Partida Rol por web

Asamblea de Bestias

El espectáculo debe continuar (Prólogo Gabe)(Terminado)

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11/03/2014, 14:02
El Libro de Nod

15 de Diciembre de 1999
22:00

 

Las diez de la noche. Por fin. Después de un largo día con el señor Arthur, por fin habías conseguido que, después de una cena de lo más movidita, acabara por sentarse frente al sofá a ver uno de aquellos terribles concursos de sonrisas deslumbrantes y presentadores casposos.  Jamás habías comprendido cómo era posible que aquellos espacios despertaran tal interés entre las personas de la tercera edad. Eran, sencillamente, insufribles.

Sin embargo, para ti, la noche acababa de asumir una perspectiva total y absolutamente diferente. Se acabó por hoy. Había llegado la hora de marcharse y, como cada miércoles, era hora de ir al  Acuario de la Bahía. Era allí, en el paseo marítimo de San Francisco, donde Timothy Noonan, un conocido ilusionista, ofrecía su espectáculo cada miércoles y viernes por la noche. 

Esta noche, además, era diferente: después de haber asistido al espectáculo religiosamente durante los últimos cuatro meses, conseguiste entablar conversación con el mismísimo Noonan quien, después de un par de cervezas y varios chistes carentes de ningún tipo de gracia, te había ofrecido la oportunidad de realizar hoy, durante su show, un pequeño truco delante de su público. Una oportunidad única para darse a conocer. Quién sabe, quizás incluso fuera tu salto a la fama…

Por eso no convenía llegar tarde. Cogiste tu mochila, en la que llevabas todo lo necesario para el número y, como cada día, saliste de casa del señor Arthur, dispuesto a cumplir un sueño.

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11/03/2014, 15:49
Arthur McLaurens

La calle no estaba especialmente transitada, y aquello le permitió ahorrar unos minutos de paradas inútiles en los semáforos. A medida que se iba acercando al puerto de “The Embarcadro*” Gabe  empezó a notar que le afloraban los nervios: sus dedos repicaban en el volante impaciente y su pierna derecha se agitaba como si quisiera causar un pequeño terremoto.

Buscó donde estacionar la kombi y se detuvo. Aparcó algo más lejos del “Acuario de la Bahía” de lo que solía hacerlo pero necesitaba que el aire fresco le aclarara las ideas.

Empezó a andar distraído, sin fijarse en el paisaje ni molestarse por el olor a mar que tanto le repugnaba, su mente estaba demasiado ocupada manteniendo una conversación consigo misma a dos voces.

¿Qué te pasa capullín? ¿ahora te pones nervioso antes de actuar? Pero si lo has hecho mil veces...
¡Pero está vez es un teatro de verdad! y ¡con publico de verdad!
Mi público también era de verdad. – protesto el fantasma de Scorpio en la cabeza de Gabe.
Cállate Matt Martín. Esta vez estaré solo.
>Joder, no me extraña que te hicieras llamar scorpio, ¿quién te iba a tomar en serio con ese nombre?

Esa idea le hizo sonreír, las comisuras de sus labios se estiraron hasta prácticamente topar con las orejas y luego volvieron a relajarse quedando en una media sonrisa que le hacía parecer un enamorado a la espera de su amada.

¡Van a flipar!

Gabe cada vez estaba más emocionado, apretó el paso sin darse cuenta, cada vez iba más acelerado hasta que empezaba a correr; y después de unos escasos metros se detenía de nuevo para andar como una persona todavía cuerda. Y esa dinámica se convirtió en un círculo vicioso a lo largo de todo el paseo marítimo.

Sin embargo, al poner el primer pie en la calle Pier, Gabe se detuvo en seco. Apoyó su mochila y una rodilla en el suelo y del bolsillo delantero de la mochila sacó un pollito con un exquisito plumaje amarillo intenso.

Lo capturó con sumo cuidado en la mano izquierda mientras con la derecha le instalaba una pequeña goma elástica para que no piara hasta que fuera su momento y luego lo situó con suavidad en un bolsillo del interior de la manga de su chaqueta.

Cerró de nuevo la mochila, se la colgó con energía de un hombro y se plantó frente al teatro.

Notas de juego

* Parece sacado de un mal libro. No me he podido resistir.

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15/03/2014, 02:14
El Libro de Nod

Fue aquel reflejo rojizo lo que te alertó. El inconfundible reflejo de las sirenas en los edificios colindantes. Eso, y aquel repentino silencio, aquella mueca compungida entre la gente con la que te ibas cruzando que, a propósito, era caza vez más numerosa.

Todo era muy extraño. ¿Dónde iba toda aquella gente? Entre los transeúntes, llegaste incluso a identificar a algunos de los espectadores más asiduos del teatro. ¿Por qué no estaban ya ocupando sus asientos? El espectáculo comenzaría en apenas quince minutos.

La respuesta llegó rápidamente. Nada más doblar la última esquina vio el origen de aquellas luces rojizas: una ambulancia y dos coches de policía que, a aquellas alturas, habían acordonado la entrada del teatro para evitar que el buen puñados de curiosos y clientes del Acuario que se habían agolpado alrededor de la puerta pudiera contaminar aquella escena.

