - Bienvenido Sir ... caramba, no sabemos ni vuestro nombre. Pecisamente estabamos comentando quien erais y de donde habriais salido. Lady Victoria - dice señalando a una de sus amigas, que te responde con una reverencia - dice que vais vestido a la ultima moda....

Es algo desagradable, pero bastante comun, que las damas casaderas nunca esten solas, ya sea porque estan con sus amigas, o peor aun, con su dama de compañia. La voz de Charlotte es tan cristalina como sus ojos, pero se muestra algo distante, rapidamente entiendes que debe tratarse de la tipica chica a la que decenas de hombres la asaltan cada noche para cortejarla, asi que se muestra segura y algo fria.

Sir Gauter se estiró levemente y sonrió seductoramente - Disculpad mi poco informativa presentacion, mis señoras. Mi nombre es Sir Gauter de Woodford, caballero a la órdenes del Conde Roderick. Si precisais de más información diré que participé en la batalla de Mearcred Creek y como vuestros ojos atestiguan sobreviví... El resto de historias se las cantaría con gusto en lugares menos concurridos, mis bellas señoras.

Sir Gauter miró a Lady Victoria y comenzó a hablar mientras iba desviando lentamente su mirada hasta encontrarse de nuevo con los ojos de Lady Charlotte - Respecto a mis ropas, es un auténtico honor que las considereis de buen gusto... (cambia la mirada a Lady Charlotte) Especialmente viniendo de tan bellas damas de, seguro, buen gusto.

Es un honor conocerlas y sería mayor honor aún que me permitieseis regar con un dulce vino esta distendida charla.

La velada transcurre divertida, Lady Charlotte y sus damas son de risa fácil y, algunas porque quieres y otras porque no puedes evitarlo, logras hacer que se diviertan bastante. En tu intento por asombrarla caes un poco en tu propia adulación, y en un par de momentos de la noche, se ha visto la carencia de modales cortesanos (como casi todos los caballeros de la corte) acentuado mas aun por culpa de Sir Godfrey, que parece que si que sabe comportarse correctamente en estos ambientes. ¿Quién lo hubiera dicho?

Lady Charlotte, te da permiso para que mañana pasees por la ciudad junto a ella, adelantándote que no se quedara muchos días antes de volver a su casa. Quiere pasar año nuevo en la corte y para eso antes tiene que volver a los dominios de su padre para estar con el y con su hermano mayor un tiempo.

Un par de mañanas de paseo por Windsord y un paseo por un bosque cercano, además de otro par de encuentros casuales en el castillo, han sido el resumen de las veces que has visto a lady Charlotte antes de que partiera de nuevo al domino de su padre. Todo ha fluido tan bien como esperabas, como durante vuestro primer encuentro. Algunas veces lady Victoria y el resto de sus amigas han acompañado vuestros paseos, siempre escoltados por el hermano menor de Lady Charlotte, el joven Rekard, de apenas 18 años recién cumplidos, mas preocupado en tontear con alguna de las amigas de su hermana que de trabajar como carabina.

Pides su permiso para escoltarla de vuelta a casa. Te escudas en el estado de nerviosismo que tiene la gente con las incursiones de los sajones, pero ella no es estúpida y sabe de tus intenciones, aunque de momento no tienes nada claro cuáles son las suyas.

Los dominios de su padre están en Leicestshire, algo lejos de Windsord, pero el viaje en estos primeros días de otoño no esta siendo demasiado complicado. Daiglish conoce bien a la joven y al hermano, así que es bastante distendido, además de vuestros respectivos escuderos, os acompañan 4 guardias de los dominios de Lord Morven.

Leicestshier es el territorio mas al norte de Logres, el ultimo territorio del rey Uther, es mas pequeños que tu condado, Salisbury, pero linda con los territorios de otros reyes, Cumbria y Cambria. El dominio de Lord Morven es uno de los que están mas al norte del condado, Coalville, cuyas tierras lindan con las del Rey Lot de Lothlorien (parte de Cumbria).

