Partida Rol por web

Maldito sea Raimondo Scevola...es un ebrio inutil y se supone que nos lleve al norte!! Masculla el explorador al ver con disgusto al conductor de caravanas.
Sin embargo, la sociedad ya le habia pagado por el viaje, algo bastante extraño, con lo cual era el hombre a buscar, para el viaje, o para recuperar el dinero...si es que no se lo había gastado en bebidas y putas.

En fin...duro el trabajo de un pathfinder.

Khyrom se alzó de hombros, y caminó con sus tres piernas, golpeteando el suelo con el guisarme.

HEY! HEY! QUIETOS AHI! Ordenó.
Estamos buscando a ese hombre, asi que retrocedan si no quieren visitar tempranamente los brazos de Pharasma.

¡Scevola! Que es eso de que apostaste tus caballos? ¿Estas loco!??
Como es posible...alguien cobra un viaje por adelantado, una pequeña fortuna, y no solo se gasta ese oro sino que apuesta los caballos con los que puede realizar el viaje! Pedazo de ebrio inutil hemos contratado!

Ante las palabras de Khyrom, el tipo que hablaba con el ebrio levanta una mano y los matones se detiene contrariados y este se levanta y dice:

- Buenas, soy el reputado capitán de barco André Elanzo. Este hombre ha apostado sus caballos y los ha perdido limpiamente. Así que si no van a pagar ustedes su deuda les suplico que se mantengan al margen si no quieren ser acusados por las leyes comerciales y de los "jefes".

Khyron se detiene, baja el guisarme, y volviéndose hacia el capitán de barco le saluda con un ademan mientras señala a Scevola.
Me parece justo, Andre Elanzo. Mi nombre es Khyron, y aunque parezca increíble esta coincidencia, y aunque Raimondo esté ebrio como un barril de vino, lo que dice es cierto. Casualmente, nosotros representamos a ese "cliente", al cual nombra entre balbuceos...el viaje ya está pago ademas, y por lo tanto no pueden quedarse con los caballos...aun.

De todos modos...¿en que a consistido esa...apuesta, si se puede saber?

El hombre mueve las cejas y sonríe mientras se atusa su fino bigote y su perilla mientras mira al suelo donde yacen los escombros de vasos, una botella, platos y unas cartas:

- Una simple partida de cartas, ya sabe a veces la suerte no sonríe.

Debió tener más cuidado André...apostarle a un borracho es peligroso. Me temo, que ha sido engañado.
Raimondo apostó algo que no le pertenece. Apostó caballos,...caballos que ya son nuestros, por un corto tiempo, pero nuestros, ya que pagamos por un viaje.

Lo que podemos hacer, es que a nuestro regreso a Cala Sangrienta, ustedes cobren la apuesta. Pero por el momento, tendrán que quedarse con las manos vacias.

Khyron se vuelve hacia el "caravanero" y le pregunta. Y tu...Scevola! Que hiciste!? En verdad apostaste los animales que usas para tus viajes?

El capitán tuerce los labios ante las palabras de Khyrom y vuelve a hacer un gesto a sus matones:

- Ya saben ustedes como son los juegos donde se apuesta, o se paga al acto o se sufren las consecuencias. Así que si ustedes no se hacen cargo de su apuesta, mis hombres se verán obligados a sacarle el documento de propiedad de "buenas maneras". Además esto es Cala Sangrienta y YO soy un reputado capitán de navío mercante así que creo que les conviene saldar la cuenta cuanto antes si no quieren verse involucrados en un problema "legal" con las autoridades de la zona.

Scevola os mira y mira a los matones como si los viese por primera vez y se acerca un poco a vosotros:

- El...el...el...- señalando a Elanzo -me essshó alguna dr..dr...dr..oooga o cosha en mi bebbbidda. ¿Assshí ussshtedesh ssshon pppp...ppp...a..tthhhh- calla de golpe y todo el bar parece haber muerto de golpe, nada se escucha todo el mundo ha callado de inmediato, un hombre sale rápidamente del lugar y el tabernero busca algo detrás de la barra disimuladamente.

- Somos paaaat... paaaat... ¡¡Paaaat-anes por haber confiado en un borrachuzo como tú!! ¡¡Desgraciao!!- intervino el bufón con tono de reprimenda intentando arreglar el desaguisado que Raimondo acababa de ocasionar. Luego salió de detrás de la espalda de Khyrom, sigiloso y asustadizo, para intentar convencer a el prepotente capitán Elanzo:

- Discuuuulpe señor...- dijo con una voz tan floja que incluso molestaba. - Quizás podríamos alquilarle los caballos para cumplir el trabajo, por el cual este trozo de inmundicia, recibió la remuneración que decidió gastarse en juego y alcohol...- intentó poner su cara mas afable, aunque eso resultaba difícil pues debido al insoportable calor de aquella ciudad, el maquillaje que el pícaro portabe en su cara se había espesado y corrido por todo el rostro dándole un aspecto de muñeco diabólico surgido de la mismísima Herida del Mundo.
 

André Elanzo mira al joven bufón y pone cara de sorpresa y luego entrecierra los ojos y dice:

- Señores ya les he dicho, si se hacen cargo de lo que debe, no pasará nada más, pero no se irá de aquí con sus caballos o con su dinero una de las dos debe engrosar mi bolsa pues he ganado la partida. Son 300 piezas de oro.