La línea amarilla que denominaba aquello como escena del crimen fue lo segundo en llamar tu atención. Y, lo tercero fue Mat, uno de los habituales porteros del local, que no tardó en reconocerte- Espera chico. No nos dejan pasar. Tendrás que hablar con aquel. - dijo, señalando a un negro con porte elegante que estaba a algunos metros de alli, con un traje de chaqueta, junto a un coche patrulla.

A lo mejor estabas equivocado pero todo aquello pintaba mal. Muy mal.

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16/03/2014, 22:45
Arthur McLaurens

Esa rojiza luz había activado de nuevo sus fosas nasales, y el olor a mar entró en él; olor que se dirigió directamente a su cerebro recordándole el motivo de esa tirria. Al ver la cinta amarilla, se acercó a ella esperando que se disipara como un espejismo al alcanzarla; sin embargo, en cuanto cerró su puño arrugando ese plástico en su interior, su estomago se contrajo produciéndole ganas de vomitar aunque estás se ahogaron casi al instante.

Vale, esto tiene pinta de que alguien ha muerto pero quizás era solo un pescador, un espectador, el portero, o aunque fuese el mismísimo Papa, quizás esto en nada afecte al espectáculo. – pensó mientras alzaba la cinta para apartarla de su paso.

Espera chico. No nos dejan pasar. Tendrás que hablar con aquel - Mat le llamó la atención impidiéndole cruzar la línea amarilla.

Así que no eres tu ¿eh? Pues claro, quien me tocaría las pelotas sino…

Gabe soltó la banda policial y asintió aun con la mirada perdida presa de sus pesadillas, y sin mediar palabra alguna con el portero cambió su rumbo hacia el oficial.

Se fijó en el aspecto del Oficial a medida que avanzaba hacia él casi arrastrando los pies.

Traje chaqueta, porte elegante, sin despegarse del coche patrulla y hasta combinaba camisa y calcetines: Ese tipo no era de los que se desplazaban a esa zona de la ciudad para alzar el cuerpo de un pescador, ni siquiera por algo menos mugriento como un pandillero con un tiro en las pelotas y otro en la sien o un muerto por sobredosis.

No, a Gabe solo se le ocurría alguien a quien ese negro pomposo consideraría digno de su presencia: Timothy Noonan.

- Buenas noches -¿qué tienen de buenas? Predijo que le respondería el cursi ese en un intento de parecer todo un cínico machote –o no tan buenas. ¿Está clausurado el teatro?

>¿Podría indicarme que ha sucedido? – añadió para no parecer insensible a la obvia situación que las ambulancias y la presencia de la policía definían.

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18/03/2014, 00:55
Isaiah Wood

Isaiah estaba hablando por su teléfono móvil cuando Gabe se le acercó. Aún tardó varios segundos en terminar aquella llamada, mientras dedicaba al chaval una mirada entre curiosa e irritada. ¿En serio tenía la desfachatez de presentarse allí, en medio de todo aquel despliegue policial, preguntando qué hacían allí, como si estuviera delante de un stand de cerveza en una feria?

-No hijo, es el nuevo espectáculo de esta semana. ¿A ti que te parece? - respondió, malhumorado, negando lentamente. Obviedades. Todo aquello eran obviedades. Una cinta amarilla que indicaba que aquello era una escena de un crimen indicaba, con total claridad que, obviamente, había sucedido algo y que, como era de esperar el teatro estaba clausurado.

Wood farfulló algo por lo bajo. Acababan de joderle su cena de aniversario y eso, a la señora Wood no le habia sentado nada bien. Y eso solo significaba una cosa: ahora el jodido sería él cuando consiguiera llegar a casa, si es que conseguía llegar algún día.

Sin embargo, cuando estaba a punto de girarse para ignorar a Gabe, Isaiah se detuvo, negando de nuevo, esta vez con una media sonrisa incrédula en los labios- ¿Y tú quien eres, a todo esto?

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18/03/2014, 23:42
Arthur McLaurens

Gabe pensó distintas respuestas a esa pregunta desde hacerse el pelota con “un ciudadano preocupado” hasta  sacar su lado más chulo y farolero con “nadie de quien debas preocuparte” pasando por la simple verdad de dar su nombre y relación -aunque aparentemente frustrada- con Noonan.

Pero bien seguro que todas ellas le iban a traer problemas. Así que opto por echarle los lobos a otro y decir que solo era un aprendiz de bedel y que Mat, el portero del Acuario de la Bahía, le mandaba a preguntar como el último mono que era.

Sin embargo sus pensamientos llegaron tarde:

- Mal cambio de programa.-replicó con algo de impertinencia.

-¡Soy Gabe Jones Señor! – dijo dando un golpe de voz levantando ambos antebrazos y recogiéndose las mangas de la chaqueta hasta el codo  procurando no matar a la pobre ave que había ocultado en la manga izquierda. 

Desplegó una baraja de cartas de la nada a escasos metros de la cara del detective.

- Elija una carta. – Le indicó haciéndolas descender hasta su pecho y alejándolas  a una distancia media entre ambos torsos – En una de ellas se encuentra la solución a su pregunta, -sus labios dibujaron una sonrisa pícara- así que piénseselo bien.

Volvió a recoger el abanico de cartas le dio una vuelta y lo abrió de nuevo solo que esta vez los naipes mostraban sus colores al detective.

