Partida Rol por web

-No a una sombra, simplemente es alguien bastante astuto. Por lo que vemos, sabe lo que hace, y no deja pistas evidentes a su paso. Lo cual nos complica el trabajo, y...no es muy consolador pensar que haya alguien en el pueblo capaz de matar con tanta frialdad.

Salina, de nuevo, empezó a buscar algo que los ayudara, observando detenidamente la gran casa. 

Hay tantos cabos sueltos aún...

Salina descubrió que al igual que en la anterior escena de crimen, en el jardín había varios desperfectos en plantas, jardineras, jarrones... también puede ver que hay mucha sangre en la escena del crimen. Y al agacharse a comprobar algo en un charco de sangre se dio cuenta de que allí había restos de paja pegada en la sangre, como ya ocurrió en casa de Elmore.

Jonhson, mira esto - Salina le señaló el otrora cuidado jardín, en la actualidad, hecho un asco - Todo revuelto, jarrones y plantas destrozados...Aquí hubo un forjeceo. Y tenemos todo perdido de sangre, y la paja vuelve a estar presente. No sé si es que le gusta hacerlo así, o es que el asesino es bastante..."sucio", digamos.
Y aun así podría ser cualquiera, al menos de momento.

Salina se percató de que las puertas de la casa, tanto la principal como la trasera estaban cerradas y la sheriff no había entrado allí. Todo se centraba en el jardín, el cuerpo fue encontrado allí y el asesinato allí se cometió.

Johnson se siente ofuscado y no consigue relacionar nada de lo que ocurre. La impaciencia le juega una mala pasada esta vez y aunque mira el lugar de los hechos su mente esta en otra parte.

-Y dígame, Sheriff - Salina volvió hasta donde se encontraba la mujer, para hablar con ella - Como en la otra casa, nos hemos centrado en el lugar del crimen. Pero,¿habéis mirado dentro de la casa? También puede tener pruebas importantes, y sólo estamos observando el jardín.

Verá agente... La casa está cerrada. Nadie ha entrado. Parece que el asesino llegó al jardín cometió el asesinato y se fue.

-Pero podría no ser así. Usted es la Sheriff, ¿no puede conseguir la llave? Piense que podría haber algo importante allá dentro.
Si sólo tenemos en cuenta lo que parece ser, y dejamos de ver la mitad de cosas, no avanzaremos. No podemos dar nada por seguro.

Creo que no me ha entendido bien, agente. La puerta estaba cerrada a cal y canto, claro que entramos y lo comprobamos todos, pero no hay nada. Todo está correcto. Si quieren pueden echarle un vistazo, pero mi impresión es que el asesino no entró en la casa. Creo que el robo no es su movil.

Sí han terminado ya podríamos ir a interrogar a los que encontraron ambos cadaveres.

Mmmm....-Peter alzó la vista al cielo y suspiró frustrado al no hallar pista alguna otra vez.-Creo que deberiamos interrogar,tal vez halla mas suerte.-Carraspeó e introdujo las manos en los bolsillos del pantalón.

Bien. Asintió Joanne. Primero iremos a ver a Francis Buch, que fue el hombre que encontró a Robert Bale. Vive aquí cerca, asique vamos.

Caminaron hacía una granja que estaba al norte de Ashville, también algo apartada del pueblo al igual que la casa de Bale. Pero al contario que está era más humilde y rudimentaria, de madera algo vieja ya y con la pintura carcomida por las inclemencias del tiempo.

Joanne aseguro que Francis estaría en su corral, haciendo las labores asique tuvieron que entrar a la granja y bordearla hasta la parte trasera donde había establos, corrales, huertos y demás. El fuerte olor a estiercol en sus olfatos de ciudad les afectó de inmediato. Las moscas revoloteaban a su alrededor golpeando contra sus caras una y otra vez, como si se alegraran de verles o quisieran darles una particular bienvenida.

Joanne llamó al granjero por su nombre de pila y este salió de una de las cuadras a recibirles.

Hola, Joanne, ¿qué puedo hacer por usted? Dijo con un fuerte acento sureño.

Joanne fue directa al grnao. Verá jefe, han venido unos agentes del FBI a investigar lo sucedido estos días y quieren hacerle un par de preguntas. No le robaran mucho tiempo. Esta es la agente Salina Sparks y este el agente Peter Johnson. Así Joanne presentaba a los agentes y dejaba al hombre dispuesto a escucharles.

Salina arrugó la nariz ante el fuerte olor, bastante desagradable, pero no tardó en olvidarlo. En dejarlo a un lado, porque su prioridad número uno empezaban a ser las odiosas moscas revoloteando. Empezó a espantarlas, pero pronto se cansó, y decidió mantener la compostura. No daría buena imagen el andar espantando a aquellos molestos insectos, ante el campesino con el que querían hablar. Reprimiendo las ganas de quitárselas de encima, se echó el pelirrojo pelo por delante de las orejas, para que al menos esa parte estuviera protegida, y siguió a la sheriff hasta el corral. Una vez presentados, fue al grano, con unas ganas tremendas de acabar.
-Encantada, señor Bunch. ¿Podría decirnos dónde y exactamente cómo encontró el cuerpo? Ya sabe, la posición, si encontró algo extraño en su ropa, en su expresión...Cualquier cosa es importante.

La mirada de Francis se desvió hacía el suelo al escuchar las preguntas tan directas de la agente, su cara se consternó y empezó a negar con la cabeza. Se notaba que seguía bastante impactado por lo que había visto, aquellas gentes de campo no estaban aconstumbradas a encontrarse cadáveres en esas condiciones... ¿Y quién sí?

Verá agente, no recuerdo yo muy bien lo que ocurrio ese día. Dijo con su fuerte acento sureño. Se mostraba reacio a recordar detalles. Simplemente llegue ahí y vi lo que había y llame a la sheriff...

Peter se rascó la cabeza visiblemente harto del lugar.-Disculpe señor,Intente recordar todo lo posible,la vida de otras posibles victimas están en juego.-Dijo Peter en tono conciliador para animar los humos del hombre.-Desea que tomemos algo señor,para que pueda pensar claramente? tanta calor no ha de ser buena para pensar...-Peter intentaba de alguna manera que aquel hombre cooperara pero parecía que no lo haría...al menos con el

-Entiendo, debe haber sido difícil. Hizo usted muy bien en avisar enseguida a la sheriff. - Por lo que parecía, el hombre, o no se había fijado en nada, o no quería recordar los detalles. Así no sería de ayuda, y necesitaban toda la información posible. Aun así, esperaría hasta que el hombre aceptara o declinara la invitación de su compañero antes de preguntar más. Lo que querían era que el hombre les contara todo lo que sabía, que confiara en ellos, no que se agobiara y se negara a hablar.