Partida Rol por web

El brujo por fin consiguió ponerse en pie y su atención se centró de nuevo en la chica  que se escondía en el rincón.

- ¿Quien eres y qué hacías aquí?

Parcas palabras como habitualmente. Tenía prisa por salir de allí y quizás la muchacha les podría indicar donde estaba el elixir que estaban buscando.

La chiquilla te mira, mira la habitación de la que ahora desaparece esa extraña substancia resbaladiza y mira por todos lados como paranoica:

- No, no, hasta que no se vaya no podré decir nada, nada, o me matará.

Sin media palabra, meto de nuevo a la hechicera dentro del pasillo, arrastrándola con cierto cuidado y la acerco hasta Ailush. Haz lo que puedas, si sobrevive, nos será más útil.

Ya se ha enfrentado a otras personas y sabe perfectamente, que puede sobrevivir un poco en el limbo antes de que su alma abandone su cuerpo, con algo de suerte, la podremos aprisionar y a partir de ahí ya se vería.

Una vez la extraña sustancia resbaladiza había desaparecido, la joven pelirroja se pudo incorporar. Todo fue mucho más violento y caótico de lo que jamás habría pensado. Se acercó a la muchacha con semblante que pretendía ser tranquilizador.

-Ya ha pasado, tranquila.- Dice dándole una mano para ayudarla a levantarse.- Me llamo Ailush, ¿y tú? Venimos en busca de un remedio para ayudar a un niño al que Lura lanzó una maldición, ¿sabes si ella guardaba algún tipo de antídoto?

En esos momentos llegó Lirianne, con Lura a rastras, dejando un rastro de sangre por el suelo, con Vlado llegando tras ella, con rostro compungido. Cuando le pidió que la atendiera, Ailush la examinó a ver si podía hacer algo por ella.

Ves que tu poder no hace efecto en Lura, ha muerto.

La chica te mira con miedo y se tranquiliza un poco al ponerle la mano en el hombro con suavidad:

- Yo, yo,...sólo vine aquí...por que me dijeron que ella me trataría bien...y podría ganar unas monedas e influencia, y quizá un buen trabajo.

Ailush niega múdamente tras atender el cuerpo sin vida de Lura.

- Está más allá de mis capacidades.- Dice con voz átona la sacerdotisa. Luego mira a la chica.- Si bien la muerte nunca es motivo de alegría, creo que tu camino por la vida será mejor del que habría sido al lado de Lura, por lo que descubrimos de ella, era un mujer peligrosa, carente de escrúpulos y maliciosa. Aprovecha esa nueva oportunidad que te brinda el destino y aléjate de este destino...

Hace una pausa, y un gesto inequívoco, que preguntaba por su nombre. Luego rebuscó entre las pertenencias de Lura mientras comentó.

-Vlado, Lirianne, Hasan, buscad por la estancia a ver si damos con el remedio y logramos evitar que otra persona muera hoy.

Aunque no dice toda la verdad no tiene malas intenciones.

Encuentras entre las pertenencias de Lura un vial, una maza de armas y un camisote de mallas. Buscáis por la habitación de Lura y no dáis con el preciado antídoto.

Ailush tendió el vial a Mensifo para que lo examinara.

-¿Es el antídoto?

Ante su negativa, Ailush miró a la muchacha.

-¿Sabes dónde Lura tenía su residencia? Si aquí no está debe haber algún sitio donde esté, o tal vez algunas notas sobre como crearlo.

Dijo mientras examinaba las pertenencias de Bellu.

Bellu desapareció cuando cayó tras el golpe mortal. La muchacha te mira ya de pie y con el ademán de salir de allí y se detiene cuando le preguntas:

- Por lo qué yo se, vivía aquí. Muchas gracias- y se va.

Mensifo tomó el vial con expresión seria, observó su color y lo destapó para sentir su aroma, como un catador haría ante un vino que quisiera evaluar. Incluso conjuró un hechizo de detección para saber si mostraba alguna esencia mágica, pero también aprovechó el hechizo para auscultar si había otras energía mágicas en la habitación... o en la aparentemente inocente muchacha.

- Espera muchacha, no nos has dicho tu nombre.

Dijo esperando retenerla lo suficiente para asegurarse que no les mentía.

Es una poción de curar heridas leves. Y no detectas nada más mágico en la habitación.

La habitación consta de lo básico y algún elemento decorativo como un jarrón, un par de cuadros de paisajes brumosos. Una cama cómoda y amplia, para más de una persona. Un tocador con múltiples botes de maquillaje y demás, peines. Una mesita con cajones y un armario.

En la niña tampoco hay nada mágico.

La chica se detiene un instante ante la pregunta del brujo y dice:

- Ah, perdón, mi nombre es Varguena.

La pelirroja sacerdotisa se acerca a la cómoda mientras pregunta.

-¿Seguro que es aquí donde residía Lura? ¿Quien te puso en contacto con ella?

Dice mientras abre cajones de la cómoda buscando el antídoto. Repasando los viales y potes del tocador buscando dar con él. También busca papel escrito, alguna nota, algún contrato, alguna carta... un diario. Lo revisa todo, tras los cuadros buscando algo anotado en su reverso o viendo si ocultan algo, incluso inspecciona el jarrón, bajo él y su interior.

La chica vuelve a detenerse y con cara de no saber nada dice:

- No, no, lo se, yo no la conocía era la primera vez que venía y me citaba en sus aposentos. Lo siento no puedo ayudarles en nada más.