En realidad no hace falta que se lo piense mucho, va a elegir una de corazones ¿verdad?–apostó dadas las pintas del hombre pues la camisa y los zapatos que vestía indicaban que o bien, hoy tenía una cita,  o bien le vestía su madre; la segunda opción la descartó por el anillo que adornaba su dedo corazón.

El truco era cutre, muy cutre. Las cartas llevaban un mensaje térmico que al elegirla y ocultarla contra tu cuerpo para que El Mago no pudiese verla se activaba. La reina de corazones rezaba “cómprale flores” pues es la que solían elegir los calzonazos delante de sus churris; el As de corazones señalaba “Eres hermosa” y el Rey “llegará” pues eran las cartas más sobadas por solteronas desesperadas y el Rey, además,  era el favorito de  quien esperaba enamorarse en un abrir y cerrar de ojos. A la sota, como al resto de corazones, nadie les hacía caso y solo traían respuestas genéricas escritas por el mismo chino que preparaba galletas de la suerte.

Las picas contenían mensajes más guerreros, por ejemplo, el Rey indicaba “efectivamente eres el más grande” o la sota: “échale un par”; los diamantes ocultaban frases aplicables tanto a expectativas de dinero como de niños: el tres de diamantes compartía la misma frase que el rey de corazones, amabas solían ser elegidas por mujeres encinta o parejas a quienes esa idea les rondaba por la cabeza; y, finalmente, los tréboles eran puro cachondeo pues ¿Quién elegía un trébol? Solo los más desequilibrados, o quienes llevaban el suficiente alcohol en sangre para hacer caso de lo que una carta dijera. El 5 era su trébol de la suerte: “Dale tu número al mago” y el As con un simple “Sí” le había hecho ganar mil apuestas.

Aquella baraja era una abominación de truco, pura diversión de bar, en realidad si la había traído era solo porqué el barman del Acuario se lo había pedido.

¡Mierda, Ricky, mierda! le protestó Gabe al barman quien le había sugerido que modificara el 5 de diamantes con el menaje “chúpasela a Ricky” justamente porque era la carta que siempre elegía Mat cuando llevaba más de tres copas, y si de casualidad la elegía alguien más mejor que mejor.

Gabe no sabía ni siquiera porqué estaba haciendo aquello Teníamos un plan: echarle los lobos a Mat le recordó su cerebro que le recomendaba cerrar la baraja antes de que a ese hombre le diera por mover sus dedos hacía el 5 de diamantes. Pero un truco, por penoso que fuera, no podía dejarse inacabado. Nunca. Jamás. Así que mantuvo la compostura y rezó.

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20/03/2014, 23:31
Isaiah Wood

Isaiah alzó una ceja ante la primera respuesta de Gabe, pero ni siquiera le dio tiempo a contestar a la impertinencia del chaval cuando, de repente, le sorprendió con aquella baraja de cartas. Eso hizo, sin duda, que su ceja subiera aún más, mirando al chico con cierto aire de incredulidad.

¿De verdad estaba contestando a aquel tono amenazador e intimidador suyo con un truco de magia?

Durante apenas un segundos, se sintió tentado a hacer que aquel crío de teta se tragara una por una todas las cartas de la baraja. Sin embargo, en el último momento, hubo algo que le hizo decidirse a perdonarle la vida de momento: aquella capacidad de observación, la forma en la que, con sólo echarle un vistazo, fue capaz de adivinar que algo no iba bien en el paraíso de los Wood.

Y eso, precisamente, hizo que, por su cabeza, se cruzara una idea del todo descabellada, pero que podría funcionar. Volvió a mirar al chaval, y dejo escapar un largo suspiro, señalando a Gabe con aire de pocos amigos:

-Te lo advierto. Si no me gusta lo que me dices, te tragas la baraja - dijo, cogiendo una carta de la baraja. La sota de picas. Nada de corazones para el caballero. - Sorpréndeme.

Y se cruzó de brazos, observando al rubio, con aire escéptico. Preguntándose aún si no estaba a punto de cometer la mayor estupidez de su vida.

 

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23/03/2014, 09:35
Arthur McLaurens

En cuanto los dedos del Oficial pinzaron una carta y se la llevó consigo, Gabe hizo deslizar con la uña la carta inmediatamente posterior al final de la barraja al tiempo que recogía el abanico y lo convertía de nuevo en una pila de cartas.

Fingió enderezarlas golpeando el mazo en la palma de su mano por los cuatro lados y echó un ojo a la carta que había hecho deslizarse.

¿Diez de picas?

La decisión del negro le había sorprendido supremamente.

- Aunque no lo sepa caballero, ya ha planteado su pregunta y esa carta.-hizo una pausa dramática y alzó el dedo índice para señalar la carta que sostenía Isaiah- Esa carta – desvió la mirada en una mueca de concentración - Es negra ¿verdad? - volvió a mirarle, primero a los ojos, una ligera y breve mirada para indicarle que aquella magia se creaba por él, y luego, a ningún punto en especial de su rostro -Ha obviado los corazones, aunque de cierto modo en esa figura podríamos imaginar un corazón ¿verdad? – ese último verdad lo acompañó de una sonrisa pilla que empezó a tornarse en una sonrisa estúpida al pensar qué la forma de la pica también recordaba a un culo a punto de ser roto en dos, así que, siguió hablando - ¿Puede mirar su sota de picas y leer la respuesta a sus inquietudes, por favor?

