Partida Rol por web

Aventura para Harlton.

Año 2977 de la Tercera Edad.

- Hermano - le dijo su hermano Jacko - ¿que haras, ahora que has cumplido? - Su hermano, que bien lo conocia, sabia que algo perturbaba sin descanso a su hermano mayor. Aunque él nunca le hablo de sus sospechas. Bastante carga, habian sido, como para exigirle aun mas.
Esa noche habian cenado los tres juntos. Jacko, los visitaba tan a menudo como sus ocupaciones le permitian y juntos hablaban de los planes de su hermana Naria. La cual hablaba entusiasmada de su pronta boda.

- Es verdad - dijo ella - no quiero que te quedes solo - aseguro con firmeza - podrias vivir con nosotros. - su otro hermano miro con desaprobacion. No era un acuerdo justo. El joven se queria desposar con la dama, pero no con sus hermanos. Podria ofenderse, aunque aquel jovenzuelo, loco de amor que estaba, nunca se habia negado. Pero no era una solucion. Al menos la mejor de las soluciones.

- Nuestro hermano deberia de buscar una buena señora - continuo Jacko, ignorando las palabras de su hermana - alguien con quien formar una nueva familia. Alguien con quien compartir su vida, ahora que ya se libera de nosotros - sonrió al ver la cara de pena, de su gemela -  Yo estoy entre los escribas. Vivo bien de ello. Tu pasado mañana seras la esposa de ese joven loco que te soporta - se burló de ella - y quiera la fortuna, que sea por mucho tiempo.

- No digas eso - protesto ella, tirandole un trozo de pan -  Dinos, Harlton ¿cuales son tus ideas para el futuro?

-Si os digo la verad no se muy bien lo que quiero, pero si hay algo que me ronda desde hace mucho, he pensado en seguir los pasos de Aragorn, hacer como cuentan de el, vagabundear por las tierras limpiandola de sombras. Parandome a reflexionar sobre lo que digo, siento como los ojos se humedecen, doblo la mirada, para sacaros de ella, escuchando todo lo que habeis dicho y reflexionando sobre mis palabras para a sí continuar.

Volviendo la mirada a los dos:

- Esperaré a tu boda y me aseguraré de poder dejaros en paz antes de partir, pero aunque sigo reflexionando sobre esa idea, con seguridad sea lo que haga. 

Levantando la cabeza me dirijo a mi hermano:

- Tu Jacko piensa en lo que deseas para mi ya que se que deseas lo mismo para ti, tal vez cuando el REy se corone podamos ver nuestros deseos cumplidos.

Ahora dirigiendome a Naria:

- A ti te diré que cuides nuestra casa, no se cuando volveré pero quiero volver y hacer del deseo de Jacko una realidad.

Encontrandome de nuevo con mis fantasmas tengo una vez más que abandonar la conversación como tantas veces me ha ocurrido, subo a mi habitación y pienso en que no tengo ningún regalo para Naria por matrimonio, aunque tambien me gustaria darles algo a los dos por sino vuelvo.

La cena termino para ellos, cuando su hermano mayor abandono la mesa. Los dos se quedaron en silencio y si se dijeron algo, nunca se lo contaron a Halrton.

Al dia siguiente, el dia era digno para salir a pasear. Destellos de brillante luz, rompieron la noche. La niebla se disipo y la hierbas se calentaron, librandose de la humedad, a veces tan incomoda que acompañaba a esa region.

Halrton, al igual que todos los demas, pasaron la jornada con sus obligaciones. Cada cual, la suya. Esa noche, Jacko no pasó por la casa. Otros asuntos, le reclamaban. Naria, habia acordado pasar un rato con su prometido y unos amigos en la taberna. Asi pues, esta noche le quedaba cenar solo.

¡toc, toc!

Alguien llamo a la puerta. Algo extraño, pues no eran horas de recibir a nadie.

¡Toc, Toc!

Llamaron con mas fuerza.

- Se que estas dentro - dijo la voz de un anciano - si no me abres, te aseguro que no encontraras descanso esta noche. No dispongo de mucho tiempo, pero si el suficiente para importunarte lo necesario. Abreme Halrton, montaraz perezoso.

El tono de la llamada ya me inquietó, pero sus palabras me pusieron mas nervisoso, en algo me resultaban familiares pero el tono osco me resultaba violento. M e levanté pense en coger la espada, pero me dí cuenta de que no andaba por los bosques sino que estaba en casa y que solo mi estado de incomodidad permamente me hacia sospechar de todo el que se me acercaba.