Finalmente , tras un par de días de viaje, llegáis hasta los dominios de Lord Morven. Una fuerte empalizada de madera protege Coalville. Toda esta zona esta repleta de bosques y montañas. Sir Daiglish encabeza la partida, y Lord Morven sale a su encuentro. Morven es un tipo fuerte, con media melena morena y canosa, acompañada por una poblada barba. Es un hombre mayor, pero por su enorme aspecto debe de haber sido un temible guerrero. El otro hermano de Lady Charlotte sale también a recibirles, Sir Pembroke, digno heredero de las formas de su padre. Todos se saludan amigablemente  se abrazan entre ellos, Lady Charlotte y Rekard no tardan en fundirse con ellos, hasta que unos instantes después, Sir Daiglish te presenta.

-       Lord Morven, - dice el caballero- nos ha acompañado hasta aquí uno de los mas prometedores caballeros de Salisbury, vasallo del Conde Roderick al que bien conoceis. Apenas ha sido nombrado caballero hace poco mas de un año y ya tiene hazañas memorables.

Lord Morven te mira inquisitivamente, mientras Lady Charlotte sonríe detrás de el, y espera que te presentes, presentaciones que suelen empezar con tu nombre y tu dominio, describiéndolo un poco….

Sir Gauter extiende su fuerte brazo esperando que Lord Morwen se lo estreche.

 Tus ojos, vivos, observan todo lo que te rodea, sabias que Lord Morwen era un guerrero, y que su dominio es limítrofe con tierras del Rey Lot, pero lo que ves en Coalville es un enclave fuertemente protegido, por un experto estratega, y con no demasiados recursos, pero excelentemente bien aprovechados, y una guardia muy seria y eficiente, mas propia de una corte que de un vasallo. Notas también un cambio de actitud en Lord Morwen, al principio, cuando se abrazaba a sus hijos y daba la bienvenida a Sir Dayglish parecía mucho mas distendido que ahora, sin duda, la presentación que te ha hecho el caballero sumada a la tuya propia le ha agradado, pero si había alguna duda de tus intenciones en este viaje, parece que el señor acaba de obtener un indicio de a que se puede deber, y no estas seguro de que eso le agrade.

-       Sed bienvenido Sir Gauther – dice Lord Morwen estrechándote el brazo – muchas gracias por acompañar a mis hijos hasta aquí. Por favor – dice abriendo el brazo e invitándote a entrar – aceptar nuestra hospitalidad y descansad de vuestro viaje.

Aunque sus palabras y sus gestos suenan amables, sus movimientos son algo rudos, está ofreciéndote un mínimo de hospitalidad, quizás para estudiarte mejor. Dentro te esperara algo de cama y comida por unos días, 3 o 4 a lo sumo, donde podrás seguir viendo a Lady Charlotte y conocer a su familia…

Solo tienes 3 o 4 días para descansar, conquistar a lady Charlotte, conocer a su padre y llevarte bien con sus hermanos. Sueles tener charlas junto con Sir Dayglish y Lord Morwen, ala hora de comer o de cenar, incluso en algún momento en la sobremesa, donde resaltas la distribución de la fortificación, y lo acertado de su diseño, hablas de alguna opción y cada uno de vosotros tres aporta su propia opinión y , en algún caso, experiencia. Las fronteras son bastantes volátiles, y te da la impresión de que, tanto Lord Morwen, como un tal Caoime, el señor del dominio que linda con el de Coalville en los terrenos del Rey Lot, guerrean bastante a menudo. Morwen te da a entender que hay ciertas aldeas y limites de territorio que no están claros, y habitualmente luchan por ellos, incluso se realiza alguna incursión en las aldeas del otro dominio (no te deja claro por parte de quien)

Tienen una pequeña capilla, son cristianos britanos, aunque llevan su fe de una manera muy devota, sin estridencias ni ensaltaciones, como algo casi personal de cada uno. Si que les ves muy fieles, y muy rigurosos con sus rezos y sus horas de misa y ceremonias varias.