Gabe volvió a hacer descender sus mangas y se preparó para sacar al pollito a escena.

 

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24/03/2014, 23:27
Isaiah Wood

Isaiah tuvo que reconocer que el truco del chaval le sorprendió. De hecho, se mantuvo escéptico hasta que Gabe pronunció su última frase, en la que nombraba a la sota de picas. Fue entonces cuando abrió ambos ojos, mirando a Gabe con una mueca de sorpresa y luego, de forma alternativa a la carta.

-Qué cabronazo. - dijo, mirando la carta de nuevo, y luego a él, invirtiendo el proceso. Y, cuando el chaval le indicó que mirara el mensaje, lo cierto es que esta vez no dudó a la hora de hacerlo.  Así pues, Isaiah bajó la mirada hasta aquel mensaje, esperando encontrarse alguna chorrada sin sentido:

Échale huevos.

Wood alzó ambas cejas, sorprendido de nuevo al encontrarle a aquellas dos palabras más sentido de lo que cabría esperar. Echarle huevos. De eso iba la cosa. De arriesgar.

El negro se sonrió, negando, diciéndose a sí mismo que estaba completamente chalado por lo que estaba a punto de hacer. Sin embargo, las señales eran claras y, ¿qué demonios? Al menos, si se equivocaba, aquel chaval parecía entretenido.

-Vale, voy a echarle huevos. Pero si la cagas, te meto la pica por el culo. - le advirtió, como si hubiera sido capaz de adivinar la segunda interpretacion de la carta por parte del muchacho. Y, acabo por coger aire, mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta un arrugado paquete de tabaco, que tendió hacia el chaval, ofreciéndole-Acabo de ver lo que haces. Cómo supones y cómo ves donde otros no pueden. -comenzó a seguir, observándolo, aun con cierto escepticismo. - Y eso, exactamente es lo que quiero que hagas. Quiero que me ayudes chico. Que entres ahi conmigo y mires la escena del crimen. Quiero que me ayudes a buscar al hijo de puta que se ha cargado al mago.

Y, acto seguido, Wood se quedó mirando al crio, convencido de que acababa de cometer la mayor estupidez de su historia, pero confiando en aquella corazonada, en esa parte de él que le decía que, efectivamente, el show no habia acabado.

Y Gabe parecía tener aún muchas cartas que mostrar.

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26/03/2014, 20:25
Arthur McLaurens

Gabe se guardó ese “qué cabronazo” como un trofeo más en su colección de éxitos.

¿Averiguar quién había matado al mago? ¿Qué iba a saber él? Sin embargo, Gabe se apuntaba a un bombardeo y si ése pensaba que era todo un detective no iba a ser él quien se lo desmintiera.

Basta con examinar a Noonan como si fuese el público en un truco de magia y algo podré sacar ¿no? Seh.

-Muy bien señor madero. Le indicaré todo lo que observe. – responde con falsa seguridad y luego sigue a su rollo:

- Puede quedarse la carta o si lo prefiere… – alarga dos dedos para pinzar la carta y separarla de la mano de Wood. Ya en su poder la coge con ambas manos y la parte por la mitad liberando al pollo de su manga que cae al suelo como una pelota y después de dos eternos segundos se recoloca el cuerpo y echa a andar.

Lo siento Herman, no ha podido ser antes. – se disculpa con el animal que parecía medio aturdido.

-¿Y de qué ha muerto? – entra en el tema intentando alejar la atención del maltratado animal, e intentando no parecer emocionado por ese elogio. 

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30/03/2014, 00:13
Isaiah Wood

Isaiah alzó una ceja, volviéndose hacia el chaval, cuando lo llamó "señor madero". No, definitivamente aquel crio no sabia con quien estaba hablando. Y quizás fuera mejor así, quien sabe.

-Inspector Wood, chaval. Más te vale recordarlo. - le advirtio, levantando un dedo a modo de advertencia, mirándolo con cara de pocos amigos. Y, una vez más iba a añadir algo más cuando, de repente, Gabe volvio a sorprenderlo con un nuevo truco... Solo que, en aquella ocasión el pollo salió mal parado, dando con sus huesecillos de pollo en el suelo- De lo mismo que el pollo... - dijo, señalando al animal que se recomponía en el suelo, contestando a su pregunta con un humor un tanto macabro, parándose un instante a mirar a Gabe- ¿Pero tú cuantos cachivaches tienes por ahi escondidos? - le preguntó, mirandolo de arriba a abajo, como si asi fuera a encontrar más.

Y, aun con la sonrisa que el paralelismo entre el pollo y el mago le habia dibujado en el rostro, volvió a dirigirse hacia Gabe, pasando una mano por su hombro, para guiarlo hacia el interior- En fin, como te decia... A primera vista parece una hostia muy grande... Pero prefiero que lo veas tu mismo... Dime, chaval... ¿Has visto alguna vez un muerto? - le preguntó, con poco o ningun tacto, mientras levantaba la cinta amarilla para que Gabe pasara por debajo de ella.

Y, antes de entrar, se detuvo un instante, mirandolo con cierta curiosidad- Por cierto... ¿me has dicho ya como te llamabas?

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31/03/2014, 21:19
Arthur McLaurens

Wood, madero, tampoco se había confundido por tanto.