El brujo ordenó mentalmente a la lechuza que siguiera al hombre que había salido tan precipitádamente del lugar. Temía que fuese a avisar a los aspid y les tendieran una emboscada.

Cita:

¡PAF!. El cachetazo de Khyron le dejó una mano roja tatuada en la mejilla al pobre borracho, interrumpiéndolo.

Disimulando, el explorador lo zarandeó un par de veces más, tratando de quitarle la borrachera, no sin torpeza.
Al final, buscó algo de agua de su odre, arrojandole un buen chorro sobre la cabeza y el rostro.

A ver si te despiertas de una buena vez, después de haber apostado los caballos, pedazo de idiota! le gruñó, dejándolo caer al final por su propio peso y borrachera.

Cuando Raimondo queda tirado en el piso, André tira su propuesta, haciendo que el guerrero de Pharasma se alce de hombros. Pero?...Todo este lio?...por unos pocos caballos de trescientas monedas? A ver. Donde están los caballos. Vamos...Raimondo despierta de una vez! Donde están esos caballos. Quiero verlos.

Mensifo observaba la escena en su habitual silencio y preparado por si la situación se tornaba violenta, pero no le agradaba lo que veía. No aprovaba el comportamiento de sus compañeros, insultando e incluso sacudiendo al borracho, de quien tampoco podía decir que le gustara su actitud, pero esa violencia que demostraban era excesiva, en general para un pathfinder en cualquier situación, pero más peligrosa en este caso en que pondrían sus vidas en las manos, o riendas, del borracho. Además el sujeto aseguraba haber sido drogado, cosa no descabellada en este lugar, pero ya habría tiempo de dilucidar la esa cuestión más tarde.

Reflexionó un segundo sobre cómo proceder. No podían arriesgar la misión por 300 monedas de oro que, si bien eran una importante cantidad, la Sociedad repondría probablemente. Lo que dudaba el brujo era si sería más sospechoso pagar directamente o convencer por la fuerza a estos tarugos de que olvidasen la apuesta. En cualquier otro lugar seguro sería más discreto pagar sin levantar la voz pero dudaba que la lógica y el sentido común fueran de uso frecuente en este lugar. En cualquier caso había que actuar con diligencia antes de que la cosa empeorara.

- Me haré cargo de la apuesta. - Dijo con su habitual tono neutro al tal André Elanzo sacando de entre sus ropajes la mencionada cantidad.

Después ayudó a levantarse al futuro guía de la expedición y le llevó fuera a una fuente para que se refrescara y aliviase su estado.Aprovechó para oler con disimulo su aliento, fijarse en sus pupilas y el color de su rostro, tratando de saber si su estado se debía al abuso del alcohol o podía haber algo más que le trastocara el entendimiento.

En cuanto Mensifo dice que se hace cargo de la apuesta, André Elanzo sonríe y hace un gesto a sus hombres y éstos vuelven a la chimenea dónde estaban.

Una vez fuera para refrescarse el borracho Rimondo Scevola les da las gracias profusamente y varias veces:

- Muchas, muchas , muchísimas gracias. No sabía que estaba haciendo, os debo la vida, pues seguramente me hubiera caído una buena si no aparecéis vosotros ppp... Cuándo estéis preparados podemos dirigirnos a la caravana hacia la excavación. Aunque mejor con los primeros rayos del sol, que en la noche en la selva.

Vlado se acercó con su cara más inocente hasta Raimondo. - Siento haberle insultado señor, pero debía impedir que diera a saber nuestra condición. - dijo de forma templada intentando conseguir cierto gesto de comprensión. - Ese hombre es malvado, pero la misión de la Sociedad está por encima de todo.- añadió de forma solemne mientras erguía su espalda, eliminando la chepa que frecuentemente conseguía al retraer los hombros. Luego escuchó las palabras del caravanero, pero había algo que no le acababa de cuadrar...

- Creo que no es una buena idea quedarse más tiempo en esta ciudad.- dijo mirando al resto de compañeros del grupo. - Digamos que ya hemos llamado bastante la atención de las gentes de este lugar, y muy probablemente el Consorcio de los Sepis esté al corriente de nuestra presencia- dijo con rostro tristón.

- Creo que deberíamos marchar cuanto antes.

El caravanero te mira con cara de sopresa y dice:

- ¿De quien habla?¿Eso Sepis?¿Quiénes son?¿Otros enemigos más de la Sooocc..? Abandonar el lugar en caravana a estas horas será más sospechoso que hacerlo a primera hora del nuevo día en unas horas.

¿Conoces un lugar seguro donde descansar? Pregunta la guerrera sin demasiado interés. A ser posible sin alcohol cerca ni mesas de juego.

´Sin llegar a fiarse del todo de su nuevo acompañante Mensifo asintió a la pregunta de la guerrera.

- Sí, mejor busquemos un lugar para descansar por aquí cerca y emprendemos camino mañana antes de la primera luz.

Os mira, frunce el ceño, baja la mirada, sonríe con rubor y dice:

- Creo que podríamos descansar un poco en la misma caravana y si tenéis los suministros, deberíamos concertar con los distribuidores cuando podemos cargarla.