No te sueles alejar mucho durante los paseos con Lady Charlotte, y continua acompañándoos Rekard, esta vez sin damas de compañía con las que pueda galantear esta mucho mas aburrido y, por ende, mas preguntón, aunque llevas una buena relación con el, Charlotte se lleva especialmente bien con el, quizás acostumbrado a que su hermano menor suela hacerle de carabina, Pembroke sin embargo, es harina de otro costal, es mucho mas reservado y desconfiado, te da la impresión de que Lord Morwen, de joven, tuvo que ser asi. Tiene cierto punto temperamental, y de vez en cuando a participado en alguna de las conversaciones que has mantenido con Sir Dayglish y Lord Morwen,  dejando claro su desaprobación cuando no esta de acuerdo en algo mientras que calla cuando un tema le parece bien.

No has destacado por tus comentarios, aunque si que has dejado claro tus conocimientos de batalla, eso parece haber gustado a Lord Morwen que, una mañana, mientras entrenabas con Rekard, Sir Dayglish y algunos de los miembros de la guardia, aparece junto con Pembroke, te observa y aplaude tus movimientos, y después de verte sudar un poco grita:

-       ¡ Por San Birinio ¡ - dijo Lord Morwen abriéndose paso entre su gente – Por fin un caballero que sabe manejar la espada – dijo desenfundando la suya – veamos si además de cómo un caballero sabes hacerlo como un hombre …. ¡ Tira esa espada roma ¡ ¡ Primera Sangre ¡

Tras sus gritos, prácticamente toda la guarnición mira hasta el patio de armas donde estabais entrenando, Pembroke sonríe y Sir Dayglish permanece con el semblante serio. Todos alrededor observan con euforia esperando ver un buen combate, buscas la mirada de lady Charlotte hasta que la encuentras, en lo alto de la empalizada de madera, con un halo de preocupación en su mirada “¿por mi o por su padre?” piensas justo antes de que Lord Morwen eleve su espada y descargue contra ti….

Lord Morwen descarga su golpe de arriba a abajo cuando todavía estabas pensando en si la fanfarronada del viejo guerrero era en serio y a duras penas consigues interponer tu espada sobre tu cabeza para detener el golpe, que con mas fuerza de la que esperabas, consigue que des un paso atrás. Sin tiempo de reaccionar, Lord Morwen da otro paso hacia ti y con un semicírculo y despistándote con el movimiento del escudo, te ataca de nuevo, sin darte una pausa con un golpe que arranca de arriba a abajo y en el que apenas logras dar varios pasos hacia atrás para esquivarlo, y que te pasa rozando muy cerca de la cara, y que hace que parte de la gente que estaba observando el combate en circulo, tenga que abrirse para que puedas caminar hacia atrás sin problemas, en ese momento, cuando estas pensando que el Lord se está tomando el entrenamiento muy en serio, es cuando te das cuenta de tu error, has dejado tu guardia completamente abierta gracias al movimiento magistral de Morwen, guardia que el Lord aprovecha para asestarte el golpe definitivo en la parte izquierda de tu pecho, golpe que te hace girar sobre ti mismo mientras caes despedido hacia atrás y vas a parar contra la gente, que se aparta rápidamente, atropellándose entre ellos para no chocar contigo, hasta que finalmente caes sobre un pequeño abrevadero, haciendo que se vuelque sobre ti.