Asintió por automatismo ante las palabras del Inspector en cuanto este levantó un dedo, aquello era una costumbre que había adquirido al servicio de Arthur. Pero esa ligera inclinación de cabeza no le impidió terminar de liberar a Herman.

El Inspector siguió la caída del animal con los ojos y luego le reveló al fin de que había muerto Noonan.

Una caída. Apuntó mentalmente. En tierra firme. Se puntualizó para dejar al mar expresamente fuera de aquello.

Wood le rodeo con un brazo y se lo llevó hacía la escena del crimen cual padre llevando a su hijo de pesca. Gabe aceptó esa sensación de calidez, le gustaba ese orgullo pseduofraternal que el Inspector le había mostrado al tomarlo tan cómodamente del hombro, sin embargo, su nuevo padre le puso rápidamente la caña de pescar en las manos recordándole que pronto le situaría en medio un turbio y asfixiante mar, al preguntarle si alguna vez había visto un cadáver.

Identifique a Matt en el depósito. – contestó sin contextualizar como si ese inspector tuviese que conocer su vida.

Todo ese cariño del que se había apropiado Gabe se esfumó en un segundo ¿qué cómo me llamo? Pero si se lo he dicho nada más empezar la actuación. ¡Joder! ¿Ahora tendré que buscar un sinónimo resultón?

- Gabe Jones.-  dijo como si le pesaran las palabras. - ¿y usted? – le devolvió la pelota – Aries. Y mi color favorito es el azul.

Aquello último  le dejó pensativo ¿el azul? El verde tampoco está mal, o el naranja…

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02/04/2014, 22:19
Isaiah Wood

Isaiah miró a Gabe de reojo, frunciendo el ceño en una mueca de extrañeza- ¿Matt? ¿Quien cojones es Matt? -preguntó, sin saber a qué venía aquello, ni quien era el desgraciado que había ido a dar con sus huesos en el depósito.

Continuó andando hacia la escena del crimen, atravesando el vestíbulo del acuario, en dirección a la sala donde, cada semana, tenía lugar el espectáculo. Todo estaba inusitadamente tranquilo. Una extraña e inquietante paz que sólo podía relacionarse con la muerte.

-Gabe... ¿eh? ¿Qué estaban pensando tus padres cuándo te pusieron ese nombre, chico? - dijo entonces el inspector, dejando escapar una socarrona carcajada. Y, cuando siguió hablándole de signos del zodiaco y colores favoritos, Wood alzó una ceja, preguntándose si, realmente, aquello no había sido una estupidez.

Suspiró, negando, al ver cómo le preguntaba por su nombre. Había captado la pequeña "venganza" del chaval, consciente de que quizás sí que le había dicho su nombre antes- Déjate de gilipolleces, chaval, a menos que quieras que me repiense lo conveniente de tu estancia aqui. - añadió, de nuevo con aquella pose dura de quien está acostumbrado a lidiar con muchas gilipolleces, y a soportar pocas.

Y entonces atravesaron el lugar, en dirección al lugar en el que estaba situado el escenario. Las cortinas estaban echadas, aportando una sensación de falsa paz que, desde luego, no cuadraba para nada con lo que le esperaba detrás de ellas.

Wood agarró las cortinas con una mano, mientras volvía a alzar un dedo en dirección al chico, a modo de advertencia- No toques nada, si no quieres ser tu quien acabe en chirona. - le dijo, acabando por descorrer aquel trozo de terciopelo azul oscuro.

Allí estaba el mago. Tendido en el suelo, con aquella pose típica de los cadáveres en las escenas de los crímenes. Lo antinatural de sus extremidades dejaba claro que el pobre infeliz había acabado con más de un hueso dislocado en una posición casi imposible y aquella rigidez, unida al charco de sangre que se había formado bajo el cadáver, daba a entender que, efectivamente, nada quedaba del ilusionista.

-Aqui esta nuestro amigo... - dijo entonces Wood, haciéndose a un lado, dejando que Gabe se familiarizara con el entorno. El muerto tenía la cabeza abierta, origen certero de toda aquella sangre. Sin embargo, había varias cosas que no cuadraban. ¿De dónde había caido? ¿Habría subido a una de las vigas de iluminación del escenario? ¿Y para qué lo habría hecho?

Y, sobre todo, había algo más que llamaba notablemente la atención.

La expresión de absoluto terror de su rostro.

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03/04/2014, 20:42
Arthur McLaurens

Gabe pensó en completar su historia, explicarle a ese hombre quien fue Matt Martin, scorpio. Pero dedujo que no era más que un pensamiento que se le había escapado en voz alta.

Le miró estudiándole la piel y el pelo, parecía lo suficientemente experimentado como para haber podido estar en el caso.

¡Qué cojones, pero si pasó allí mismo! Por "allí mismo" se refería a algún punto de la Bahía dentro de los 8 km que recorría el Golden Gate.

Sin embargo, aquello, ahora, no tenía importancia. Lo único que ese hombre quería saber era si saldría corriendo y gritando cuando viese el cadáver. ¿Por qué iba a hacer eso?

Wood le llevó por el vestíbulo, Gabe miró extrañado el lugar no parecía el acuario de siempre, faltaba gente, faltaba ruido, faltaba vida.

Oyó su nombre y miró hacía la procedencia de ese sonido para encontrarse con otra estúpida pregunta.