Desconfiado e irritado por la inopurtuna visita, dejé el plato de estofado en la mesa y me dirigí a la puerta, intentando adivinar quien era el grosero e inopurtuno que venia a incomodar mi velada.

- Ya era hora - dijo el anciano cruzando el umbral, aun antes de recibir permiso - no dispongo de mucho tiempo y menos para andar con desconfianzas absurdas - termino diciendo cuando llego al comedor.
Alli presente, estaba un anciano de sombrero de punta azul, traje y bufanda gris. Se apoyaba en un baston y portaba una espada en su cinto, atada a la cintura.
- Bien, bien... huele bien tu guiso - dijo el anciano olfateando el aire. El miedo se habia desvanecido. Ante Halrton, estaba nada mas y nada menos, que el hechicero Gandalf, el gris, tal como lo conocian los hombres. El miedo se tornó sorpresa. La desconfianza, asombro. El enfado, en curiosidad.
Gandalf, era un hechicero reputado por tener un gran corazon y a su vez, una colera tan abierta que hacian temblar los cimientos de una casa.
Halrton, estaba mudo, aun seguia en la puerta, sin dar credito lo que los ojos estaban viendo.
- Borra esa cara de bobo - le dijo, pues en verdad, nunca le gusto a Gandalf, que lo trataran con esas alabanzas propias de los heroes engreidos -  tengo algo para ti - siguio diciendo - pero no podremos hablar si no cierras la puerta y vienes aqui conmigo, prefiero hablar sobre una comoda silla y en el calor de una chimenea, mas que en un portal frio.

Haciendo caso de las indicaciones del mago y llevado por la estupefacción a un punto de sonambulismo, cierro la puerta y haciendome eco del comentario acerca de la comida, me dirijo a la cocina a preparar un buen plato de estofado. Intentando recapacitar sobre la situación, no se me ocurre que a podido traer a mi casa a tan distinguido habitante de La Tierra Media, en cualquier caso esto supone una gran oportunidad para mi para poder acercarme a las filas del que será proclamado Rey y llevar a termino la venganza tan deseada por la muerte de mis progenitories.

Me acerco con el plato y una jarra de cerveza, le traigo un poco de pan cubierto y servilleta. Yo me siento a la mesa con una jarra de cerveza, pero sin articular ni una sola silaba, se me ha secado la boca y no encuentro un pensamiento acertado para enjuargarme en el y decir algo.

- Tengo algo que pedirte - dijo cuando Halrton por fin se sento en la mesa, tras preparar un nuevo plato y despues de haber cerrado la puerta. Gandalf, tomo un poco de estofado y sorbio la cerveza. En silencio lo saboreo y cuando termino, buscando entre sus bolsillos, susurro algo asi - Lamento no poder tomarme descansos mas largos - sacó entonces una pipa y hierba del Viejo Tobby* y mientras la preparaba prosiguio, tras la mas que larga pausa.

- Como decia, tengo algo que pedirte - se acomodo sobre la silla y relajo los pies, prendiendo fuego a la pipa - ya has madurado, ya tus hermanos estan listos para salir de la proteccion de tu ala y en ti tiempo atras un fuego dormido - algo que sorprendio en realidad a Halrton, pue nunca antes habia visto a Gandalf, aunque bien conocia su reputacion - Ya es hora de que lo despiertes. Tu hermano Jacko es ya un adulto y pronto lo sera Naria, que esta cerca de desposarse con ese cabezahueca. No temas, no es una mala persona, solo un poco impulsivo.
Bien, a lo que ibamos, tengo algo que pedirte, es hora de que tomes tus bartulos y partas. Es hora de que tomes el papel que debiste de tomar antes de que el destino te cargara con esa, sin duda gustosa para ti, carga. Es hora de que partas y partiras al sur. En las tierras de Rohan, en el Reino de Thengel, habita un hombre. Extranjero para aquellas gentes, pero un vecino para ti. Responde al nombre de Thorongil, tiene una treintena de años, de cabellos pardos. Alto y fuerte, vigoroso y por sus particulares empresas, muy prudente.
Cuida de usar el nombre con asiduidad, pues es un nombre que arratra peligros. Inventante una historia para tu peregrinaje si es necesario.