Todo el mundo ríe y vitorea el espectacular movimiento de su señor, mientras que tu, herido mas en el orgullo que en tu cuerpo, levantas la cabeza mojada del suelo, mientras que hundes tus manos en el barro que se ha formado por el agua derramada en la arena del patio de armas, cuando, sorprendentemente, notas como unas manos vienen a ayudarte... o eso parecía, ya que en lugar de apoyarte para poder ponerte en pie, una mano coge tu pelo e intenta volver a hundirte la cabeza en el barro mientras dice "esto es lo que te espera cada vez que te atrevas a asomar el hocico por Coalville", reconoces la voz del prepotente de Pembroke, quizás eso es lo que te motiva y, no solo hace que no te muevas un palmo pese a la fuerza del guerrero, si no que, apretando los dientes, y en una proeza de fuerza, hace que tu solo, sin ayuda de nadie,  consigas poner de pie todo el peso de tu armadura y con Pembroke haciendo fuerza en contra, lo que le obliga a trastabillar y caer de culo, haciéndole perder esa estúpida sonrisa engreída. Aunque todo el mundo parece estar atento a Lord Morwen y no parece haberse dado cuenta del suceso, la rapidez y el gesto con el que Pembroke se levanta del suelo denota que no eres el único al que hoy han herido el orgullo.

Sir Gauter se limpio algo de sangre que le brotaba de la frente y camino hacia Lord Morwen mientras dedicaba una palabras a Sir Pembroke - Vuestro padre es Coalville, no vos. Dejadle a el ensenar a los de fuera lo que nos espera en Coalville. Lord Morwen, espero que aun os queden energias, es vuestra espada y no un abrevadero el que me ha de hacer sangrar. - Sir Gauter sonrie levemente mirando a Lord Morwen  

Lord Morwen, comienza a girar lentamente, mientras el bullicio que hace un instante había en la guarnición ha desaparecido casi por completo. Cruza su mirada con la del caballero, hay un punto en el que la mirada de los dos guerreros se junta, un punto salvaje e indómito, casi primitivo, donde los hombres luchan por el mero placer del amor a la violencia, y luego son capaces de emborracharse apelando a la camaradería de los guerreros. Todo el mundo esta expectante mientras los dos hombres vuelven a empuñar sus armas, como si el aire pudiera cortarse con una daga, por eso cuesta identificar los gritos que provienen de fuera del castillo. Los hombres bajan la guardia e intentan definir mas los sonidos, un solo hombre a caballo, “es un guardia del paso de Goosetonge” grita uno de los vigías de la empalizada, cuando todo el mundo comienza a moverse Lord Morwen comienza a ladrar ordenes “ ¡ a los caballos ¡ Rurik – grita dirigiéndose a un muchacho – trae mis caballos y los de mis hijos”  Pembroke ya esta corriendo a ponerse la armadura, su joven hermano coge una espada y una lanza de un poste con armas que hay apoyado a una pared mientras que el jinete entra al trote por la puerta de la empalizada, y consigue hacer frenar al caballo, casi asfixiado, a unos metros de Lord Morwen

-          ¡ 15 hombres ¡, ¡ 15 hombres ¡  - repite con la respiración entrecortada – uno de ellos con el escudo de fondo verde con una división cheurón roja oscura…

-          Sir Enid – masculla Lord Morwen mientras una treintena de hombres montados comienza a formar en el patio….

- Lord Morwen permitidme responder a vuestra hospitalidad luchando con vuestros hombres. Hoy mi espada y escudo son vuestros para defender Coalville. - Sir Gauter le mira serio a los ojos y desvia su mirada hacia el establo donde se encuentra su caballo  

 Dayglish espera la decisión de Lord Morwen, que durante unos instantes mira duramente a Sir Gauther, como si estuviera pensando que hacer, hasta que finalmente asiente con la cabeza y un gruñido, y Sir Dayglih ordena, jubiloso, que los escuderos de los caballeros traigan sus caballos y sus armas. Sir Gauther monta de un salto, ansioso por la batalla, como una sombra Sir Dayglish monta detrás de el. Sir Gauther, marcialmente y con un solo gesto, le da a entender a Pembroke, que es quien encabeza a los soldados, que esta bajo su mando, gesto que en otro acto de soberbia, Pembroke no corresponde.