Seguramente pensaban qué putada nos perderemos el solo de Ritchie Blackmore.

No dijo nada, le convenía mantener la boca cerrada, la expresión del inspector le indicó que había completado el cupo y que debía empezar a pensar antes de hablar.

Le hubiese gustado preguntarle qué nombre le hubiese puesto él. Aquel era un tema al que solía recurrir cuando había dado más de tres vueltas en la cama y seguía sin encontrar la posición que le permitiera dormir. Sus padres, los que él consideraba verdaderos, no le habían cambiado el nombre, decían que formaba parte de su identidad. Él no lo veía así su identidad cambió por completo cundo pasó a formar parte de esa familia. Gabe era un nombre que pertenecía a otro chico, uno que no estaba muerto, ni olvidado, pero que ya era insignificante.

Llegaron al escenario, Wood levantó de nuevo el dedo y Gabe automáticamente asintió, aunque esta vez no sabía a qué. Estaba nervioso, sus oídos se habían taponado por el bombeo de la sangre y solo le permitían  oír su boca salivando para contrarrestar la sequedad súbita que había sufrido.

La cortina se movió y recordó sus propios pensamientos ¿Por qué iba a salir corriendo y gritando? allí tenía el porqué.

No gritó, no era su estilo. No se movió, ni un milímetro, aunque quiso, pero sus piernas no le dejaron.

Miro a Noonan, o lo que una vez podría haber sido Noonan, y luego miró el techo. Estuvo un buen rato mirando hacia arriba: había focos, cuerdas, sacos de arena y trozos del yeso pintado de negro que habían saltado y ahora se veían como manchas blancas que casi parecían estrellas. Los techos altos rara vez eran reparados, total la humedad seguiría allí.

Volvió a bajar la cabeza, sintió que su cuello se resentía un poco. Y su cuerpo, sabío, le dejó moverse, solo lo justo para llevarse una mano a la nuca y masajearse un poco mientras reparaba en el terror reflejado en el rostro de Noonan.

-Parece que no tenía planeado pegarse tal hostia. -dijo rompiendo la promesa que se había hecho de pensar antes de hablar.

No quería parecer maleducado, ni cínico, solo constataba una observación.

- Noonan no era de los que volaba, ni de los que hacen levitar cosas, bueno, cosas más grandes que sus pelotas - al darse cuenta que estaba razonando en voz alta aclaró lo de las pelotas, si iban a seguir sus pensamientos no estaba de más que se lo tomaran en serio- unas de espuma.

No, no hacía nada que requiriera levantar ambos pies, y rara vez le veías levantar uno.

Era bueno, era dinámico, estaba hecho para el espectáculo. Incluso trabajaba con niños, ¡niños! ¿Sabe lo que es eso?

Pero era animal de costumbres. Dudo que fuera a hacer un truco  nuevo. No, no tenía ningún motivo para estar allí arriba.

Dejo de hablar pero siguió su razonamiento.

Además ¿desde dónde te has hostiado tío? ¿No deberías estar esperándome, en tierra, quizás cerca de la puerta dónde habíamos quedado?

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08/04/2014, 00:14
Isaiah Wood

Isaiah observó en silencio la escena, atento a cada palabra que salía de boca de Gabe. Era posible que nadie, en toda su vida, hubiera prestado tanta atención al chico como ahora lo estaba haciendo el inspector jefe de policía. Parecía concentrado, mientras se mesaba la barbilla con el ceño fruncido en una expresión concentrada.

Lo cierto es que habia algo en lo que habia dicho Gabe que lo habia descolocado. Si el chico estaba alli, obviamente, era porque Wood tenia claro que no habia sido un suicidio, pero sí que esperaba al menos que se hubiera tratado de un empujon fortuito motivado por la envidia, los celos o un amante despechado. Sin embargo, las declaraciones de Gabe echaban por tierra todas sus hipótesis.

-¿Qué razón tendría entonces para subir ahi arriba? ¿Se te ocurre alguna, detective? - le preguntó entonces, dando un par de pasos hacia el cadáver, en silencio, arrodillandose delante de él- ¿Habia algo o alguien que pudiera haberlo llevado a subir hasta ahi? - le preguntó, señalando hacia arriba, ya acuclillado junto al cadaver, como si estuviera buscando algo, en su cuerpo inerte, que le hablara de lo que habia sucedido.

-Busca, Gabe. Busca. Necesito que me digas de qué murió este tipo. Porque esto apesta. - dijo, mirando a su alrededor, mientras sacaba de su bolsillo derecho dos pares de guantes, tirándole un par a Gabe, para ponerse, acto seguido, él los otros- Ten cuidado con lo que tocas y con como lo tocas. Si el alcalde se entera de que te tengo aqui, San Francisco tendrá a partir de mañana un nuevo inspector jefe de policía. -dijo, desvelando a Gabe que se trataba, efectivamente, de la mayor figura dentro del cuerpo de policia de San Francisco.

No estaba mal para empezar, ¿no?

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09/04/2014, 15:38
Arthur McLaurens

Ante las preguntas de Wood Gabe permaneció en silencio, y el escenario también, por lo que se vio obligado a mirar a lado y lado en busca del detective silencioso, si no hacía ningún amago de hablar lo habría él.