Entonces Gandalf se levanto, apago la pipa, la guardo - tengo que marcharme, cuando estes con él, avisale que nos tendremos que encontrar en donde viajamos juntos la primera vez y que tan pronto reciba tu mensaje, me haga llegar la fecha en la que nos encontraremos. Si te pregunta dile que he partido a donde nos conocimos, pero que otros asuntos me reclaman de una manera mas inmediata.

Dicho esto, Gandalf, tomo camino a la puerta, para volver a partir.

-Gandalf, digo Señor. Que haré una vez le haya dado el mensaje, ¿quiere que acompañe a su amigo hasta usted? Yo no he salido nunca de estas tierras y quiero cumplir está misión adecuadamente, tiene algún consejo o camino que decirme que deba seguir.

Pensando en mil cosas que me gustaria decirle, espero una respuesta a mi rápida intervención temiendo que se marcharse sin mas.

- No es mi decision, lo que debas de hacer, una vez cumplas mi pedido. ¿Seguirlo dices? No soy quien debe decir si eres capaz o merecedor de seguir a Thorongil, en sus viajes. Seria un necio si ordenara algo asi y mas aun, seria idiota, si creyera que el montaraz, te iba a tomar entre sus compañeros, solo por que yo lo pido. Eso tendras que hablarlo con el o seguir tu propio camino.

¿Alguna cuestion mas antes de que me marche?

Gandalf, parecia dispuesto a contestar alguna pregunta mas, pero no muchas, ni tampoco algunas muy comprometidas.

Sintiendome estupido por la situación provocada con mis preguntas, prefiero no preguntar más y simplemente dedicarme a la misión y esperar cumplirla para así despues ver que ocurre.

- No señor Gandalf ninguna pregunta mas. Procuraré salir lo mas rápido posible, pero sin montura tardaré un poco mas.

- ¡Pues procurate una o camina dia y noche sin descanso! - dijo el mago, con una voz que sono mas severa de lo que pretendia. Gandalf, no era un desagradecido, ni mucho menos, pero sus pertenencias, al menos que se supiera, se limitaban a su espada y su cayado, sus ropas y su pipa y por ultimo, su montura. No disponia de oro, ni joyas, de dineros que sirvieran para comprar. Todo cuanto tenia, era siempre dado con cariño y respeto y asi los aceptaba.

Tras concluir su conversacion, el anciano sabio, abandono la casa, monto en su caballo, encorvado hacia delante, tal como solia caminar y se alejo al galope, no sin antes despedirse.

- Consigue un caballo o parte a pie, que no te sentara mal, pero parte rapido, pues el tiempo me apremia y necesito de él.

Asi fue, como Halrton, el montaraz, conocio a Gandalf, el Gris.

Lo prímero que pense, justo en el momento de marcharse el mago, fué en correr presuroso a buscar a Jacko y Naria y contarles lo sucedido y así ponerles al tanto de mi destino. También se me ocurrio a la vez que hiba a buscar a Jacko pasarme por el pueblo para ver si podia conseguir una montura para mi misión.

Ya me preocuparia de la forma de pago mas tarde lo prímero era conseguir esa montura y preparar todo para mi salida de madrugada "no quisiera defraudar a tan ilustre Señor,. ¿Qué misterio le habrá traido a mi?, tal vez pueda conocer a Aragorn y rendirle pleitesia como siempre e deseado para servirle y hacer justicia a la muerte de mis progenitores"

Sin mas dilación me encamino al pueblo.

Halrton, recogió sus cosas y dejó su hogar. Caminó a buen paso, hasta que alcanzó el pueblo. Allí encontro una montura. El acuerdo del pago quedo abierto. Dando palabra de que en caso de no pagar su precio, su hermano se haria cargo del coste. No era un acuerdo que le gustara, pero era el mejor que podria conseguir.
Luego fue a charlar con su hermano, quien a pesar de estar atareado, se apresuro a su encuentro temiendo que algo malo hubiera sucedido.

- Dime hermano - dijo casi corriendo escaleras abajo - ¿Que sucede? - cuando llego al piso inferior del caseron de los escribas, se sobresalto al ver que su hermano estaba bien, solo algo cansado del viaje. Lo cual, queria decir que era su hermana la afectada - ¿Como esta Naria?¿Que le ha pasado? ¿Es la casa? ¿Algun fuego? - Aun antes de lograr calmar a su hermano y explicarle lo que sucedia, cayó en la cuenta, de que no le habia dejado ni una nota a su hermana pequeña. Y lo que era peor, volver a la casa, seria un retraso añadido.