En menos de 5 minutos, la tropa parte al galope fuera del castillo, por un camino que sube hacia unas montañas al norte de su posición. Nadie echa la vista atrás, ningunos ojos buscan a los ojos azules, que se quedan solos, preocupados y tristes sobre la empalizada.

A la cabeza de la marcha va Pembroke junto con su hermano y su padre, y unos pasos detrás los dos caballeros de la corte del rey Uther. Lord Morwen explica quienes son los jinetes sobre los que se han puesto en alerta. “ Sir Enad es uno de guerreros de Lord Caoime. Ha realizado varias incursiones en algunas de nuestras aldeas, uno de los pasos mas rápidos de un territorio a otro es una garganta entre las montañas conocida como Goosetonge, las tierras del otro lado de la garganta son del Rey Lot. Tengo diferentes vigías dispersos por mis territorios, todos colocados en puntos estratégicos – explica a los caballeros mientras siguen galopando al trote – a la espera de que detecten alguna incursión. Ahora hay que identificar cual de los tres refugios puede resultar atacado . dice serio mientras mira a Pembroke, que no devuelve la mirada a su padre – capturar tantos guerreros como podamos y si nos hacemos con el mismo Sir Enad, pedir un buen rescate por el a ese cerdo de Caoime”

Finalmente llegáis hasta un claro, antes de entrar en un bosque al pie de las montañas, donde el camino se divide en tres. Intuyes, por la expectación, que cada uno de esos caminos debe conducir a uno de los refugios. Pembroke se detiene y espera un tiempo… bastante tiempo en realidad… esperando algún indicio de donde pueden estar los soldados de Lord Caoime… pero no hay suerte.

Cuando las tropas comienzan a impacientarse (y los caballeros del Rey Uther también) Lord Morwen espolea suavemente su caballo para ponerse a la altura de su hijo y hablar con el cuando este reacciona y se da la vuelta.

“Tenemos que dividirnos – sentencia – hay tres posibilidades, asi que lo haremos en tres grupos, yo, junto con 12 soldados cabalgaré hasta el refugio mas cercano - dice señalando un camino mientras que doce soldados montados se van posicionando allí -, mi padre y otros doce soldados, estarán dirigidos por Sir Dayglish, y cabalgaran hasta el segundo refugio, al norte de donde estamos – dice señalando el camino de su derecha mientras que otros tantos caballeros se colocan allí – y mi hermano Rekard y otros cuatro soldados cabalgaran a las ordenes de Gauther – te sientes honrado, aunque algo dolido porque haya olvidado el título de Sir que tanto te costó conseguir – que cabalgaran hasta el refugio mas lejano y por lo tanto el que menos posibilidades tiene de resultar atacado.”

Sir Gauter se diriguio hacia sus hombres y les indico el camino a seguir. Tras un minuto de marcha pregunta quien es el jinete mas veloz de todos para que cabalgue hasta la tercera aldea y tanto si observa algo de actividad como sino vuelva para avisarle e ir a otra aldea o continuar a la tercera. Mientras intento buscar algun lugar alto en busca de humo para saber que aldea es.  

La verdad es que toda la marcha es bastante forzada, a mucha velocidad, asi que cuando se adelanta un jinete, tampoco lo hace mucho, todo tiene un ritmo frenetico. Aun asi, un soldado se adelanta para echar un vistazo mientras le esperais unos cientos de metros detras.

La impaciencia empieza a tomar forma cuando pasan mas minutos de los debidos sin tener noticias del soldado, hasta que afortunadamente escuchais el trote de unos cascos a todo galope... trote que no se detiene, y que cuando pasa al lado del seto donde lo estabais esperando, comprobais, no sin nerviosismo, que el caballo galopa sin jinete....