Aquel gesto de búho con su cabeza le hizo darse cuenta que Wood se dirigía a él; para quedar todavía más en evidencia se autoseñaló a modo de pregunta ¿Quién? ¿yo?

El inspector le lanzó un sí tu en forma de guantes que Gabe cazó al vuelo en un acto reflejo mucho antes de percatarse de lo que era.

Al abrir su mano se encontró con unos guantes de látex. Se reservó uno de ellos sobre el hombro izquierdo mientras tomaba el otro y soplaba en su interior para que se abriera, después de ponérselo hizo lo mismo con él otro.

La parálisis por el asco dejó paso a la hiperactividad de la emoción. Se puso a cuclillas junto al cuerpo copiando la pose de Wood. Y se distinguió de él al sacarse del tobillo un palo negro con dos franjas blancas, una a cada punta del mismo, algo que claramente representaba una barita mágica.

- No lo sé. – dijo tímidamente pues son sabía si aquello era una respuesta válida. – Quizás no se cayó desde allí arriba. Quizás le catapultaron y la parábola se encargó del resto o le dieron con la cabeza en el suelo con fuerza. – iba comentando mientras iba alzando la ropa del mago haciendo palanca con la barita mágica.

Le miró los tobillos, las muñecas, dentro del cuello de la camisa. No llevaba ni un solo chisme encima.

Mierda, sería un buen momento para descubrir como hacía eso.

-No. – Dijo descartando todas sus hipótesis- Noonan estaba más que muerto antes de acabar aquí. No cayó y murió. Murió y cayó.

Buscó un sitio que no estuviera empapado de sangre y se tumbó en el suelo, empezó a mover las extremidades haciendo alarde de su clara aptitud como contorsionista pero por más que lo intentó no pudo tomar la misa postura. – Tiene huesos dislocados – dijo forzándose el omoplato para llevarse el codo a la frente - ¡Esa mierda es imposible! – desistió desanudándose para quedar sentado con las piernas cruzadas – si te caes hay un impulso que te lleva, aunque esté mal hecho, a poner primero las manos o a protegerte la cabeza con ellas. – señaló a Noonan con su barita - ¿pero eso? Eso es una albóndiga.

No intentó salvarse del golpe porqué ya estaba muerto. Seguramente su atacante le subiría allí – alzó la barita al techo- y lo arrojaría para que pareciera muerto por caída.

Ahora de qué – puntualizó el qué- ha muerto. –se encogió de hombros volviendo junto al cuerpo- No soy médico señor inspector jefe de policía – recitó su titulo por entero para demostrar que había estado atento – pero le veo muy pálido, roto y asustado. Quizás fue un poltergeist. - Lejos de ser esa su opción final, siguió hurgando en el mago muerto en busca de algo que le llamara la atención.

 

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13/04/2014, 19:07
Isaiah Wood

Wood fue asintiendo metódicamente a medida que Gabe iba llegando, una por una, a las misma conclusiones que él había llegado antes de ir a por el chico. Aquello le gustó. No habia mucha gente en el cuerpo con una habilidad así para la deducción y aquel chico parecía tener madera de sabueso.

Efectivamente, habia muchas cosas que Wood habia visto y conclusiones a las que habia llegado como, por ejemplo, que aquello no habia sido un accidente. De haberlo sido, no se habria molestado en llamar a Gabe. Sin embargo, no llegaba a alcanzar a saber cuál podria ser el movil de un asesinato así. Y además habia otra cuestion:

-Yo también habia llegado a la conclusión de que habían tenido que lanzarlo. Sin embargo... Hay que tener dos cojones y unos brazos de hierro para subir a un tipo como este a pulso hasta ahi arriba y luego lanzarlo. O no lo hizo una persona sola... o quien lo hizo es alguien fuerte, muy fuerte. Y hábil, dos caracteristicas que no suelen ir juntas. Normalmente las personas fuertes suelen ser más torpes o lentas que las que no lo son.

Mientras Wood hablaba, Gabe seguía mirando aquel cuerpo que ahora mismo se habia convertido en un enorme enigma a resolver. Y todo parecía normal, de no ser por los huesos dislocados, la brecha en la cabeza...

y aquellas dos marcas, casi imperceptibles, en el cuello. Dos marcas que podrían haber pasado más por un arañazo que por otra cosa pero que, sin embargo, ahi estaban, con un cartel luminoso, mostrando a Gabe su existencia.

 

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14/04/2014, 00:53
Arthur McLaurens

Mientras el inspector jefe se apropiada de sus deducciones con un simple “ya lo había pensado” Gabe apartó el cello del frac que vestía Noonan con su barita, por muchos guantes esterilizados que llevara no pensaba tocar un fiambre.

En cuanto el cuello se mostró Gabe dio un salto atrás, soltando la barita como si de pronto se hubiese convertido en algo repugnante.

-¡Me caüen la puta!

Gabe se mantenía con las manos medio alzadas y el cuerpo ligeramente arqueado hacía atrás, sabía lo que había visto, sabía perfectamente lo que había visto pero a pesar de ello tuvo que volver a agacharse junto al cuerpo y con toda la precisión que sus temblorosas manos le permitían, tensó, de nuevo, el cuello del traje, pero esta vez lo hizo con la punta del dedo índice y mordiéndose el labio inferior asqueado de lo cerca que su mano estaba de ese cadáver.