-¡Jacko! Ha sucedido algo !sorprendente¡, !maravilloso¡ Tranquilo la casa está bien y Naria supongo que nerviososa por sus últimas horas de novia. Estaba en casa cuando alguien toco la puerta.... Gandalf, era Gandalf aquel del que tanto hemos ido hablar en tantas historias contadas. Me ha encomendado una misión, lo que me da una oportunidad de labrarme una reputación y que mi nombre llegue a oidos del heredero al trono de Gondor y pueda servirle y honrar la memoria de Padre y Madre. Partiré mañana antes del amanacer, antes debo encontrar un regalo para Naria, ¡ah! si otra coso he llegado a un arreglo en el pueblo para comprar un caballo, no es que me quede muy conforme ya que te dejo a ti como avalista de la compra, pero perdoname porque no podia perder tanto tiempo en realidad mi misión a pie.

Después de hablar un rato con Jacko sobre lo excitado que estaba y el regalo de Naria, quedé con el que est noche nos veriamos y despediriamos y fuí en busca del regalo de Naria. Habia pensado en fabricarle algo yo mismo pero no tenia tiempo para eso, así que me encaminé a ver que podia conseguir.

Jacko no sabia si alegrarse o preocuparse por las noticias que traia su hermano. Pero el parecia feliz y oculto su inquietud. Tras una agradable charla, quedaron en su casa, donde su hermana seguramente ya estaria y ademas, estaria preocupada. Asi pues, tras terminar con su encargo, Jacko tomaria una montura y partiria rapido a tranquilizar a su hermana gemela.

Cuando Harlton llego a la casa, ya estaban los dos alli y Jacko habia puesto al corriente a Naria, la cual lloraba con un tremendo desazon al saber que su hermano mayor se iba a marchar.

Los tres pasaron el resto de la noche. Halrton, le entrego el regalo y ella lo tomo con gusto. Naria le preparo algo de comida para el viaje, mientras Jacko le contaba las noticias que les llegaban a la escuela de las tierras del sur.

- Al parecer - comenzo diciendo - el viejo reino de Tharbad, que esta al final del camino, vuelve a ser una poblacion estable. Aunque no debes de confiar mucho de la gente de alli. Al parecer muchos bandidos viven entre su gente. 

Finalmente llego el momento de partir. Ya se habia despedido de sus hermanos y tenia lo que necesitaba. Era el momento de partir para cumplir con su sueño.

Partiendo antes de que saliera el sol, con todo preparado en el zurrón solo añado algo de comer y una muda de ropa interior (cámisa y calzones y medias).

Con mi espada a la cintura, la daga atada a la pierna derecha, el arco  a la espalda encajado en el carcaj, me subo al caballo y parto hacia el sur tomando el camino mas rápido y claro hacia el sur.

Contento por la oportunidad y por haber podido finalmente encontrar un regalo a Naria (un broche tallado en madera de Fresno para una capa de abrigo), me dejo embriagar por la brisa del amanacer y por los olores del bosque.

"Yo no conozco las tierras donde voy, a si que si por el camino puedo conseguir un mapa o algo parecido mejor sino tendré que andar preguntando, además voy sin dinero a si que tendré que evitar los lugares habitados para dormir y usar el campo como casa"

Halrton abandono sus tierras antes de que el sol asomara, cuando la mañana ya era clara el estaba lejos de sus hermanos. Avanzo rapido por los campos, descubriendo nuevos senderos tiempo atras olvidados. Sus piernas, que al principio se mostraron debiles, fueron cogiendo fuerzas y el entusiasmo crecia por horas.

La primera noche fue la mas dura. No era una persona acostumbrada a la intemperie y eso ayudo a que no lograra conciliar un sueño tranquilo. El segundo dia fue mejor, encontro unos manzanos y logro cazar un conejo que le sirvio de comida y cena. El sueño fue profundo, pues encontro un lugar recogido y si a eso se le sumaba el cansancio...
El tercer dia mejoro la cosa, estaba descansado y el tiempo era bueno. Avanzo mucho ese dia. El cuarto dia llego al principio del camino verde. Aquel que descendia hasta las tierras de Tharbad. Durante los primeros dias no encontro a nadie, pero alli, en el inicio del camino, habia otro viajero. En cierto aspecto era parecido a el, cargado con una bolsa de viaje y una capa, andaba hacia el sur. Aunque ese hombre parecia mas viejo, mas castigado por la vida salvaje.

- Buenas nuevas tenga - le dijo. Sonriente se acerco a Halrton y saludo de nuevo. Tenia acento de Bree.