A pesar de sus plegarias el cuello seguía mostrando las mismas marcas que hacía apenas unos segundos.

Joder, joder, joder. ¡Mierda!

Soltó las ropas del mango, y apoyó una mano sobre la otra y ambas sobre su rodilla para ayudarse a levantarse Luego tendré que quemar estos pantalones se anotó mentalmente.

¿Seguirá aquí? Se planteó mirando a toda la sala y deteniéndose en cada uno de los presentes, dejó para el final al inspector Wood.

Le examinó como otras veces en esa noche había hecho, solo que esta vez prestó más atención a su expresión y a sus manos.

-Tío…- señaló hacia el cuello de Noonan se lo han zampado terminó mentalmente su frase pero el poco sentido común que tenía le obligó a guardase esa teoría para sí y, quizás para Waldenbooks y los lectores de su sección de Nueva Era- ...me da que le han desangrado.

Obvio ¿cómo? No creerás de verdad…No, ¡no! Le clavarían un par de arpones, tirarían de ellos pasando los cables por encima de la línea de focos, Noonan subiría hasta allí de este modo, y después de perder unos cinco litro de sangre, su piel debió ceder y fiuuuum ¡pam! – acompañó sus onomatopeyas con la correspondiente mínima de un dedo simulando el recorrido hasta chocarse con la palma de la otra mano- Huesos rotos, cabeza abierta, cara de espanto y sin necesidad de ser fuerte y hábil. Las poleas ayudan y después de que los arpones se liberen del cuello de Noonan puedes llevártelos.

Esa explicación le tranquilizó, realmente tenía lógica, estaban al lado del puerto no sería extraño que alguien se paseara con esos ganchos mata peces en el bolsillo.

Se encogió de hombros como señal de que su cerebro ya no podía dar más de sí.

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23/04/2014, 00:31
Isaiah Wood

Wood dio un respingo ante la exclamación de Gabe, a pesar de haber estado siguiendo atentamente todos y cada uno de sus movimientos desde que el chaval comenzara a analizar el cadaver.

-¡Joder, chico, la puta! - exclamó, al verse sorprendido por aquel inesperado gesto que hizo que el corazón le diera un vuelco.

Así pues, tras el desconcierto inicial, se inclinó sobre el cadáver, dispuesto a buscar aquello que Gabe habia visto y que él, a todas luces, habia pasado por alto, al menos hasta entonces. El grito de Gabe llamo la atención de Wood sobre las dos marcas, lo que hizo que comenzara a estudiarlas con mucho más detenimiento. Sin embargo, no dijo nada inicialmente, esperando a que Gabe terminara de formula su propia teoría sobre todo lo ocurrido.

Wood sonrió, en un gesto que pretendía valorar el esfuerzo del chico, aunque aquella conjetura no pareció terminar de convencerle del todo- Todo eso está muy bien, chaval... Pero fíjate en el charco de sangre... Si lo hubieran desangrado ahi arriba.... - dijo, señalando al techo del escenario- Entonces la sangre habria salpicado por doquier... y habria mucha más de la que hay, creeme. Ademas, fijate bien en las marcas. No, no ha habido ningun desgarro. Son dos punciones limpias. Si la teoria de los arpones fuera factible la piel, efectivamente, se habría desgarrado y las heridas del cuello serían mucho más grandes...

El inspector jefe negó, colocando una mano sobre el chico, con una media sonrisa comprensiva- Me temo que no es posible que haya sucedido asi, pero no desesperes. Tómate tu tiempo chico... Además, no está nada mal para un novato.

Quizás era paranoia suya pero lo cierto era que, de repente, no pudo evitar sentir aquella sensación de que alguien, en algún lugar, les estaba observando.

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27/04/2014, 22:38
Arthur McLaurens

¿Pero qué coño quiere que le diga este viejo? Eso, esa idea, era  magnifica. A ver que se te ha ocurrido a ti ¿eh? ¡Nada! La pataleta mental que se liberó en Gabe hizo que clavara su mirada con dureza en el inspector, pero en el fondo sabía que ese hombre tenía razón, era una idea descabellada, surgida de su relación inconsciente de la muerte con el mar.

El hecho de no poder dar una respuesta a todo aquello le estaba abatiendo, no quería salir de allí bajo la mirada de decepción de Wood acompañada del vals de la negación de su cabeza titulado "en qué pensaba cuando te traje aquí".

Las opciones eran pocas y sus neuronas se habían agotado. Solo le quedaba una carta por jugar, la única explicación posible a todo aquello, se había aferrado a mantenerla oculta tanto como había podido, era obvio que no sería aceptada, e incluso podía llevarle a ese punto de decepción donde no quería estar, pero si se dirigía a él de todos modos, prefería irse sabiendo que lo jugó todo y Woods no supo ver la verdad.

Se acercó al inspector, se agachó a su lado, pegó su hombro al de él y, mirando hacía el cadáver, concentrándose ambos en esas marcas del cuello, le habló confidente, casi en un susurro, como si esos puntos rojizos fueran estrellas y ellos dos amantes clandestinos.

-Inspector jefe de polícia Woods, creo firmemente que la única explicación a todo esto es que este hombre fue atacado por un ser de la noche. - uso tal eufemismo de vampiro creyendo que eso le evitaría los insultos después de las carcajadas del inspector.